• General,  Poemas

    VENTANA BLINDADA

    En soledad,
    vestido de amarillo, blanco o rojo,
    con traje formal y camisa,
    corbata salmón, rosa o verde agua.
    Qué más da …
    si ha sido despojado de amor
    y lo ha invadido la nostalgia
    con olor a pétalos marchitos
    por el silencio que nunca acaba
    en fríos pasillos de invierno
    y heridas que no sanan
    con el calor del verano
    y la brisa que no penetra
    por una ventana blindada.
    El pasado y el futuro
    entrelazaron sus manos
    descartando el presente
    digno de ser despertado.

    Imagen de la red.

  • Poemas

    SORTEANDO MURALLAS

    Ella quiso decirte amor,
    que quiso decir Amor;
    pero no, no se atrevió;
    es que hubo muchos
    murallones escondidos;
    y hoy recordando dice:
    “En el laberinto de la vida
    halló una senda en colina.
    Un entramado nevado
    sedujo sus sentidos callados.
    Con diferente mirada
    vio el brillo de sus hebras.
    Su sonrisa iluminada
    al camino lo hizo rosa.
    El entusiasmo no tardó
    y se sintió muy dichosa.
    Siguió su curso el andar
    y pudo el cariño encontrar.
    Días ralos de la agenda
    iban desapareciendo.
    Y  la ausencia se notó
    con vientos que iban surgiendo.
    Cuando el agua desbordó
    el camino se hizo opaco.
    Y por obras del destino
    barreras aparecieron.
    El amor que iba en camino
    se detuvo en una brisa,
    porque si se daba prisa
    podría estampar su cara
    contra una de esas murallas
    del destino, desplegadas.
    Y como nada es eterno
    sobrevino la alegría
    sus corazones latieron
    a la par y en armonía.
    Sin exacción ni molduras
    en dispar algarabía
    entrelazaron su dedos
    se estrecharon en abrazos.
    Ella dibujó senderos
    sobre su espalda muy tibia
    con sus labios entreabiertos.
    Él le regaló sonrisas
    y con encuetados dedos
    humedecidos círculos.
    Ella, encelada por dentro.
    Él silencioso y calmo.
    Y sin medición del tiempo
    exhaustos en infinito
    disfrutaron sin destiento.”
    Imagen de la red.
  • General,  Poemas

    DETRÁS DE UN CERRO

    No recuerdo cuál fue el primer día
    que comencé a observar la luna y las estrellas.
    Creo que nace ese poder de contemplación
    cuando el amor se manifiesta y corre por nuestras venas,
    entonces surge la necesidad de ir
    más allá de nuestro alrededor,
    de buscar nuevos horizontes
    y así encontrarnos con la fuente de inspiración,
    muy poderosa por cierto, la luz de la luna,
    que si bien no es suya propia,
    sabe reflejar muy bien al astro rey de la naturaleza,
    obra de la creación del universo.

    Es por eso que sufro cuando veo y siento que:
    Se ha anestesiado el poeta
    se han vuelto mudos sus versos
    sus palabras se han ahogado
    en aguas del manso río
    detrás de algún cerro.

    Y es por eso que le digo:
    Sé como el pájaro, vuela.
    Que la tormenta no detenga tu soñar.
    No pierdas el tiempo en rencores
    o en nostalgias por cosas no realizadas.
    Sé un triunfador ante todos
    vístete de sonrisas
    construye tus días con alegría
    y pinta al viento
    con tus versos en melodías.
    Recuerda que eres poeta en esencia
    y ríndele homenaje en emotiva memoria
    a aquel día cuando has escrito
    tu primer poema de amor.
    No dejes que nada ni nadie
    te quite el poder de reflejar tus deseos
    en el canto alegre de un zorzal.

    Imagen: R. E. Ch.

  • Poemas

    CANTO COLIBRÍ

    Estás ausente,
    pero tu imagen,
    siempre presente.
    En mi corazón
    llueven cristales
    de una ventana etérea.
    Entran por ella
    el aire frío,
    el polvo rojo de reseca tierra,
    la húmeda brisa
    y la triste risa
    de niño soñoliento,
    el canto colibrí
    aún hambriento
    posado en carmín.
    Besa la nube, besa la flor,
    clama al sol por su calor
    y le reclama por su amor.
    Imagen: R. E. Ch.
  • General

    LO QUE DICE ELSA

    Me dices que estos versos son oscuros, y acaso
    lo son, sin embargo, menos de lo que he querido.
    Cerremos nuestra ventana sobre la felicidad robada,
    por miedo a que entre el día,
    y vele para siempre la foto que deseaste.
    Me dices nuestro amor si es que inaugura un mundo,
    es un mundo en el que la gente gusta de hablar sencillamente.
    Deja allá a Lancelot, deja la Tabla Redonda,
    Ireo Virnana Esclarnionda,
    que por espejo tenía una espada deformadora.
    Lee el amor en mis ojos y no en las sombras.
    No trastornes tu corazón con sus antiguos filtros.
    Las ruinas a mediodía son solamente escombros.
    Esa es la hora en que tenemos dos sombras
    para mejor estorbar el arte de los románticos.
    Tendría acaso la noche más encanto que el día.
    Vergüenza para aquellos que ante el puro cielo no suspiran.
    Vergüenza para aquellos que, un niño de golpe no desarma.
    Vergüenza para aquellos que no tienen lágrimas
    para un canto callejero una flor en los prados.

    Tú me dices si tú quieres que te ame y te ame.
    Es preciso que ese retrato que vas a pintarme
    tenga como un verde nido sobre fondo de crisantemo.
    Un tema escondido en su tema.
    Y une al amor el sol que ha de venir.
     
    Autor: Louis Aragon fallecido en París en 1982 (Elsa, su esposa)
  • Poemas

    POR EL SENDERO

    Cantaba sin oírse y sin que nadie lo oyera,
    llenando las horas vacías de la calma;
    regaba el lecho de misteriosas piedras,
    un arroyo profundo de aguas pálidas.
    Se despojaba de los rumores de almas
    esperando la lluvia para limpiar estrellas,
    que reflejadas en el  crepúsculo cálido
    gozaban en laberinto agudo de sus breñas.
    El sol improvisaba una sonrisa fresca,
    besando con sus rayos lianas y rosaledas,
    crespones oscuros y hojas pintorescas,
    en un amanecer fragante de la naturaleza.
    Mientras camino por orillados senderos,
    pienso en ti y en tu sonrisa bella.
  • Poemas

    LETRAS DE INVIERNO

    Vientos gélidos y furiosos,
    golpeaban los cristales de las ventanas
    como queriendo refugiarse
    en el ambiente cálido,
    para no empaparse
    con gotas de agua y escarcha.
    Ella parecía no escuchar,
    inmersa entre las páginas
    de algún libro preferido
    o en letras y palabras sueltas
    escritas al azar
    por algún autor desconocido.
    Resurgían emociones,
    afloraban vivencias
    volando en una nube de sueños.
    Lo importante era continuar,
    no estancarse,
    no quería bajar los brazos
    aunque no tuviera planes futuros.
    En sus nocturnas pausas
    lo veía cercano
    restregando sus manos frías.
    Recordaba sus letras, sus ademanes,
    sus gestos y su sonrisa.
    “No tengo frío” decía
    y ella lo estrechaba fuertemente.
    Hoy todo es diferente en su ausencia
    y ella sigue inmersa
    en las páginas de algún libro,
    entre sus letras y palabras sueltas
    o en alguna de sus poesías.
                                                 
    Imagen: R. E. Ch.
  • Poemas

    OTRO SUEÑO

    Fúlgida luna de enero,
    atravesó las organzas  
    y con ella su mirada
    en la penumbra de plata.
    Sus taciturnos ojos,
    se posaron en mi almohada
    reposando junto a mi
    muy callado en alborada.
    Y con el agua lunar
    de sus sueños derramada
    depositó en mi piel su rocío
    con calidez acicalada.
    Me susurró al oído
    “quise huir de aquel recuerdo
    pero no encontré la puerta
    me adormeció un vahído”.  
    El recuerdo resurgió,
    las calles adoquinadas
    con olor a crisantemos
    y  bayas de tamarindo.
    Fue un día cualquiera
    en el frescor de mayo
    nos vieron salir juntos
    de aquel café peregrino.
    Y el camino nos vio unidos
    hasta la histórica esquina
    donde de pronto nació
    el primer beso en la mejilla.
    Imagen de la red.
                                                   
  • Poemas

    NADA FUGAZ

    En el holográfico universo,
    múltiples planos
    en grises y naranja,
    entremezclados
    con colores sin nombre.
    Planos misteriosos y mágicos,
    que se desplazan
    entre la fresca y divertida
    brisa del horizonte,
    cuando el sol
    se va despidiendo
    sin rigor del tiempo,
    desmontado
    de los hombros gigantes
    de una nube.
    Imagen: E. P. L.
  • Cuentos

    A LA ORILLA DE UN ARROYO

    Se había sentido embriagada como si le hubiera hablado el pájaro aquel, sublime alondra, que esperaba volver a oír después de mudarse al campo, luego de que en la gran ciudad sólo escuchaba al zorzal cuando la despertaba.
    Recuerda que antes de mudarse a la gran ciudad todos querían impedirle que se fuera. Le decían que estaba loca. “Aquí estás segura y te vas a un lugar donde todo el mundo trata de alejarse de ahí”. Pero su valentía fue superior a todo aquello que, por una parte, sabía que era así. Su lugar estaba allí en la gran ciudad.
    Tenía que enfrentar la vida como fuera, de la mejor manera. En ese cambio se dio cuenta de la importancia que tienen una ruta, un puente, una altura de calle…pero también la de una mirada, una sonrisa, o simplemente el silencio.
    Esa tarde, siguió las huellas del canto de la alondra por la cuesta de los espinos amarillos. Las hojas y las flores se movían sin cesar. Vio a lo lejos en graduación los glaciares azules que coloreaban el horizonte.
    De pronto ya no había luz en el cielo. Tropezando con cuanto había en los senderos, se equivocó de camino. Llegó hasta la ladera de las cumbres y allí esperó a los primeros rayos del sol. Su sorpresa fue el paisaje y el despertar con el canto de la alondra, a la orilla de un arroyo en un bosque pantanoso.
    Nadie sabe cómo pudo llegar hasta ahí, ni ella recordaba adónde tenía que ir.

    Imagen: R. E. Ch.