• Poesía

    PERFUME MILAGROSO

    Iluminaba una luz fría
    el espejo del invierno
    la luna llena se desvanecía
    entre las últimas estrellas del cielo.
    Un hombre se abrió paso
    en un bosque erizado de malezas
    la esperanza desaparecía
    en hilos de humo por la chimenea.
    La debilidad revoloteaba
    y resquebrajaba su interior
    la tristeza lo embargaba
    había dolor en su corazón.
    Por el cielo, el viento
    las nubes desparramaba
    y al capricho del aire
    la nieve caía espesa y volaba.
    El hombre sin son ni adornos
    su construcción sofocaba
    por la tierra y por el aire
    los cimientos derrumbaba.
    Desde los muros llegaban
    los estentóreos sonidos
    del revoloteo de mariposas
    y de los pájaros aún dormidos.
    De un único adorno florido
    perfume silvestre manaba
    uno de los pájaros cortó
    con su pico una flor morada.
    Y a través de la ventana boscosa
    donde vivía  el modesto hombre
    al que solo le quedaban
    cabellos blancos y ojeras pronunciadas
    depositó la bella morada
    desparramando los pétalos
    sobre sus labios resecos
    al despuntar la alborada.
    El perfume lo despertó
    con un cosquilleo en los labios
    la humedad del rocío lo cubrió
    curando el mal que lo asechaba
    por un misterioso milagro.
    Malania
    Imagen: P. H.
  • Poesía

    LAS ROSAS DEL INGENIERO

    Blancas, fucsias y violetas
    rojas, matizadas y perlas
    las rosas del ingeniero
    a veces  llamado jardinero.

    De dos plantas abandonadas
    en una casa prestada
    eligió cuidadosamente
    los apropiados esquejes
    en luna cuarto creciente.

    Multiplicó las raíces
    y se extendieron las ramas
    ofreciendo ramilletes
    confundidas con retamas.

    Desde lejos se percibían
    los aromas del ambiente,
    las calles atomizadas
    con el rocío amanecido
    recibían al sol naciente.

    El ingeniero orgulloso
    de su ingeniosa obra
    al hermosear aquella casa
    en el tiempo abandonada  
    ahora sus rosas alberga  
    con su corazón de jardinero.

    Malania

    Imagen: R. M. T.

  • General

    MI CIELO

     
    Hoy quiero compartir mi cielo 
    ese que a veces me pregunta 
    por quién me desvelo. 
    Y sabes? … es por ti
    a veces me quitas el sueño.
     Y sé que a pesar de todo
    estás allí, en algún lugar
    es ese pesar del ayer 
    que no es hoy pero sí
    podría ser mañana. 
    Hay cambio lunar
    y la tarde de hoy no es gris.
    Viste de rosa.
    ¿Te manifiestas así?

    Malania

                                                                                                        

    Imagen propia y de R. E. S.

  • General

    SABER DE TI

     
     
    Aunque se esfume la gloria
    aunque rebalse la nieve
    no me detendrá
    ningún esparadrapo
    ni tampoco un yuquerí
    para brindar con alquermes
    en noche de luna llena
    a través de la brisa fresca
    en vuelo de madrugada
    o con reconfortante café
    en mañana aventurada.
     

    Malania

    Imagen: R. E. S. y propia.

     

    Diccionario de palabras:

    Esparadrapo: Tira de tela o de papel, una de cuyas caras está cubierta de un emplasto adherente, que se usa para sujetar los vendajes, y excepcionalmente como apósito directo o como revulsivo.

    Yuquerí: Árbol leguminoso de ramas espinosas que mide hasta 10 m de altura; de hojas compuestas de hasta 20 cm de longitud y corteza de color grisáceo; tiene una inflorescencia en panícula con pequeñas flores de color blanco; su fruto es una legumbre plana y algo retorcida que adopta un color castaño intenso en la madurez.

    Alquermes: Licor de mesa, muy agradable pero muy excitante, que se coloraba con el quermes animal.

  • General

    DÍAS FRÍOS DE JULIO O DICIEMBRE

    Los días horizontales de julio
    o de diciembre
    (según sea Oriente u Occidente)
    se convierten  en turbias jornadas
    con rumores de limo volcánico.
    Un reguero de polvo radiante
    indica que todo ha cambiado.
    Los amaneceres se ven demorados
    por lunas de cenizas y lluvias heladas.
    Hasta las papas se muestran nevadas
    y los caracoles adormilan
    bajo el colchón de hojas
    que el otoño les ha regalado.
    Muchedumbre embrutecida
    por la ventisca del mediodía
    buscan la acera del sol ausente.
    Nadie reconoce los ojos del desencanto
    los labios ansiosos, la mano agitada
    que va diciendo adioses sin destino concreto
    desde una puerta entreabierta
    tan fría como la misma nieve.
    Los gorriones más atrevidos
    se congelan en un último aleteo
    con sus picos abiertos,  implorando
    que volviera el buen tiempo.
    Los pelícanos amontonados
    a la vuelta de la esquina
    se transmiten el calor del cuerpo
    enmarañando su plumaje entre ellos.
    Desde una ventana de cristales mustios
    él observa su cruel destino de auto presidiario.
    Pero no temas…aquí estoy…una voz de luz repite
    “no temas…aquí estoy
    y aunque el mundo congele tus  huesos
    y en silencio  opaque  tus besos
    Yo seré por siempre tu celda ardiente”
    Tu voz en mí. En mí, vos, por siempre vos.
    Malania
    Imagen de la red.
  • Relatos

    NUNCA SOLA

    Las gotas de lluvia resbalan por las calles, las hojas de los árboles y también por los cristales. A Má Eulalia le resbala la soledad, llegó pero no está.

    Él, ella, ellos y ellas, le dicen que está sola pero ella siente que no es así.
    Sus plantas, que son muchas, la rodean y hacen acogedor el ambiente. Les habla y cuando no florecen les reprende. A veces comenta y se ríe por estas ocurrencias que tiene. Aunque mucha gente opina que a las plantas hay que hablarles porque crecen más lindas.  
    Sus mascotas, tres guardianas la cuidan y también demandan tiempo para ser atendidas.
    Los pajaritos (que no están en jaulas) la despiertan temprano. Jamás pondría a ningún pájaro en jaula, porque dice que ellos nacieron para ser libres y volar. No les hace faltar semillas y migas de pan tostado y galletitas. Cambia cada día el agua bajo el canelo que está en la vereda, y no solo toman los pajaritos sino también los sedientos perros de la calle.

    Todos los días o casi todos, la visita una de las perras de la vecina, llamada Lupita, pero ella le dice Luna porque es enorme. Hasta que no le sirva un poco de comida no se retira. Duerme en su vereda y cuida la casa. Tiene locura por correr a las motos de desconocidos.
    Por si esto fuera poco, las lagartijas recorren muros y paredes a lo alto, y en su travesía comen cuanto insecto encuentran.
    Y por último, un sapito se instaló en el baño por unos días. A Má Eulalia le asustan los sapos, pero este era simpático, color celeste grisáceo. Comía cuanto mosquito veía. Pero un día no apareció más. Quizás salió por el ventiluz o por algún otro lado, pasando desapercibido por la dueña de casa y por la perra más chica que duerme adentro. Lo llamó, lo buscó, pero no dio señal de su existencia hasta el día de hoy.
    Tampoco olvida a su familia y la cantidad de amigas y amigos con los que se comunica a diario. Es como si los tuviera a mi lado, afirma.
    ¿Puede sentirse sola una persona que está tan bien acompañada? Opino que no.

    Malania

    Imagen propia

  • General

    A ALZAR LAS VOCES

    Lloran las nubes
    en un otoño frío
    y el sol oculto.

    Descansa el día.
    En la noche y el ocaso
    la luna brilla.

    Pero ella no se anima.
    Tirada en su cama
    la encontré llorando.
    Afuera,
    cesó la lluvia;
    adentro,
    la inundan sus lágrimas
    mojando su almohada.
    No es rosa, pero es gris.
    No es blanco, pero es negro.
    Así es el temperamento
    del hombre que la acompaña.
    Pero ¿realmente la acompaña?
    La zarandea, la lastima.
    Propina insultos,
    golpea puertas,
    y también a ella.
    Eso no es vida
    eso es violencia.
    ¿Por qué no lo deja?
    Porque ella lo ama.
    Porque hay factores
    que a él la atan.
    Nunca trabajó fuera de la casa
    siempre la tuvo como esclava.
    No tiene familia directa.
    No se anima a dejarlo
    porque la amenaza.
    Necesitan ayuda, ella y él,
    pero nadie se anima
    a intervenir en esta historia cruel.

    ¿Qué hacer en estos casos?
    Apelar a la conciencia,
    para que se guarden
    las manos en los bolsillos
    de los pantalones y los sacos,
    que se muerdan la lengua
    antes de emitir palabras
    que insultan y destratan,
    y podría seguir enumerando
    muchas acciones más.

    Pero, ¿Esto sirve para frenar la violencia de género?
    Recordemos: no solo la sufren las mujeres,
    no hay diferencia de sexo ni de edad.
    La violencia se instaló en la sociedad
    y si no ponemos de nuestra parte
    aunque sea algo de nosotros,
    nunca se la podrá erradicar.
    Hay que alzar voces aquí y allá.

    Malania

    25 de Noviembre: Día Internacional de la Eliminación de la violencia contra las Mujeres.


  • Poesía

    MELLA

    Aguardaba que saliera la luna,
    pero el viento la había tapado con las nubes.

    El objeto de su vida se marchitaba en una tuna,
    y no adornaba el aire el sonido de su bucle.

    El fuego de su cuerpo ya no adornaba piel alguna,
    pero su pasión florecía detrás de una cortina de tules.

    La oscuridad relucía por una ventana de vidrios fume,
    rasgada por puñales de oro viejo sin fortuna.

    El escaso resplandor de estrellas lúgubres,
    ahondaban la mella de su ánimo en pugna.

    La monserga había llegado a la cumbre.

    Malania

    Imagen: G. F. T.