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BAÑADO EN ALMÍBAR

Contemplé una puesta de sol
tan hermosa que parecía un milagro.
El horizonte entero estaba teñido de colores,
tan brillante que parecía
bañado en almíbar de jugosas frutas.
En aquel atardecer abrumador
me acordé del paseo por la playa,
cuando por pura casualidad,
encontré señal de internet,
bajo la sombra de un inmenso cartel
que refería al lugar donde me hallaba.
Quizás la señal la trajo la brisa marina
o el caudal de aquel arroyito de aguas cristalinas.
Me senté sobre una roca bamba gris y leí la carta,
en la que me decías sobre la envidia
que sentías por no poder estar allí.
También me pedías que disfrutara de la estadía.
Y así lo hice, aunque me hubiese gustado
que estés también junto a mí. 
Cuando regresé, mi deseo de verte
y el amor hacia ti, fue más fuerte todavía.
Corría el mes de enero de hace algunos pocos años.

Malania

Imagen propia.
                                                                                                                    
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