• Poemas

    VIDA

    Una meta y un destino,
    es lo que construimos
    cada día y en silencio,
    recorremos el camino,
    deseando que aminore
    nuestras luchas, nuestras penas,
    y lleguemos al final
    de esa terrible jornada
    con sonrisa de alegría,
    para no transmitir a nadie
    nuestro cansancio del día.
    Los tiempos han cambiado.
    Este mundo está perdiendo
    los estribos de la vida.
    Hay caminos de locura
    sin control y sin medida.

    Malania

    Imagen: Gerardo S. V.



    
    
     
    
    
  • FRASES,  General

    CEBRAS

    “Los problemas empezaron cuando las cebras de rayas blancas comenzaron a odiar a las de rayas negras”. Es lo que pienso de las personas, si bien todos somos semejantes e iguales ante los ojos de Dios, o simplemente ante el Universo, hay algunos (o tal vez muchos) que odian a vecinos, a sus compañeros de estudio o de trabajo, a la gente que no comparte las mismas ideas, ya sea de política, religión u otro aspecto de la vida. Tratan de hacerles daño de cualquier manera y gozan con la tristeza y el malestar ajeno.
    Nunca los voy a entender ni comprender.
    ¿Seremos como las cebras? Que no podemos ver que todos somos iguales, y que al finalizar nuestra misión en esta vida, no nos llevaremos nada ni siquiera nuestro cuerpo?
    No cuesta nada tratar de entender al que piensa diferente, al que tiene otra visión de la vida. La envidia, el odio, el desamor, y tantas otras cosas malas son las que destruyen el corazón, el alma y la vida misma.
    Gracias querido amigo Patricio por compartir el texto de la fuente.

    Malania
    Imagen de la red.

  • Poemas

    POETA ELEGIDO

    ¿Por qué usted eligió a este poeta?
    ¿Por qué te atreves a hurgar mi alma?
    ¿Por que quieres beber de mi fuente?
    Dulce Piadosa que taconeas mi puente,
    mira que soy santo que muere crucificado
    porque soy sacerdote que comulga el amor
    pero también soy pecador que sabe pecar
    Los furores de mi corazón claman al amor
    mi alma de poeta se agita con un te quiero
    y suspiro con una sonrisa tierna de amor
    Mi necesidad es constante y legítima
    y con prontitud me trepo a una ilusión
    porque tengo real capacidad amatoria
    Y mira, soy radiante luz, cuando amo,
    parpadeante aurora cuando quiero
    y hay dulzura en mi alma si deseo
    Amo la vida real y fecunda en la mujer
    porque es la belleza del amor en acción
    como verbo de admonición y combate
    Anhelo dormir en los brazos de Venus,
    añoro entregar mi amor expectante,
    deseo que lleguen las golondrinas
    a mi corazón de eterna primavera.


    Autor: Poeta peruano Paquito Peralta.

    Imagen de la red

  • Cuentos

    INCENDIO

    Era una tarde calurosa, con el sol brillando con intensidad sobre los campos en parte verdes, en otras, dorados. En una pequeña aldea, las familias se dedicaban a sus tareas diarias, disfrutando de la tranquilidad que ofrecía el entorno rural. Sin embargo, esa calma estaba a punto de ser interrumpida de una manera inesperada.
    Como lo hacía habitualmente, Pedro, un joven granjero, estaba trabajando en su huerto. Mientras plantaba verduras, vio una columna de humo elevándose a lo lejos. Al principio pensó que era una fogata de algún vecino, pero pronto se dio cuenta de que el humo se estaba volviendo más denso y se extendía rápidamente.
    Pedro dejó sus herramientas y corrió hacia la colina que le ofrecía una mejor vista. Lo que vio le heló la sangre: un incendio se había desatado en la ladera opuesta, y el fuego se estaba extendiendo rápidamente hacia su dirección. El viento norte soplaba fuerte, empujando las llamas hacia los campos que había trabajado tan duro para cuidar.
    Sin perder tiempo, Pedro comenzó a alertar a sus vecinos. Con su voz resonando en la tarde calurosa, corría de casa en casa, llamando a todos a la acción. – ¡Hay un incendio en el campo! ¡Tenemos que ayudar a apagar el fuego! ¡Llamemos a los Bomberos!  
    Los aldeanos se apresuraron a salir de sus casas, algunos en estado de pánico y otros con una determinación feroz. Las familias se reunieron, recogieron a sus animales y se dirigieron al punto más alto de la aldea, lejos del fuego. Mientras tanto, Pedro y un grupo de hombres comenzaron a organizarse para luchar contra el incendio.
    El fuego avanzaba rápidamente, y pronto las llamas comenzaron a devorar los campos de trigo y las zonas boscosas. Pedro sabía que necesitaban una estrategia para frenar el avance del fuego. Decidió dividir a los aldeanos en equipos para trabajar en varios frentes. Algunos usaban cubos de agua y mangueras para intentar controlar las llamas, otros cortaban ramas de árboles y con eso golpeaban los pastos más cortos para apagarlo.
    A medida que avanzaba la tarde, la lucha contra el incendio se volvía cada vez más difícil. Los hombres estaban agotados, y las mujeres se turnaban para llevar agua y aliento a los que estaban en el frente de batalla. A pesar de sus esfuerzos, el fuego seguía avanzando, consumiendo todo a su paso.
    Justo cuando parecía que todo estaba perdido, llegó una brigada de bomberos de la ciudad vecina. Habían escuchado las noticias del incendio, alguien dio aviso de lo que estaba sucediendo, y acudieron en ayuda. Equipados con camiones de agua y mangueras de alta presión, se unieron a la lucha y, finalmente, lograron controlar el fuego.
    La noche cayó, y el incendio se extinguió, dejando tras de sí una extensión considerable de campo quemado. Los aldeanos, aunque cansados y tristes por la pérdida, estaban agradecidos por la ayuda recibida. Se reunieron en la plaza de la aldea para celebrar su valentía y el esfuerzo colectivo que les permitió salvar vidas y propiedades.
    Pedro, exhausto pero satisfecho, miró los campos quemados y su huerto intacto, porque gracias al riego artificial que hacía poco había instalado, el agua no permitió que el fuego avance en ese sector y en otros cercanos. Agradeció a Dios por la comunidad que estaba unida y que juntos podrían superar cualquier desafío.
    Así, aunque el incendio dejó cicatrices en el campo, también fortaleció los lazos entre los aldeanos y demostró el poder de la solidaridad en tiempos de adversidad.
    En el aire flotaron preguntas y hasta hoy quedan recuerdos: ¿Cómo se produjo el incendio? ¿Una botella de vidrio que alguien tiró y quedó expuesta al sol? ¿Una colilla de cigarrillo?
    Sobre todo en días de calor intenso, se deben tomar precauciones para evitar este tipo de accidentes.

    Malania

    Imagen: Bomberos

  • Cuentos

    EL TERO TICO

    En un vasto campo de verdes praderas y colinas suaves, vivía un tero llamado Tico. Era conocido por su elegante plumaje gris oscuro, negro y blanco y su característico grito agudo que resonaba a gran distancia. Cada mañana, al alba, Tico se levantaba temprano para recorrer su territorio y asegurarse de que todo estuviera en orden.
    Un día, mientras exploraba cerca de un arroyo, Tico vio algo inusual: una bandada de aves desconocidas había llegado al campo. Eran aves grandes con plumaje brillante y un comportamiento algo extraño. Tico, siendo el guardián del campo, decidió investigar. Voló hacia ellas con su característico vuelo enérgico y les preguntó qué hacían allí.
    Las aves le respondieron que estaban buscando un lugar seguro para anidar. Tico, siempre dispuesto, les ofreció su ayuda para encontrar el lugar perfecto. Juntos exploraron el campo, y Tico les mostró los mejores lugares para construir sus nidos, asegurándose de que estuvieran alejadas de los depredadores y con suficiente comida cerca.
    Con el tiempo, las aves nuevas se establecieron allí y, bajo la guía de Tico, el campo se llenó de vida y color. Él se convirtió en un amigo querido para las nuevas aves, y su grito ya no solo resonaba en ese lugar, sino que también se mezclaba con los nuevos cantos que llenaban el aire.
    Así, el tero demostró que ser un buen guardián no solo significa proteger tu hogar, sino también ayudar a otros y hacer nuevos amigos. Y así, el campo se convirtió en un sitio amplio, aún más alegre y armonioso gracias al espíritu generoso de Tico.

    Malania

    Imagen: Roxana E. S.

  • Prosa Poética

    BAJO LA MISMA LUNA

    Cruzando valles se va,
    camina lento en su soledad llena de silencio.

    Carga una pena, deja una lágrima
    y el viento parece hablarle como diciéndole quien sabe qué.

    Va con la luna iluminando el camino, lleva sus sueños,
    vive feliz aunque la vida le haya quitado recuerdos.

    Canta alivios, escribe versos que hablan por sí solos,
    abraza las ganas dejando ir alguna ilusión.

    Bajo la luz de la luna, consigo el tiempo,
    pasan los días marcando años de tanta nostalgia.

    Todo es ayer con el hoy lado a lado mirando a lo lejos,
    buscando lo que no ha de volver mientras sigue marchando.

    Autor: Miguel Márquez

    Imagen de la red.

  • Poesía

    CAMINO SINIGUAL

    El polvo y el sol son compañeros,
    en el camino de tierra roja,
    cada huella revela los senderos
    de un viaje profundo hacia el hogar.

    Lento y firme, se abre y se queda
    para esperarte con fe y con esperanza,
    la tierra que pisas en tus suelas avanza
    con la huella de quien busca y labra.

    Entre campos y selvas, la jornada
    es un canto al valor y a la entrega,
    la misión de un alma iluminada
    que casi nunca se posterga.

    Por caminos de tierra, se despega
    el espíritu libre y sin medida,
    hacia el horizonte de la vida,
    donde ha encontrado a su prometida.

    Malania

    Imagen: Gentileza de Ninet

  • Poemas

    SÉ QUE NO PUEDO OLVIDARTE

    Quisiera echarte a un lado,
    dejar pasar el tiempo y seguir andando.
    Estás en mis pensamientos,
    mi voz te llama mientras la mirada te busca.
    Sé que no puedo olvidarte,
    nunca podré, porque quedó muy dentro
    un gran dolor que dejó tanta tristeza.
    Camino en la soledad con un vacío
    guardando nostalgia,
    siento irse las palabras llenas de silencio.
    Sé que no puedo olvidarte,
    jamás sabrás tanto te extraño,
    a través de los años no pierdo la esperanza
    aunque sé que no habrá regreso.

    Autor: Miguel Márquez

    Imagen: Propia (Malania)

  • Relatos

    EL PUEBLO DONDE NACÍ

    Es un lugar donde todos nos conocemos, sabemos quién vive ahí en esa esquina del centro, también allí en la casita solitaria más alejada.
    Saludamos cada vehículo al pasar que nos toca bocina, al que nos grita llamándonos.
    Charlamos en nuestra plaza con el que se ponga, de fútbol o de política.
    En el pueblo donde nací encuentro tanta amistad viviendo en mis recuerdos.
    Se, todo cambia con el paso del tiempo pero, su gente no pierde su esencia andando sin llevar prisa por los caminos que da la vida.

    Autor: Miguel Márquez
    Imagen: propia. (Malania)

  • Poesía

    PÉTALOS DEL DESEO

    En el jardín del tiempo, nacen las flores,
    Con sus pétalos suaves, susurran al viento,
    mientras cada estación del año
    desparrama aromas en su aliento.

    Entre el verde y el sol, su quietud se esconde,
    en la brisa ligera, su esencia responde.
    Es la flor que despierta los sueños dormidos,
    pintando colores en campos y jardines.

    Sus tallos erguidos, con gracia se inclinan,
    bajo el cielo azul, su danza se adivina.
    Las mariposas les rinden homenaje,
    y las abejas las buscan en sus viajes.

    Flores con su esplendor sereno,
    representan la esperanza, el anhelo pleno.
    Su belleza efímera, como un suspiro,
    es un canto a la vida, al eterno giro.

    A cada una de las flores:

    Que en cada pétalo lleves un deseo,
    en cada aroma un dulce anhelo.
    Y que, al desvanecerte en el tiempo,
    dejes tu magia en cada momento.

    Malania

    Imagen: Gentileza Rubén E. Ch.