• Poemas

    EL VÉRTICE DEL AMOR

    Ayer, recorrí caminos,
    por la playa,
    bajo el cielo,
    por el mar.
    Vi las colinas nevar.
    Atravesé el espacio,
    navegué por las nubes,
    recorrí las calles
    de la gran ciudad.
    Me pregunté, si es bueno
    un mundo paralelo,
    creado desde el amor,
    rodeado de sueños.
    Mundo paralelo u oblicuo,
    real o imaginario,
    de noches y de días,
    de inviernos y veranos.
    Fue que en una ventana,
    por caminos diferentes,
    nació una perpendicular.
    Y en su intersección,
    encontramos un vértice.

    Hoy, recorrí un camino,
    lentamente, pacientemente.
    El camino que nació por amor,
    y vive por amor.
    No quiero regarlo con lágrimas,
    quiero regarlo con rocío del alba.
    No deseo que muera por amor.

    Caminé y caminé.
    ¿Estaba allí?…
    Me detuve ante su mirada,
    ante sus palabras.
    Observé sus atajos,
    sus ocurrencias,
    vocablo por vocablo.
    Como si escuchara su voz.
    Me deleité con las flores,
    más bellas del universo,
    de algún lejano jardín,
    allí donde nació mi amor,
    entre jazmines o amapolas,
    entre azucenas o rosas.

    Y decidí esperar,
    en el tiempo y la distancia,
    con dulzura, con pasión.
    Lo esperaré sin ansiedad,
    con el don de la vida
    que junto al tallo del amor
    me traerá una rosa rosa,
    de esas rosas que sembré,
    cuando me interné en el camino,
    en el gran camino del amor.

    Malania

    Imágenes:  Propias

  • Poesía

    UNA ORQUÍDEA SOLITARIA

    Vive y sueña el eco en las montañas,
    el sol y la luna con su luz lo acompañan.
    Una solitaria orquídea se mece con el viento
    erguida despliega sus pétalos hacia el cielo.
    Alberga en su radiante belleza
    los secretos de las aves que la cotejan,
    cómplice con el rocío y la madrugadora brisa
    su esencia perdura mientras la acarician.
    En los días invernales, cuando cae la nieve
    la orquídea la derrite con una simple sonrisa.
    Las nubes se despliegan en celeste y blanco
    vigilantes pintan el cielo con su manto.

    Malania

    Imagen: de la red gentileza de Ricardo G.

  • Poemas

    MONTAÑAS

    Montañas nevadas
    montañas muy altas
    picos puntiagudos
    nieve derretida.
    Árboles petrificados
    se bañan en el lago
    imágenes invertidas
    siluetas congeladas.
    Multicolores figuras
    sumergidas y doradas
    nubes protectoras
    velan y atestiguan.

    Malania

    Imagen: Gentileza de Ricardo G.

  • Poesía

    CUATRO PAREDES

    Bajo el cielo gris
    De un frío invierno
    La gente duerme.

    El sol derrite
    La escarcha y nieve
    Al amanecer.

    Cuatro paredes
    El eco suena
    Canta el jilguero.

    Despierta a todos
    ¡Hoy es domingo!
    Grita el hornero.

    No hay calendario
    Para el jilguero
    Cuando hambre tiene.

    Está en su jaula
    Cuatro paredes
    Le impiden vuelo.

    Alguien se acerca
    Semillas trae
    Contento queda.

    Poco sediento
    Ha tomado agua
    Queda saciado.

    Malania

    Imagen: M. Julián T.

  • General

    MI TIERRA NATAL

    En las profundidades del valle, donde el sol besa la tierra y las montañas parecen tocar el cielo, se encuentra mi tierra natal, -comentó el joven a un grupo de amigos- un lugar impregnado de magia y misterio, entre arbustos y palmeras. Desde mi más tierna infancia, he sido testigo del encanto que emana de cada rincón de este lugar.
    Las mañanas comienzan con el canto de los pájaros que dan la bienvenida al nuevo día, mientras el aroma a tierra mojada se mezcla con el dulce perfume de las flores silvestres. El río serpentea entre los campos verdes, como una vena vital que alimenta la tierra y el alma de quienes la habitan.
    En los días cálidos de verano, el sol brilla con intensidad, pintando de dorado los limonares y los campos de trigo y maíz que se mecen suavemente con la brisa. Las tardes se vuelven cómplices de secretos compartidos entre amigos, bajo la sombra de los viejos árboles que guardan historias de generaciones pasadas.
    Pero es en el otoño cuando la tierra se viste de colores vibrantes, como si fuera un lienzo que el mismísimo pintor celestial ha decidido adornar. Los tonos rojizos, dorados y ocres pintan un paisaje digno de admiración, mientras el aroma a tierra húmeda y hojas secas llena el aire.
    El invierno llega con su manto blanco, cubriendo todo a su paso con una capa de nieve que transforma la tierra en un paisaje de ensueño. Las noches se vuelven más largas y frías, pero el calor de los hogares y el espíritu solidario de la comunidad mantienen viva la llama de la esperanza y la alegría.
    Y así, en este lugar donde el tiempo parece detenerse para permitirnos saborear cada momento, se encuentra mi tierra natal. Un refugio para el alma, donde los recuerdos se entrelazan con los sueños y el amor, por esta tierra perdura más allá de las palabras.

    Malania

    Imagen propia y de la red.

  • General

    BRINDIS

    En un día festivo asomaba la hierba y los árboles estaban cubiertos de un verdor nuevo.
    Un búho miraba como queriendo contar un secreto.
    Los frutales florecían en blanco y rosa.
    En el interior de la vivienda, resonaban melódicas las copas al brindar. Los gruesos copos de nieve bailaban en el jardín nevado a la luz de una farola.
    La primavera se resistía a llegar.
    El calor de la chimenea inundaba el salón y el fuego de la leña se reflejaba en el caldero de cobre pulido que había en la repisa proyectando puntos brillantes en la cortina azul que cubría la pared.

    Malania

    Imagen: Gentileza R. E. Ch.

  • Poemas

    VERSOS DE UNA NOCHE

    Te hablo y me entiendes
    me oye el silencio.
    No aturdo el sosiego.
    Solo muevo manos
    que construyen versos.
    Manos que han soñado
    ventanas abiertas.
    Las olas sin playas
    bosques de un invierno
    de ramas heladas
    cubiertas de nieve
    de musgos y helechos.
    Manos que han tenido
    presión en sus dedos
    sintiendo otro cuerpo
    vibrar en el viento.
    Hoy son ramas viejas
    de un roble sin techo.
    Ella lee y piensa
    ese es su derecho.
    Ella lee y piensa
    empuja mi sueño.
    Detrás de lo oscuro
    ni espacio ni brisa.
    Todo se adormece
    se apaga mi fuego.
    Hoy la noche me habla
    palabras sin dueño.
    Ahora me susurra,
    me envuelve en sus brazos,
    me acuna, me briza,
    me duermo en su seno.

    Silencio…silencio.

    A. M. N.

    Imagen: J. A. T.

  • Prosa Poética

    AL OTRO LADO DEL OCÉANO

    En los caminos y prados había amplios charcos formados por la nieve derretida.
    El viento helado, abriéndose paso con obstinación por las calles, se colaba por debajo de los abrigos de los transeúntes que luchaban para que no volaran sus paraguas.
    La corriente de aire se arremolinaba y gemía alrededor del edificio rojo, hamacando la gran glorieta que indicaba la entrada. Por detrás, los viejos árboles del parque se habían convertido en siluetas negras, desnudas, lúgubres.
    Dicen que los árboles se desnudan en el invierno para cambiar su atuendo nuevo.
    Reflejos de luz atravesaban los cristales de las enormes puertas y ventanas azotados por las gotas de lluvia.
    Pero al otro lado del océano, en el nuevo mundo, los paraguas multicolores brindaban sombra a los visitantes que paseaban por la avenida del parque infantil, alfombrada de verde para que pudieran disfrutar de un paseo en un ambiente agradable, apaciguando el calor reinante de un verano muy caliente.

    Malania

    Imagen: J. A. T.

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  • Prosa Poética

    EL SILBIDO DE LA LOCOMOTORA

    Desde lejos, el cielo se cernía como una tela pesada y gris sobre la ciudad y en el parque bailaban los primeros copos de nieve sobre el césped.
    Poco a poco la locomotora con bastante retraso, se acercaba a la estación derritiendo el hielo de los durmientes. Ella estaba allí, a pesar del frío. Era su última oportunidad de poder viajar para verlo brillar en el escenario. Y así fue, no solo fue su último viaje en tren sino que la locomotora de despedía del vecindario para convertirse en un elemento más de la historia.

    Malania

    Imagen: C. J. V.

  • General

    CON MÚSICA TODO ES MEJOR

     
     

    El mundo no es una descabellada fantasía
    cabalga formando una aleccionadora historia
    de zonas y vínculos heterogéneos.
    En oriente
    copos de nieve vagabundos devanean
    con centelleantes estrellas
    al compás de la brisa nocturna.
    En occidente
    las flores dan rienda suelta
    a los colores de primavera.
    Mientras en otros lugares
    aludes apocalípticos
    montaña abajo ruedan;
    verdes y grises con diferentes tonalidades
    se confunden en cadenas
    de montañas montadas unas sobre otras;
    la orografía heterogénea
    se modifica ondulada, fracturada.
    En la travesía el agua rasga
    cicatrices profundas de playas y riberas
    mientras los  artistas imitan
    rasgando las cuerdas
    alegrando al mundo
    con sus guitarras de madera.

    Malania

    Imagen propia.