• General

    ATARDECER DE PRIMAVERA

    Corren los días del mes de noviembre en el litoral argentino.
    Después de una larga jornada de trabajo, regreso a casa como siempre hacia el oeste, donde el sol ofrece sus últimos rayos entre nubes de diferentes formas y matices.
    Aunque un poco cansado, no tanto por el trabajo físico sino mental, estoy feliz de llegar a mi hogar. – No es fácil atender a personas adultas con problemas de salud, consciente de que muchos de ellos están pasando sus últimos días (o tal vez meses) de vida. Solo Dios sabe cuándo se apagará su luz interior -.
    Como casi siempre me esperan Sía, Huma y Gris. Cada una a su manera y desde diferentes lugares. No me piden más que un poco de caricias y mimos. Es fortalecedor ese contacto cariñoso, es como un cable a tierra.
    Me olvido del cansancio al  verlas felices con mi regreso.

    Malania

    Imágenes: M. J. T.

  • Poemas

    SE DURMIÓ

    Se durmió el día, lo alcanzó la noche.
    El sol distraído cayó en el horizonte,
    la luna tan bella se mostró elegante,
    Dominó el silencio en la madrugada,
    esperando un nuevo amanecer.

    Autor: poeta uruguayo Miguel Márquez

    Imagen: propia (Malania)

  • Poemas

    NUNCA MÁS

    Bajo el brillo de la luna
    serpenteaba una canoa
    y con ella alguien,
    aburrido de no hacer nada,
    plañía en medio del lago
    buscando esa paz
    que el opiáceo no le daba.

    Y afligido
    por su destino incierto,
    exhalaba
    con los brazos abiertos,
    clamando amor
    cual ave en el desierto,
    bajo un cielo azul
    en mar adentro.

    Un remolino lo sorprendió
    envolviendo la canoa  
    y sin contemplación ninguna
    al fondo los sumergió.
    Nada pudo hacer el sol
    y frente a la luna lloró.
    Nunca más nadie los vio.
    Malania
    Imagen: C. J. V.
                                  
  • Poemas

    ESTÍMULO

    El estímulo no era suficiente
    para pensar con calma.
    Sentía que todas mis fuerzas
    me habían abandonado.
    Pasé tres días extraños
    sintiéndome como si estuviese
    andando por el fondo del mar
    como envuelta en una membrana.
    Algo me impedía entrar
    en contacto con el mundo.
    Las cortinas de lino flameaban
    al compás de la cálida brisa
    de una ventana entreabierta.
    Una entena surcaba
    el cielo calmo estrellado.
    Y en cada una de ellas,
    en cada estrella vibraba
    un pedacito de aquel ser
    que en lejanía
    todavía es amado.
    Malania
    Imagen de la red.                                                                               
                                           
  • General

    NUBARRONES

    Los hay oscuros e iracundos
    grises o azabaches
    anunciando tormentas.
    Otros deshilachados
    por fríos y fuertes vientos
    bajo la bruma húmeda y gris.
    Pero otras veces
    se presentan nubes pomposas
    como capullos de algodón,
    delicados y esponjosos.
    O bien, tornasolados
    como bordadas con lentejuelas
    con el brillo incomparable
    de un atardecer con sol.


    Malania

    Imágenes: R. G. y propias.


  • Minicuentos

    SOLITARIA Y PERFECTA

    A María Magdalena la llamaban Mary. Era modista y peluquera profesional en un pueblo pequeño donde había nacido. Vivía con sus padres, nunca tuvo pareja y casi no tenía amigos porque su madre era muy celosa y selectiva. Mary era muy insegura y todo lo consultaba con ella. Su padre no aportaba opinión porque si lo hacía, las mujeres igual “siempre salían con la suya”.
    Por esas cosas de la vida, Mary, ya adulta se quedó sola. Sus dos hermanos habían formado cada uno su familia y no vivían cerca.
    Se dedicó de lleno a su profesión pero con la aparición de nuevas peluqueras y modistas, de a poco fue perdiendo clientes a causa de que nunca se había perfeccionado. Como le gustaban las plantas cuando no tenía trabajo en su taller, se dedicaba a la jardinería. Le gustaban todas las plantas, con o sin flores. Les hablaba cuando las regaba y siempre recorría los senderos de su jardín para controlar plagas o insectos que pudieran estar por ahí como intrusos.
    Un día Mary enfermó y tuvieron que internarla en un sanatorio. Una amiga cuidaba de todas plantas, pero  como todo ser vivo, percibían la ausencia de su dueña. Algunas se marchitaron, de otras se secaban las hojas, y otras se negaban a abrir sus pimpollos y se caían sin esperar a que se desplieguen sus pétalos. Así fue una y otra vez, porque Mary mejoraba, regresaba a su casa pero volvía a decaer. La depresión la fue absorbiendo y lo único que la mantenía viva eran esas plantas, sobre todas aquellas que se conservaban lozanas. Una de ellas era esa rosa amarilla que había plantado ante su ventana. Ella no paraba de florecer y alimentaba, por momentos, el buen ánimo. Casi siempre le arrancaba una sonrisa cuando corría la cortina en las mañanas tardías.
    Mary ya no está entre nosotros. La persiana se levanta todos los días para ventilar la casa y permitir la entrada de los rayos del sol. Hoy la casa pertenece a otra familia, y la rosa sigue viviendo como esperando ver a Mary a través de la ventana para escuchar el canto de su cariñosa voz.

    Malania

    Imagen: gentileza de R. E. Ch.

  • Poesía

    MASCOTAS

    Sin alforjas
    y sin sogas
    corrieron tranquilas
    detrás de una antorcha
    que la noche adorna.
    No vacilan
    ni estorban
    me ven y posan
    para un mural de moda.
    Alguien las dibuja
    y pinta en armonía
    colores al oleo
    en las fotografías.
    Malania
    Imagen propia
  • Prosa Poética

    COMO TODO HIJO DE DIOS

    Como todo hijo de Dios aprendí amar y me amé.
    Miré a los ojos dejando escapar unas lágrimas de los míos.
    Sentí por dentro algo especial, tendí la mano regalando un “cuenta conmigo”.
    Regalé dulzura en el habla dejando pasar palabras hirientes.
    Hoy disfruto la vida, guardo momentos que se hacen únicos hechos recuerdos.
    Puedo reír y llorar porque aprendí a ser feliz viviendo la tristeza con fortaleza.
    Camino firme por el buen camino, sé que no me perderé, no miro atrás,
    dejando que el tiempo pase sin una queja.

    Autor: Miguel Márquez
    Imagen: de la red

  • General

    SACRIFICIO DE AMOR

    Ensortijado,
    ulula el viento
    en la noche oscura,
    remece las ramas
    confundiéndose entre
    el drenar ilusivo y real
    de la llovizna fría
    que cae gris sobre los catres
    cubiertos por impermeables.
    No sabe el marinero
    si descansar
    o esperar despierto
    el postergado amanecer.
    Y así pasa días y noches
    velando y custodiando
    las fronteras de la patria.

    Malania

    Imagen: S. D. V.

  • General

    ARTES DIFERENTES

    El hombre observaba y contemplaba un atardecer diferente,
    el arte de la Creación en su perfección.
    Mientras en otro lugar una mascota,
    quizás para llamar la atención de su amo,
    afilaba sus uñas en la madera del poste, pilar del garaje,
    tallando huellas, dibujando canales.
    La Creación es obra perfecta,
    donde los pájaros colaboran en el sembrado de especies vegetales.
    El viento también colabora para esparcir semillas.
    Así crecen los arbustos y algunos se vuelven árboles.
    Nacen flores por el campo, al costado de los caminos, nadie las planta, pero ellas embellecen el universo.
    El hombre disfruta del atardecer diferente percibiendo el aroma de la vegetación humedecida por el rocío del ocaso.
    Mientras la gata está sumida en un sueño profundo con sus perfiladas uñas.

    Malania

    Imagen: N. C. G. y M. J. T.