• Haikus

    HAIKUS XXVI

    EN CUALQUIER LUGAR

    Un gato llora
    debajo de la mesa.
    Nadie lo escucha.

    Un sapo duerme
    en la rama de un árbol.
    Los grillos cantan.

    Un perro ladra
    alguien llama a la puerta.
    Llegó visita.

    En cualquier lugar
    los animales viven.
    Y no se quejan.

    Malania

    Imagen: R. M. T.

  • General

    TEJER EN NATURAL

    Aventura sus patas como escalando montañas
    aumenta el entretejido con destino incierto.
    El hilo tenue va dando forma a la inmensa figura geométrica.
    El clima subtropical acompaña su acometido.
    Abanica el cantar de pájaros que alegran al vecindario,
    mientras los reflejos del amanecer intensifican
    el aroma de jazmines, que tiñen de blanco el bulevar del pueblo.
    La fibra proteica hilada con empeño lleva incluido un parapente.
    Atrapados en su vuelo los insectos truncan su destino y
    las tejedoras sienten la vibración de la red 
    cuando los paseantes caen en ella 
    los atacan rápidamente y los devoran exitosas.

    Malania

    Imagen: M. J. T.

     
     
     
     
     
  • General

    TÚ…

    ERES
    la fresa de un helado derretido
    el dulce de leche del flan sin azúcar
    el caramelo del postre de limón
    la estrella en noche tenebrosa
    la sonrisa en un día de lluvia
    el candor de mis días grises
    la inocuidad en horas de zozobra
    eres amor y dulzura
    mi ángel de ternura.

    Malania

    Imagen de la red.

     
  • Haikus

    HAIKUS DEL MAR

    Un cono verde 
    De autóctonos árboles 
    Yergue a lo lejos.

    Aguas marinas
    Movidas por el viento 
    Dibujan olas

    El sol se interna
    Refrescando sus rayos
    En profundo mar

    Malania

    Imagen propia

  • General

    CARTA SIN DESTINO

    Tal vez nunca llegue a tus manos, se le cruzó por la cabeza a  Eleesa, mientras escribía  todo en su mente,  tallando letra por letra las oraciones de lo que sería su carta a Maroo.
    Querido mío:
           No sé dónde estarás en este preciso instante, quizás en el sur del  horizonte o en el centro del universo. Hubiera querido que me retengas, o al menos que lo intentes, el día que te conté lo de mi partida. No era inminente la decisión. Si me lo hubieras pedido, quizás no hubiese tomado alas al vuelo.  Prefería  quedarme a tu lado aunque no viviese junto a ti. Pero no dijiste nada, o sí, alentaste mi viaje como si no te interesara que ya no estuviese cerca, como convencido de que era mejor que estuviera donde hoy estoy y las razones no hacen falta recordar, porque ambos sabemos cuáles son.  Si me lo hubieras pedido, hoy estaría allá, cerca del hermoso parque, con amaneceres al compás del trinar de  palomas, gorriones y el infaltable zorzal. Pero no, aquí hay gorriones y ladrido de canes cuando pasa el camión de madrugada para retirar los residuos que se esconden en negras bolsas, o algún vecino madrugador que debe cumplir con su labor diaria y llegar a horario a su trabajo. Yo ya no tengo obligaciones de horarios que cumplir, simplemente vivo. Ese vivir sin ti, hoy ya no se me pone cuesta arriba. Aunque todavía te extraño, cuando canta el zorzal por la mañana o las palomas al atardecer.  Y hasta me animo a decirte lo que versa en una canción:  “Aun te amo”. 

    Malania

                                                                                                                                                   
    Imagen de la red
  • Prosa Poética

    MIRABA LA LUNA

    Miraba tan firme, muy concentrada, hablaba el silencio ¿que le diría?

    La luna parecía inmóvil, no quería irse, tal vez descubrió su pena tratando calmar dolor.

    Miraba la luna, la miraba buscando encontrar los secretos guardados en la madrugada.

    Niña ¿que penas aquejas? ¿será de amor? solo tu lo sabrás y no querrás decir. 

    Déjame entender, déjame ayudar y así dibujar en ti sonrisas que borre el llanto.

       Autor: Poeta Uruguayo Miguel Márquez

    Imagen: Malania Nashki. La luna en Itapema, Brasil.

  • Poesía

    TERMÓMETRO BAJO CERO

     
    Reposan mis pies desnudos
    bajo mi manta floreada
    es invierno, pero ella
    me recuerda sigilosa
    la primavera soleada.
     
    Vuelan dudas bajo mi cama
    enmudecida y sin ruidos
    esos que hacían chirriar
    los oídos de vecinos.
     
    Y en espera siguen sueños
    cuando el reloj marca las cinco
    con mensajes que no llegan
    a pesar de mis suspiros.

    Quizás congelados están
    reposando en la pradera
    aguardando a que florezcan
    los girasoles tardíos.

    Las sensaciones perduran
    cuando esperan el amor
    del poeta que sentí mío
    en crudos días de invierno
    o entre sudores de estío.
     
    Malania
    Imagen: M. J. T.
     
  • Prosa Poética

    MI AMOR A LA DISTANCIA

    Me llamo Lina.
    Aquí estoy
    tomando impulso
    para llegar donde sea que estés.
    Con mis uñas
    vagaré por tu deliciosa espalda.
    Con mi lengua
    husmearé tus recónditos espacios sin sol.
    Con mis labios
    cubriré tu cuello y los exquisitos lóbulos de tus orejas.
    Y antes de separarnos nuevamente
    susurraré a tu oído cuánto de amo.
    Y así como lo hice aquella vez
    una vez más te pediré que no me dejes,
    porque yo no quiero dejarte.
    Mi Amor a la distancia.

    Malania

    Imagen: M. J. T.