• Poesía

    SE NECESITA UN AMIGO

    No es necesario que sea hombre,
    basta que sea humano,
    basta que tenga sentimientos,
    basta que tenga corazón.

    Se necesita que sepa hablar y callar,
    sobre todo que sepa escuchar.

    Tiene que gustar de la poesía,
    de la madrugada, de los pájaros, del Sol,
    de la Luna, del canto, de los vientos
    y de las canciones de la brisa.

    Debe amar al prójimo y respetar el dolor que
    los peregrinos llevan consigo.
    Debe guardar el secreto sin sacrificio.
    Debe hablar siempre de frente y
    no traicionar con mentiras o deslealtades.

    Debe tener un ideal, y miedo de perderlo,
    y en caso de no ser así,
    debe sentir el gran vacío que esto deja.

    Tiene que tener resonancias humanas,
    su principal objetivo debe ser el del amigo.

    Debe sentir pena por las personas tristes
    y comprender el inmenso vacío de los solitarios.

    Se busca un amigo para gustar
    de los mismos gustos,
    que se conmueva cuando es tratado de amigo.

    Que sepa conversar de cosas simples,
    de lloviznas y de grandes lluvias y
    de los recuerdos de la infancia.

    Se precisa un amigo para no enloquecer,
    para contar lo que se vio de bello y
    de triste durante el día, de los anhelos
    y de las realizaciones, de los sueños y de la realidad.

    Debe gustar de las calles desiertas,
    de los charcos de agua y los caminos mojados,
    del borde de la calle, del bosque después de la lluvia,
    de acostarse en el pasto.

    Se precisa un amigo que diga que vale la pena vivir,
    no porque la vida es bella, sino porque estamos juntos.

    Se necesita un amigo para dejar de llorar.

    Para no vivir de cara al pasado,
    en busca de memorias perdidas.

    Que nos palmee los hombros,
    sonriendo o llorando,
    pero que nos llame amigo,
    para tener la conciencia de que aún estamos vivos.

    Autor: Vinicius de Moraes

    Imagen: Propia

  • Prosa Poética

    MIRABA LA LUNA

    Miraba tan firme, muy concentrada, hablaba el silencio ¿que le diría?

    La luna parecía inmóvil, no quería irse, tal vez descubrió su pena tratando calmar dolor.

    Miraba la luna, la miraba buscando encontrar los secretos guardados en la madrugada.

    Niña ¿que penas aquejas? ¿será de amor? solo tu lo sabrás y no querrás decir. 

    Déjame entender, déjame ayudar y así dibujar en ti sonrisas que borre el llanto.

       Autor: Poeta Uruguayo Miguel Márquez

    Imagen: Malania Nashki. La luna en Itapema, Brasil.

  • General

    SOL Y LUNA

    Bajo la calidez del sol
    corría el mes de enero.
    Ella
    jugaba en la playa con su sombra
    mientras recordaba
    las sombras de la ciudad.
    Un beso de él podría
    hacer florecer su corazón
    desierto
    desde aquel día
    en el que tuvo que dormir
    con los ojos abiertos
    para no perder de vista
    aquellos largos pasos
    encaminándose
    hacia esa calle fresca
    cubierta de adoquines.
    Pero aquella imagen
    fue absorbida por el sol
    y llenó de oscuridad su luna.
    Malania
                                           
    Imagen de la red
  • General

    ELLA SABE

    La tormenta irrumpía
    con anuncio de lluvia.
    No recordaba otra igual
    con una luna inmensa
    iluminando el mar.
    Me detuve a leer
    tus líneas de poeta.
    Amagué una sonrisa
    (propia de una idiota)
    Nada es falsedad
    ni la tormenta
    ni la luna gigante
    ni mi perdurable amor por ti.
    Pregúntale a la luna
    ella sabe cuánto te amo
    ella es mi testigo.
    Malania

    Imagen: J. Ric.

  • General

    LINA

     
     
     
    Quizás en una alhóndiga o en un mero pastizal 
    o tal vez en un lejano cantil 
    descubriste el mundo y te atreviste a cruzar 
    entre un reguero y alondras o un desolado muladar.
    Inquieta y llorosa maullaste a mi paso 
    con miedo al principio corriste a mis brazos. 
    Calmé tu sed y el ansia de mitigar tu soledad 
    te cubrí del frío ante la tempestad.
    Pero un día me ausenté dormido 
    y en noche sin luna 
    cuando solo la luz de tus ojos brillaba 
    te  divertiste a tu modo 
    extraña princesa mimada. 
    Manifestaste tu desasosiego 
    aquél que nació contigo 
    desahogando tu furia y con desatino 
    jugaste con hojas y todas mis plantas 
    que a tu paso pudiste encontrar. 
    Una reprimenda  bastó que comprendas 
    que de nada sirve hacer ese estrago 
    con mis hermosas plantas 
    que mantenerlas lindas tanto ha costado. 
    Y aquí estás de nuevo a mi lado 
    espiando todo el día el teclado 
    y  atenta a todo lo que hago.   
     
    Malania
    Imágenes: M. J. T.
     
     
  • Poesía

    DÉJAME

    Déjame vivir a mi manera
    a soñar con lo que quiera
    a escuchar alegre
    el trinar de los pájaros
    que visitan mi soledad.
    Déjame escuchar
    el rugido del mar
    a la salida del sol
    aunque llueva.
    Déjame contemplar
    la luna y las estrellas
    reflejadas en la pradera.
    Quiero ser yo misma
    sin ataduras
    sin molduras
    en día radiante
    o en noche plena
    vestida sólo de piel
    o en vaporosa seda
    sin importar el calor
    o si afuera nieva
    sin pedir permiso
    para tomar un té, un café
    o comer de postre
    una freza con crema.
    Malania
    Imagen: M. J. T.
       
  • General

    INSPIRACIÓN

    Inspiración.
    Quizás en este lugar te encuentre:
    en la luna, en las nubes, en el rocío.
    Porque hay ventanas cerradas
    por las que no logro ingresar
    ni siquiera a través del subconsciente.
    Malania
    Imagen propia
  • General

    ¿ESTÁS ALLÍ?

     
     
    Tú, en horas de un ayer
    leíste mis poemas
    me hiciste poeta
    (o ya lo era)
    me instaste a escribir
    a publicar mis letras.
    Pero un día
    me dejaste partir
    con una hoja en blanco
    y la tinta seca
    Hoy escribo
    con hilos de sol
    desde el corazón
    inspirada en la luna
    tímida y escondida
    y en las nubes
    recién amanecidas.
    ¿Estás allí?
     
    Malania
    Imágenes de la red
     

     

  • Poemas

    HACIA EL MAR

     

    La noche se mutila
    por truenos estridentes
    y aullidos de perros
    con estrellas caprichosas
    que titilan apuradas
    robando la luz de la luna
    como queriendo alumbrar
    desoyendo la tormenta
    a la par de los relámpagos.

    Las primeras gotas
    esgrimiendo una sonrisa
    se escabullen entre las hojas
    de romero, salvia
    y flores de saúco.

    El aroma de la absenta
    baña pétalos de hisopo
    y el verdor del erguido laurel.

    Mientras los frutos
    de rosa mosqueta
    y arbustos de retama
    escoltan al viento
    que lleva hacia el mar
    la transparencia del agua.

    Malania

    Imágenes propias y de la red