DE SILENCIOS
Sigilosamente,tu silencio y el míose invitaron a pasear,bajo la luna mojaday la nube manantial.Caminaron muy callados,tomados de la mano,por senderos lejanos,de todo testigo, ajenos.Contemplaron el mar,se miraron a los ojos,no resistieron más,soltaron riendas a su antojo.Desapareció el silencio,la luna lo atestiguó,abundaron las palabras,como en dulce canción.Él se la comió a besosy ella los devoró,en destellos de sus ojosel amor se decoró.Y volviéndose en silencio,la vida toda cambió,se amaron eternamente,
y al rumor se pretirió.NOCHE Y DÍA
En reflexiones, vuelos y sueños,invaden ondas horizontales al caer la noche.Cunde la admiración cuando nace la libertad,la misma que derriba barreras y genera un encuentro,la que columbra un augusto y excitante navegar,por el interior de cálidos ríos, entre el monte serenola admiración por la cultura, que se manifiesta en cada gesto,respetuoso y delicado del varonil visitante,esa que nace en la mirada y corre hasta las yemas,en halagos que seducen.Los sentidos lo reclamanal momento en que se aleja,cuando la constancia hacia su trabajo,provoca ausencias prolongadas,incertidumbres que son espectros,esos que alucinan y generan tristeza o locura,cuando en el escenario no tiene lugar el amor,
ingrediente que hace tan feliz al ser humano.Imagen: Javier A. T.AGUA DE RÍO
Quién sabe cuánta vida hayen las aguas turbulentas,si aumentan día a díalas especies tan variadas,o devora la hondonadaen el río pendenciero.Nadie se atreve a decir,que de un censo es imposiblededucir, cuál cantidadse entremezclan invisibles,a los ojos del naciente,ocultándose imponentes,del ocaso en el rastreo,de pescadores fortuitosdel hacer a su albedrío.Reflexionando un momentosobre estas criaturas,triste quedó el firmamentoy el sol se hundió en silencio,dándole paso a la luna,que enamorada del río,se extendió sobre su cuna.Imagen: Gentileza Javier T.SUEÑOS DE VIDA
Cual áfilo enebro,en su cuarto apabilado,lloró su pena nocturna,por sus sueños despojado.El crepúsculo lo despertó,con el trinar de golondrinas.Como un necton despabilado,se deslizó suavemente,y el delicado prepucio,rozó las sábanas tibiamente.El esmegma en su humedad,dio el alerta de vida,y lleno de felicidad,estrechando la caída,recobró el ímpetu.Vio sus fuerzas brotar,y como en canto de gaviota,tarareó su canción preferida,bajo la ducha tibia.El amor lo esperaba, ella,
sus sueños tenían vida.EL VENADITO
En praderas soñolientas que descansan bajo el soleado atardecer, resistiéndose al eco de las voces inconclusas, el sol lentamente va despidiéndose del manto florecido. El venadito espera el abrazo de la luna y juntos caminan bajo las sombras selváticas. Los frutos rojos son su perdición, brotes de palmeras, pitangas y cerellas colgantes va devorando a su paso, tiñendo su boca de carmín. Hunde sus pezuñas en la suave corriente del arroyo y sorbo a sorbo su lengua refresca, mientras se mira en el espejo cristalino y da un brinco.-No temas, no estás solo –la luna lo vuelve a abrazar-. Yo te acompañaré por siempre.El venadito sonríe observando sus patas limpias, retrocede y se acuesta en el colchón de hierbas bajo el frondoso lapacho de flores tardías. Abrazado a la luna reposa y sueña. Sueña que ella regresa, lo acaricia y lo besa. El calor de un rayo de sol que se filtra por las diminutas rendijas de la espesa selva, despierta al indefenso animal y él lo saluda con su boca risueña.-Es hora de retozar- lo invita una vocecilla tímida. Él la reconoce, el sueño se cumplió y es ella, ¡es ella! gritó cuando la vio. Ambos retozaron por el campo, y cuando volvió la luna, los pilló muy juntos reposando sobre la hierba fresca cubierta de rocío. La luna sonrió y se tapó con una nube para no entorpecer el grandioso acto de amor.FRAGANCIA DE OTOÑO
COMO SERPENTINASLos silicios se escudan tímidamente en el brisar vulcanioy en alas carmesí cimbran en la madrugada.Despertar de evaporitas que ansían un poco de dulzuracubren manantiales y selvas despejadas.Fosforitas desnudas bregan por fragancia de rosasentre rocas y alamedas silenciosas.Capas sobre capas luchan por sobrevivirdeformaciones tectónicas limitan su potencia.El otoño carga sobre sus espaldas el hierrode amaneceres solitarios y silenciosos.Las esmeraldas se opacan por la humedadencubierta por el frío fantasmal.La frialdad del ambiente invita a la radiaciónaccede gustosa acompañada por la convección.Los magmas pugnan por un suave senderohacia las cálidas caricias del rey sol.El metamorfismo triunfador , airoso, bañacon serpentinas de granates y andalucitas.Y el movimiento continúa sin darnos cuentaconvirtiéndonos en misteriosos seres.Imagen: Gentileza de R.E.Ch.MISTERIOSO AMOR
Presumida o Jactanciosa, el nombre no interesa.
Se aproximó y le dijo:
– ¿Te conozco? No, no sé quién eres, ¿por qué te acojo con miel y creces? ¿Dónde vives? Tal vez en la cima, quizás en un muelle o en una recova. ¿Dónde amaneces?
– No sé quién eres, si tienes dueña. Igual te amo. ¿Es imprudente? ¿Es ambagioso? No, es acucioso.
Y mientras tanto construye una montaña de semas rellena de besos de dulce de leche, cubierta de caricias melosas, muy cremosas. Para que en el día tan esperado, pueda regalarle todo, toda, inclinado, parado, tumbado, ¿Qué importa la postura? Importa su ternura.Imagen: Gentileza de R.E.Ch.ECO DE AMOR
CONTRA EN INSOMNIO
La noche me encontró muy cansada, pero aún así no podía conciliar el sueño. Quizás algún medicamento podría haberme ayudado, pero no, preferí recurrir a mis recuerdos, de aquellos conocimientos que alguna vez me los enseñara, no un médico, pero sí un email recibido oportunamente. En aquella oportunidad lo tomé como algo irrelevante, aunque cada vez que me poseía el insomnio, volvía a leerlo y releerlo. Así un día, otro y otro, despacio comencé a dar valor a tal aprendizaje y anoche, nuevamente necesité traerlo a mi memoria, y no solo a mi memoria sino a todo mi cuerpo. La imagen que acompaña el texto, no es mera casualidad, pues allí me remonté. Me acomodé en una de las rocas al borde de la cascada. Debo reconocer que sentí estar acompañada, aunque estuve sola. Juntos, tomados de la mano, en silencio profundo, donde solo nuestra respiración se confundía con el ruido del agua, hacía eco en la profundidad de la noche, iluminada por la luna. No había lugar para palabras, ni gestos, nada, nada más el aire, la calma y el canto en cascada. Y así logré dormir hasta las seis de la mañana, unida a su tibia piel, a su mano, fortaleza infinita jamás olvidada.
Fotografía: Gentileza de R. E. Ch.
EL ENVIÓN DE UNA BURBUJA
Mi paso por la luna me permitió verte mejorpero sentí vértigo y regresé a la tierra.Le robé algunos rayos al sol para regalárteloscon ellos podrías iluminar tus días grises.Te aferraste a la nada del amorno divisaste la lunano percibiste los rayos de sol.La rutina ganó tus díasy desplegó un corral de nubestodas de silencio y melancolía.La fiesta se colmó de lágrimaslas sonrisas no fueron invitadas,durmieron en los bolsillos.Desapareció la músicalas palabras se congelaronlas mesas de café ofrecieron agua saladay los árboles no maduraron sus frutosEscurridiza y asustadasentí el envión de una burbuja azucaradame sumergí en la pompa más confiabley viajé de norte a sur, de oeste a estesimplemente
en búsqueda de mi propio yo.EN VUELO
Ella le enviaba cartas de amor.Él, indiferente,frecuentaba el harén,su escudo fue el silenciosu cobija, un mar de dudasnavegante en ausencia de palabrasno daba margen al amor.Ella se volvió misterioy asociada al desencantose convirtió en orfebrede lagunas estérileslo vio volar a través del horizonteuna y otra vez.Pero un día cansado y agitadose posó sobre su árbolese que había talladocon ahínco y con fervor.Se encontraron sus miradasse estrecharon en abrazostitilaron sus dedos entrelazados,sus labios, sus entrañasse enardecieron, y sin vacilarse olvidaron del mundo entero.Cuando él reaccionóella ya no estaba.Fija su miradaen la lejaníala vio revolotearcomo en cimbra parpadeante.¡Ven! resonó en el airey de un salto se elevóallá fuejuntos, siempre juntos
felices para siempre.