• Poemas

    TESTIGO DE LOS SECRETOS

    El sol fulguraba orgulloso
    al otro lado del planeta
    bronceando pieles de veraneantes
    provistos de ropas ligeras.
    Ciento ochenta grados
    eran suficientes para volar
    y encontrar otro paisaje natural.
    Al norte se agazapaba una arboleda
    de otoñales hojas y flores marchitadas
    por heladas invernales
    y el pasto sobrevivía a la sequía.
    Caprichoso el tiempo navegaba
    por el inmenso mar del designio.
    Despierto él
    debatiéndose con un permanente insomnio  
    sin conseguir el placentero sueño.
    Despierta ella
    aspirando el aroma de la noche
    aroma de la soledad
    de los interrogantes y de los espacios vacíos.
    Solo el olor del ayer los regocijaba
    con sus entrañables recuerdos.
    mientras la insolente luna llena
    por los ventanales se filtraba
    única testigo de los secretos
    de esos inmersos espacios vacíos.

    Malania
                                                

    Imagen propia

     

     

     
     
  • General

    NOCTURNIDAD

    Hay fotografías que representan diferentes estados de ánimo, una imagen puede expresar más que cien palabras.
    La soledad, depresión, angustia, nostalgia. Pueden ser pasajeras o no.
    Hay gente que se aisla y no pide ayuda. Quizás por el mismo estado de ánimo, o por miedo o vergüenza.
    Otras se vuelven tóxicas para la sociedad que la rodea y cuando quiere levantarse comienza con manotazos de ahogado, que sin saberlo puede colmar la paciencia del otro y puede lastimarlo.

    La imagen que he puesto hoy, tiene un significado diferente y está hecha con amor.
    Cuando recibí esta fotografía, no hizo falta averiguar donde había estado el emisor. Comprendí la franja horaria en que la pudo haberla tomado. Nocturnidad a la vista.
    Su intención había sido esperar la salida del sol para fotografiar ese momento. Se parece en eso a su abuela, -sale a caminar antes de la salida del sol justamente para contemplar el amanecer-.
    Esta vez no fue en la playa, fue a la orilla del río.
    Los grillos lo acompañaron con su canto y se fue a dormir con el trino de gorriones y zorzales.
    La juventud de hoy no tiene problemas de horario cuando está de vacaciones.

    Malania

    Imagen: LUA T.

  • Poesía

    ELINA

    Desde el ventanal de cristales rasguñados
    su corazón se acelera virando su peluda cola
    mientras los estridentes pájaros
    con sus malabares
    la inducen a dar saltos en el aire.
    De la bandada sobresale uno
    el de color tostado
    de cabeza nevada y cuerpo dorado
    Juega a las escondidas y ella enloquece
    él le arroja flores de lapacho rosa
    y ella las besa acariciándolas
    al compás de la llama roja
    de su corazón exaltado.
    Entonces recuerda:
    Él la despertaba todos los días
    se le había hecho costumbre
    darse besos madrugados
    con o sin razón, a plena lumbre.
    Pero una mañana extraña
    él se quedó dormido, o tal vez no
    y ella lo esperó
    durante todo el día, la noche, al otro día
    y sucesivamente hasta hoy lo espera
    pero nadie le dice qué ha sucedido
    adónde fueron sus vuelos
    dónde anclaron sus besos
    quizás en el viento
    o tal vez en algún mar del mismo universo.
    Hoy día trata de aplacar sus penas
    La humedad de la lluvia
    y los tibios rayos del sol
    le brindan sustento.
    Malania

    Imagen: M. J. T.

  • Relatos

    LAS NUBES DE MI NIÑEZ

    Las nubes de mi niñez no eran rosas ni naranjas. Siempre que miraba hacia el cielo lo veía pintado de celeste con nubes blancas. O simplemente de celeste casi azul como el agua de mar. Aunque no conocía el mar, solo el agua de arroyo, (había uno a pocos metros de mi casa donde las principales habitantes eran las ranas que por las noches daban serenata con su canto). Ni siquiera conocía el río.
    En la escuela primaria estudié los límites de mi provincia, entre los que figuran cuatro ríos: Paraná, Iguazú, San Antonio y Uruguay. Pero nunca los había visto hasta los 15 años.
    No sé cómo ni desde cuándo ha cambiado el espectáculo del cielo. Nadie me enseñó a contemplarlo, lo comencé a hacer por mi misma, buscando figuras en las nubes mientras viajaba o cuando me sentaba en el patio de mi casa, buscando quizás algún mensaje en las nubes o detrás de ellas.
    Hoy disfruto de los atardeceres matizados de rosa, violeta, naranja y amarillo. Los atardeceres rojizos como si estuvieran pintados con la sangre misma de nuestros seres queridos que ya han partido. Y sigo buscando figuras y mensajes que puedan aparecer en ellas o detrás de ellas.

    Malania

    Imagen propia

    Imagen de N. C. G.

  • Poemas

    AGUJEROS

    Las mañanas sin tu saludo
    se vuelven sordas
    no  transmiten nada
    ni el eco de mis aventuradas palabras.
    Es como  pasar de la luz del sol
    a la sombra fría de la luna
    es como ir y venir entre negras rocas
    con hierba crecida y agujereada
    por los escarabajos que pululan
    o las orugas que se esconden
    entre las hojas marchitas y oscuras.
    Así vive  mi  alma en un túnel de dolor
    sin tus respuestas que alienten alguna razón 
    para dar sentido a volver algún día
    y poder ver el generoso sol
    desparramando su dorada calidez
    sobre las montañas de tu vida y la mía.

    Malania
    Imagen propia

                                                          
  • General

    LA INTRUSA

    Era una gata triste que caminaba por los tejados y dormía bajo la luz de la luna con un gato vestido de azabache y sol. Él la llamaba con maullidos alegres y ella se sentía feliz. Una de esas noches blancas sin luna él no asistió a la cita. Ella deambuló sola por las calles del barrio hasta que encontró un lugar para dar a luz a dos hermosos gatitos.
    Las dos gatas de la vivienda la recibieron sin mimos, indiferentes, como si fuera algo natural permitir la entrada a una intrusa,  que llegó para tener a sus crías en el altillo de la casa.
    Un día de lluvia apareció el gato azabache ojos de sol y se la llevó junto a los gatitos. A los pocos días, un ruiseñor anunció la visita con su canto. Ella volvió como si esa fuera la casa que tuvo siempre, pero no como visita, vino a quedarse. Temerosa, se acerca a comer y a tomar agua. No pide mimos ni ronronea como las otras dos. Pero se la ve bien, al menos tiene techo y comida. De sus hijos no se supo nada más.

    Malania

    Imagen: M. J. T.

  • Poesía

    PERFUME MILAGROSO

    Iluminaba una luz fría
    el espejo del invierno
    la luna llena se desvanecía
    entre las últimas estrellas del cielo.
    Un hombre se abrió paso
    en un bosque erizado de malezas
    la esperanza desaparecía
    en hilos de humo por la chimenea.
    La debilidad revoloteaba
    y resquebrajaba su interior
    la tristeza lo embargaba
    había dolor en su corazón.
    Por el cielo, el viento
    las nubes desparramaba
    y al capricho del aire
    la nieve caía espesa y volaba.
    El hombre sin son ni adornos
    su construcción sofocaba
    por la tierra y por el aire
    los cimientos derrumbaba.
    Desde los muros llegaban
    los estentóreos sonidos
    del revoloteo de mariposas
    y de los pájaros aún dormidos.
    De un único adorno florido
    perfume silvestre manaba
    uno de los pájaros cortó
    con su pico una flor morada.
    Y a través de la ventana boscosa
    donde vivía  el modesto hombre
    al que solo le quedaban
    cabellos blancos y ojeras pronunciadas
    depositó la bella morada
    desparramando los pétalos
    sobre sus labios resecos
    al despuntar la alborada.
    El perfume lo despertó
    con un cosquilleo en los labios
    la humedad del rocío lo cubrió
    curando el mal que lo asechaba
    por un misterioso milagro.
    Malania
    Imagen: P. H.
  • General

    MI VOZ INTERIOR

    Anoche quise escribirte
    para decirte lo que siento,
    pero las sílabas y las palabras
    se detuvieron en el tiempo,
    prefirieron volar con el viento
    o tal vez navegar solitarias
    en  un raudo velero.
    Sin dejar dormir ni al mar
    nada se conjugaba.
     Tú te creías condenado,
    como un hombre pintado
    en un mural  desierto,
    con tus músculos y tus huesos
    entumecidos  por los sucesos,
    mientras el mar bullía
    contra la roca gris
    sin brindar ningún aliento.
    De pronto nació  tu  sonrisa
    como de un meteorito holístico
    caído de un horizonte pírico
    con tintes de poeta  impetuoso
    con la frescura del amanecer embellecido.
    Mi voz interior no cesa
    pero la sorna te envuelve
    en el pragmatismo de vida.
    Malania
    Imagen propia
  • General

    EL SUEÑO DE MAHARAJÁ

     
    En una noche oscura y fría
    Huma sentía el respirar de los gorriones
    a través de la ventanilla de cristales empañados
    en un bosque de almendros
    rodeado por un prado de margaritas silvestres
    a orillas de un caudaloso río.
    Las olas subían por la roca
    y luego resbalaban
    fluyendo por ambos lados
    pulimentando una piedra.
    Las olas eran largas y profundas
    pero sin espuma que rompiera
    en sus crestas redondeadas.
    Las gotas de lluvia
    se pegaban unas contra otras
    con gratuita violencia  
    como la que causaría el mar
    si estallara en espuma blanca.
    En un profundo y embriagador sueño
    los rayos descarriados iluminaban su sonrisa.
    Se dio vuelta, se volvió un ovillo
    y como caracol, durmió plácidamente
    hasta el primer trino de una calandria
    luego de una noche de lluvia tormentosa.
     
    Malania
     
    Imágenes: M. J. T.
                                                             
  • Leyendas

    LEYENDA DEL COYUYO

    Según cuenta la leyenda, en medio del campo vivían dos hermanos que trabajaban con el fruto dulce de la algarroba.
    Estas vainas maduran para el mes de febrero, cuando se las machaca en esta época y con la ayuda del viento se la limpia de elementos que no sirven.
    Luego con la harina se prepara un quesito dulce llamado “patay”, además se pueden preparar bebidas. De hecho, si la algarroba es blanca se puede obtener “añapa” una bebida fresca pero turbia. Ahora si la algarroba es negra, se puede preparar la “aloja”, una bebida fuerte de color amarilla y transparente.

    Un día estos dos hermanos de nombre Antenor y Francisco fueron a una “alojada”, quienes después de bailar un rato se pusieron a beber. Pero quien se excedió un poco fue Antenor, quien decidió irse del lugar. Sin embargo, comenzó una discusión muy fuerte provocada por Antenor dejándose llevar por su estado de embriaguez. Lamentablemente  llegó hasta el grado de asesinar a su hermano Francisco.
    Cuando finalmente recupera la razón y comprende la gravedad de su acto, pero reacciona huyendo al monte. Aunque se escapó para no responder por su pecado, poco a poco se fue hundiendo en la tierra hasta convertirse en Coyuyo.
    De hecho, sintió tanto el peso de su culpa que la pena nunca lo abandonó y lo hizo bajar la cabeza. Por eso, canta para disimular su tristeza y cuando la algarroba madura para el mes de febrero, se da una tregua y salta a la superficie de la tierra para llorar la muerte de su hermano.

    Imagen y texto, de la red.