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HELIOTROPO

Callaba para escuchar el silencio de la sala,
mientras  tejía maravillosos versos sin artificios.
Su rostro asalmonado soltaba
gestos de pasión, dulzura o sorpresa,
mientras con su mirada recorría
los cuadros de la galería.
De pronto se detuvo ante uno
con predominio del color que más preciaba.
Sintió un olor fino y suave que de allí brotaba,
ramilletes de heliotropo aroma a violetas.
Vaciló si era cierto o estaba soñando.
Al lado había uno con flores de habas
pero no percibía ningún perfume.
Caminó hasta el final de la galería
y el aroma lo perseguía.
Volvió al lugar del cuadro de heliotropos
y envuelto en imaginación de melancólicos paisajes,
hizo nacer su obra poética.
Al otro día regresó para comprar el cuadro
pero este ya no estaba.

Imagen de la red.

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