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    ATARDECER EN MI PUEBLO

    Se vistió en colores
    el firmamento.
    Las estrellas escondidas
    esperan su momento.
    Un fulgor cotejaba
    el mármol de la acera.
    La niebla apenas
    comenzaba a mezclarse
    con la humedad
    del corredor costanero.
    Los pinceles se confundieron
    matizando el orgulloso
    crepúsculo vespertino.

    Imagen propia.

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    Imagen propia.
                                                                          
  • General

    CONTEMPLATIVA

    Posa en vigilia
    con susceptible expresión
    nada indiferente
    aferrada a la ventana
    vaya uno a saber con qué pensamiento.
    En evidente día ventoso
    se disipa el sol
    y la lluvia dibuja sobre el cristal
    pálidas estrellas y salpicados corazones,  
    describiendo sentimientos
    con matices de fondo ondeado
    de una tela pálida
    sobre el techo de hojalata.

    Imagen: M. J. T.

  • Poemas

    AL AMANECER

    ¿Por qué versos tristes?
    si los prefiero alegres
    ¿Para qué llorar si existe?
    la ternura y el amor ardiente.
    Aunque no puedo negar…
    extraño tu saludo en madrugada
    y tus besos tempraneros
    meciéndose en mi almohada.
    Extraño tu dulce tu sonrisa
    y tus ojitos color miel
    que hacen brillar las estrellas
    en cálido amanecer.
    Imagen de la red.
  • General

    EL MANTO DEL RÍO

    Casi desvanecido, Heraldo, fue volviendo la cara despacio como si el aire estuviera viscoso. 
    Se quedó tieso y pensó 
    – No hay vida para sustituir la pérdida, ni siquiera un  elemento inventado- 
    Ni una lámpara ni una vela para iluminar la noche cubierta por un gigantesco manto negro. 
    Ella ya había cumplido, y exilada de sus deberes diurnos se exhibía como un secreto, ese del que todos lo saben pero  del que  nadie habla. 
    En la negrura del manto, sin el rutilar de las estrellas, en ausencia de la luna, dormitaba el río escondiendo el sonido cantarino esta vez sin melodía, melodía que acompañó al claro del día, ese que ahora permanece en su exilio banal.  
    Heraldo paladeaba una idea, que el río temía a la noche. 
    Se esforzó para evitar el pensamiento y siguió, allí tumbado, con la mirada hacia las estrellas, que decididas comenzaron a vestir el firmamento para quitar el miedo al callado río.
                                                                                                                                                                                                         Imagen propia

  • Poemas

    SINTONÍA

     

     
    Con acordes musicales,
    en una tarde ventosa,
    bailan las hojas de otoño,
    alfombrando barrizales.
    Con la música remota,
    en un hilo gris plateado,
    el humo trajo una chispa,
    con tu presencia suntuosa.
    La tarde se volvió bella
    y las notas, un mensaje,
    bajando de las estrellas
    tu sonrisa majestuosa.
     
    Imagen de la red
                                         
  • Poemas

    TUS BESOS

    Húmedos, cálidos
    brotes del alma,
    besos madrugados
    en temprana mañana,
    o en siesta calma.
    Ojos adormilados
    abren en la mente
    un cielo poblado
    de infinitas estrellas,
    bordado en tornasolado
    todas muy bellas,
    en amapola o marfil,
    naranja o turquesa,
    perfume que arrulla
    aroma de fresas.
    Y con el regalo
    de una rosa de tu jardín,
    llegan desde el sur
    tus caricias frescas.

    Imagen: N. V. S.

  • General

    LOS DÍAS DE SERAPIO

    Lejos de ser campo desolado sin cultivos,
    Serapio se encargó de plantar
    a su antojo y libre albedrío.
    Con su azada y su pala abrió surcos
    y sembró semillas, plantó esquejes y bulbos,
    nada para vender, todo para su consumo
    y el de sus mascotas.
    Para él su familia son los animales,
    un gallo cantor, un gato maullón, varios perros,
    y unas cuantas gallinas que ponen huevos,
    los suficientes para su consumo.
    Las encierra por las noches
    por las comadrejas intrusas
    y así evitar escaramuzas
    con sus amigos los perros.
    El gallo es su despertador
    con su canto mañanero,
    y el ladrido de los perros
    ahuyenta a los malevos.
    El gato con su destreza
    limpia la casa con fortaleza,  
    de insectos y roedores
    para evitar que se contaminen
    los escasos alimentos
    manteniendo limpio el ambiente.
    Los perros acompañan a Serapio
    a buscar agua de la vertiente
    y la leña seca que busca del campo.
    El gallo queda de jefe
    con su ayudante el gato.
    Las gallinas cacarean
    orgullosas por el buen trato.
    Serapio plantó batatas,
    mandioca y mucho zapallo,
    es lo que más le gusta
    porque cosecha todo el año.
    Sembró maíz,  verduras y otras legumbres,
    por necesidad y por costumbre,
    y a veces la incertidumbre
    lo pone de mal humor
    cuando hay heladas sin lluvias
    o está muy caliente el sol.
    Y así transcurren los días
    de Serapio y sus mascotas
    en total monotonía,
    pero aún así es feliz en su choza.
    Paredes de madera y bosque
    chapas de cartón y estrellas
    de cubierta para el sol de día
    y la misteriosa noche.

    Imagen: M.J.T.

  • Poemas

    NUBES DE ACERO

    Esplendorosa la luna,
    misteriosamente serena,
    vuelca la inútil belleza
    de su luz, atascada
    por las nubes negras.
    No hay estrellas fugaces
    ni vigilantes luciérnagas,
    solo fugitivas manchas grises
    en un anochecido horizonte,
    con extinción parcial
    de las farolas encendidas.
    Los transeúntes desaparecen,
    ni los fantasmas se animan
    a salir de paseo, cuando
    la tormenta se avecina.

    Imagen: M. J. T.

  • Poemas

    POR EL SENDERO

    Cantaba sin oírse y sin que nadie lo oyera,
    llenando las horas vacías de la calma;
    regaba el lecho de misteriosas piedras,
    un arroyo profundo de aguas pálidas.
    Se despojaba de los rumores de almas
    esperando la lluvia para limpiar estrellas,
    que reflejadas en el  crepúsculo cálido
    gozaban en laberinto agudo de sus breñas.
    El sol improvisaba una sonrisa fresca,
    besando con sus rayos lianas y rosaledas,
    crespones oscuros y hojas pintorescas,
    en un amanecer fragante de la naturaleza.
    Mientras camino por orillados senderos,
    pienso en ti y en tu sonrisa bella.