ENTRE AMIGAS
El pasto verde del parque se extendía como un tapiz bajo el brillante cielo azul de un día soleado. Tres perras corrían felices, cada una con su propia personalidad, pero todas compartiendo un mismo objetivo: la pelota.
Una labradora marrón, juguetona, llamada Siberia, era la más grande del trío. Con su energía desbordante, saltaba y ladraba, intentando llegar primero a la pelota. Su pelaje relucía al sol mientras corría con determinación.
A su lado, la perra blanca dorada, llamada Himalaya, rápida y astuta. Con su cola ondeando, se escabullía entre las patas de las otras dos, buscando la oportunidad perfecta para hacerse con la pelota. Su ladrido agudo resonaba en el aire mientras jugaba con la agilidad de una gacela.
Por último, estaba la más pequeña, una bulldog francés llamada Mumbai. Aunque no era la más rápida, su estrategia era brillante. Se sentaba con calma, observando a sus amigas mientras corrían, esperando el momento ideal para actuar. Con un resoplido característico, se lanzaba de repente hacia la pelota cuando veía que las otras estaban distraídas.
Las tres perras jugueteaban, persiguiendo la pelota que rodaba de un lado a otro, llenando el aire con ladridos de emoción. Cada una creía que podía ser la primera en atraparla, pero la pelota parecía tener vida propia, escapándose de sus patas en el último momento.
Finalmente, en un movimiento inesperado, Himalaya se lanzó en picada, logrando llegar a la pelota antes que las otras dos. Con un salto triunfal, la tomó entre sus dientes y comenzó a correr, riendo en su propio idioma de ladridos.
Pero Siberia y la pequeña, aunque sorprendidas, no se detuvieron y velozmente se le acercaron para disputar el balón.
La astucia de las tres hizo reír a los que las observaban. Y entre risas y ladridos todo fue diversión compartida entre amigas.
Cuando se cansaron, corrieron en busca de agua para beber, oportunidad que tuvieron sus dueños para esconder la pelota.
Felices, terminaron tiradas en el pasto dominados por el sueño.Malania
Imagen: N. G.
VAQUITA DE SAN ANTONIO
Mariquita, Vaquita de San Antonio o Catarina, son una familia de insectos coleópteros. Muchas especies se alimentan de pulgones por lo que contribuyen a controlar estas plagas. La mayoría son depredadores carnívoros que se alimentan de insectos como áfidos y cochinillas. Otras especies se alimentan de plantas y hongos.
Las especies que depredan plagas agrícolas se consideran insectos beneficiosos.
Quien sabe cuántos nombres más tiene ese animalito que es útil para el jardín y plantaciones varias.En el jardín, las vaquitas de San Antonio,
con diferentes colores, marcan su territorio.
Vuelan ligeras, como un susurro en el viento,
brillan en el sol, dejando su encantamiento.Alegran los días con sus paso sinceros,
pasean sobre hojas, un camino viajero.
Entre risas y sombras, su espíritu juega,
la vaquita de San Antonio, siempre despliega.En cada rincón, un destello de vida,
en su vuelo ligero, la tristeza se olvida.
Con colores vibrantes, su magia contagia,
en el aire, en la tierra, ¡la alegría es su equipaje!Malania
Imágenes: R. E. Ch. y de la red
Imagen: Gentileza de Ricardo G.
BAILANDO EN MI SOLEDAD
Dejando cantar el silencio, él sigue bailando,
mientras las horas no se pueden detener
y el tiempo continúa su viaje.
Todo parece un sueño pero es la realidad,
la fantasía tan viva juega con la ilusión.Bailando en mi soledad se dice muy suavemente:
ese hombre que va marcando el compás lleno de felicidad.Su risa a los cuatro vientos se siente
entre el encanto presente que lo llama a no detenerse.Bailando en mi soledad va repitiendo hasta salir el sol
sin dejar de hacerlo y pareciera querer volar sin destino.Autor: Miguel Márquez
Imagen: Malania
ME HE LEVANTADO
He vivido muchas malas, pero aprecio lo bueno,
perdí, pero aprendí a disfrutar las victorias.Sé que la humildad vive en mí y toda la entereza,
lloré pero aprecié más la risa.Dormí bajo el cielo en un rincón cualquiera de una calle,
el frío me atrapó y el hambre se apoderó,
pero, aun así no me perdí.Me mojó la lluvia y alguien me dijo
palabras ofensivas que me dolieron,
pero sané heridas sin dejar de lado la empatía.Vi tanta maldad y no me dejé llevar,
seguí andando, afirmé mis pasos,
nada me detuvo.Me he levantado y salí entre las tinieblas para ver el sol,
sé que no soy lo mejor, pero continúo marchando,
nada me detiene ni me detendrá,
por eso agradezco a Dios por guiarme con fe.Autor: Miguel Márquez
Imagen: C. S.
CASAS DE COLORES
Casas de colores como almas que alientan
transmiten alegría, donde el amor se asienta,
frente a la arena que acaricia los pies
son refugio dorado donde nada es desdén.
Sus muros esconden historias perdidas
pintadas de sueños, lágrimas, risas y vida.
El mar, un lienzo azul como el cielo infinito
y entre ellos, alegres, las gaviotas danzan
no dejan huellas, tampoco nada escrito.
Las olas susurran secretos en la brisa
mientras las parejas de la mano caminan.
Juegan los niños, sus risas estallan
con sueños que se mezclan sin alimañas.Malania
Imagen: Gentileza Antonio M.
UNA ORQUÍDEA SOLITARIA
Vive y sueña el eco en las montañas,
el sol y la luna con su luz lo acompañan.
Una solitaria orquídea se mece con el viento
erguida despliega sus pétalos hacia el cielo.
Alberga en su radiante belleza
los secretos de las aves que la cotejan,
cómplice con el rocío y la madrugadora brisa
su esencia perdura mientras la acarician.
En los días invernales, cuando cae la nieve
la orquídea la derrite con una simple sonrisa.
Las nubes se despliegan en celeste y blanco
vigilantes pintan el cielo con su manto.Malania
Imagen: de la red gentileza de Ricardo G.
SALUDANDO AL VIENTO
Saludando el viento
desde la ventana de mi cuarto me encuentro,
escucho el sonido que hace al pasar.Se muestra enojado soplando fuerte,
como queriendo llevarse todo por delante.Algunos tal vez dirán, no es enojo tan solo es prisa,
pero, deja la sensación de algún rezongo.Saludando al viento, estoy a lo lejos
aunque no sé si me lo contesta,
igual lo intento sin importar qué esté sucediendo.Es el saludo a quien se va tan apurado y nada lo detiene,
seguro atrás vendrá la lluvia.Autor: Miguel Márquez
Imagen: de Malania
AMORES PERDIDOS
Ni el mal tiempo la detiene,
su alma bondadosa la sostiene.
Pinta en su mágico lienzo
la naturaleza viva,
con amor inmenso.
El cielo siempre claro,
el sol por demás radiante,
hojas y flores brillantes,
alas abiertas que vuelan alto.
Pinta versos de su vida
en historias infinitas.
Recuerdos de amores perdidos
sin llanto, con una sonrisa.Malania
Imagen propia y de la redTORMENTAS
En “algo más que palabras” su autor Patricio escribió:
“Donde las palabras se llaman a silencio y en el alma refugian su sentir”
Al leer la frase y ver la imagen con la que ilustró, recordé a mi tía Irene, hermana de mi padre. La llamaban “Irena”, descendiente de ucranianos y así era el nombre en su país.
Cuando el tiempo estaba feo, con truenos y relámpagos, tenía tanto miedo que se quedaba muda y hasta su alma temblaba. Me gustaba ir a visitarla cuando vivía en el campo con mi tío Miguel (Mijailo). Él trabajaba todo el día como jefe de cocineros en un colegio religioso de pupilos. Sabía cocinar muy bien y ella también. Cuando sabía que yo iría a pasar el fin de semana en su casa, preparaba ricota casera y con eso, varenikes o varenekis (perogui o perohé) y los cubría con crema de leche. Además hacía budín de pan y crema pastelera con caramelo, porque sabía que me gustaba todo eso. Ella misma ordeñaba las vacas muy temprano, antes de la salida del sol. Mientras cocinaba me contaba historias de su vida. Lo quería mucho a mi tío y él a ella. Entre otras cosas me contó que sus padres no hubiesen permitido casarse si los padres de Miguel no hubieran autorizado que Ana, mi madre, se casara con el hermano de Irena, también llamado Miguel. Entonces se realizó el “matrimonio cruzado”, hermano y hermana casados con hermana y hermano. Mi madre tenía 16 años y mi padre 22.
La tía le contó a mi madre que cuando llovía, tronaba y había muchos relámpagos, era tanto su miedo que hasta llegaba a esconderse debajo de la cama. Por supuesto, eso hacía cuando todavía era joven y soltera. No podía pronunciar palabras, su miedo la dejaba petrificada pero el corazón le latía tanto que temía, le saltara por la boca. Decía que no le daba vergüenza recordarlo, le daba risa y era una de sus anécdotas de la vida.Malania
Tomado de la vida real.Imagen propia y de la red.
TESTIGO ENTRE FLORES
En la vereda del tiempo
donde nada se detiene
sobre la verja de hierro
se cuelga un buzón de acero.
Quién sabe qué esconde adentro.
Es testigo de los sueños
bajo la lluvia y el viento
guarda muchos misterios
con esperanzas que vienen
quizás desde muy lejos.Detrás del buzón, las azaleas
son cómplices, tal vez espías,
imaginan dolores y risas,
cartas que a veces tienen prisa
y otras que no desearían ser vistas.Las flores bailan con la brisa
brillando como en sonrisas,
sus pétalos susurran secretos
celebrando en fucsia la vida
pintando historias infinitas.Malania
Imagen: Gentileza de Rubén E. Ch.