• Cuentos

    LAS DOS MASCOTAS

    Algunos días de otoño, sobre todo los nublados,  parecen tristes y vacíos, hasta las paredes susurran soledad y el silencio abruma.
    Un domingo por la tarde, mientras hojeaba un diario en el café del barrio, encontré un aviso sobre un refugio de animales que pedían colaboración para poder comprar alimento para las mascotas y también ofrecían en adopción. Tomé nota de la dirección y al otro día me acerqué al lugar. Entre los numerosos animales que buscaban un hogar, una gatita gris llamó mi atención. Estaba acurrucada en una esquina, con sus ojos grandes y tristes mirándome mientras me acercaba. Su pelaje estaba enmarañado y noté que estaba visiblemente más delgada que los demás gatos. Me acerqué con cautela, para acariciarla. Ella se acercó tímidamente como desconfiando de lo que yo podía hacer. Pero enseguida comenzó a ronronear y tomó confianza. Decidí que esa gatita, a la que luego la llamé Huma, sería la compañera ideal. Decidido hice los trámites correspondientes y me dieron una ficha donde constaba que su procedencia era la calle, y cuando la rescataron estaba desnutrida y tenía algunas heridas que fueron curándose de a poco. Sin dudarlo decidí llevarla conmigo con el compromiso de darle amor y el cuidado que necesitaba.  
    Huma comenzó a mejorar su pelaje y a jugar con cuanto objeto encontraba en el piso. Como si adivinara la hora que yo volvía del trabajo, me esperaba al otro lado de la puerta y me recibía con ronroneos y saltos de alegría. El vínculo con Huma se fue fortaleciendo con el tiempo. Su presencia llenó de alegría mi hogar y me brindaba compañía. Pero un día me hizo pensar que cuando yo salía a trabajar, ella se quedaba sola. Sería bueno que tuviera otra gata para que le haga compañía durante mi ausencia.
    Y fue casual o tal vez causal, una tarde mientras iba a comprar algo al kiosco del barrio, escuché un suave maullido que me llamó la atención. Siguiendo el sonido, descubrí a una gatita siamesa, caminando sobre el muro de una casa. Sus ojos azules destellaban con angustia y noté que estaba herida. Me acerqué y sin necesidad de llamarla ella se me acercó como pidiendo ayuda. La levanté en mis brazos  y sentí como temblaba, no sé si de miedo o de hambre. Se acurrucó contra mi pecho con un suspiro de alivio. Sentí la necesidad de ayudarla, no podía dejarla allí. La llevé de inmediato al médico veterinario donde descubrimos que tenía solamente heridas superficiales y recientes.
    La atendió con cuidado, ella no oponía resistencia. Le dio un tratamiento y me dijo que se recuperaría pronto con los cuidados adecuados.
    Decidí llevarla a casa. Huma la recibió con curiosidad y aparentemente no le agradaba tener competencia. La llamé Sía, por su raza.
    Con el paso de los días, Sía se fue recuperando y comenzó a jugar con los juguetes que yo le había comprado. Huma empezó a acercarse más a ella, pero siempre con recelo. De a poco la fue aceptando y así mi hogar se llenó de amor y compañía.
    Las paredes ya no reflejaron el eco de la soledad y el silencio.

    Malania

    Imágenes: M.J.T.
     

  • Poesía

    MARIPOSA VIOLETA

    Danza y aletea
    transparente y etérea
    volando entre flores
    la mariposa violeta.
    El baile es gracioso
    lo hace con fervor
    dejando brillar al sol
    el encanto de su color.
    En sus alas refleja
    el arcoíris de las flores
    acariciadas por el viento
    como un regalo tierno.
    La primavera canta
    con las violetas en flor
    la naturaleza se despliega
    en este precioso jardín
    irradiando su color
    entre belleza y amor.

    Malania
    Imagen: de la red

  • Cuentos

    EL DUENDE Y LOS CLAVOS DE OLOR

    En un pequeño pueblo rodeado de verdes praderas y altas montañas, vivía un duende travieso llamado Tilo. Tilo era conocido en todo el pueblo por sus travesuras y aventuras, pero sobre todo por su amor por el clavo de olor.
    El clavo de olor, una especia muy especial para los habitantes del pueblo. No solo le daba un sabor delicioso a sus comidas, sino que también tenía propiedades curativas para el dolor de muelas y las de ahuyentar insectos, como las polillas. Además se decía que tenía poderes mágicos que traían buena suerte y alejaban a los malos espíritus.
    Un día, mientras los habitantes del pueblo estaban ocupados con sus quehaceres diarios, Tilo aprovechó la oportunidad para meterse en la cocina de algunas casas y encontrar la tan preciada especia. Con sus pequeñas manos ágiles, abrió latas y bolsitas y comenzó a devorar todo el clavo de olor que encontró dentro.
    El aroma característico de los botones de girofles llenó la cocina mientras Tilo disfrutaba de su festín. Pero lo que el duende travieso no sabía era que al comerse todo el clavo de olor, también estaba liberando su magia.
    Cuando los habitantes del pueblo regresaron a sus hogares y descubrieron lo que había sucedido, se llenaron de preocupación. Sin esa especia, ¿cómo podrían cocinar sus comidas? ¿Y qué pasaría con la protección mágica que les ofrecía? ¿Con qué ahuyentarían a los insectos y malos espíritus? ¿Con qué se curarían el dolor de muelas?
    Pero mientras discutían qué hacer, algo increíble comenzó a suceder. Las plantas en los campos comenzaron a crecer más rápido y más fuertes que nunca. Las cosechas eran abundantes y las enfermedades de las plantas parecían desaparecer milagrosamente.
    Resultó que al devorar todo el clavo de olor, Tilo había liberado su magia en el aire, fertilizando la tierra y bendiciendo al pueblo con abundancia y prosperidad.
    Desde ese día en adelante, los habitantes del pueblo no volvieron a ver a Tilo como solo un duende travieso, sino como un héroe que les había traído bendiciones inesperadas. Y aunque el clavo de olor nunca volvió a aparecer en las bolsitas o latas de los armarios, pero sí en miles de plantas por los campos. Por eso su magia permaneció en el pueblo para siempre.

    Malania

    Imágenes de la red

  • Poemas

    AGUAS TRANSPARENTES

    El arroyo, como un espejo de la aurora
    testigo silente de la vida breve,
    en su corriente tiene un canto
    que enternece y enamora.
    Bajo el sol y entre sombras que se mueven
    su transparencia guarda muchas historias
    y en su fluir en la corriente cristalina
    el tiempo se remueve en la memoria.
    Mientras se dibujan sueños en el paisaje
    en algún rincón sereno del bosque
    donde el arroyo emite su sonido,
    el agua transparente se desliza en danza
    y el sol con sus rayos invasivos
    queda prendido en su bagaje.


    Malania
    Imagen: R. G. B.





  • Poesía

    INOCENCIA DEL PRIMER AMOR

    Sofía y José caminaban de la mano
    bajo la brisa suave de la tarde dorada,
    mientras el sol se colaba entre ramas y hojas.
    Florecía un amor de tierna mirada,
    la inocencia del primer noviazgo a deshojas.

    Hace más de cinco décadas,
    en aquel tiempo lejano,
    dos corazones jóvenes se encontraron,
    en el fulgor de un romance temprano,
    donde los sueños y promesas anidaron.

    Sus risas resonaban como campanas al viento,
    sus manos se entrelazaban con candor,
    en un baile de emociones sin tormento,
    en un mundo donde reinaba el amor.

    Aquellos días ahora parecen un sueño,
    una memoria envuelta en bruma y nostalgia,
    pero el eco de aquel primer empeño,
    resuena aún con fuerza de batalla en el alma.

    Que perduren por siempre esos momentos queridos,
    en el corazón donde el tiempo no alcanza,
    la inocencia del primer amor, sin ruidos,
    que aún brilla en los corazones de muchos
    y en la eternidad de la esperanza.

    Malania

    Imagen propia

  • Poesía

    UTOPÍA

    En un rincón de la utopía nace el sueño,
    alquimista del amor, en el alma su fragua,
    un lugar donde el tiempo y el espacio se ahuyenta,
    y el corazón encuentra su eterno dueño.

    En este universo de luz y ensueño,
    donde la realidad se torna en pauta,
    florecen los besos como dulce agua,
    y el amor se convierte en el único empeño.

    En el jardín secreto del sentir,
    bajo el manto de estrellas que conspiran,
    se gesta la magia de un amor sin fin.

    Y en ese éxtasis perpetuo de vivir,
    se entrelazan las almas que suspiran,
    en el edén eterno del sentir.

    Malania

    Imagen: propia

  • General

    SERÁS MI GUÍA

    Van varios años de tu partida.
    Te convertiste en mi ángel desde el día en que te conocí, y te adopté como guía.
    Nunca te equivocaste, siempre con la justa, y así yo te quise, frontal, amigo, compañero de momentos, amor de mi alma.
    Eras así, como el COLibrí, no por su tamaño, sí por tu belleza, alegría, agilidad, tu ir y, tu venir con dulzura en los labios y en todo tu ser.
    Todavía te lloro y por ello te pido perdón.
    Te pedí que me llevaras contigo, sonreíste y me dijiste que no, no querías que sufra por nada, tampoco por ti.
    Querías que siguiera mi camino.
    Soy escritora y a veces, poeta, y tú lo sabías, pero mis escritos no te llamaban la atención.

    Es por eso, que en vez de poesía hoy te dedico esta entrada, así de sencilla, sin rodeo de palabras, escritas con el corazón. Siempre estás presente, no en cuerpo pero sí en alma.

    Malania

    Imágenes propias y de la red.

  • Poesía

    RECUERDOS DE UN AMOR PERDIDO

    En la penumbra de la noche inquieta,
    se agita el alma en busca del consuelo,
    mas halla sólo sombras en su duelo,
    y el eco de un amor que ya no acecha.

    ¿Qué versos podrían acallar la queja,
    o qué palabras calmarán el anhelo?
    El corazón, en su tormento, vuela
    a tiempos idos, sueños de un destierro.

    ¿Cómo describir la esencia del olvido,
    el hueco que dejó la ausencia amada?
    En vano busco el verbo en que lo inscribo.

    Quizás en la renuncia está la paz,
    en aceptar que el alma, desgarrada,
    puede encontrar consuelo en su soledad.

    Malania

    Imagen propia

  • Poemas

    LOS RETAZOS DE LA ABUELA

    En el rincón de la memoria perdida,
    se guardan los retazos de la abuela,
    hilos de vida en su labor tejida,
    tesoros que el tiempo con celo sella.

    En sus manos, la aguja es maestra,
    cose historias en cada puntada,
    sabiduría que el alma le presta,
    en el arte de amar, su mirada.

    En el aroma de un viejo mantel,
    se esconde el eco de su risa franca,
    en cada dobladillo, su anhelar,
    y en cada bordado, su alma blanca.

    Los retazos de la abuela susurran,
    cuentan historias de amor y añoranza,
    un legado de luz que nunca apura,
    pues en cada hilo, vive la esperanza.

    Malania
    Imagen: de la red

  • Poemas

    EL GATO DE MAXI

    En la sombra de la noche, un gato azabache nació,
    con un andar singular, y una pata menos, así lo halló.
    Pero en su ser, la ternura como un río fluía,
    era un ser de caricias, en la noche y el día.

    Entre las sombras danzaba con su singular andar,
    con un ronroneo suave, y un brillo en su mirar.
    A pesar de su falta, era un ser cariñoso y gentil,
    con su amor incondicional, conquistaba el perfil.

    Hoy acaricia con suavidad, con la pata que le queda,
    susurrando secretos de una vida de entrega.
    Y en cada rincón oscuro, una luz él lleva,
    pues su ternura irradia, sin importar la jornada.

    Gato negro azabache, nacido con singularidad,
    tu falta no define tu grandeza, eso es verdad.
    Pues en tus mimos, encontramos la verdadera riqueza,
    y en tu amor inquebrantable, hallamos la pureza.

    Malania

    Imagen: M.J.T