AUNQUE SOPLE EL VIENTO
Eres fuego,
pero no el que quema,
sino el que abraza lento
cuando la noche cae
y el mundo se enfría.Tu calor no se explica,
se siente.
Como un hogar encendido
en medio del invierno,
como esa llama
que no se apaga
aunque sople el viento.Luminoso,
te acercas sin ruido,
me miras,
y todo arde distinto.No necesito más.
Solo tú,
una noche,
y esta vida
encendida contigo.Malania
Imagen: M. Ramona T.
TÚ ERES MI NOCHE Y MI FAROL
En la noche, cuando el mundo calla,
y el cielo viste su sombra más pura,
enciendo en mi pecho una llama
que arde con tu esbelta figura.Tu voz es fuego que al alma abriga,
tu piel, el calor que al frío espanta.
Eres mi hogar, donde todo se origina,
donde el alma canta y se encanta.Luminoso entre sombras me alcanzas,
como faro en la niebla, constante.
Eres llama que nunca se cansa,
mi amor ardiente, mi gran amante.Y si el tiempo se lleva los días,
si el viento apaga el fulgor del sol,
mi corazón, con su fuego, diría:
“Tú eres mi noche, mi calor, mi farol.”Malania
Imagen: Roxana E. S.
DÍA DE AYUNO Y ABSTINENCIA
Durante mi infancia, en casa de mis padres, la Semana Santa tenía un silencio especial, como si el tiempo caminara más despacio, sin apuro.
El día Viernes Santo nos despertábamos temprano, como casi todos los días, ya que dormir hasta tarde era de haraganes.
Nos levantábamos y casi sin hablar, nos higienizábamos y uno a uno nos íbamos peinando sin mirarnos al espejo. El espejo, de hecho, estaba dado vuelta contra la pared desde la noche anterior. No era una prohibición explícita, pero sabíamos, mis dos hermanos y yo, que así tenía que ser. Mirarse era una forma de distraerse, de entrar en la vanidad, y ese día no era para eso.
El desayuno era sencillo y calmo: té negro, fuerte y con muy poco azúcar, acompañado de galletas sin grasa y tostadas. Nos sentábamos juntos, pero no hablábamos. Cada uno tomaba el calor de la taza como si fuera algo sagrado.
Durante el día comíamos solo si teníamos hambre, y lo hacíamos con un respeto casi ritual. Nada de carne, y ningún alimento de origen animal, ni siquiera caldo, porque ese día se encendía el fuego en la cocina a leña solamente para el té y el mate de la mañana. Las batatas al horno hechas la noche del Jueves Santo, llenaban la casa de un olor dulce y terroso, y la mandioca hervida también el día anterior—con apenas un poquito de sal— nos recordaba que la sencillez también puede ser abundancia. A veces, le poníamos un hilo de miel de caña, como un gesto pequeño de dulzura.
Por la tarde, el maní tostado rompía un poco la quietud, con ese crujido que parecía más fuerte de lo que era. Y la palta, con azúcar por encima, tenía algo de postre secreto, aunque sabíamos que no era para celebrar, sino para acompañar el recogimiento.
No se escuchaba música. Estaba prohibido, aunque nadie lo decía en voz alta. Y tampoco hablábamos fuerte. Las palabras eran pocas y suaves, como si alzarlas demasiado pudiera romper algo que no veíamos, pero sentíamos.
Así pasaba el día. Con un ritmo distinto, casi suspendido. No era tristeza, tampoco alegría. Era otra cosa, un día de duelo. Una forma de respeto. Una manera de habitar el tiempo con cuidado.Malania
Imagen: de la red
TIERRA FÉRTIL Y MANOS HACENDOSAS
En el huerto de Doña Cata,
se esconde un secreto de la tierra,
donde las verduras bailan al viento,
y el sol acaricia su verde esencia.Zapallos grandes como el sol,
reposan junto a un tronco en calma,
mientras morrones coloridos, brillantes,
se alzan con fuerza, llenando su alma.Jalapeños picantes, ardientes,
guardan su fuego en cada rincón,
y las calabazas, doradas y sabias,
sueñan con el otoño y su canción.En su chacra, Doña Cata cuida,
el jardín que canta en su corazón,
cada verdura es un tesoro,
que florece en un abrazo de pasión.Así, con amor y mucha paciencia,
cultiva en su tierra el mejor sabor,
y sus manos, llenas de alegría,
ofrecen al mundo su más dulce labor.Malania
Imágenes: Cata B.
DÉJAME SENTIR
Eres mi más profundo pensamiento,
el tiempo que comparto,
el sustento del día a día,
la caricia que me deja el viento.
Eso me lo dice el tiempo…
Eres la luz que me abraza
el canto del zorzal al amanecer
el reflejo del amor en el espejo.Déjame sentirte más de la cuenta.
Déjame mirarte de lejos,
mírame la piel como se eriza
cuando me escribes versos.
Déjame un soplo suavecito
en la intimidad de mis sueños.
Déjame una lluvia de fuego
y nadie más que tú
se sumirá detrás de mi velo.Malania
Imagen: Propia
SOMBRA DE NUBE Y FUEGO
Las nubes se alzan, suaves y lentas,
dibujan sombras que la brisa lleva,
mientras los rayos de sol, presentes, vibrantes,
se cuelan entre palmeras, en un baile constante.Una nube, curiosa y sabia, toma forma de animal,
de espaldas, gigante, mirando hacia el mar.
De su boca surge en soplo, vapor caliente,
como un suspiro del cielo, secreto y latente.El mar susurra en su azul profundo,
reflejo del cielo celeste, inmenso y sereno,
y al atardecer, el horizonte se tiñe de fuego,
un cuadro de luz que calma el alma, lleno de misterio.Malania
Imágenes: Guillermo F. T y Gerardo S. V.
COMPETENCIA DE COLORES
Hoy di un paseo entre los árboles,
y vi cómo competían en silencio,
cada uno mostrando su esplendor,
con colores brillantes como un sueño.Las hojas se visten de oro,
y otras, rojas como el fuego,
se despliegan al viento con orgullo,
bailando su danza al ritmo del cielo.En cada rincón, un arco iris de verde,
donde el sol se filtra con cautela,
y cada rama, con su traje único,
canta una melodía de naturaleza.Un concierto sin palabras ni juicios,
donde el brillo de cada color es testigo
de que, aunque compiten por resplandecer,
en su quietud, juntos aprenden a crecer.Algunos le dan respiro a las hojas
ellas caen y desaparecen.
Es hora de lucir sus bellas flores
cada cual con sus propios colores.Malania
Imágenes Ninet y propias.
ADIÓS AÑO VIEJO 2024
Según la tradición, para muchos, el Año Viejo es un monigote que representa básicamente el año que termina, formado con ropa vieja, cartón o papel, y se lo rellena con viruta, paja o aserrín.
Además también lleva fuegos artificiales o de pirotecnia. Se lo quema a medianoche del 31 de diciembre, víspera del Año Nuevo.
Con el Año Viejo se van penas, angustias y alegrías vividas. Quedarán los recuerdos de todo lo que nos ha acompañado, de todo lo acontecido, en buenos y malos momentos.
Lo importante es dejar atrás lo que no nos ha gustado, lo que nos ha hecho mal, si es que lo hubo, y sacar de todo aquello un aprendizaje para no volver a recorrer el mismo camino.Malania
Imagen de la red
NUBES AL VUELO
La tarde se va despacio
y las nubes color fuego
se despliegan en el horizonte
con calor en días de enero.
Junto al sol llevan las luces
con ansias de andar caminos
o de dormirse en la noche
bajo los astros azules.
En una tarde de enero
quiero retener las nubes,
pero al tiempo en un adiós
la alegría se diluye.
MalaniaImagen propia
CUÁNTAS, CUÁNTAS VECES
¿Podré amarte sin verte,
sin mirarte?
en regiones contrarias,
unidas tan solo
por el inmenso océano:
Tú, en mediodía quemante.
Yo, en fresco amanecer,
bajo las frías sábanas,
me conforma recordarte.
Te busco con afán,
sin darme cuenta,
entre las infinitas palabras.
Estás frente a mí,
me haces sonreír.
Estás conmigo,
alegras mi existir,
a través del infinito.
Mi vida se detiene,
un instante,
para mirarte,
para conocerte,
para venerarte,
para saludarte ruborizada.
¿Por qué no?…
Tu fuego, es mi fuego.
Tu fuego, en mi hoguera.
¿La estarás amando?
Pienso:
¿Acaso te siento…
en el misterioso aroma
de las flores sin perfume?Malania
Imagen: Propia