Ribeteaba la brisa dorada
formando pompones algodonados
mientras la quimera del ayer
corroía mis pensamientos
quedando atrás
las crestas deshechas
desparramadas
en un
mar calmo
y pendiente de la nada.
A veces mis sueños luchan
en el jaral de un día de junio
o en el regreso a casa.
Exangüe dormito.