• Poesía

    LA ROSA Y EL LIBRO

    Entre pétalos y versos, el amor se cuela,
    en páginas blancas, su historia se revela.
    Rimas que bailan como flores en primavera,
    un libro de poesía rosa, una espera sincera.

    Susurros de rimas que el corazón cautivan,
    letras que abrazan el alma y el dolor alivian.
    En cada verso, un suspiro, una mirada furtiva,
    un universo de emociones en cada página viva.

    Las letras son rosas que despiertan los sentidos,
    perfumes de pasión en versos encendidos.
    En este libro, el amor es el eterno testigo,
    la poesía y la rosa, regalos que el alma abriga.

    Así, entre letras y rosas, el amor se eterniza,
    en cada palabra, una promesa que se desliza.
    Un libro de poesía o prosa, un tesoro que eterniza,
    el amor, la esperanza, la belleza que hipnotiza.

    Malania

    Imagen: Joseph B.

  • General

    MI TIERRA NATAL

    En las profundidades del valle, donde el sol besa la tierra y las montañas parecen tocar el cielo, se encuentra mi tierra natal, -comentó el joven a un grupo de amigos- un lugar impregnado de magia y misterio, entre arbustos y palmeras. Desde mi más tierna infancia, he sido testigo del encanto que emana de cada rincón de este lugar.
    Las mañanas comienzan con el canto de los pájaros que dan la bienvenida al nuevo día, mientras el aroma a tierra mojada se mezcla con el dulce perfume de las flores silvestres. El río serpentea entre los campos verdes, como una vena vital que alimenta la tierra y el alma de quienes la habitan.
    En los días cálidos de verano, el sol brilla con intensidad, pintando de dorado los limonares y los campos de trigo y maíz que se mecen suavemente con la brisa. Las tardes se vuelven cómplices de secretos compartidos entre amigos, bajo la sombra de los viejos árboles que guardan historias de generaciones pasadas.
    Pero es en el otoño cuando la tierra se viste de colores vibrantes, como si fuera un lienzo que el mismísimo pintor celestial ha decidido adornar. Los tonos rojizos, dorados y ocres pintan un paisaje digno de admiración, mientras el aroma a tierra húmeda y hojas secas llena el aire.
    El invierno llega con su manto blanco, cubriendo todo a su paso con una capa de nieve que transforma la tierra en un paisaje de ensueño. Las noches se vuelven más largas y frías, pero el calor de los hogares y el espíritu solidario de la comunidad mantienen viva la llama de la esperanza y la alegría.
    Y así, en este lugar donde el tiempo parece detenerse para permitirnos saborear cada momento, se encuentra mi tierra natal. Un refugio para el alma, donde los recuerdos se entrelazan con los sueños y el amor, por esta tierra perdura más allá de las palabras.

    Malania

    Imagen propia y de la red.

  • Poesía

    NUBES EMPEDRADAS

    Entre nubes empedradas, el sol se esconde,
    en un cielo de plata, su brillo responde.
    La lluvia susurra, en danza se pone,
    y el viento las lleva, donde el horizonte.

    Entre nubes empedradas, el día se duerme,
    y las estrellas brillan, cual luceros eternos.
    La luna sonríe, su luz nos gobierna,
    y en este paisaje, el alma se tierna.

    Entre nubes empedradas, el tiempo se enreda,
    en un juego sin fin, donde el amor se queda.
    Susurros de sueños, en la noche se cuelan,
    y en este universo, la vida se revela.

    Malania

    Imagen propia


  • Poesía

    EN EL JARDÍN DEL ALMA

    Entre el prado danzan flores y campanillas,
    matizadas en colores que la primavera atesora,
    rojas como el ardor de un corazón enamorado,
    amarillas como el sol que ilumina la aurora.

    En el jardín del alma, su esencia se derrama,
    fragancias de sueños y promesas cumplidas,
    en el lienzo de la vida, cada pétalo se reclama,
    un susurro de amor en cada hoja tejida.

    Brotan del suelo, como suspiros de la tierra,
    delicadas y etéreas, su danza es un canto,
    la naturaleza las viste con gracia sincera,
    y en su humilde belleza, revelan su encanto.

    Así, en la poesía de este mundo, tejida,
    flores y campanillas, rojas y amarillas,
    son versos que en el alma quedan grabados,
    testimonio eterno de las alegrías sencillas.

    Malania

    Imágenes: M. J. T.

  • Cuentos

    EN LA TIERRA ROJA

    Había una vez, en un lugar lejano y misterioso, un pequeño pueblo rodeado de campos de tierra fértil, donde los arroyos serpenteaban entre las sierras. En este lugar, la naturaleza parecía bailar al ritmo del viento, y cada amanecer pintaba el cielo con colores que parecían sacados de un lienzo.
    En este lugar nació una criatura especial, un niño que vino al mundo en medio de la magia que envolvía aquel paisaje. Desde su nacimiento, se notaba algo diferente en él. Sus ojos reflejaban la profundidad de los arroyos, y su risa resonaba como el murmullo del viento.
    Este niño creció entre la tierra roja y la frescura de los arroyos, aprendiendo los secretos de la naturaleza que lo rodeaba. Cada día, exploraba los senderos que serpentean entre los árboles del bosque, maravillándose con la diversidad de vida que habitaba aquel lugar.
    Con el paso del tiempo, el niño se convirtió en un joven lleno de sabiduría y curiosidad. Sus pensamientos volaban tan alto como las aves que surcaban el cielo, y su corazón estaba lleno de amor por el lugar que lo vio crecer.
    Un día, mientras caminaba por los senderos que conocía tan bien, encontró una antigua cueva escondida entre las sierras. Con valentía, decidió adentrarse en ella, sin saber qué encontraría en su interior.
    Para su sorpresa, dentro de la cueva descubrió un antiguo libro, cubierto de polvo y lleno de misteriosas inscripciones. Con manos temblorosas, comenzó a hojear sus páginas, dejándose llevar por las historias que relataba.
    El libro hablaba de antiguos guardianes de la tierra, seres mágicos que protegían el equilibrio de la naturaleza. Y en cada página, el joven encontraba la clave para despertar su propia conexión con esa historia y convertirse en uno de esos guardianes.
    Decidido a seguir su destino, el joven se sumergió en el estudio de las enseñanzas del libro, aprendiendo los secretos de la magia que fluía a través de la tierra roja y los arroyos. Con cada día que pasaba, su conexión con la naturaleza se hacía más fuerte, hasta que finalmente se convirtió en un verdadero guardián de la tierra.
    Desde entonces, el joven recorría los campos y los arroyos, protegiendo a los seres que habitaban aquel lugar y velando por el equilibrio de la naturaleza. Su amor por la tierra roja y las sierras nunca menguaba, y su espíritu seguía siendo tan libre como el viento que acariciaba aquel paisaje.
    Y así, la historia de aquel joven se convirtió en una leyenda que perduraría para siempre, recordando a todos la importancia de cuidar y respetar los maravillosos regalos de la naturaleza.

    Malania

    Imagen: Propia

  • General

    COLORES

    Opiniones personales

    BLANCO: Representa pureza. Hasta hace un tiempo, las mujeres que se casaban por iglesia se vestían totalmente de blanco (zapatos, vestido, corona de flores y velo) porque se entendía que eran vírgenes en cuanto a la sexualidad.
    Después ese concepto se fue perdiendo y la mayoría no lo respeta, igual se casan de blanco aunque ya no cumplan con ese requisito.

    AMARILLO: Cuando era estudiante de secundaria, entendía que el amarillo indicaba envidia. Pero con el tiempo, cambié de opinión, porque por ejemplo, las flores de este color generan en mí alegría y me levantan el ánimo.

    ROJO: Las flores, sobre todo las rosas, representan al amor. La ropa de este color levanta el ánimo y en algunos casos, como los vestidos o trajes los visten las mujeres como para resaltar su personalidad y/o llamar la atención. Son coquetas. Los labiales rojos también llaman mucho la atención y quedan bonitos, pero no en todas las mujeres.  

    NARANJA: Es uno de mis colores preferidos. Genera alegría y buen ánimo.

    AZUL: Expresa seriedad  y frescura. Su derivado, el color CELESTE, brinda tranquilidad.  

    VERDE: Si el tono es suave, da idea de juventud porque se los puede relacionar con los brotes nuevos de las plantas. En cambio si el color es oscuro, genera dureza y rigidez.

    ROSA: Inspira ternura, inocencia, dulzura.   

    MORADO: Es otro de mis preferidos. Me encantan las flores moradas o violetas. La ropa de este color me da seguridad y me siento muy cómoda vistiendo por ejemplo un suéter morado. No puede faltar en mi guarda ropas.

    MARRÓN: Transmite sencillez o simpleza. Además no es llamativo, por lo que se puede usar tantas veces como quieras y a nadie le llamará la atención.

    NEGRO: Transmite elegancia y seguridad. Sobre todo los abrigos de este color se usan mucho en mi país, Argentina. Y opino que brinda seguridad porque se puede pasar desapercibido entre la multitud. Algo muy común: vas a un lugar a extraer dinero, si vistes un abrigo rojo o de otro color llamativo, te pueden seguir fácilmente y robarte todo. En cambio si vistes de negro te pierdes entre la multitud, es más difícil que logren ubicarte. Es estrategia válida.

    Muchos tendrán otros conceptos sobre este tema, otros ejemplos de colores, otras opiniones, otras experiencias.
    Una próxima presentación: anécdota escolar y familiar.

    Malania

    Imagen: propia

  • Poemas

    VORÁGINE

    Me hace falta mucho amor, dijo Cubanito,
    para no crear una vorágine.
    Hace falta luchar diariamente
    para que los sueños no sean quimeras.
    Los hombres somos un sueño perfecto.
    Los años son implacables con el destino.
    La vida late sin descanso, hacia el infinito.

    Malania

    Imagen: A. M. N.

  • General

    LOS AÑOS SE VAN LLEVANDO LA VIDA

    El amor a cierta edad no se deshoja, se enternece.
    No se apasiona, se entibia.
    No reluce, da paz.
    Nunca pierde su calor, ni su esencia, ni su dulzura, ni su luz.
    Se va traspasando hasta el final de la mano de la fiel compañía.

    Aunque ya con los años todo desaparece,
    yo en pie, mirando como mi tronco florece.
    Aunque ya con los años sienta el final cercano,
    que la muerte me encuentre con rosas en la mano.

    Como el alma no muere para quien tanto ama,
    dejaré que mi canto se quede en cada rama.
    Y cuando llegue la muerte, furioso vendaval,
    aunque se tronche el tallo, ¡se quedará el rosal!

    A. M. N.

    Imagen J. C. V.

  • Poesía

    NO HAY QUIMERA

    El hombre corre, vuela…
    en busca de cosas nuevas.
    No se conforma con lo habitual
    sueña con una quimera.
    La mujer, plácidamente,
    con amor a él lo espera.
    Llena de angustia
    suelta una lágrima,
    no dice nada, nada la aterra.
    El hombre corre
    y sin darse cuenta…
    se da sin asco… tropieza,
    cae sobre la acera.
    Ella lo alza
    ella lo cura
    con besos tiernos
    en su cabeza.
    Él ya no sueña…
    solo despierta
    de un vuelo virtual…
    Ya no hay quimera.

    A. M. N.

    Imagen: Propia

  • General

    AMOR AL NATURAL

    El sonido de la música se mezclaba con las voces de los niños y el ruido de la lluvia sobre el techo de cinc.
    De pronto recordó lo que acababa de decir su amiga: “con alguien a tu lado no estarías sola”. Siempre sus amigas le decían que no debía tener solamente una mirada recta al frente, sino que debía mirar hacia los costados o nunca hallaría alguien con quien convivir. Enviudó siendo joven.
    Había pensado en formar pareja, pero el camino de la vida le hizo pensar mucho en él. Quizás porque ya no le interesaban las propuestas de uno u otro amigo, aunque estas fueran decentes y alguna hasta tentadora, pero igual no la convencían. Nadie le llegaba al corazón como lo había hecho él. Y él ya no estaba, ya no volvería.
    A veces ve oscuros nubarrones en el cielo que bajan arremolinados trayendo viento y lluvia, en tardecitas de sueño y nostalgia. Esas son señales, afirma. Pero también se presenta el cielo multicolor, con risos del sol que se entremezclan con las nubes. También son señales como aquel arco iris doble que rodeó al sol en una tarde de verano. Esas cosas la hacen feliz, el amor por la naturaleza.

    Malania

    Imagen Propia