• FRASES

    FRACES CÉLEBRES V

    – Lo que no te mata, te hace más fuerte (Friedrich Nietzsche)

    – No abras los labios si no estás seguro de que, lo que vas a decir, es más hermoso que el silencio (Proverbio árabe)

    – De todos los animales de la creación el hombre es el único que bebe sin tener sed, come sin tener hambre y habla sin tener nada que decir (John Steinbeck)

    – Ninguna persona merece tus lágrimas, y quien se las merezca no te hará llorar (Gabriel García Márquez)

    – De humanos es errar y de necios permanecer en el error (Marco Tulio Cicerón)

    – Algunas personas son tan falsas que ya no distinguen que lo que piensan es justamente lo contrario de lo que dicen (Marcel Aymé)

    De la red

    Imagen:

  • ANÉCDOTAS

    ANÉCDOTA I

    VOZ INTERIOR

    Un día lunes, necesitaba ir por unos trámites a la Obra Social, comprar medicamentos en la farmacia no urgentes y averiguar en la Óptica el precio de unos anteojos.
    Mientras me preparaba para salir, una voz interior me decía que lo dejara para otro día. Varias veces me vino a la mente eso de no moverme de casa. Pero la porfía a veces es más fuerte que uno mismo. Pues pensé, ¿por qué no ir si mañana puedo dedicarme a otra cosa? Me puse el abrigo, y con el paraguas en mano, porque lloviznaba, me dirigí a tomar el tren subterráneo. ¡Vaya sorpresa! No funcionaba la línea “C”. Tomé un colectivo que iba repleto por la falta de trenes. Bajé unas paradas antes porque el colectivo se desviaba por mantenimiento de calles.
    Llegué a la oficina de la Obra Social, estaba cerrada. En la puerta, un cartel: “DÍA DE LA SANIDAD. HOY, CERRADO”. Me dirigí a la Farmacia, no conseguí lo que buscaba, era la única que atendía por mi Obra Social. Lo tendrían en unos días. Fui caminando varias cuadras bajo la llovizna, la óptica de la Obra Social, también estaba cerrada.
    En conclusión, cuando escuches tu voz interior que intensamente te dice que no hagas algo, pues hazle caso. Por algo me avisaba que no saliera.

    Malania

    Imagen: de la red

  • Poesía

    DONCELLA

    La llamaron Amelia,  
    nació en luna llena
    y era una niña bella
    que vivía con un tatuaje
    en su blanco pecho
    sin que ella lo supiera.
    ¡Hermosa estrella!

    Malania

    Imagen: de la red

  • General

    BRUMA NOCTURNA

    Afuera, los truenos eran cada vez más audibles y aterradores, hacia el suroeste un manto negro parecía cubrir el barrio, se veían relámpagos aislados. De vez en cuando,  un viento cálido levantaba  polvo y hojas marchitas, formaba remolinos fantasmales en los senderos del parque y después  los dejaba precipitar de nuevo. Cuando cayó la claridad del día, la bruma se apoderó del lugar y se expandía bajo la luz de las farolas encendidas.

    Malania

    Imagen: G. F. T.

  • General

    SONRISA

    SONRISAS ENTRE CIMIENTOS

    Corría el año 2016, era el Día de la Primavera.
    Ella, profundamente dolida por una actitud irónica y provocativa, de una mujer que frecuentaba las redes, cansada de leer los permanentes mensajes y comentarios, demostrando a través de ellos interés hacia el hombre que ella amaba, y no por despechada, escribió este poema:

    El proyecto ya está en marcha
    con cimientos llenos de fortaleza
    y vigas más fuertes todavía.
    Y en poco tiempo florecerá
    la sonrisa esperada,
    esa sonrisa que amas y provocas
    No permitiré que ninguna piraña
    de algún contaminado río,
    destruya las paredes
    de lo que hemos construido,
    ni reduzca a cenizas
    a lo que fue fuego
    Sabes que sin prisa
    pero sin pausa
    los besos pasados
    serán eternamente presente.

    Malania

    Imagen de la red

  • General

    EN CUALQUIER LUGAR

    Gira la rueda
    controlando el tiempo.
    Al fondo el reloj
    con sus manecillas
    marcando ese tiempo.
    Pero ella,
    sin pretender controlar nada
    eligió florecer esta vez
    en el lugar menos esperado
    quizás nada fértil.
    Encontró humedad
    y terreno apropiado
    entre piedras
    sin que nadie la molestara
    sin que nadie la cortara.
    Mientras tanto
    lejos de allí
    dos guardianes descansan sobre la arena
    atentos a cada movimiento extraño
    en defensa y protección de sus amos.

    Malania
    Imágenes propias y de la red.

  • General

    A DESTIEMPO

     
    Un hermético silencio
    en un océano de dudas
    la sepultaba.
    Podía remontar vuelo
    a una tranquila ensenada
    que la esperaba.
    A modificar la brújula de la historia
    alguien la llamaba 
    y el detonador se activó
    en unas ocho semanas.
    ¿Habrá sido hermafrodita
    la flor que me acunó
    en sus tiernos pétalos
    el día en que nací
    por nadie vista?
    ¿La que inspiró
    y se bebió la fragancia
    que huía por las laderas
    con el alba?
    Ya no tuvo dudas
    no hubo tal ensenada
    la brújula la marqué yo
    a esa flor que me acunó
    la que me dio discreta
    la fragancia del alba
    para que hoy me inspiren
    palabras tras palabras.
     
    Malania
     
    Imagen propia y de la red

     

  • Poemas

    NUNCA MÁS

    Bajo el brillo de la luna
    serpenteaba una canoa
    y con ella alguien,
    aburrido de no hacer nada,
    plañía en medio del lago
    buscando esa paz
    que el opiáceo no le daba.

    Y afligido
    por su destino incierto,
    exhalaba
    con los brazos abiertos,
    clamando amor
    cual ave en el desierto,
    bajo un cielo azul
    en mar adentro.

    Un remolino lo sorprendió
    envolviendo la canoa  
    y sin contemplación ninguna
    al fondo los sumergió.
    Nada pudo hacer el sol
    y frente a la luna lloró.
    Nunca más nadie los vio.
    Malania
    Imagen: C. J. V.
                                  
  • Poemas

    ESTÍMULO

    El estímulo no era suficiente
    para pensar con calma.
    Sentía que todas mis fuerzas
    me habían abandonado.
    Pasé tres días extraños
    sintiéndome como si estuviese
    andando por el fondo del mar
    como envuelta en una membrana.
    Algo me impedía entrar
    en contacto con el mundo.
    Las cortinas de lino flameaban
    al compás de la cálida brisa
    de una ventana entreabierta.
    Una entena surcaba
    el cielo calmo estrellado.
    Y en cada una de ellas,
    en cada estrella vibraba
    un pedacito de aquel ser
    que en lejanía
    todavía es amado.
    Malania
    Imagen de la red.                                                                               
                                           
  • Minicuentos

    SOLITARIA Y PERFECTA

    A María Magdalena la llamaban Mary. Era modista y peluquera profesional en un pueblo pequeño donde había nacido. Vivía con sus padres, nunca tuvo pareja y casi no tenía amigos porque su madre era muy celosa y selectiva. Mary era muy insegura y todo lo consultaba con ella. Su padre no aportaba opinión porque si lo hacía, las mujeres igual “siempre salían con la suya”.
    Por esas cosas de la vida, Mary, ya adulta se quedó sola. Sus dos hermanos habían formado cada uno su familia y no vivían cerca.
    Se dedicó de lleno a su profesión pero con la aparición de nuevas peluqueras y modistas, de a poco fue perdiendo clientes a causa de que nunca se había perfeccionado. Como le gustaban las plantas cuando no tenía trabajo en su taller, se dedicaba a la jardinería. Le gustaban todas las plantas, con o sin flores. Les hablaba cuando las regaba y siempre recorría los senderos de su jardín para controlar plagas o insectos que pudieran estar por ahí como intrusos.
    Un día Mary enfermó y tuvieron que internarla en un sanatorio. Una amiga cuidaba de todas plantas, pero  como todo ser vivo, percibían la ausencia de su dueña. Algunas se marchitaron, de otras se secaban las hojas, y otras se negaban a abrir sus pimpollos y se caían sin esperar a que se desplieguen sus pétalos. Así fue una y otra vez, porque Mary mejoraba, regresaba a su casa pero volvía a decaer. La depresión la fue absorbiendo y lo único que la mantenía viva eran esas plantas, sobre todas aquellas que se conservaban lozanas. Una de ellas era esa rosa amarilla que había plantado ante su ventana. Ella no paraba de florecer y alimentaba, por momentos, el buen ánimo. Casi siempre le arrancaba una sonrisa cuando corría la cortina en las mañanas tardías.
    Mary ya no está entre nosotros. La persiana se levanta todos los días para ventilar la casa y permitir la entrada de los rayos del sol. Hoy la casa pertenece a otra familia, y la rosa sigue viviendo como esperando ver a Mary a través de la ventana para escuchar el canto de su cariñosa voz.

    Malania

    Imagen: gentileza de R. E. Ch.