• Prosa Poética

    NUBARRÓN

    Un nubarrón negro oscurecía el cielo. ¿Algún presagio?
    Pero… ¿Por qué empañar el momento?
    Ella era una señorita veleidosa.
    (Inconstante) Su carácter de geminiana la delataba.
    En el ambiente de familia numerosa no todo era felicidad, también había crueldad. 
    Él, tranquilo y enamorado, había llegado de su trabajo, ¿Para qué atormentarlo con dudas?  Con el paso de los días solo se daría cuenta y sacaría sus propias conclusiones. 
    Ella no sabía que él sentía un hueco en el centro del pecho, el dolor lo ahogaba. Él tampoco quería preocuparla. Eran pensamientos mágicos, con injusticia monumental. ¿Acaso presentía algo?
    Se había aferrado a ese amor sin esperanza. Se enamoró de la idea del amor, de la historia romántica. Había vivido una ópera cuyo desenlace podría ser trágico.
    Él notó que después de un tiempo, o a los pocos meses, la había invadido un torrente de energía como nunca había experimentado antes. Ella escuchaba sus palabras de consejero espiritual con el aire ausente, de una sorda, sin emoción.
    Pero sus días eran cambiantes, unos buenos y otros no tanto. ¿Era bipolar?
    Llegó el momento ideal en que todos habían ido a misa, ella aprovechó para fugarse sin rumbo fijo. Siempre quiso hacerlo, pero como nadie la entendería, decidió por sí sola sin contárselo a nadie, y se fue.
    Cuando él llegó y no encontró sus pertenencias, supo que la había perdido para siempre.
    El nubarrón se convirtió en lluvia de lágrimas y tormenta familiar dentro de su casa.

    Malania

    Imagen: propia


     







  • Poesía

    HORMIGA FLORIDA

    Una hormiga negra, brilla como el sol,
    lleva flores frescas sobre su cráneo inquieto,
    corona de pétalos, corona de misión,
    en su andar diminuto, perfecto y secreto.

    Camina sobre el mar, sin miedo, sin pesar,
    las olas no la tocan, el viento no la ve,
    como si el universo la dejara pasar,
    como si el agua supiera quién es.

    Cada paso un suspiro, cada flor una promesa,
    que entrega al horizonte con felicidad,
    su carga no pesa: es pura belleza,
    y su rumbo es sueño, fe y voluntad.

    Quién sabe adónde va, o si alguna vez llegó,
    pero el mar, en silencio, su viaje guardó.

    Malania

    Imagen de la red.

  • Poesía

    AMOR Y DESAMOR

    No te extrañes si te digo
    como si fuera un niño
    pues qué cosa es un poeta
    si no un niño perdido,
    solitario entre la muchedumbre,
    inquieto y vulnerable,
    como un pétalo de flor en la tormenta.

    Que aquí, muy dentro de mí
    y a lo lejos sigo siendo
    tu hombre enamorado
    el que se mira en tus ojos
    y se ríe. Feliz.

    Así muy dentro de mí,
    río también
    al entender esta ilusión
    imposible.

    Hoy en silencio me digo
    que la mujer es
    un hondo abismo
    que no puedo entender.

    Una mujer, que si la amamos,
    y si también nos ama
    es el vértigo mismo
    irrefrenable, incansable, brutal
    diosa en plenitud de vida.

    Yo hoy, aun
    sabiendo que es imposible
    solo espero que me quieras
    si tú quieres…

    Creo que cuando
    me doy cuenta que
    soy únicamente un hombre
    -me parece que lo soy-
    nada más que
    por quererte
    y que solo a tu amor,
    contento
    me doblegaría.

    A la distancia hoy
    me recuerdo
    a ese hombre con alma de niño
    que una vez movió sus labios
    para declarar su amor
    que lloró de felicidad
    expresándolo y que
    nunca,
    nunca fue correspondido.

    Ahí, es el preciso instante
    en el cual el hombre
    que finalmente soy
    siente el peso de la verdad
    y guarda silencio
    para no llorar más.

    Aun así, si…aún así,
    te doy gracias, mujer
    ilusión joven de mi vida
    por el milagro infinito
    de saber
    que puedo aun amar así
    aunque vos no me ames.

    Autor: Rubén E. Ch.

    Imagen: Gentileza de R. E. Ch.

  • Poemas

    BAILANDO EN MI SOLEDAD

     Dejando cantar el silencio, él sigue bailando,
    mientras las horas no se pueden detener
    y el tiempo continúa su viaje.
    Todo parece un sueño pero es la realidad,
    la fantasía tan viva juega con la ilusión.

    Bailando en  mi soledad se dice muy suavemente:
    ese hombre que va marcando el compás lleno de felicidad.

    Su risa a los cuatro vientos se siente
    entre el encanto presente que lo llama a no detenerse.

    Bailando en mi soledad va repitiendo hasta salir el sol
    sin dejar de hacerlo y pareciera querer volar sin destino.

    Autor: Miguel Márquez

    Imagen:   Malania

  • Prosa Poética

    CAMINARÉ EN LA ARENA


    Ya no hay barreras, se fue ese portón
    y la libertad llamó, invitó a salir.

    Quedó ese espacio para seguir marcando un rumbo,
    todo depende adónde queramos ir.

    Sigo sin detenerme sabiendo que caminaré en la arena,
    mis huellas se borrarán pero nada detendrá la marcha.

    Andaré sin rumbo donde lleve el viento regalando felicidad,
    con la bendición de Dios y nada se apagará.

    Caminaré en la arena hacia donde la luz me guíe y no me perderé,
    vamos que el tiempo se va, seguro nos está llamando a hacer camino,
    no debemos rendirnos con la bendición de Dios.

    Autor: Miguel Márquez

    Imagen: Propia (Malania)

  • Cuentos

    VESTIDA DE NEGRO

    En un bosque frondoso y verde, donde el sol se filtraba entre las hojas y las aves cantaban melodías alegres, vivía una pequeña lagartija llamada Lila. Lila era curiosa y valiente, y siempre estaba en busca de nuevas aventuras.
    Un día, mientras exploraba el bosque, Lila se encontró con una caja abandonada. Intrigada, se acercó y la abrió con cuidado. Dentro encontró telas de colores y brillantes botones. Fascinada por estos hallazgos, decidió probarse algunos pedazos de tela. Después de mucho esfuerzo y con ayuda de algunos insectos amigos que pasaban por allí, logró coserse un pequeño vestido negro con ribetes dorados.
    Una vez vestida con su nuevo atuendo, Lila se miró en un charco cercano y se sintió radiante. Pero pronto se dio cuenta de que algo había cambiado. Los animales del bosque la miraban con asombro y algunos incluso la evitaban. Lila no entendía por qué su nuevo vestido causaba tanto revuelo.
    Decidida a descubrirlo, se acercó a una sabia lechuza que vivía en el bosque y le preguntó por qué todos la miraban de esa manera. La lechuza, con voz calmada, le explicó que en el bosque, el negro era el color de la tristeza y el luto, y que muchos animales lo asociaban con malos presagios.
    Lila se sintió desolada al escuchar esto. No quería que su vestido causara miedo o tristeza a sus amigos del bosque. Con el corazón apesadumbrado, decidió deshacerse de su vestido negro y buscar otro color más alegre.
    Después de buscar entre las telas que encontró en la caja, Lila se cosió un nuevo vestido, esta vez de un vibrante color verde esmeralda, con pequeños detalles en amarillo brillante. Cuando salió a pasear con su nuevo atuendo, los animales del bosque la recibieron con sonrisas y alegría. Lila se dio cuenta de que el color de su vestido no solo reflejaba su propia felicidad, sino que también afectaba el ánimo de quienes la rodeaban.
    Desde ese día, Lila comprendió la importancia de la empatía y la consideración hacia los demás. Y aunque le encantaba vestirse con colores brillantes, nunca olvidaría la lección que aprendió con su pequeño vestido negro. Y así, con su espíritu aventurero y su corazón bondadoso, Lila continuó explorando el bosque y compartiendo su alegría con todos sus amigos.

    Malania

    Imagen: de la red

  • General

    AMOR Y MÁS AMOR

    Hace un tiempo ya desde la última vez que le dije a mi pareja que la amo, comentó Esteban a su amigo Miguel mientras tomaban un breve descanso en el trabajo. Recuerdo que fue en una tarde lluviosa, estábamos acurrucados en el sofá, compartiendo historias y risas, después de haber visto una película de humor y romanticismo. En un momento, miré profundamente sus ojos y le dije: “Te amo”. La expresión en su rostro fue una mezcla de sorpresa y felicidad, como si esas palabras fueran un bálsamo reconfortante para el alma. Desde entonces, han pasado algunas semanas, quizás incluso meses, y aunque el amor sigue latente en nuestro día a día, no siempre encontramos las palabras adecuadas para expresarlo. Tal vez sea hora de recordarle lo importante que es para mí y lo mucho que la amo.

    Es cierto que el amor, expresado a través de gestos y acompañado de alegría, tiene un poder sanador increíble para el alma. En un mundo lleno de altibajos y desafíos, el amor genuino puede actuar como un bálsamo que calma nuestras preocupaciones y nos llena de esperanza.

    El amor hacia los demás, hacia nuestro país, más que todo se basa en reconocer y respetar al que no piensa igual que uno mismo, igual que la mayoría. De ese modo, si existiera más amor verdadero, podríamos  construir un mundo y un país mejor.

    ¡Qué inspirador y necesario! Reconocer y respetar a aquellos que tienen opiniones diferentes es fundamental para vivir en paz y armonía. La diversidad de pensamiento enriquece nuestras sociedades y nos permite encontrar soluciones más creativas y equitativas para los desafíos que enfrentamos.

    Cuando somos capaces de escuchar con empatía y comprensión a quienes tienen perspectivas distintas a las nuestras, abrimos la puerta al diálogo constructivo y a la colaboración. En lugar de dividirnos, nos unimos en la búsqueda de objetivos comunes que beneficien a todos.

    Además, el respeto hacia la diversidad de pensamiento fortalece nuestros valores democráticos y promueve una convivencia pacífica y armoniosa. Cada persona aporta su propia experiencia y conocimiento, lo que nos permite aprender unos de otros y crecer juntos como sociedad.

    En definitiva, al reconocer y respetar al que no piensa igual que nosotros, contribuimos activamente a la construcción de un mundo más inclusivo, justo y próspero para todos.
    ¿Cómo podríamos vivir en pareja si no pensáramos en que ella y él son personas que tienen derecho a pensar diferente sobre algunas cosas?
    Y para seguir adelante es necesario consensuar, pero sobre todo y para eso, se necesita dialogar.

    El amor comienza por las bases, en el hogar. Hacerlo extensivo a la escuela, al trabajo, a todo ambiente donde convivimos con las personas que piensan igual o diferente, sería lo ideal para ese mundo mejor que tanto anhelamos.

    Malania

    Imagen: de la red

  • Poemas

    LA NIÑA TENÍA UN SUEÑO

    La niña estaba sentada
    en noche de primavera
    a orillas del ancho mar.

    Bajo la luz de la luna
    acompañada por las estrellas
    dejaba volar su imaginación.

    Parecía unas nubes querían guiarla
    pero no se movía,
    su rostro mostraba felicidad. 

    La niña tenía un sueño
    muy dentro del corazón
    creándole ilusiones. 

    Buscaba ella se hiciese pronto realidad
    dejando pasar el tiempo lleno de esperanza.

    La niña tenía un sueño como todas
    seguro era algo tan bonito que no podía olvidar.

     Autor: Miguel Márquez

    Imagen de la red.

  • General

    UNA PIZCA DE SARCASMO

    Mi felicidad aumenta a medida que te alejas.

    Señores, ya hemos agotado el resto de opciones. Ahora, podríamos sentarnos a negociar.

    Es curioso: tu nombre ya no aparece en mi diccionario personal.

    A partir de ahora, me dedicaré a recuperar el tiempo que he malgastado contigo.

    Me gustas cuando callas.

    Soy responsable de mis palabras, no de tu comprensión.

    Tu adiós fue mi gran alivio.

    Cualquier día llamarás a mi corazón y te saldrá que está comunicando.

    Si no te gusta cómo soy, intenta cambiar tus gustos.

    Tus ausencias serán los mejores recuerdos que me habrás dejado.

    Autor: Gentileza de Potásico A.M.N.
    Imagen: Potásico

  • Prosa Poética

    HÁBLALE

    Por la noche háblale a la luna, también a las estrellas.

    Al amanecer háblale al sol, también a la brisa mañanera.

    La luna te regala su magia, las estrellas su compañía.

    El sol te dará su energía, la brisa su frescura.

    Tendrás fuerzas para seguir andando encontrando la felicidad.

     
    Autor: Miguel Márquez

    Imagen: propia (Malania)