• Poesía

    GERBERAS DE MI JARDÍN

    En mi jardín las gerberas danzan,
    colores vivos en día soleado,
    naranja y matizada sin recado,
    en la brisa de su aroma se extravagan.

    Flores que el sol acaricia y alaba,
    pétalos que el viento ha acicalado,
    mi jardín, un rincón encantado,
    donde la natura su encanto alcanza.

    Malania

    Imagen propia

  • Cuentos

    VENDO VENDO

    ¡Atentos que se disparó el Blue! Tiró el flaco en la mesa del antiguo bar; atónitos a su alrededor, los muchachos apenas atinaron a mirarse entre ellos, como no pudiendo entender cómo y desde cuándo el flaco manejaba ese nivel de información y cómo es que andaba metido en eso, si lo suyo era estar todo el día sentado en la puerta de su casa, con una briznita de pasto que llevaba con habilidad de un extremo a otro de su boca.
    Incógnita que no tardó mucho en llegar al dueño del bar, que, por portación de sospecha, le comenzó a cobrar la rueda de grapa que religiosamente todas las tardes consumía con sus amigos; y no quedó solo allí la cosa; el sodero que le dejaba de onda, dos sifones, le retiró el beneficio y el saludo.
    Cómo era de esperar, se fue quedando cada vez más solo. Si hasta el patrullero que pasaba todos los días frente a su casa haciendo su ronda, cambió la consigna y desde entonces dejó de vigilar la cuadra donde vivía el flaco.
    Se hizo vox populi que el flaco había hecho guita y simulaba para vivirlos a todos; eso hizo que empeorara la situación, porque además de bronca la gente fue acumulando comentarios que en cada esquina la gente hacía; que comercializaba moneda extranjera clandestinamente; que con razón estaba todo el día en la puerta; que lo vieron subido a un auto de alta gama; que frecuentaba a una señorita adinerada; que hizo un viaje al exterior, y un sinnúmero de cosas, tan difíciles de comprobar como el dato que el flaco tiró aquel día en la mesa del bar, al que asistió como era costumbre, vestido con su bombacha bataraza; alpargatas con forma de juanete, pañuelito al cuello, camisa amarillenta del uso y una boina siempre inclinada para la derecha, cuando por la ventana del bar, vio como a doña Ramona se le escapó su perro, el Blue, que salió disparado por la calle escapando del veterinario que estaba llevando adelante la campaña de vacunación antirrábica.
    Lo que nunca imaginó el flaco, es que un perro iba a causar más rabia que la propia rabia.

    Autor: Patricio Massa.

    Web: patriciomassa.blogspot.com

    Imagen: P. M.

  • Poemas

    ¿DÓNDE DORMIRÁN LOS GRILLOS?

    Poema Infantil

    ¿Dónde dormirán los grillos? ya no se escucha su canto,
    la noche está silenciosa.

    Quiero oír el cantar de los sapos,
    volando a los cuatro vientos con el sonido de la naturaleza.

    Canta grillito canta, los sapos tal vez
    estén esperando para acompañarte a coro.

    La noche parece triste, camina la soledad,
    buscándote, una luciérnaga ilumina
    todos los rincones con su luz intermitente.

    ¿Dónde dormirán los grillos? pregunto y no tengo respuesta,
    tanto silencio, me quedo dormido sin escuchar su canto.

    Autor: Poeta Uruguayo Miguel Márquez

    Imagen de la red

  • Prosa Poética

    MIRA MÁS ALLÁ

    MIRA MÁS ALLÁ DE LAS TORMENTAS

    Mira más allá de las tormentas y no temas en seguir andando,
    habrán momentos difíciles que la fe los vencerá.

    Dios irá a tu lado con toda la fortaleza en ti,
    te dará certezas y la seguridad no te dejará caer.

    Mira más allá de las tormentas, verás la calma,
    verás el sol en el horizonte y el Señor dirá:

    -por más difícil que sean tus días, cree, porque estaré fortaleciéndote-

    Autor: Miguel Márquez

    Imagen: propia (Malania)

  • Relatos

    ATARDECER BERMELLÓN

    Desde temprano un viento frío barría el patio de tierra y silbaba entre las plantas de bambúes. – Es el otoño que está frente a nosotros- dijo ella. El viento se llevaba las hojas secas pero luego las traía de regreso, cambiaba de dirección como queriendo jugar a destiempo.
    El sol no se quería ir. La noche se resistía a desplazar al rey e imponer su color azabache. Luego la luna llena y los hogares dentro de las casas se encargaron de iluminar al tiempo que nadie se disponía a dormir esperando el día festivo.
    El mismo aire lo anticipaba.
    Las calles de la ciudad se iluminaron anticipadamente con guirnaldas de diferentes colores.  Ella las había recorrido miles de veces, aun cuando todavía no estaban asfaltadas. Las conocía de memoria tanto así que podía ir a ciegas sin tropezar.
    Llevaba  el peso de los días anteriores sobre los hombros. Pero nada ni nadie podría opacar poder pasar feliz la fiesta en familia.
    Estuvo sentada un rato largo en uno de esos bancos que le traían muchos buenos recuerdos. Aspiró el aire a puro pulmón, se subió el cuello del abrigo, se rodeó su cuello con la bufanda y emprendió el regreso a casa.
    Todos estuvieron preocupados hasta que la vieron entrar por el gran portón de madera.

    Malania

    Imagen: R. E. S.

  • Poemas

    PUENTE COLGANTE

    Bajo el manto celeste y el cálido sol,
    los rieles serpentean como promesas,
    testigos del vaivén de historias milenarias,
    susurran secretos al viento,
    en cada tramo, una nueva odisea.

    El bastión del puente, firme y erguido,
    sostiene el peso de sueños devenidos,
    como guardián de un paso ancestral,
    sus arcos susurran al río,
    las melodías de un tiempo sin igual.

    En la unión de acero y piedra,
    se entrelazan memorias de antaño,
    donde el eco de pasos resonantes,
    se funde con el murmullo del agua,
    en un abrazo eterno, inquebrantable.

    Los rieles y el bastión del puente,
    dos senderos que en el infinito convergen,
    testigos silenciosos del devenir del tiempo,
    enlazando destinos con hilos invisibles,
    en la tela tejida de la eternidad.

    Malania

    Imagen: R. E. S.

  • Poesía

    EL TUCÁN Y LA PAPAYA

    En la selva tropical, donde el sol se asoma,
    vuela el tucán con su plumaje de colores,
    mientras la papaya madura en la sombra,
    bajo la caricia cálida de los albores.

    El tucán, con su pico arcoíris, danza,
    entre las ramas verdes y frondosas,
    mientras la papaya, en su dulce bonanza,
    enciende los sentidos con su pulpa jugosa.

    Bajo el dosel del bosque, la vida palpita,
    mientras el tucán y la papaya se encuentran,
    en un eco de la naturaleza infinita,
    donde la belleza y el sabor se entrelazan.

    Así, en este rincón de la tierra exuberante,
    el tucán y la papaya celebran su unión,
    tejiendo en cada instante, con su encanto radiante,
    la melodía eterna de la creación.

    Malania

    Imagen: Ninet

  • Poemas

    EL MURO NO IMPIDE

    El muro no impide que el viento circule,
    que bese y acaricie los árboles,
    que corra fuerte o lento,
    que despeine hasta al ser más atento.

    El sol calienta parejo
    hasta a un pequeño catalejo,
    que se ha perdido entre las hierbas
    alrededor del lago en espejo.
    Llena los corazones de adrenalina
    y al bosque de intensa clorofila.

    El muro no impide que el alma vuele,
    libre como el ave que en el cielo
    suele dejar tras de sí sus trazas oscuras,
    entre sombras y luces, sin ataduras.

    El sol incansable en su ruta pura,
    dora los horizontes con su fuelle,
    y en cada albor que al día amanece,
    nos brinda su luz con gracia segura.

    Y aunque se oculte tras la bruma
    siempre retorna con su luz,
    en cada corazón deja ternura
    trascendiendo las barreras
    de todo muro a contraluz.

    Malania

    Imagen: P. M.

  • Poemas

    AQUEL PRIMER ENCUENTRO

    Como estatua viviente, muy ansiosa, impecable 
    estalló en un beso, tu mirada penetrante.
    se mezcló entre la gente, en hora pico y sol radiante
    de un movido Caballito a esa hora de la tarde. 
    Tu mano rozó la mía, como apresurando el vamos, 
    que pronunciaron mis labios, en intento de alejarnos
    del murmullo de la gente, que el café había inundado. 
    Me ayudaste con mi abrigo, a ponérmelo despacio 
    emprendimos un comienzo, las escaleras abajo 
    caminando lentamente, hacia el coche que abordamos
    hasta el refugio de amor, nos sumergió con encanto. 
    Tus abrazos y tus besos, me regalaron  un cambio, 
    con incógnitas y sorpresas, con sonrisas y entusiasmo.
    ¿Sería la única vez? me preguntaba pensando 
    ¿Tal vez el comienzo de algo?…
    dudaba ante ese encuentro de calor inigualable
    Tu sonrisa con la mía se entremezclaron al aire
    una pasión ardiente recorrió mi piel a mares,
    confundiéndome en la tuya con temor a enamorarme
    de esa bella estatua viviente que muy puntual y sutil
    fue a encontrarme, un 7 de junio que jamás podré olvidarme.

    Malania

    Imagen de la red

  • Poesía

    MASCOTA AL SOL

    Entre árboles y pasto,
    su sombra se desliza,
    bajo el cielo soleado
    que la brisa acaricia.

    La medianera guarda
    en su sombra, secretos de luz,
    mientras ella, exploradora
    avanza sin miedo a contraluz.

    Sus patas sobre el césped
    hacen eco suave,
    mientras el día soleado
    la envuelve en su clave.

    En este escenario
    de verdor y calma,
    la gata se convierte
    en musa que se enmarca.

    Susurra al viento
    sus deseos sin dueño,
    bajo el sol que ilumina
    su ser risueño.

    Así la mascota, al sol en día frío,
    sus sueños se tejen con un suave rocío.
    Entre árboles en la medianera plantados,
    la naturaleza y la gata se han encontrado.

    Malania

    Imagen: M.J.T.