• Poesía

    BAJO EL SOL

    Hacia el cielo azul las palmeras se alzan,
    bajo el sol que derrama su calor.
    Por el camino rojo, mi mirar,
    busca la laguna al atardecer.

    Verde y amarillo pintan el paisaje,
    mientras el rojo tiñe el horizonte.
    En esta tierra de sueños y colores,
    se entrelazan versos y emociones.

    Malania

    Imagen propia

  • Poesía

    PODER AMAR

    En el friso del tiempo,
    brota el deseo.
    Maquillar los días
    con sueños sin rodeo.

    Bajo el sol y la arena,
    el mar nos enseña.
    En la vida, el deseo
    nunca se reseña.


    No quejarse del tiempo,
    en la arena del mar.
    Tratar en la vida,
    siempre poder amar.

    Malania

    Imagen: Propia

  • General

    EN EL UNIVERSO

    En campos dorados bajo el sol amarillo,
    donde el trigo ondula en su danza serena,
    el viento susurra entre espigas en fila,
    pintando de oro la tierra serena.

    Las casas blancas, en la campiña, esmaltadas,
    reflejan la luz de la luna plateada,
    mientras el cielo celeste, lleno de estrellas,
    baña de magia las noches más bellas.

    En las plantaciones, el trabajo es constante,
    donde la tierra fértil da frutos radiantes,
    y el esfuerzo del hombre es su gran sustento.

    Pero en la ciudad, el ritmo es frenético,
    donde el bullicio y el brillo son auténticos,
    y entre luces y sombras late el pensamiento.

    Malania

    Imagen: M. J. T.

  • Poesía

    EL MAR AZUL

    Contemplo el mar azul,
    está como dormido,
    calmo y sereno
    pacífico y tranquilo.


    Profundo y misterioso 
    que intriga y asombra, 
    quién sabe qué hay en su lecho,
    enigmático y desconocido.


    Su vasta extensión inspira 
    libertad hacia el infinito, 
    y la capacidad de explorar 
    nuevos horizontes bonitos.


    Es fuente de inspiración, 
    de creatividad e imaginación. 
    La belleza natural desencadena 
    ideas creativas a poner en acción.

    Malania

    Imagen: A. M. N.

  • General

    UNA PIZCA DE SARCASMO

    Mi felicidad aumenta a medida que te alejas.

    Señores, ya hemos agotado el resto de opciones. Ahora, podríamos sentarnos a negociar.

    Es curioso: tu nombre ya no aparece en mi diccionario personal.

    A partir de ahora, me dedicaré a recuperar el tiempo que he malgastado contigo.

    Me gustas cuando callas.

    Soy responsable de mis palabras, no de tu comprensión.

    Tu adiós fue mi gran alivio.

    Cualquier día llamarás a mi corazón y te saldrá que está comunicando.

    Si no te gusta cómo soy, intenta cambiar tus gustos.

    Tus ausencias serán los mejores recuerdos que me habrás dejado.

    Autor: Gentileza de Potásico A.M.N.
    Imagen: Potásico

  • Prosa Poética

    ANDARÉ POR LA SENDA

    Andaré por la senda siguiendo el camino que Dios me ha dado para no perderme.

    Si quieres seguirme marchemos juntos sin detenernos.

    Ven, no te detengas en la adversidad, a pasos firmes continúa y escucha mi voz decirte:

    -camina con certeza y nada te detendrá-

      CAMINA SIN DETENERTE

    Camina a pasos firmes recorriendo caminos sin que frenes tu marcha.

    Dios te da fuerza, fortaleza, sigue andando que los tropiezos no te harán caer.

    Camina sin detenerte y nada será imposible, todo lo que sea para ti te dará

    más ánimo para continuar, escucha lo que diré y guarda mis palabras:

    -aunque en la vida encuentres barreras nada podrá vencerte si te aferras en la Fe-

     Autor: Miguel Márquez

    Imagen: M. J. T.

  • General

    ACÉPTATE COMO ERES

    Los sueños, arrójalos a la basura;
    las llamas, apágalas, y toma serena
    y sabiamente en tus manos la fría realidad:
    eres como eres.
    Y, de todas maneras,
    a pesar de tus reticencias
    y repugnancias,
    eres una maravilla.

    Transforma tus sufrimientos
    en brazos de compasión para ti mismo,
    y tus entrañas
    en un regazo de acogida.
    Acéptate a ti mismo,
    no como te gustaría ser,
    sino como realmente eres.

    Autor: Ignacio Larrañaga
    Fuente: El sentido de la vida.

    Imagen: propia


  • Poesía

    ARDUO TRAJÍN

    La carreta
    por fin alcanzó el mar
    y los niños
    respiraron convencidos
    de que allí iban a quedar.
    Cada cual
    frente al mar
    retuvo un tinte
    un susurrar
    una vibración
    una fragancia
    un compás.
    Cada cual
    vivió
    a su manera
    el gigantesco mar.
    Un viejo vehículo
    los recogió.
    En la baca
    llevaba cajas
    con alimentos:
    carne de vaca
    y abundantes frutos
    jabuticaba, ubajay
    guabiroba, cerella
    y tantos otros
    frutos tropicales
    que los niños
    pudieron disfrutar
    durante el camino
    a ese desconocido lugar
    donde terminó su andar.Malania

    Imagen propia
                                     
  • Relatos

    EN EL BAR DE LA ESQUINA

         Un hombre precavido vio a una cajetilla que se suspendía en el aire. Pero como no era tonto, sabía que eso era algo ilógico y misterioso. Apeló al acertijo y se paró frente a la sala llena de espectadores que lo observaban atentos y rabiosos, sobre todo aquellos a los que tapaba la visual de aquel grandioso espectáculo que tenían en la enorme pantalla. A él no le gusta el cine, tampoco el teatro, pero ahí fue a hacer tiempo y pasar el rato mientras llegaba la hora de la bendita reunión de trabajo.  Él no vio a nadie que llenara su curiosidad y volvió a acomodarse y hundirse en su asiento mullido. La cajetilla cayó sobre su regazo y dentro de ella había una nota escrita con tinta indeleble: Estoy aquí, decía ella, a cinco hileras detrás de donde estás tú. Te envío un cigarrillo para que lo disfrutes al terminar la función, mientras piensas en mí. Estoy cerca, y si me llamas por teléfono, podríamos combinar una salida de esas que te gustaban y me gustan, cualquier día de esta semana. Tomaremos café, agua o lo que prefieras, en aquel bar de paredes vidriadas justo en la esquina de Hidalgo y Díaz Vélez.
     
    Malania                                                                                       
    Imagen de la red
  • General

    INICIO DE OTOÑO

    Durante la mañana llovía a cántaros. Soplaba el viento fresco de un otoño recién iniciado. Sacudía los arbustos y los árboles. Las ramas golpeaban contra las paredes de la casa azotando las ventanas. Las hojas amarillas, anaranjadas y marrones se desprendían y volaban con las ráfagas del viento.
    Algunas hojas quedaron pegadas en los cristales dejando huellas del mal tiempo.   
    Después del mediodía, todo calmó y la siesta se volvió tranquila.
    Al atardecer el sol ya iba cayendo como perdiendo fuerza, y un aire húmedo y cálido envolvió al ocaso.

    Malania

    Imagen: de la red y propia