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    LO QUE DICE ELSA

    Me dices que estos versos son oscuros, y acaso
    lo son, sin embargo, menos de lo que he querido.
    Cerremos nuestra ventana sobre la felicidad robada,
    por miedo a que entre el día,
    y vele para siempre la foto que deseaste.
    Me dices nuestro amor si es que inaugura un mundo,
    es un mundo en el que la gente gusta de hablar sencillamente.
    Deja allá a Lancelot, deja la Tabla Redonda,
    Ireo Virnana Esclarnionda,
    que por espejo tenía una espada deformadora.
    Lee el amor en mis ojos y no en las sombras.
    No trastornes tu corazón con sus antiguos filtros.
    Las ruinas a mediodía son solamente escombros.
    Esa es la hora en que tenemos dos sombras
    para mejor estorbar el arte de los románticos.
    Tendría acaso la noche más encanto que el día.
    Vergüenza para aquellos que ante el puro cielo no suspiran.
    Vergüenza para aquellos que, un niño de golpe no desarma.
    Vergüenza para aquellos que no tienen lágrimas
    para un canto callejero una flor en los prados.

    Tú me dices si tú quieres que te ame y te ame.
    Es preciso que ese retrato que vas a pintarme
    tenga como un verde nido sobre fondo de crisantemo.
    Un tema escondido en su tema.
    Y une al amor el sol que ha de venir.
     
    Autor: Louis Aragon fallecido en París en 1982 (Elsa, su esposa)
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    ENTUMECIDA

                
    Literalmente comprendió el mensaje.
    Qué más daba si era virtual o real.
    Amaneció con la almohada sobre su cara,
    en señal de negación a un nuevo amanecer
    ¿Todo para qué si él no la quería?
    Quien no quiere amar,
    ni siquiera siembra en el desierto,
    por temor a que misteriosamente la semilla
    acabe germinando, pensó.
    En cambio el que ama,
    busca sembrar en tierra fértil,
    la cuida, la riega y la protege
    con besos, mimos, caricias y abrazos,
    para así verla crecer.
    Por resistencia a la vida,
    la semilla de a poco desaparece,
    o entumecida
    por el frío y el cansancio del andar,
    en algún lugar perece. 
    Imagen de la red.
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    Algo mas que palabras…

    Prosa escrita en la página “Algo más que palabras” cuyo autor es Patricio M.

    Saber ser

    Las caídas enseñan que aprender es el camino; que el saber es la herramienta, el saber hacer el modo y el saber ser es la esencia.

    Es el agua en su naciente que calma al sediento su sed. El recipiente por mucho que quepa en su cavidad vacío no sirve de nada.

    La humildad no tiene prensa y la ostentación proclama su pobreza delante del espejo.

    Que los miedos son inculcados y enfrentarlos es propio.

    La valentía nace del temor y los aciertos del error.

    Que son buenas las noticias si el corazón palpita discontinuo (Cuando su traza es recta dejó de funcionar)

    La rebeldía es una bendición y la negación es el peor enemigo.

    Como represa las lágrimas están contenidas y de tanto en tanto, la alegría o la tristeza dejan fluir.

    La misma lluvia que anega, es la que trae alivio, la que no para, la que se espera, la que riega los cultivos, la que cae y se levanta distinta, iniciando un nuevo ciclo

    Que así somos las personas y de una vez por todas debiéramos saber ser…

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    DEJA QUE LAS AGUAS CORRAN


    No pretendas corregir al árbol viejo y torcido
    porque seguro que se rompe al primer desvío.
    No remes contra la corriente
    porque tus esfuerzos serán inútiles,
    y aunque lo intentes, te cansarás
    y te darás cuenta que tu recorrido ha sido en vano.
    No pretendas que alguien
    se enamore de ti por lo que tienes,
    aunque tu amor, por él o por ella,
    sea el más grande del mundo
    y estés seguro que nada te detiene.
    La vida continúa,
    la sangre se desplaza por los capilares
    y nuestro cuerpo sigue funcionando.
    El agua corre por su cauce
    da vida a los peces y otros animales
    y a la vegetación verde.
    Sé tú mismo,
    con la convicción de que eres útil
    para tu entorno y para ti mismo,
    aunque digan lo contrario tus enemigos.
    Quiérete, ámate, porque de ese modo
    dejarás que corran las malas aguas
    y podrás, sin tapujos ni rencores,
    amar a los demás.

    Imagen: M. J. T.

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    EL RELOJ DE LA LUNA

    En algún lugar,
    se detuvo el reloj,
    por orgullo
    o por maldad,
    por amor propio
    o por testarudo,
    por miedo
    o por perezoso.
    Nunca fue virtuoso,
    muchas veces equivocó
    y cambió las agujas
    por coquetería menor.
    La manecilla pequeña
    marcaba los minutos
    y la más grande, la hora.
    Armó tantos líos en el mundo
    que a mediodía salió el sol
    y a la siesta cayó el rocío,
    los novios se desencontraron
    y la cita no se concretó.
    A los pies de la noche
    mostró su cara la luna
    y el día amaneció.

    Imagen: C. J. V.

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    EL CAMINO

    Como un silbido musical armoniosamente modulado,
    infundían miedo los truenos y los relámpagos.
    Los chorros de agua luminosos de los reflectores naturales,
    se movían en el cielo
    como protección a las almas
    bajo una noche áspera, húmeda y nada calma.


    Su mirada turbia
    que vacilaba en el fondo de sus ojos
    no era solo una trivial insistencia.
    Con ingenuo y fingido bienestar general
    me rogó que lo acompañe a pesar de la lluvia.
    Sentía miedo de sí mismo,
    de sus pasos indecisos y de aquello,
    que lo esperaba al final del camino.
    ¿Habrá elegido el camino equivocado?

    Imagen: R. E. Ch.

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    SANTA RITA

    Unos dicen que es Santa Rita,
    otros que es buganvilea menor.
    También la llaman veranera,
    trinitaria, camelina
    o flor de papel de amor.
    Y vaya uno a saber
    cuántos nombres más tiene
    en países diferentes.
    Lo cierto es,
    que sus flores son hermosas.
    Se presentan en racimos
    para el deleite de retinas
    de paseantes y turistas,
    orgullo del que plantó
    tan pintoresca especie.
    Al ver esta hermosa planta
    unos dicen que se descuelga
    en forma de corazón
    desde lo alto del balcón;
    otros, que son como uvas en racimos
    para elaborar ricos vinos;
    y también están los que opinan
    que se trepó por un árbol seco,
    del que solo le quedó el esqueleto
    después de una larga sequía y un envión,
    y le sirve de soporte
    a las ramas de esta preciosa flor.
    Santa Rita o camelina…
    lo cierto es que de ella disfrutan
    mariposas, colibríes,
    y gorriones, y en primavera
    las visitantes golondrinas.

    Imagen: M. J. T.

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    MI POEMA DE AMOR

    Letras de Rubén E. Ch., un hombre que las ha pasado mal en el camino de la vida, pero gracias a Dios (como lo digo yo) y gracias al Universo (como lo dice él) está vivo y con el ferviente deseo de seguir adelante a pesar de todo y de todos los que lo hirieron.

    Esta es: Una mirada de hombre hacia el Amor

    Que no te extrañe si te digo
    Como un niño…
    Y qué cosa es un poeta
    Sino un niño perdido,
    Solitario, entre la muchedumbre
    Inquieto, vulnerable,
    Un pétalo de rosa al aire
    Mecido por el viento.
    Sólo muy dentro de mí
    Me entiendo como que
    Soy aquel hombre enamorado
    Que se miraba en tus ojos
    Y contemplaba su felicidad.
    Así, muy dentro de mí, también
    No puedo
    Entender que aquella ilusión
    Fuese imposible.
    Hoy en silencio me digo
    Que la mujer es
    Un hondo abismo
    Que no puedo entender
    Siendo hombre
    Siempre pensaré que
    Una mujer, si la amamos
    Y si también nos ama
    Es el vértigo mismo
    Irrefrenable, incansable, brutal
    Una diosa en plenitud de vida.
    Yo quiero que me quieras
    Si tú quieres…
    Creo que cuando me doy cuenta
    Que soy únicamente un hombre
    Me parece que lo soy
    Solo por quererte y que sólo
    Por tu amor
    Me doblegaría.
    Y me recuerdo como aquel niño
    Que movió sus labios,
    Que miró con ojos
    llenos de dicha
    Que lloró de felicidad
    Expresando su amor
    Y no fue correspondido.
    Ahí, el hombre
    Que finalmente soy
    Siente el peso de la verdad
    Y guarda silencio, triste.
    Aún así,
    Te doy las gracias, mujer
    Ilusión siempre joven de mi vida
    Por el milagro infinito
    De hacerme ver que puedo
    Amar, y volver a amar
    Así…
    Aunque no me ames.

    Autor: Rubén E. Ch.

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    A SU ANTOJO

    La noche silenciosa,
    con su frialdad borrosa,
    no le dejaba dormir
    como él hubiera preferido.
    Lento y cansado
    dominado por su enojo,
    disconforme hasta con el cerrojo
    prefirió alejarse y llegar
    a cualquier lugar a su antojo.
    Escogió la playa
    maravillosa y cálida
    y se sentó a mirar el rio.
    Observó cada ola
    y al pájaro pescador
    que en su albedrío
    no se cansaba de volar
    alrededor del mismo bocadillo.
    Ante el deslumbrante paisaje
    vagó con su mirada
    por la extensión lejana,
    las elevaciones verdes
    no muy pronunciadas
    y las nubes blancas del horizonte
    erguidas como los mismos árboles
    sin desmonte.
    De ese modo logró
    disipar su enojo
    olvidar hasta el cerrojo
    que momentos antes
    tanto dolor de cabeza le había causado.

    Imagen: J. A. T.

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    LÁGRIMAS DEL MUNDO

    No molestan las gotas azules,
    a las hojas negras,
    no abruman con su perfume
    a los grillos de la selva.
    El olor a tierra mojada
    envuelve a la alborada.
    Hay un tesoro escondido
    en la soñadora tristeza de una mirada,
    mirada de ojos azules
    que de vez en cuando,
    derraman algunas lágrimas.

    Y surge la pregunta:

    ¿Los poetas donde están
    que hace rato no los hallo?

    Y surge un deseo:

    “Quiero que otra vez deslicen
    por aquí su gran talento
    porque las musas me dicen,
    se mueren de aburrimiento”
    .

    Y piensa…:

    Sus silencios…
    se han hecho eco,
    en las almas quimeristas.
    Las musas no son poetas,
    tal vez, son crisálidas
    que volarán por los aires
    para llenar sus corazones
    con inigualable albura,
    para quitar la amargura
    de pechos adoloridos
    por lágrimas sin sentido.
    Es que todo fue tan rápido
    y ya no tiene remedio.

    Y vuelve a preguntar:

    ¿Los poetas donde están
    que hace rato no los hallo?

    Y ella misma se responde:

    Se han enclaustrado
    tras el silencio invernal
    con lágrimas en vendaval
    por haber sido estafados
    por la lava del volcán
    que les ha quitado todo
    hasta las ganas de pensar.
    Son lágrimas interminables
    que el mundo no ha de olvidar.

    Imagen: R. E. Ch.