SIMIENTE
Mantuvo algo arcanoatrapado en el tiempopreso en el pecho.Se dejó arrastrarpor un río salvajeprisionero de su mente.Sin poder contemplarla belleza de la naturalezase acartonóse vistió de gris.Buscó la luz entre las piedrasasido a la bielaameró sus manoscon la humedad de su gozolejos del todoreducido a nada.Atónito observó la cuevay dentro de ellasu cuerpo cansadotendido en el suelo.En hierbas muy secasrecaló su tibiay dulce simiente.Ella estaba allícompartiendo su gozoeternamente suya.MalaniaImagen propiaPENSANDO EN TI
Pensando en ti.
Si estuvieras hoy conmigo
mis ojos se colmarían de tu presencia,
mis labios, temblando como débil hoja
saciarían su sed, con el néctar de tu amor.
Dejaría libres las miles de caricias
que mis manos aprisionan, y que aguardan
hace tanto tiempo por ti.
Si hoy estuvieras conmigo
no estaría escribiendo estos versos
en un pedazo frío de papel,
los estaría tatuando en tu desnuda piel.Gentileza: A. M. N.
Imagen: de la red
DESDE EL OTRO LADO
Por aquí estamos en pleno invierno,
pero ningún charco está helado.
– Dijo mi querido amigo transoceánico.
Primero, porque apenas llueve
y no hay charcos.
Si los hubiera, no estarían fríos
porque en estos días y hoy mismo
alcanzaremos los 20 grados…
¡En pleno invierno!
Cierto es que en algunas zonas
están a 8 grados bajo cero.
Pregunto:
¿Tendremos algo que ver los humanos con este cambio climático?
De este lado del mundo, insólito, nunca visto, 20 grados y viento frío en las noches de las playas de Brasil, en pleno verano.Malania
Imágenes: A. M. N. y propiaLINA
Quizás en una alhóndiga o en un mero pastizalo tal vez en un lejano cantildescubriste el mundo y te atreviste a cruzarentre un reguero y alondras o un desolado muladar.Inquieta y llorosa maullaste a mi pasocon miedo al principio corriste a mis brazos.Calmé tu sed y el ansia de mitigar tu soledadte cubrí del frío ante la tempestad.Pero un día me ausenté dormidoy en noche sin lunacuando solo la luz de tus ojos brillabate divertiste a tu modoextraña princesa mimada.Manifestaste tu desasosiegoaquél que nació contigodesahogando tu furia y con desatinojugaste con hojas y todas mis plantasque a tu paso pudiste encontrar.Una reprimenda bastó que comprendasque de nada sirve hacer ese estragocon mis hermosas plantasque mantenerlas lindas tanto ha costado.Y aquí estás de nuevo a mi ladoespiando todo el día el tecladoy atenta a todo lo que hago.MalaniaImágenes: M. J. T.ORGULLO DE HOMBRES
Su mirada
se escurría sobre las cosas
no lograba detenerse en ellas.
Ese día vibró el aire frío
y deshojó sus palabras
letra por letra.
Su fragilidad se había resguardado
tras un indecible hastío.
Atravesó calles angostas
inundadas por el sol.
A la hora de la siesta.
el silencio era absoluto.
Las aceras recobraron
su inmovilidad espectral.
Las sombras ausentes dormían
lejos del influjo de la luz.
La visión del hombre
se había desvanecido
dejándolo prendido en el brasero
de un cielo demasiado grande para él.
Para saciar el violento deseo
que le había asaltado
con los primeros albores de la mañana
marcando la aurora del tiempo
de los amores lejanos
buscó refugio
en la magia de la casa vacía.
Y ya nada pudo detener
el torrente de palabras
y envuelto en ellas
perdió la noción del tiempo.
En la finitud de un gesto anodino
modificó junto al pájaro
su visión del mundo.
Un auténtico paseo de recreo
inventado
por un jardín prohibido
perfumó su cuerpo
con jazmines, rosas y amapolas.
Un jardín donde florecía
el orgullo de los hombres.Malania
Imagen: C. J. V.
DESDE EL MEDITERRÁNEO
Una gaviota prefirió quedarse. Pasará el otoño invernal en el Viejo Continente, mientras mira hacia el horizonte como queriendo divisar alguna de sus hermanas y otras hijas que volaron, junto a bandadas de golondrinas, en busca de la primavera latinoamericana.
Pero es feliz cuidando a sus pequeños pichones recién nacidos y los huevos de otros por nacer.
Los días son buenos, soleados pero bastante fríos, tanto así que hasta el pico y las plumas de a ratos quedan heladas. Debe guarecerse para no enfermar, sino ¿Quién cuidaría de sus pichones?
Las orejas de la gente, sobre todo la que cuenta con más de seis décadas, a duras penas aguanta, aunque resignadamente las lleva colgadas en el mismo sitio. La misma resignación usa la gente cuando se detiene a pensar en el cruel contador de la edad que no descansa, pero aun así, se sienten afortunados porque pronto podrán estar exentos de cumplir con el horario laboral diario, cuando les llegue el día de la jubilación, y podrán elegir los días para visitar la playa, ver volar a las golondrinas y alimentar a las nuevas gaviotas.Malania
Imágenes gentileza de A. M. N. y de la red.
TURISTAS
El sol regala al río
sus últimos rayos luminosos
llevándose las gotas
de un día caluroso.La noche con su brisa
va ganando espacio
sobre una canoa vigilante
con los bañeros del ocaso.Los turistas se retiran,
los peces ríen, aletean
vuelven a su cauce
nadie los tortura
nadie los mira
son felices
en la normalidad de sus días.Malania
Imagen propia
SONRISA
SONRISAS ENTRE CIMIENTOS
Corría el año 2016, era el Día de la Primavera.
Ella, profundamente dolida por una actitud irónica y provocativa, de una mujer que frecuentaba las redes, cansada de leer los permanentes mensajes y comentarios, demostrando a través de ellos interés hacia el hombre que ella amaba, y no por despechada, escribió este poema:El proyecto ya está en marcha
con cimientos llenos de fortaleza
y vigas más fuertes todavía.
Y en poco tiempo florecerá
la sonrisa esperada,
esa sonrisa que amas y provocas
No permitiré que ninguna piraña
de algún contaminado río,
destruya las paredes
de lo que hemos construido,
ni reduzca a cenizas
a lo que fue fuego
Sabes que sin prisa
pero sin pausa
los besos pasados
serán eternamente presente.Malania
Imagen de la red
NUBARRONES
Los hay oscuros e iracundos
grises o azabaches
anunciando tormentas.
Otros deshilachados
por fríos y fuertes vientos
bajo la bruma húmeda y gris.
Pero otras veces
se presentan nubes pomposas
como capullos de algodón,
delicados y esponjosos.
O bien, tornasolados
como bordadas con lentejuelas
con el brillo incomparable
de un atardecer con sol.
MalaniaImágenes: R. G. y propias.
EL VIEJO ASCENSOR
Tus retóricas palabras
se injertan
en la melanina de mi cuerpo.
Sin presión alguna
la entropía aumenta
reconoce tus atributos
de ser endémico.
Mis lamentos por no tenerte
se precipitan
junto al frío aguacero
corroyendo el recuerdo
de momentos inolvidables
junto a aquella ventana
del bar de la esquina
y de momentos vividos
en aquel viejo ascensor
con besos interminables
vertidos del corazón.Malania
Imagen propia