• General

    DÍAS FRÍOS DE JULIO O DICIEMBRE

    Los días horizontales de julio
    o de diciembre
    (según sea Oriente u Occidente)
    se convierten  en turbias jornadas
    con rumores de limo volcánico.
    Un reguero de polvo radiante
    indica que todo ha cambiado.
    Los amaneceres se ven demorados
    por lunas de cenizas y lluvias heladas.
    Hasta las papas se muestran nevadas
    y los caracoles adormilan
    bajo el colchón de hojas
    que el otoño les ha regalado.
    Muchedumbre embrutecida
    por la ventisca del mediodía
    buscan la acera del sol ausente.
    Nadie reconoce los ojos del desencanto
    los labios ansiosos, la mano agitada
    que va diciendo adioses sin destino concreto
    desde una puerta entreabierta
    tan fría como la misma nieve.
    Los gorriones más atrevidos
    se congelan en un último aleteo
    con sus picos abiertos,  implorando
    que volviera el buen tiempo.
    Los pelícanos amontonados
    a la vuelta de la esquina
    se transmiten el calor del cuerpo
    enmarañando su plumaje entre ellos.
    Desde una ventana de cristales mustios
    él observa su cruel destino de auto presidiario.
    Pero no temas…aquí estoy…una voz de luz repite
    “no temas…aquí estoy
    y aunque el mundo congele tus  huesos
    y en silencio  opaque  tus besos
    Yo seré por siempre tu celda ardiente”
    Tu voz en mí. En mí, vos, por siempre vos.
    Malania
    Imagen de la red.
  • Relatos

    NUNCA SOLA

    Las gotas de lluvia resbalan por las calles, las hojas de los árboles y también por los cristales. A Má Eulalia le resbala la soledad, llegó pero no está.

    Él, ella, ellos y ellas, le dicen que está sola pero ella siente que no es así.
    Sus plantas, que son muchas, la rodean y hacen acogedor el ambiente. Les habla y cuando no florecen les reprende. A veces comenta y se ríe por estas ocurrencias que tiene. Aunque mucha gente opina que a las plantas hay que hablarles porque crecen más lindas.  
    Sus mascotas, tres guardianas la cuidan y también demandan tiempo para ser atendidas.
    Los pajaritos (que no están en jaulas) la despiertan temprano. Jamás pondría a ningún pájaro en jaula, porque dice que ellos nacieron para ser libres y volar. No les hace faltar semillas y migas de pan tostado y galletitas. Cambia cada día el agua bajo el canelo que está en la vereda, y no solo toman los pajaritos sino también los sedientos perros de la calle.

    Todos los días o casi todos, la visita una de las perras de la vecina, llamada Lupita, pero ella le dice Luna porque es enorme. Hasta que no le sirva un poco de comida no se retira. Duerme en su vereda y cuida la casa. Tiene locura por correr a las motos de desconocidos.
    Por si esto fuera poco, las lagartijas recorren muros y paredes a lo alto, y en su travesía comen cuanto insecto encuentran.
    Y por último, un sapito se instaló en el baño por unos días. A Má Eulalia le asustan los sapos, pero este era simpático, color celeste grisáceo. Comía cuanto mosquito veía. Pero un día no apareció más. Quizás salió por el ventiluz o por algún otro lado, pasando desapercibido por la dueña de casa y por la perra más chica que duerme adentro. Lo llamó, lo buscó, pero no dio señal de su existencia hasta el día de hoy.
    Tampoco olvida a su familia y la cantidad de amigas y amigos con los que se comunica a diario. Es como si los tuviera a mi lado, afirma.
    ¿Puede sentirse sola una persona que está tan bien acompañada? Opino que no.

    Malania

    Imagen propia

  • General

    A ALZAR LAS VOCES

    Lloran las nubes
    en un otoño frío
    y el sol oculto.

    Descansa el día.
    En la noche y el ocaso
    la luna brilla.

    Pero ella no se anima.
    Tirada en su cama
    la encontré llorando.
    Afuera,
    cesó la lluvia;
    adentro,
    la inundan sus lágrimas
    mojando su almohada.
    No es rosa, pero es gris.
    No es blanco, pero es negro.
    Así es el temperamento
    del hombre que la acompaña.
    Pero ¿realmente la acompaña?
    La zarandea, la lastima.
    Propina insultos,
    golpea puertas,
    y también a ella.
    Eso no es vida
    eso es violencia.
    ¿Por qué no lo deja?
    Porque ella lo ama.
    Porque hay factores
    que a él la atan.
    Nunca trabajó fuera de la casa
    siempre la tuvo como esclava.
    No tiene familia directa.
    No se anima a dejarlo
    porque la amenaza.
    Necesitan ayuda, ella y él,
    pero nadie se anima
    a intervenir en esta historia cruel.

    ¿Qué hacer en estos casos?
    Apelar a la conciencia,
    para que se guarden
    las manos en los bolsillos
    de los pantalones y los sacos,
    que se muerdan la lengua
    antes de emitir palabras
    que insultan y destratan,
    y podría seguir enumerando
    muchas acciones más.

    Pero, ¿Esto sirve para frenar la violencia de género?
    Recordemos: no solo la sufren las mujeres,
    no hay diferencia de sexo ni de edad.
    La violencia se instaló en la sociedad
    y si no ponemos de nuestra parte
    aunque sea algo de nosotros,
    nunca se la podrá erradicar.
    Hay que alzar voces aquí y allá.

    Malania

    25 de Noviembre: Día Internacional de la Eliminación de la violencia contra las Mujeres.


  • Poesía

    MELLA

    Aguardaba que saliera la luna,
    pero el viento la había tapado con las nubes.

    El objeto de su vida se marchitaba en una tuna,
    y no adornaba el aire el sonido de su bucle.

    El fuego de su cuerpo ya no adornaba piel alguna,
    pero su pasión florecía detrás de una cortina de tules.

    La oscuridad relucía por una ventana de vidrios fume,
    rasgada por puñales de oro viejo sin fortuna.

    El escaso resplandor de estrellas lúgubres,
    ahondaban la mella de su ánimo en pugna.

    La monserga había llegado a la cumbre.

    Malania

    Imagen: G. F. T.

  • Poemas

    JANGADA

    No quería retroceder,
    aunque lo atacara una pertinaz jaqueca
    y sus ideas estuvieran desparramadas
    en una envolvente ensenada vieja.
    Ya no era un zagal,
    había pasado  hacía varias décadas
    desde aquel amor
    al que nunca pudo olvidar.
    Sus lágrimas eran torrente
    cada vez que la recordaba
    en sus paseos por salinas desoladas
    los verdes bosques o los jardines floridos
    en veraniegas alboradas.
    Hoy solo quedan
    cataratas de aguas oscuras
    y con ellas una incipiente idea
    la de dejarse oxidar por la humedad
    y convertir la fe en un rayo de luna.
    Malania

    Imagen: M. J. T.

  • Haikus

    NOMEOLVIDES SILVESTRES

    El mes de octubre
    diferente occidente
    trajo la lluvia.

    Bajo la luna
    van sin prisa ninguna;
    su aroma esparcen.


    Flores silvestres
    al borde del camino:
    Las Nomeolvides.


    Malania

    Imagen: propia

  • Haikus

    A MEDIA NOCHE

    Haikus

    ¿Alguien ha visto?
    la luna en la tormenta
    me lo han contado.

    Cantan los gallos.
    En fría madrugada
    me desperezo.

    Malania

    Imagen: M.. J. T.

  • Poemas

    FRUTOS MULTICOLORES

    Te embriagaron las lunas,
    las albahacas perfumadas
    y algunas palabras perdidas
    en poemas dedicados a nadie
    que te han llenado de nostalgia.
    Pero quizás más tarde
    podrás cosechar los frutos
    esos que hoy has sembrado.
    Te llenarás de alegría
    con el aire entrecortado
    por el viento vagabundo
    y el agua de lluvia derramada
    desde una nube envidiosa.
    Pero a la vez ríe airosa
    por haber colaborado
    para que surjan bellas frutas
    bajo la luz de la luna
    o del sol a mediodía
    para llevar a la mesa
    multicolores manjares.

    Malania

    Imagen: R. E. Ch.