• General

    DEL NORTE AL SUR

    El viento sopla del norte y de pronto la mujer dice: -dio vuelta el viento.
    Entonces se pone fresco el atardecer. Pero no dura el respiro de brisa reconfortante, y el día siguiente vuelven los 40 grados de sensación térmica.
    Baila el viento de norte a sur y de sur a norte.
    Los perros buscan refugio bajo la sombra de un lapacho amarillo, pero hoy prefieren, al verlo llegar, cambiar el rumbo para aparecer tras él como ráfaga cálida con sus jadeos contagiando sonrisa. Alegres esperan, y cuando él se dispone a dormir la siesta, ellos aprovechan para disfrutar de la pileta.  Se imaginan que el agua está tibia, pero no, hace un rato ha terminado de llenarse y está fría. Sol caliente y agua fría.
    Al atardecer, el hermoso día termina con tormenta y granizo. Se suspende el asado a la parrilla previsto para esta noche. Es que hay días que están pintados con cal y otros espolvoreados con arena. Como ese gato de pelaje gris claro, que se metió en la vasija pensando que iba a encontrar comida y salió teñido de negro por las cenizas que allí se acumulaban. De claro se volvió oscuro.

    Malania

    Imagen: N. G. y propia

  • Poesía

    VUELO INÚTIL

    En una madrugada
    fría y aburrida
    al saber que el despertar
    se inunda de monotonía
    finjo una sonrisa
    recordando otros amaneceres.
    En un vuelo inútil
    los rastros quedaron
    en aquellos gratos momentos
    siempre recordados.
    Me detengo en las huellas
    esas que han dejado
    camino a la ducha
    nuestros pies descalzos.
    Escucho el lejano eco
    de todas las historias
    que colmaron mi vida
    en dos hermosos años.
    Malania
    Imagen de la red
  • Poesía

    TURISTAS

    El sol regala al río
    sus últimos rayos luminosos
    llevándose las gotas
    de un día caluroso.

    La noche con su brisa
    va ganando espacio
    sobre una canoa vigilante
    con los bañeros del ocaso.

    Los turistas se retiran,
    los peces ríen, aletean
    vuelven a su cauce
    nadie los tortura
    nadie los mira
    son felices
    en la normalidad de sus días.

    Malania

    Imagen propia

  • Poemas

    HACIA EL MAR

     

    La noche se mutila
    por truenos estridentes
    y aullidos de perros
    con estrellas caprichosas
    que titilan apuradas
    robando la luz de la luna
    como queriendo alumbrar
    desoyendo la tormenta
    a la par de los relámpagos.

    Las primeras gotas
    esgrimiendo una sonrisa
    se escabullen entre las hojas
    de romero, salvia
    y flores de saúco.

    El aroma de la absenta
    baña pétalos de hisopo
    y el verdor del erguido laurel.

    Mientras los frutos
    de rosa mosqueta
    y arbustos de retama
    escoltan al viento
    que lleva hacia el mar
    la transparencia del agua.

    Malania

    Imágenes propias y de la red

     

  • ANÉCDOTAS

    ANÉCDOTA II

    Tengo una perrita llamada Tasha. Duerme justo frente a la puerta de mi habitación. Cuando pasa la hora en la que habitualmente me despierto y me levanto, ella toca a la puerta. Si no respondo, vuelve a tocar, y así hasta que yo le hable.  Y no es que quiera salir al patio, es para despertarme y saber si estoy bien. Me dibuja una sonrisa en mis labios, aunque esté todavía medio dormida.
    ¿Cómo no considerarla una hermosa compañía?

    Malania

    Imagen propia

  • General

    SONRISA

    SONRISAS ENTRE CIMIENTOS

    Corría el año 2016, era el Día de la Primavera.
    Ella, profundamente dolida por una actitud irónica y provocativa, de una mujer que frecuentaba las redes, cansada de leer los permanentes mensajes y comentarios, demostrando a través de ellos interés hacia el hombre que ella amaba, y no por despechada, escribió este poema:

    El proyecto ya está en marcha
    con cimientos llenos de fortaleza
    y vigas más fuertes todavía.
    Y en poco tiempo florecerá
    la sonrisa esperada,
    esa sonrisa que amas y provocas
    No permitiré que ninguna piraña
    de algún contaminado río,
    destruya las paredes
    de lo que hemos construido,
    ni reduzca a cenizas
    a lo que fue fuego
    Sabes que sin prisa
    pero sin pausa
    los besos pasados
    serán eternamente presente.

    Malania

    Imagen de la red

  • Poemas

    ESTÍMULO

    El estímulo no era suficiente
    para pensar con calma.
    Sentía que todas mis fuerzas
    me habían abandonado.
    Pasé tres días extraños
    sintiéndome como si estuviese
    andando por el fondo del mar
    como envuelta en una membrana.
    Algo me impedía entrar
    en contacto con el mundo.
    Las cortinas de lino flameaban
    al compás de la cálida brisa
    de una ventana entreabierta.
    Una entena surcaba
    el cielo calmo estrellado.
    Y en cada una de ellas,
    en cada estrella vibraba
    un pedacito de aquel ser
    que en lejanía
    todavía es amado.
    Malania
    Imagen de la red.                                                                               
                                           
  • Minicuentos

    SOLITARIA Y PERFECTA

    A María Magdalena la llamaban Mary. Era modista y peluquera profesional en un pueblo pequeño donde había nacido. Vivía con sus padres, nunca tuvo pareja y casi no tenía amigos porque su madre era muy celosa y selectiva. Mary era muy insegura y todo lo consultaba con ella. Su padre no aportaba opinión porque si lo hacía, las mujeres igual “siempre salían con la suya”.
    Por esas cosas de la vida, Mary, ya adulta se quedó sola. Sus dos hermanos habían formado cada uno su familia y no vivían cerca.
    Se dedicó de lleno a su profesión pero con la aparición de nuevas peluqueras y modistas, de a poco fue perdiendo clientes a causa de que nunca se había perfeccionado. Como le gustaban las plantas cuando no tenía trabajo en su taller, se dedicaba a la jardinería. Le gustaban todas las plantas, con o sin flores. Les hablaba cuando las regaba y siempre recorría los senderos de su jardín para controlar plagas o insectos que pudieran estar por ahí como intrusos.
    Un día Mary enfermó y tuvieron que internarla en un sanatorio. Una amiga cuidaba de todas plantas, pero  como todo ser vivo, percibían la ausencia de su dueña. Algunas se marchitaron, de otras se secaban las hojas, y otras se negaban a abrir sus pimpollos y se caían sin esperar a que se desplieguen sus pétalos. Así fue una y otra vez, porque Mary mejoraba, regresaba a su casa pero volvía a decaer. La depresión la fue absorbiendo y lo único que la mantenía viva eran esas plantas, sobre todas aquellas que se conservaban lozanas. Una de ellas era esa rosa amarilla que había plantado ante su ventana. Ella no paraba de florecer y alimentaba, por momentos, el buen ánimo. Casi siempre le arrancaba una sonrisa cuando corría la cortina en las mañanas tardías.
    Mary ya no está entre nosotros. La persiana se levanta todos los días para ventilar la casa y permitir la entrada de los rayos del sol. Hoy la casa pertenece a otra familia, y la rosa sigue viviendo como esperando ver a Mary a través de la ventana para escuchar el canto de su cariñosa voz.

    Malania

    Imagen: gentileza de R. E. Ch.

  • General

    UN ALA ENTRE ALGODONES

    Ribeteaba la brisa dorada
    formando pompones algodonados
    mientras la quimera del ayer
    corroía mis pensamientos
    quedando atrás
    las crestas deshechas
    desparramadas
    en un
    mar calmo
    y pendiente de la nada.
    A veces mis sueños luchan
    en el jaral de un día de junio
    o en el regreso a casa.
    Exangüe dormito.

    Malania

    Imagen propia

  • Prosa Poética

    COMO GRANDES PECES

    El espectáculo de las nubes en la amplitud del cielo, la belleza de sus colores y sus formas, lo deprisa que pasan sus imágenes cambiantes, me habla de la Creación, y me cambia el ánimo en un despertar madrugador luego de una noche mal dormida.
    Esta vez son como grandes peces en un mar que ha sumergido a su antojo, extensos campos y árboles de pie, y se ha unido con el cielo en comunión horizontal.
    Quizás la lluvia venidera y las ráfagas de vientos pronosticados por los expertos, rompan esas nubes en mil pedazos y luego el sol se encargue de secar el ambiente y devolver el aire apropiado, para que los árboles puedan albergar nidos de pájaros, dar sombra al acalorado campesino y puedan ser acariciados por la brisa de un amanecer normal, como en días primaverales.

    Malania

    Imagen: M. J. T.