• Prosa Poética

    ATARDECER FOGOSO

    En el último suspiro del día, cuando el sol todavía alumbraba el horizonte en un atardecer fogoso, los árboles del bosque parecían sombras dormidas bajo una aureola dorada. Las nubes, como enormes montañas nevadas, navegaban lentamente por el cielo teñido de tonos rosados y naranjas.
    En medio de ese espectáculo celestial, dos amigos se encontraban en el claro del bosque. Ella, con brillo en sus ojos y el cabello iluminado por los últimos rayos del sol, miraba maravillada el juego de luces y sombras. Él, con una sonrisa cómplice, extendió la mano hacia ella, atrapando un momento que parecía suspendido en el tiempo.
    “¿Ves cómo todo cobra vida al caer el sol?”, susurró él, mientras el cielo se oscurecía lentamente y las estrellas comenzaban a despertar. Ella asintió, sin apartar la mirada del cielo encendido. En ese momento, supieron que aquella tarde les había regalado algo más que un atardecer fugaz: habían descubierto la magia de estar juntos en un mundo donde hasta las sombras de los árboles parecían bailar al compás del sol que se despedía.

    Malania

    Imagen: R. G. B.

  • Poemas

    NO DESISTAS ANTE LAS DIFICULTADES

    No desistas si todo te parece difícil,
    ten fe y sigue andando,
    Dios irá a tu lado aunque no lo veas.

    No desistas en las dificultades,
    sigue andando,
    las tormentas pasan y viene la calma

    Aleja el desánimo y las ganas de rendirte
    y escucha sus palabras:

    – Podrá ser difícil pero no imposible,
    sigue andando que nada te vencerá,
    te daré fortaleza.

    SIGAMOS LA SENDA

    Sigamos la senda sin detener la marcha,
    caminemos seguros a pasos firmes.

    No dejemos que los temores nos detengan,
    que las aflicciones nos hagan desistir. 

    Dios estará presente, dándonos fuerza y seguro nos dirá:

    -no desistas y continúa andando, no te dejaré caer-

    Autor: Miguel Márquez

    Imagen: J. G. T.

  • Poemas

    AQUEL PRIMER ENCUENTRO

    Como estatua viviente, muy ansiosa, impecable 
    estalló en un beso, tu mirada penetrante.
    se mezcló entre la gente, en hora pico y sol radiante
    de un movido Caballito a esa hora de la tarde. 
    Tu mano rozó la mía, como apresurando el vamos, 
    que pronunciaron mis labios, en intento de alejarnos
    del murmullo de la gente, que el café había inundado. 
    Me ayudaste con mi abrigo, a ponérmelo despacio 
    emprendimos un comienzo, las escaleras abajo 
    caminando lentamente, hacia el coche que abordamos
    hasta el refugio de amor, nos sumergió con encanto. 
    Tus abrazos y tus besos, me regalaron  un cambio, 
    con incógnitas y sorpresas, con sonrisas y entusiasmo.
    ¿Sería la única vez? me preguntaba pensando 
    ¿Tal vez el comienzo de algo?…
    dudaba ante ese encuentro de calor inigualable
    Tu sonrisa con la mía se entremezclaron al aire
    una pasión ardiente recorrió mi piel a mares,
    confundiéndome en la tuya con temor a enamorarme
    de esa bella estatua viviente que muy puntual y sutil
    fue a encontrarme, un 7 de junio que jamás podré olvidarme.

    Malania

    Imagen de la red

  • Poesía

    MASCOTA AL SOL

    Entre árboles y pasto,
    su sombra se desliza,
    bajo el cielo soleado
    que la brisa acaricia.

    La medianera guarda
    en su sombra, secretos de luz,
    mientras ella, exploradora
    avanza sin miedo a contraluz.

    Sus patas sobre el césped
    hacen eco suave,
    mientras el día soleado
    la envuelve en su clave.

    En este escenario
    de verdor y calma,
    la gata se convierte
    en musa que se enmarca.

    Susurra al viento
    sus deseos sin dueño,
    bajo el sol que ilumina
    su ser risueño.

    Así la mascota, al sol en día frío,
    sus sueños se tejen con un suave rocío.
    Entre árboles en la medianera plantados,
    la naturaleza y la gata se han encontrado.

    Malania

    Imagen: M.J.T.

  • Poesía

    CALLEJONES DEL RECUERDO

    Desorientada en el laberinto de la noche,
    donde las sombras se alargan como susurros
    y los destellos de estrellas se confunden
    con los destellos de tus ojos ausentes.

    Caminando entre callejones del recuerdo,
    pisando los adoquines de la nostalgia,
    busco el eco de tu voz entre el silencio,
    pero solo encuentro el vacío resonante.

    Desorientada en el torbellino del tiempo,
    donde los relojes marcan horas sin sentido
    y los minutos se deslizan como lágrimas
    sobre la piel áspera de este mundo efímero.

    Perdida en el laberinto de mis propios pensamientos,
    navegando entre los remolinos del deseo,
    busco el faro de tu amor entre la bruma,
    pero solo encuentro el eco de mi propia voz.

    Desorientada, sí, como un barco sin rumbo en alta mar,
    como un pájaro sin nido en la tormenta,
    pero aun así, en esta oscuridad sin fin,
    persiste la esperanza de encontrarte.

    Malania

    Imágenes propias

  • Poemas

    LA NIÑA TENÍA UN SUEÑO

    La niña estaba sentada
    en noche de primavera
    a orillas del ancho mar.

    Bajo la luz de la luna
    acompañada por las estrellas
    dejaba volar su imaginación.

    Parecía unas nubes querían guiarla
    pero no se movía,
    su rostro mostraba felicidad. 

    La niña tenía un sueño
    muy dentro del corazón
    creándole ilusiones. 

    Buscaba ella se hiciese pronto realidad
    dejando pasar el tiempo lleno de esperanza.

    La niña tenía un sueño como todas
    seguro era algo tan bonito que no podía olvidar.

     Autor: Miguel Márquez

    Imagen de la red.

  • Cuentos

    LAS DOS MASCOTAS

    Algunos días de otoño, sobre todo los nublados,  parecen tristes y vacíos, hasta las paredes susurran soledad y el silencio abruma.
    Un domingo por la tarde, mientras hojeaba un diario en el café del barrio, encontré un aviso sobre un refugio de animales que pedían colaboración para poder comprar alimento para las mascotas y también ofrecían en adopción. Tomé nota de la dirección y al otro día me acerqué al lugar. Entre los numerosos animales que buscaban un hogar, una gatita gris llamó mi atención. Estaba acurrucada en una esquina, con sus ojos grandes y tristes mirándome mientras me acercaba. Su pelaje estaba enmarañado y noté que estaba visiblemente más delgada que los demás gatos. Me acerqué con cautela, para acariciarla. Ella se acercó tímidamente como desconfiando de lo que yo podía hacer. Pero enseguida comenzó a ronronear y tomó confianza. Decidí que esa gatita, a la que luego la llamé Huma, sería la compañera ideal. Decidido hice los trámites correspondientes y me dieron una ficha donde constaba que su procedencia era la calle, y cuando la rescataron estaba desnutrida y tenía algunas heridas que fueron curándose de a poco. Sin dudarlo decidí llevarla conmigo con el compromiso de darle amor y el cuidado que necesitaba.  
    Huma comenzó a mejorar su pelaje y a jugar con cuanto objeto encontraba en el piso. Como si adivinara la hora que yo volvía del trabajo, me esperaba al otro lado de la puerta y me recibía con ronroneos y saltos de alegría. El vínculo con Huma se fue fortaleciendo con el tiempo. Su presencia llenó de alegría mi hogar y me brindaba compañía. Pero un día me hizo pensar que cuando yo salía a trabajar, ella se quedaba sola. Sería bueno que tuviera otra gata para que le haga compañía durante mi ausencia.
    Y fue casual o tal vez causal, una tarde mientras iba a comprar algo al kiosco del barrio, escuché un suave maullido que me llamó la atención. Siguiendo el sonido, descubrí a una gatita siamesa, caminando sobre el muro de una casa. Sus ojos azules destellaban con angustia y noté que estaba herida. Me acerqué y sin necesidad de llamarla ella se me acercó como pidiendo ayuda. La levanté en mis brazos  y sentí como temblaba, no sé si de miedo o de hambre. Se acurrucó contra mi pecho con un suspiro de alivio. Sentí la necesidad de ayudarla, no podía dejarla allí. La llevé de inmediato al médico veterinario donde descubrimos que tenía solamente heridas superficiales y recientes.
    La atendió con cuidado, ella no oponía resistencia. Le dio un tratamiento y me dijo que se recuperaría pronto con los cuidados adecuados.
    Decidí llevarla a casa. Huma la recibió con curiosidad y aparentemente no le agradaba tener competencia. La llamé Sía, por su raza.
    Con el paso de los días, Sía se fue recuperando y comenzó a jugar con los juguetes que yo le había comprado. Huma empezó a acercarse más a ella, pero siempre con recelo. De a poco la fue aceptando y así mi hogar se llenó de amor y compañía.
    Las paredes ya no reflejaron el eco de la soledad y el silencio.

    Malania

    Imágenes: M.J.T.
     

  • Poesía

    MARIPOSA VIOLETA

    Danza y aletea
    transparente y etérea
    volando entre flores
    la mariposa violeta.
    El baile es gracioso
    lo hace con fervor
    dejando brillar al sol
    el encanto de su color.
    En sus alas refleja
    el arcoíris de las flores
    acariciadas por el viento
    como un regalo tierno.
    La primavera canta
    con las violetas en flor
    la naturaleza se despliega
    en este precioso jardín
    irradiando su color
    entre belleza y amor.

    Malania
    Imagen: de la red

  • Cuentos

    EL DUENDE Y LOS CLAVOS DE OLOR

    En un pequeño pueblo rodeado de verdes praderas y altas montañas, vivía un duende travieso llamado Tilo. Tilo era conocido en todo el pueblo por sus travesuras y aventuras, pero sobre todo por su amor por el clavo de olor.
    El clavo de olor, una especia muy especial para los habitantes del pueblo. No solo le daba un sabor delicioso a sus comidas, sino que también tenía propiedades curativas para el dolor de muelas y las de ahuyentar insectos, como las polillas. Además se decía que tenía poderes mágicos que traían buena suerte y alejaban a los malos espíritus.
    Un día, mientras los habitantes del pueblo estaban ocupados con sus quehaceres diarios, Tilo aprovechó la oportunidad para meterse en la cocina de algunas casas y encontrar la tan preciada especia. Con sus pequeñas manos ágiles, abrió latas y bolsitas y comenzó a devorar todo el clavo de olor que encontró dentro.
    El aroma característico de los botones de girofles llenó la cocina mientras Tilo disfrutaba de su festín. Pero lo que el duende travieso no sabía era que al comerse todo el clavo de olor, también estaba liberando su magia.
    Cuando los habitantes del pueblo regresaron a sus hogares y descubrieron lo que había sucedido, se llenaron de preocupación. Sin esa especia, ¿cómo podrían cocinar sus comidas? ¿Y qué pasaría con la protección mágica que les ofrecía? ¿Con qué ahuyentarían a los insectos y malos espíritus? ¿Con qué se curarían el dolor de muelas?
    Pero mientras discutían qué hacer, algo increíble comenzó a suceder. Las plantas en los campos comenzaron a crecer más rápido y más fuertes que nunca. Las cosechas eran abundantes y las enfermedades de las plantas parecían desaparecer milagrosamente.
    Resultó que al devorar todo el clavo de olor, Tilo había liberado su magia en el aire, fertilizando la tierra y bendiciendo al pueblo con abundancia y prosperidad.
    Desde ese día en adelante, los habitantes del pueblo no volvieron a ver a Tilo como solo un duende travieso, sino como un héroe que les había traído bendiciones inesperadas. Y aunque el clavo de olor nunca volvió a aparecer en las bolsitas o latas de los armarios, pero sí en miles de plantas por los campos. Por eso su magia permaneció en el pueblo para siempre.

    Malania

    Imágenes de la red

  • Poemas

    MIEDO A TODO

    Tengo miedo de las sombras que se alargan en la noche,
    de los susurros que se escuchan en la oscuridad,
    de los misterios que acechan en cada rincón,
    de los fantasmas que habitan en mi soledad.

    Tengo miedo de perderme en un laberinto sin salida,
    de naufragar en un mar de dudas y desesperación,
    de no encontrar la luz que guíe mi camino,
    de sentirme perdido en esta inmensa confusión.

    Tengo miedo de las palabras que hieren como dagas,
    de las miradas que perforan mi alma sin piedad,
    de las promesas que se rompen como cristal,
    de las mentiras que envenenan la verdad.

    Tengo miedo de no ser suficiente,
    de no alcanzar las expectativas que otros tienen de mí,
    de defraudar a quienes confiaron en mi fortaleza,
    de caer en la trampa de la mediocridad.

    Pero también tengo miedo de no intentarlo,
    de quedarme paralizado por el temor,
    de renunciar a mis sueños por la comodidad,
    de ignorar la voz que clama por la libertad.

    Así que enfrentaré mis miedos con valentía,
    caminaré por el sendero de la incertidumbre,
    abrazaré mis debilidades y mis fortalezas,
    porque sé que en la lucha está
    la verdadera esencia de la vida.

    Malania

    Imagen: