• General

    CIELO SIN LUNA

     
    Y mientras dormitaba,
    recitó esta estrofa de:
    ENTRE PROA Y POPA
    Las velas se mecen
    al compás del viento
    y entre proa y popa
    te pienso a lo lejos.
    De repente se volvió una niña, la niña mora, en una casa vacía donde flotaba inseguro el aire húmedo, entre el calor y el frío de un suelo sin piso, descubierta y sin techo bajo el cielo sin luna iluminado solo por algunas estrellas.
    De pronto irrumpió en la Bahía desierta, una pequeña nave y después otra un poco mayor, ubicándose sigilosamente proa contra proa, como amantes que hubieran aprendido juntos todos los trucos de la nocturnidad
    La niña aguzó sus sentidos para distinguir aquella voz áspera que se entremezclaba con el vaivén de las olas.
    ¬ Dejaremos el elemento inventado en aquella casona abandonada ¬escuchó detrás de una montaña de escombros para no ser vista¬
    Prefirió no moverse en esa noche desapacible, hasta quedarse dormida.
    Cuando despertó no pudo más que llorar de alegría, él estaba allí con la voz cambiada por el mal tiempo, y consigo, el
    elemento inventado, esta vez descubierto bajo una gran manta.
    Era su regalo de cumpleaños.

    Imagen: E. P. L.
                                                                                                          
  • Cuentos

    NARANJA AMARGA

    Ana se despertó sobresaltada. Su pequeña de cinco años volaba de fiebre.
    A la una de la madrugada en el pueblo no se escuchaba más que el volar de los mosquitos hambrientos. Menos se podía esperar que haya una farmacia de turno, ya que el farmacéutico vivía en una casa al fondo del terreno, y el timbre, menos el portero eléctrico, no existían, por lo que sería una pérdida de tiempo pensar en conseguir  un medicamento.
    Recordó algunos remedios caseros que su abuela preparaba y sin pensar más se calzó las alpargatas, se vistió un abrigo y salió corriendo hacia la casa de una vecina que distaba unos 200 metros. Por suerte, Sofía era de esas vecinas solidarias que no se negaban a nada. Linterna en mano para alumbrar la huerta, arrancó unas plantas de perejil, las lavó con agua de pozo (no era aljibe, era agua de vertiente), envolvió en papel de diario viejo y entregó a Ana, quien sin siquiera agradecer (dicen que es de mala suerte agradecer por los remedios) dio media vuelta y volvió corriendo a su casa. En ella la esperaba Guido, con el fueguito encendido en la cocina a leña y el agua hirviente en una pava ennegrecida por el fuego y el pasar del tiempo,  para preparar la infusión de raíces de perejil. No tardó mucho en estar listo el té, que fue paseado entre dos tazas como para que se enfríe un poco antes de dar de beber a la niña. Paulita era la menor, y si bien los padres no acostumbraban a las demostraciones de cariño, ambos la amaban con toda el alma. Paulita tomó de a sorbos el té caliente y al rato comenzó a transpirar hasta quedar empapada, por lo que su madre procedió a desvestirla de a poco como para evitar el cambio brusco de temperatura, lo que podría resultar fatal. Cambió su ropa y la cubrió con una frazada. La niña durmió sin nuevo sobresalto.
    El día amaneció lluvioso y frío. Paulita mostraba un cuadro gripal sin fiebre intensa,  pero la febrícula continuaba. Ana recordó que el médico en oportunidad anterior con un cuadro semejante con otro de sus hijos, le había dicho que la gripe se cura sobre todo con reposo y té caliente. Además había que evitar el cambio brusco de temperatura.
    Ese día iba a preparar pan casero, el dinero escaseaba y había que ajustar gastos. Era un lujo comprar en  la panadería. A media mañana, escuchó a Paulita que despertó con tos. Pensó en lo que podía darle de tomar. Recordó el té de naranja amarga a la que llamaban “apepú”, la planta que tenían en la quinta rebosaba de frutas, no servía para tomar el jugo,  pero sí la pulpa blanca o segunda corteza, era utilizada para preparar dulce en almíbar. Arrancó tres, o cuatro o quizás más hojas del árbol, las lavó y colocó en un jarro de aluminio, agregó unas cuantas cucharadas de azúcar blanco, varios carbones hecho brazas en el horno, donde luego iba a cocer el pan, lo revolvió hasta salir humito aromático, agregó las hojas de naranjo, revolvió y sobre ellas agua hirviente. Dejó hervir unos minutos más, dos o tres, y retiró del fuego. Esperó a que enfríe un poquito, no mucho, tomó una bombilla y se lo llevó a la cama de Paulita, quien esperaba despierta a su mamá. Llegó la noche y hasta ese momento bastaron no más de tres tazas de esta infusión para que la niña recupere la respiración normal.
    Pasaron  algunos días, y todo el malestar y el susto habían quedado atrás, gracias a la buena vecina y a la receta del  té de la abuela. 
    Imagen de la red.
  • Poemas

    LÍNEAS Y RAÍCES

    Hoy, solo soy,
    capaz de escribir
    en líneas torcidas,
    esas que en retórica
    llaman ironía,
    siguiendo las curvas
    que ni el sol se anima,
    diseñando sueños
    en tus rizos montesinos
    hasta llegar a tu dulce río,
    a través de las raíces
    tumbadas sobre el suelo
    entre hojas cubiertas de rocío.
    Imagen: M. J. T.
  • Poemas

    INTERROGANTES

    Hay interrogantes sin retorno,
    algunos se tumban en el mar
    y duermen en el fondo,
    otros rebalsan aturdidos
    en los restos de una historia.
    Otros acompañan la soledad
    y se transforman en suspiros.
    Mientras sin formal despedida,
    caen lentamente al vacío,
    en el misterio de la vida misma.

    Imagen: E. P. L.

  • General

    FOBIAS

    SEGUNDA PRESENTACIÓN

    Tripanofobia: fobia a jeringas, sangre, heridas.
    Belonofobia: a las jeringas solamente.
    Arrenofobia o androfobia: miedo intenso y desproporcionado hacia los hombres.
    Erotofobia o Ginofobia: fobia la sexo.
    Ginefobia: a las mujeres.
    Caliginefobia: Fobia injustificado a las mujeres hermosas.
    Hidrofobia: Miedo al agua.
    Arsonfobia: al fuego.
    Apifobia:  a las abejas.
    Bufonofobia: a los sapos.
    Cinofobia: a los perros.

    Imagen: R. A. M.

  • Poemas

    RECUERDOS MÁGICOS

    Tus dulces suspiros,  
    forman remolinos,  
    con la dulzura de tu sonrisa
    y la calidez de tu voz.

    Fueron versos
    de un tiempo atrás,
    con pequeños detalles,
    que en la memoria
    perduran, sutiles recuerdos
    que el corazón guarda.  
    Fuiste mi oasis de amor
    y hoy refresco mis sueños.
    Son suaves caricias
    para mi alma, solitaria,
    pero feliz al recordarte.
    Ya no hay lágrimas,
    solo bellos recuerdos.

    Imagen: N. V. S.

  • Poemas

    RESPLANDOR VESPERTINO

    Adormece una rosa,
    junto a un lirio y un clavel,
    para amanecer mañana,
    en su espacio del vergel.
    Atrás quedó el agitado mar
    y el silencio traza
    una travesía sin igual,
    decorando el sendero,
    con resplandor vespertino,
    en solitario y sin cortejo..

    Imagen: J. A. T.

  • General

    FOBIAS

    Una fobia es un tipo de trastorno de ansiedad. Es un temor fuerte e irracional de algo que representa poco o ningún peligro real. Existen muchos tipos de fobias

    Primera presentación.

    Algunas de las fobias que la humanidad puede padecer son:

     Acrofobia: a las alturas que se manifiesta frecuentemente con vértigo.
    Aracnofobia: a las arañas.
    Antropofobia, Fobia social o Trastorno de ansiedad social (TAS): miedo persistente a una o más situaciones sociales. Miedo a las personas.
    Agorafobia: a quedarse solo, a estar en lugares donde el escape podría ser difícil, sentir miedo a perder el control en un lugar público, sentimientos de separación o distanciamiento de los demás. Miedo a los espacios abiertos
    Claustrofobia:  a los espacios cerrados o blindados
    Cancerofobia: a padecer cáncer
    Brontofobia:  a las tormentas, a los ruidos, truenos o relámpagos durante las tormentas.
    Necrofobia o Tanatofobia: a la muerte y a los cadáveres.
    Ergofobia: temor irracional y excesivo hacia el trabajo. 
    Cardiofobia:  a la enfermedad cardíaca.
    Ailurofobia: miedo a los gatos.
    Nictofobia: a la oscuridad. 

    Continuará…

  • Cuentos

    INVERNAL

    Sumergida en el mar de la alegría, jugó con sus alas, acarició su piel, se enamoró con sus besos. A merced de una alacha impló sus pulmones con aire de mar y algas.
    A lo lejos, en el fondo divisó una dádiva, revelación escrita en colores tornasolados. Su corazón batía las olas extraviadas y al acercarse, apenas podía ver entrecortado: “m-i a-m-o-r”. Pero la nutación era constante y no le permitió leer lo que decía. La tomó entre sus manos y sintió como la resina verde amarillenta de las letras se adherían a sus dedos. Impulsivamente, ascendió hacia la superficie y con sorpresa no se encontró en la misma playa por donde había ingresado Era un fiordo hundido entre montañas congeladas lo que la esperaba. El sol apenas alumbró sus manos de letras secas y heladas. Con sus ojos humedecidos por lágrimas marinas leyó: “gracias mi amor, puedes irte al país del cual procedes, perdón, ya tengo que irme y no podré volver”. La dádiva desde lejos no había sido la misma, el fiordo la había transformado con su helado plasma.

    Imagen: E. P. L.

     
  • General

    FALSA CONSTELACIÓN

    El sol con su brillo
    tiñó y matizó
    las aguas del mar
    que trata de cambiar
    lo negro del río
    que en paralelo viaja
    sin ganar espacio.
    Manos de colores
    alientan al mar
    en su afán por mejorar
    el aire ambiental.

    El título es inspiración de una amiga virtual: yessykan
    Poema: Malania Nashki

    Publicado en el blog: “El trigo de la vida” de J. Laurido