• Poesía

    EL NIDO

    Por qué el pájaro 
    construyó su nido
    en la punta de una rama
    inmerso en silencio tibio
    y la brisa en calma
    lejos del bullicio
    de niños en las plazas.
    Quizás aprovechó una liana
    en una otoñal acacia
    sin sus flores extrañas 
    o una pacana en vilo
    esperando paciente
    por sus frutos ser adornada.
    El nido espera a su huésped
    mientras el atardecer naranja
    a sus pies se desmaya.
    Malania
    Imagen: M. J. T.
                                                                                                                                  
  • Relatos

    EL VELERO MISTRIOSO

    Subió al coche y atravesando el parque, disfrutó del aire primaveral. Una sinfonía de colores despertaba la nueva estación, entre el verde lima de los sarmientos recién brotados de las viñas y en contraste, el verde oscuro de las araucarias. Abrió la ventanilla para sentir el aroma del enebro y los arbustos de romero. Al final del parque la maleza se mezclaba con florecillas amarillas, blancas, rojas y violetas como queriendo ganar espacio y distinción, entre los gigantes lapachos y eucaliptus. Parecían sonreír al espectador circunstancial y pasajero, como expresando un ruego de que no las pisen para poder seguir viviendo. Eran muy bonitas esas flores a pesar de tener simplemente un aroma silvestre que se intensificaba con el rocío del amanecer. Los rayos del sol iban ganando espacio mientras él se dirigía al puerto. Recordó los días felices de su niñez, y se vio correteando con sus hermanas por entre las flores  de margaritas y pensamientos, y las reprimendas de su madre porque muchas veces en esas correrías pisoteaban el jardín. Como penitencia, debían plantar más, si pisaban una, plantaban dos. Sonrió por recordar, como esa, otras picardías que había cometido y casi siempre habían sido descubiertas por los mayores de la casa.
    Se fue alejando cada vez más, dejando atrás el espectro de colores para internarse en calles grises de asfalto y adoquines.
    Llegó al puerto. En la embarcación lo esperaban el timonel y una amiga. ¿Un viaje de placer? ¿Un paseo instructivo y turístico a la vez? O tal vez un viaje de negocios que decidieron efectuar por agua para hacerlo más rápido, evitando aglomeración y estrés. Debieron sortear otras embarcaciones en un mar agitado y revoltoso, ese mar que quizás no esperaba recibir tan temprano a tantos navegantes. Quizás hubiera preferido mantenerse en calma dormitando a la luz del sol naciente. Las naves serpenteaban al compás del viento y las olas jugaban con rugidos imponentes.
    No pudo ser un viaje de placer, fue un paseo con viento y marea alta, más de miedo y dolores de cabeza.
    Lo más llamativo fue, que terminado el viaje, ya no hubo viento ni agitadas olas. Todo volvió a la calma.

    Malania

    Imagen: A. M. N.

  • General

    MENTIRA DE AMOR

    ¡Mentira! ¡No me quieres!
    No trates de engañarme diciendo que me amas,
    si todo tu cariño lo guardas en el alma,
    y sé que no has de dármelo porque no es para mí.
    ¿Por qué juegas conmigo amor de mis amores?
    ¡No quieras desgarrar así mi corazón!
    No niegues que dijiste que tú a mí me querías
    y que yo llevé a tu alma la más grande ilusión.
    Si sigo tu camino que6 está lleno de espinas
    es porque mi vida está llena de ti.
    Y si ya no te tengo, pedazo de mi vida,
    ¿Qué quieres tú que yo haga sino pensar en ti?
    Yo no maldigo a aquella que me quitó tu cariño
    porque tu cariño jamás fue para mí.
    Los ratos que pasabas mirándome en silencio
    silencio inmenso y hondo que no dice de mí.
    Traían a lo profundo de mi mente resentida
    que es otra la que miran los ojos que yo amo
    que es otra la que hace latir tu corazón.
    Y sufro sin decirlo, amor de mis amores.
    pues ¿para qué decirlo, mi bien, si entre tus flores,
    yo soy el que no tiene placer ni sed de amores?
    Yo no tengo tu risa, ni tengo tu mirada,
    no tengo tu dolor ni sé de tu placer.
    No tengo tu verdad, ni peinaré tus canas,
    ni velaré tu sueño cada noche en mi cama.
    Solo tengo de ti la más cruel de las mentiras:
    ¡la mentira de amor que me has dado a entender!

    A. M. N.

    Imagen de la red.








  • General

    NUBES DE VIENTO

    Hace unos años, exactamente el 30 de marzo de 2020 a las 18 horas, desde mi ubicación en aquel momento y también actual, pude fotografiar esta hermosa imagen. Y me pregunté y aun me pregunto, si el que la ve, descubre en ella lo mismo que yo.  
    Me encanta fotografiar paisajes, árboles, flores, pero más, el firmamento en diferentes horas del día. Las nubes sobre todo, porque nunca he visto una igual a otra, por sus formas o colores. Esta vez la figura es una cara, ¿puedes distinguirla?

    Malania

    Imagen propia.

  • General

    LA FLOR DEL PARQUE

    Esbelta y muy bella
    eligió estar en el parque
    para que todos la admiren
    como dama en primavera.
    Flores rosadas en la acera
    juegan a dos colores,
    son clavelinas pequeñas
    algunas blancas matizadas.
    Y en la barranca del golfo
    lucen las amarillas
    aprovechando el fresco atardecer
    que trae las azules aguas.

    Malania

    Imágenes de R. M. T. y  propias

  • Poemas

    HACIA EL MAR

     

    La noche se mutila
    por truenos estridentes
    y aullidos de perros
    con estrellas caprichosas
    que titilan apuradas
    robando la luz de la luna
    como queriendo alumbrar
    desoyendo la tormenta
    a la par de los relámpagos.

    Las primeras gotas
    esgrimiendo una sonrisa
    se escabullen entre las hojas
    de romero, salvia
    y flores de saúco.

    El aroma de la absenta
    baña pétalos de hisopo
    y el verdor del erguido laurel.

    Mientras los frutos
    de rosa mosqueta
    y arbustos de retama
    escoltan al viento
    que lleva hacia el mar
    la transparencia del agua.

    Malania

    Imágenes propias y de la red

     

  • Minicuentos

    SOLITARIA Y PERFECTA

    A María Magdalena la llamaban Mary. Era modista y peluquera profesional en un pueblo pequeño donde había nacido. Vivía con sus padres, nunca tuvo pareja y casi no tenía amigos porque su madre era muy celosa y selectiva. Mary era muy insegura y todo lo consultaba con ella. Su padre no aportaba opinión porque si lo hacía, las mujeres igual “siempre salían con la suya”.
    Por esas cosas de la vida, Mary, ya adulta se quedó sola. Sus dos hermanos habían formado cada uno su familia y no vivían cerca.
    Se dedicó de lleno a su profesión pero con la aparición de nuevas peluqueras y modistas, de a poco fue perdiendo clientes a causa de que nunca se había perfeccionado. Como le gustaban las plantas cuando no tenía trabajo en su taller, se dedicaba a la jardinería. Le gustaban todas las plantas, con o sin flores. Les hablaba cuando las regaba y siempre recorría los senderos de su jardín para controlar plagas o insectos que pudieran estar por ahí como intrusos.
    Un día Mary enfermó y tuvieron que internarla en un sanatorio. Una amiga cuidaba de todas plantas, pero  como todo ser vivo, percibían la ausencia de su dueña. Algunas se marchitaron, de otras se secaban las hojas, y otras se negaban a abrir sus pimpollos y se caían sin esperar a que se desplieguen sus pétalos. Así fue una y otra vez, porque Mary mejoraba, regresaba a su casa pero volvía a decaer. La depresión la fue absorbiendo y lo único que la mantenía viva eran esas plantas, sobre todas aquellas que se conservaban lozanas. Una de ellas era esa rosa amarilla que había plantado ante su ventana. Ella no paraba de florecer y alimentaba, por momentos, el buen ánimo. Casi siempre le arrancaba una sonrisa cuando corría la cortina en las mañanas tardías.
    Mary ya no está entre nosotros. La persiana se levanta todos los días para ventilar la casa y permitir la entrada de los rayos del sol. Hoy la casa pertenece a otra familia, y la rosa sigue viviendo como esperando ver a Mary a través de la ventana para escuchar el canto de su cariñosa voz.

    Malania

    Imagen: gentileza de R. E. Ch.

  • General

    ARTES DIFERENTES

    El hombre observaba y contemplaba un atardecer diferente,
    el arte de la Creación en su perfección.
    Mientras en otro lugar una mascota,
    quizás para llamar la atención de su amo,
    afilaba sus uñas en la madera del poste, pilar del garaje,
    tallando huellas, dibujando canales.
    La Creación es obra perfecta,
    donde los pájaros colaboran en el sembrado de especies vegetales.
    El viento también colabora para esparcir semillas.
    Así crecen los arbustos y algunos se vuelven árboles.
    Nacen flores por el campo, al costado de los caminos, nadie las planta, pero ellas embellecen el universo.
    El hombre disfruta del atardecer diferente percibiendo el aroma de la vegetación humedecida por el rocío del ocaso.
    Mientras la gata está sumida en un sueño profundo con sus perfiladas uñas.

    Malania

    Imagen: N. C. G. y M. J. T.

  • Poemas

    PAISAJE DEL CAMINANTE

    Las flores violetas
    no dudaron en liberarse
    atravesaron las rejas
    sin pedir permiso
    para mostrar al mundo
    su candor, color y belleza.

    Mientras camino bajo los aleros
    los rayos del sol son los primeros
    en derretir el rocío fresco
    que se desliza por las curvas
    de los techos sin canaletas
    bañando la acera abierta
    y a los descuidados transeúntes
    hasta que se despierta el viento
    para secar la tierra y las veredas.

    Malania

    Imagen propia