• Poemas

    AMAR EN SILENCIO

    Ni la luna, ni las estrellas
    amenguan mis penas.
    No puedo reír
    no quiero llorar.
    No las deseo mirar;
    me traen recuerdos…
    Prefiero el silencio;
    sumirme en soledad;
    para meditar lentamente
    y elegir el camino
    que debo continuar.

    Malania

    Imagen: Alejandra de Comodoro

  • Poemas

    DESAFIANDO LA NOCHE

    Titilan las luces en hilera
    iluminando la larga costanera,
    mientras la luna se sumerge en el río
    dejando en la superficie
    una atractiva y brillante estela.

    Malania

    Imagen: Elisa Yoyi G.

  • Poemas

    CAMINO DEL SOLITARIO

    Con su perro iba dejando
    que la luna fuese iluminando
    su marcha; el silencio acompañando
    su andar en la madrugada.

    Alejando miedo caminaba lento,
    aun lado echaba apuros,
    el camino largo no desanimaba,
    no lo podía detener.

    El camino del solitario
    parecía extenderse a cada paso
    mientras quedaban atrás
    las huellas de ese andar sin prisa.

    Autor: Miguel Márquez

    Imagen: Gentileza Miguel M.

  • Poemas

    LA CASA A ORILLAS DEL MAR

    Con el mar a su alrededor, la casa mostraba belleza
    atrapando miradas llenas de elogió, regalaba encanto.

    Dejaba sueños llenos de asombro, regalaba poesía en su eterno estar,
    se amigaba con la luna todas las noches.

    Parecía bailar al ritmo de cada ola,
    mostraba magia en el silencio, muchas veces, de la soledad.

    La casa a la orilla del mar, parecía pedir permiso
    para irse dentro del océano.
    Pero, tal vez una fuerza extraña le dijo no.

    Autor: Miguel Márquez

    Imagen de la red. Gentileza Miguel M.

  • Poemas

    ATARDECER EN LA COLINA

    A lo lejos
    en la colina,
    una ventana
    cubierta por la neblina
    iluminada por la luna
    guarda toda su tibieza
    en la hora que declina
    el sol, llevándose
    la fortaleza
    de trabajadores rurales.
    Todo lo que desean
    es el descanso
    al fin de una jornada
    de campo,
    dura y difícil.
    Para ellos
    no hay lluvia,
    frío, ni calor
    que los retenga.
    El trabajo es
    como un regalo,
    es indispensable
    para sostener diariamente
    a sus familias.

    Malania

    Imagen: Propia


  • Prosa Poética

    CERRÓ UN CAPÍTULO DE VIDA

    Entre bemoles y sostenidos, esperaba con resignación que algo diferente ocurriera.
    Frente a su casa, los árboles permanecían de pie como soldados firmes.
    Ya nada quedaba de los bosques nativos y fragantes de cuando era niña.
    Habían sido talados con hacha o con sierra mientras ella estuvo ausente.
    Los árboles la observaban, habían sido plantados para que en un futuro cercano -o no-, fueran destinados a la industria. Algún día también desaparecerían como los nativos y como su amor.
    Nunca creyó que ese amor prosperaría. Era como una planta sin raíces destinadas a marchitarse.
    A veces, como ese día, esperaba el milagro. Pero no tuvo éxito su deseo.
    Entonces, la noche la adormeció y se durmió en brazos de la luna llena.
    Cuando despertó dijo a sí misma:
    “Nada crece, nada prospera en la penumbra de los secretos.
    El amor, como los árboles, necesita de luz y espacio para desarrollarse y expandirse”.
    Se sintió libre de su amante, fuerte, sana, con mucho apetito como una adolescente.
    Hacía largas caminatas seguidas por sus mascotas, y se metía en la cocina para preparar exquisiteces. 
    Cerró un capítulo de su vida y dejó de atormentarse con recuerdos y especulaciones sobre lo que pudo ser.

    Malania
    Imágenes: propias y de Rosana G. B.

  • Poemas

    ILUMINA LAS NOCHES

    Por una callecita de tierra
    rumbo a la casa has andado
    recorriendo noches,
    guardando historias por contar.

    Solitario y sin miedo
    guiado por la luna amiga,
    muchas veces, el silencio fiel compañero
    te siguió sin abandonarte jamás.

    Mirando al cielo tantas veces
    pediste con ciertas palabras:
    ilumina las noches
    y ahí la luz que te mostró el camino.

    Fue tu voz a la luna
    pidiendo: ilumina las noches
    para que errante
    no te encuentre la madrugada.
    Y no te perdiste.

    Autor: Poeta Uruguayo Miguel Márquez
    Imagen de la red, gentileza de Miguel M.

  • Poesía

    EN SUS QUINCE AÑOS

    PARA MIA

    De parte de su abuela, con todo mi amor

    Han pasado muchas lunas, muchos soles,
    el tiempo no se ha notado entre canciones y colores.
    De repente, quince años —¡qué misterio tan callado!—
    y mi niña se ha hecho grande, sin que el tiempo haya avisado.

    Eres risa en la mañana, luz serena en el andar,
    una mezcla de ternura con el fuego de soñar.
    A veces callas bajito, con mirada de universo,
    otras, el mundo se alegra cuando ríes sin esfuerzo.

    Entre libros y voleibol, vas dejando tu señal,
    con coraje y con dulzura, con cariño sin igual.
    Buena hija, buena amiga, con tu corazón abierto,
    el amor que tú regalas siempre vuelve, siempre es cierto.

    Hoy tus quince son un canto, una flor que va a brotar,
    un camino que comienza con promesas de brillar.
    Y aunque crezcas y te alejes, lleva siempre en la memoria
    que este amor que yo te tengo… es eterno, es tuyo, es gloria.

    Estoy segura que desde el cielo
    tu abuela y tus abuelos sonríen al verte brillar,
    orgullosos de tu esencia, de tu forma de amar.
    Y yo, desde aquí cerquita, te abrazo con emoción,
    porque verte crecer, Mía, es mi mayor bendición.

    Sigue siendo buena hija, buena hermana, buena amiga,
    no dejes que el mundo apague esa luz que hay en tu vida.
    Sé valiente, sé tú misma, con tu alma generosa,
    que quien ama siempre encuentra la vida hermosa.

    Malania

    Imagen: Propia

  • Poemas

    ATARDECER DESDE EL PATIO

    Desde el patio de mi casa
    veo un atardecer distinto,
    el sol se esconde en el infinito
    regalando a las nubes su brillo.

    Pinta el cielo de naranja
    sobre el amarillo dorado,
    tras los árboles en sombra
    que lentamente
    de negro se contornan.

    El resplandor del sol
    llegó a la media luna
    que en su aureola de agua
    una estela acuna.

    Ráfaga cálida, a veces fría.
    Un atardecer distinto
    embellece a las almas
    apasiona la vida.

    Malania

    Imagen: Rosana G. B.

  • Poesía

    NATURA PURA

    El río canta su melódica voz,
    las montañas guardan su serena paz,
    y las estrellas, al caer la noche,
    tejen sueños en el mar.

    La luna, reina de la quietud,
    se alza con gracia, en su viaje sin fin,
    mientras la vida, en su frágil curso,
    nos invita a ser parte de su festín.

    Espectáculos que el alma abraza,
    en cada amanecer, en cada rincón,
    la naturaleza, con su eterno latido,
    nos regala su canción.

    Malania

    Imagen: M. Julián T.