• Poesía

    LAGUNA “EL POTRERO DE LOS FUNES”

    En una laguna de agua transparente,
    donde los peces danzan con gracia y encanto,
    se erige un hotel cercano, un enclave,
    para turistas, pasajeros, visitantes, tanto.

    El sol acaricia suavemente la ribera,
    mientras las olas besan la orilla con ternura,
    y en este paraíso, la vida se despliega entera,
    con risas, susurros y momentos de dulzura.

    Los turistas llegan, sedientos de aventura,
    explorando la belleza que la naturaleza brinda,
    mientras los peces juegan en su danza pura,
    y el hotel acoge sus sueños que cada habitación anida.

    En esta laguna de agua cristalina y clara,
    los corazones se llenan de paz y armonía,
    y los recuerdos perduran como joyas raras,
    en el lienzo etéreo de esta tierra tan bonita.

    En la laguna, un hotel flota en calma,
    sus cabañas se mecen con suavidad,
    sobre el espejo que el cielo abraza,
    donde el agua transparente es su verdad.

    Las cabañas, como nubes, se deslizan,
    sobre el lienzo azul que el sol acaricia,
    en esta escena donde el tiempo se iza,
    y el alma encuentra su paz y delicia.

    El hotel flotante, oasis en el agua,
    refleja la belleza de la naturaleza,
    donde el silencio canta en cada altura,
    y el viento acaricia con su suave promesa.

    En esta laguna, refugio de ensueño,
    en su lecho risueño, se anidan los sueños.

    Malania

    Imagen propia

  • Poesía

    EN LA RIBERA DEL RÍO

    En la ribera del río, de un atardecer muy bello,
    las piedras reposan, en su lecho sereno.
    El agua cristalina, refleja el cielo en calma,
    mientras el aire susurra, con dulce aroma en el alma.

    El paisaje se viste, de colores encantados,
    con pinceladas de oro, en tonos matizados.
    El río canta su canción, melodía sin igual,
    acompañado por el susurro del viento en su ritual.

    Entre luces y sombras, la naturaleza danza,
    creando un lienzo vivo, que al corazón alcanza.
    Y en este escenario etéreo, donde el tiempo se desvanece,
    el alma encuentra reposo, y el espíritu florece.

    Malania

    Imagen propia

  • Poemas

    ÁRBOL

    Hoy, 26 de abril es el Día del Árbol

    Bajo el cielo vasto, el árbol verde se alza,
    sus ramas extendidas como brazos de madre,
    cambia sus vestiduras con el ritmo del tiempo,
    pintando el paisaje con sus colores cambiantes.

    En primavera, brotan hojas como suspiros,
    verde esmeralda que baila con el viento,
    brindando sombra y cobijo a los cansados,
    y flores que embriagan con su dulce aliento.

    En verano, se viste de un verde intenso,
    sus hojas susurran historias al viento caliente,
    mientras sus frutos maduran bajo el sol ardiente,
    llenando el aire con aroma a promesas.

    El otoño llega y el árbol se transforma,
    sus hojas se tornan en un espectáculo de fuego,
    rojos, amarillos, naranjas, como llamas danzantes,
    alfombrando el suelo en un festín de colores.

    Y cuando el invierno cubre la tierra de blanco,
    el árbol se recoge en su silencio paciente,
    desnudo ante el frío, pero guardando la vida,
    en sus raíces, sueños de futuros renacimientos.

    Árbol verde, guardián de tantas estaciones,
    testigo silencioso de la danza de la vida,
    que en cada cambio de hojas, en cada ciclo,
    nos recuerdas la belleza de transformación debida.

    Malania

    Imagen propia


  • Relatos

    DÍA DE LLUVIA


    El día estaba gris. Cielo cubierto de nubes que daban un tono oscuro.
    La lluvia ya se hacía presente. Marta, sentada cerca de una ventana de su sala que dejaba ver a la calle, se mantenía muy entretenida.
    Jugaba con su imaginación mientras veía el agua caer sobre la ciudad.
    No perdía de vista nada; un señor bastante gordo intentaba cruzar una cuneta desbordante de agua. Le resultaba gracioso ver lo que hacía para poder llegar al otro lado.
    Dos jóvenes descargaban un camión frente a un comercio sin importarles que lloviese.
    Dejando volar la imaginación se entretuvo con todo lo que veía.
    Mirando al cielo las nubes hablaban entre sí entretenidas, se sentían cómodas dejando que el agua mojase a todos los que en la calle andaban.
    Los canales le parecían grandes ríos, algunos con respectivas crecidas por estar desbordados.
    Así su imaginación crecía, no demoró en ponerse a contar la cantidad de vehículos que cruzaban frente a su casa.
    El tiempo pasaba sin distraerla, ese día de lluvia la seguía entreteniendo más.
    El paisaje se veía diferente con algunas luces encendidas, quería dejar todo eso escrito en papeles pero no sabía cómo hacerlo.
    Lo suyo no era la escritura, trató de guardar todo en su memoria, para contarlo después como una bella historia maquillada con la magia de su imaginación.
    Dicha historia la llamaría DÍA DE LLUVIA, seguro atraparía a quien la escucharla.

    Autor: Poeta uruguayo Miguel Márquez

    Imagen de la red 

  • Poesía

    NUBES EMPEDRADAS

    Entre nubes empedradas, el sol se esconde,
    en un cielo de plata, su brillo responde.
    La lluvia susurra, en danza se pone,
    y el viento las lleva, donde el horizonte.

    Entre nubes empedradas, el día se duerme,
    y las estrellas brillan, cual luceros eternos.
    La luna sonríe, su luz nos gobierna,
    y en este paisaje, el alma se tierna.

    Entre nubes empedradas, el tiempo se enreda,
    en un juego sin fin, donde el amor se queda.
    Susurros de sueños, en la noche se cuelan,
    y en este universo, la vida se revela.

    Malania

    Imagen propia


  • Poemas

    LA VOZ DE LA TIERRA


    En la corriente del tiempo,
    los humedales se abrazan.
    En cada paso retumba
    una armonía que enlaza.


    La tierra nos habla
    su deterioro retumba.
    Debemos escuchar
    lo que la naturaleza rechaza.


    Tesoros en honor al vuelo
    que en equilibrio nos da la vida
    en alas de esperanza la conciencia
    que despierta noble y redimida.


    La voz de la natura, en cada despedida,
    renace en cada gesto, su eterna melodía.
    Que en estos versos se encuentre,
    la importancia de la tierra que nos da la vida.

    Malania

    Imagen: V.D.S.

  • Poemas

    INFANCIA

    La tierra, testigo de nuestros juegos,
    las calles, cómplices de nuestras travesuras,
    en cada rincón, un pedazo de cielo,
    en cada instante, una aventura segura.

    Así transcurren las horas de la niñez,
    entre los arroyos y los campos,
    bajo los puentes de la fantasía,
    donde el sueño y la realidad
    se entrelazan con maestría.

    Bendecida infancia, tiempo fugaz,
    que en el mundo deja su huella profunda,
    en el frío baúl de los recuerdos,
    entre la oscuridad y la luz, siempre fecunda.

    Malania

    Imagen: de la red

  • Poesía

    PODER AMAR

    En el friso del tiempo,
    brota el deseo.
    Maquillar los días
    con sueños sin rodeo.

    Bajo el sol y la arena,
    el mar nos enseña.
    En la vida, el deseo
    nunca se reseña.


    No quejarse del tiempo,
    en la arena del mar.
    Tratar en la vida,
    siempre poder amar.

    Malania

    Imagen: Propia

  • General

    UNA PIZCA DE SARCASMO

    Mi felicidad aumenta a medida que te alejas.

    Señores, ya hemos agotado el resto de opciones. Ahora, podríamos sentarnos a negociar.

    Es curioso: tu nombre ya no aparece en mi diccionario personal.

    A partir de ahora, me dedicaré a recuperar el tiempo que he malgastado contigo.

    Me gustas cuando callas.

    Soy responsable de mis palabras, no de tu comprensión.

    Tu adiós fue mi gran alivio.

    Cualquier día llamarás a mi corazón y te saldrá que está comunicando.

    Si no te gusta cómo soy, intenta cambiar tus gustos.

    Tus ausencias serán los mejores recuerdos que me habrás dejado.

    Autor: Gentileza de Potásico A.M.N.
    Imagen: Potásico

  • Relatos

    EN EL BAR DE LA ESQUINA

         Un hombre precavido vio a una cajetilla que se suspendía en el aire. Pero como no era tonto, sabía que eso era algo ilógico y misterioso. Apeló al acertijo y se paró frente a la sala llena de espectadores que lo observaban atentos y rabiosos, sobre todo aquellos a los que tapaba la visual de aquel grandioso espectáculo que tenían en la enorme pantalla. A él no le gusta el cine, tampoco el teatro, pero ahí fue a hacer tiempo y pasar el rato mientras llegaba la hora de la bendita reunión de trabajo.  Él no vio a nadie que llenara su curiosidad y volvió a acomodarse y hundirse en su asiento mullido. La cajetilla cayó sobre su regazo y dentro de ella había una nota escrita con tinta indeleble: Estoy aquí, decía ella, a cinco hileras detrás de donde estás tú. Te envío un cigarrillo para que lo disfrutes al terminar la función, mientras piensas en mí. Estoy cerca, y si me llamas por teléfono, podríamos combinar una salida de esas que te gustaban y me gustan, cualquier día de esta semana. Tomaremos café, agua o lo que prefieras, en aquel bar de paredes vidriadas justo en la esquina de Hidalgo y Díaz Vélez.
     
    Malania                                                                                       
    Imagen de la red