• Cuentos

    EL LAGARTO

    Ella había terminado de limpiar la galería que da al patio de su casa y se disponía a preparar el almuerzo, cuando escuchó un ruido extraño, como si algo pesado se arrastrara por el suelo.
    Salió al patio por la puerta del frente y solo vio las ramas de los árboles que se movían con el viento. Volvió a ingresar a la casa, pero el ruido era cada vez más intenso. No convencida con lo que había visto antes, volvió a salir y al mirar detenidamente más de cerca, sus ojos no podían creer lo que veían. Hacia la casa, un enorme lagarto se arrastraba lentamente. Su piel gruesa y escamosa brillaba con el sol. Su cola larga se movía hacia un lado y otro como dando impulso a su recorrido. El movimiento de las plantas y el crujir de las hojas secas parecían acompañar su respiración. Sus ojos pequeños pero alertas la encandilaban, o al menos eso le parecía porque se le había helado la sangre.
    No sabía qué hacer, porque recordó que, según dichos de personas entendidas en la materia, si él se asustaba, para defenderse podría atacar.
    Permaneció inmóvil hasta que se animó a buscar el teléfono móvil que había dejado sobre la mesa. Lo filmó y fotografió; y como si eso lo hubiera disgustado, comenzó a sacar su larga lengua. Pero luego, ella se dio cuenta de que había hormiguitas y él las venía comiendo.
    Su desconcierto aumentaba, mientras el enorme animal empezó a recorrer la galería sacando su lengua para capturar algunos insectos que ella no veía.
    En vano fue su gran susto, porque el lagarto ajeno a su presencia, o quizás no, continuó disfrutando de su banquete. Moviéndose con una calma inquietante, dio un giro rápido y se deslizó hasta descender nuevamente al jardín. Desapareció entre las ramas pero el eco de sus pasos sobre el suelo de tierra parecía resonar en su cabeza.
    Su corazón  latía rápido y mientras cerraba la puerta de la casa, que suele mantener abierta por el intenso calor, se preguntaba qué haría en caso de que regresara. ¿Ya no podría mantener la puerta abierta? ¿Habrá sido esta una visita en busca de comida o tendrá su cueva en un sitio cercano?
    Cuando llegó su marido le comentó lo sucedido. Él con tranquilidad le dijo:
    – Es el lagarto Láser, nuestra vecina lo tenía de mascota. Ahora que se mudó a otra localidad, y no lo pudo llevar, vivirá buscando comida por los alrededores. Ojalá nadie le haga daño.
    Ella lo miró desconcertada porque nunca antes lo había visto.
    – La vecina lo tenía encerrado en una habitación y lo soltaba solo por las noches, es por eso que no lo habías visto antes- agregó el hombre.
    ¿Cuál será el destino del enorme Láser?

    Malania

    Imagen: Ramona M. T.

  • Descripción,  General

    PUNTOS CARDINALES

    DIFERENCIAS

    Sabemos que la brújula apunta siempre hacia el Norte. Es decir se refiere a los puntos cardinales.
    Va imantada, y bajo cualquier circunstancia o posición que ocupe quien la lleva en la mano, – no en el bolsillo para sacarla a capricho- le estará indicando el Norte.
    La veleta, por el contrario, siempre apunta hacia donde sopla el viento, como si quisiera hacerse un sitio en cualquier dirección que le parezca favorable.
    Uno diría que está fabricada con el metal de las cucharas y de los tenedores.
    Es un instrumento útil que facilita la orientación porque permite determinar direcciones horizontales o rumbos. Hoy día existen G.P.S. pero en caso de emergencias o extravíos, muchas veces no existen señales de internet entonces el G.P.S. no funciona.

    Hay seres brújula y seres veleta, alguien dijo. Pero bueno…eso es otra cosa.
    Muchas veces necesitamos de un guía para no errar el camino y tomar decisiones correctas.
    Pero también, – y depende de los diferentes casos y situaciones-, la intuición es un factor importante que tenemos los seres humanos. Si prestamos atención a eso, o a aquello que nos dicta el corazón, que es para mí como un sexto sentido, muchas veces nos ahorraríamos malos ratos o decisiones mal tomadas.
    ¿Sabrá el gato que hay detrás del muro? Creo que sí, y va seguro a cazar su presa.

    Malania

    Imágenes de la red y Gra. M.

  • Poemas

    RETOÑOS POR LA VIDA

    Lucha, pervive
    pero no desangres.
    Sé generoso,
    pero no, cautivo.
    Siente tu corazón,
    haz que fluya sangre
    pura, por tus venas.
    Entra en los algodones
    para descansar,
    entra en las azucenas
    para gozar.
    Si entras en los hospitales,
    sufrirás.
    No dejes que te talen.
    Lucha con tus brazos,
    con tus alas en vuelo,
    lucha con tus piernas.
    Conserva tus fuerzas,
    no te vuelvas reliquia.
    No dejes que te talen.
    Y si lo hacen,
    ¡retoña con más fuerzas!,
    ¡conserva tu vida!

    Malania

    Imágenes: Ricardo G. y Rubén E. Ch.

  • Poemas

    POETA ELEGIDO

    ¿Por qué usted eligió a este poeta?
    ¿Por qué te atreves a hurgar mi alma?
    ¿Por que quieres beber de mi fuente?
    Dulce Piadosa que taconeas mi puente,
    mira que soy santo que muere crucificado
    porque soy sacerdote que comulga el amor
    pero también soy pecador que sabe pecar
    Los furores de mi corazón claman al amor
    mi alma de poeta se agita con un te quiero
    y suspiro con una sonrisa tierna de amor
    Mi necesidad es constante y legítima
    y con prontitud me trepo a una ilusión
    porque tengo real capacidad amatoria
    Y mira, soy radiante luz, cuando amo,
    parpadeante aurora cuando quiero
    y hay dulzura en mi alma si deseo
    Amo la vida real y fecunda en la mujer
    porque es la belleza del amor en acción
    como verbo de admonición y combate
    Anhelo dormir en los brazos de Venus,
    añoro entregar mi amor expectante,
    deseo que lleguen las golondrinas
    a mi corazón de eterna primavera.


    Autor: Poeta peruano Paquito Peralta.

    Imagen de la red

  • Poesía

    A MI PUEBLO NATAL

    Oh, mi pueblo, tierra de mis raíces,
    donde el tiempo parece detenido,
    en tus calles guardo tantos recuerdos felices,
    en mi alma, preservados.

    En tus plazas, bajo el sol radiante,
    se congregan los sueños y anhelos,
    y en cada esquina, un rincón amante
    que acoge los suspiros más sinceros.

    Tus campos verdes, tus sierras altas,
    testigos de mi infancia y juventud,
    guardan secretos de historias exaltas,
    en cada brisa, una eterna virtud.

    A ti, mi pueblo, te dedico versos,
    como tributo a tu eterna belleza,
    en cada letra, mis más fieles esfuerzos
    por capturar tu esencia con destreza.

    Que aunque me aleje, siempre en mi corazón,
    tu imagen perdurará, firme y serena,
    pues eres tú, mi eterna inspiración,
    mi refugio, mi hogar, mi querida tierra.

    Malania

    Imagen: Propia