Poemas

REMANDO

Desde la puerta del granero
hasta la muralla del castillo
el hombre forzaba sus músculos
remando en la triste galera.
Los cuadernales ordenaban letras
mojadas con ron y vino tinto
formando palabras incoherentes
colgadas del flujo de un aire ido.
Con poleas y aparejos
quiso adornar el castillo
se perdió en el intento
en innumerables mares vecinos
Lo  terminó pavonando
con aroma de tabonucos
y rodajas de membrillo
y a las resonantes velas
con la espuma de su estela.
Imagen de la red.
                                     

2 Comentarios

  • Malania Nashki

    Muchos pescadores aman este deporte pero también están aquellos que lo hacen por el simple placer de vivir momentos diferentes y lejos del ruido de la ciudad. El del poema, creo que intentaba hacer algo pero terminó perdido en otra parte. Gracias Juan por tan lindo comentario. Buenas noches de sábado.

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