• Poemas

    SEGUIR VIVIENDO

    Estamos tan lejos…
    y te siento tan cerca.
    ¿Cómo es esto?
    ¿Cómo explicar que
    no es la brisa que rosa mi cara,
    sino tus labios que besan mi cuerpo,
    hasta llegar a mi alma?
    ¡Son sentimientos encontrados!
    La duda de no seguir viviendo este momento
    o la de correr, sin pensarlo, a tu lado.
    Tan lejos…Tan cerca…
    Una realidad…Un sueño…
    Caminos que se cruzaron.
    Tan lejos te encuentras,
    tan cerca en mí vives.
    Quiero seguir viviendo este momento
    estés lejos… estés cerca.
    Me haces bien.
    No importa lo que pase,
    el sentimiento es lo importante.
    Doy gracias a Dios
    por haberte cruzado en mi camino.

    Malania

    Imagen: Gentileza de Mariana Pierri Bersch.


  • Poemas

    SUSURRO DE AUSENCIA

    Sus ojos lo buscaron
    como quien abraza
    lo que no se puede tocar
    y en una calma agitada
    hablaron el idioma
    que solo podían entender
    el corazón y el alma.
    No hubo palabra
    que no cubriera el vacío,
    ni silencio
    que no presagiara,
    con el eco de los latidos
    un sentimiento oculto.
    El reloj, con un lento tic tac,
    devoró las horas,
    y con la última campanada
    llegó el fin del encuentro.
    En su sonrisa,
    quedó guardada la imagen,
    como un secreto dulce
    que solo el corazón conoce.
    Lo acarició con la mirada
    y sin querer herirlo
    lo estrechó
    en un interminable abrazo.
    Ella lo miró partir
    por el andén del tren
    en aquel largo subterráneo.
    Aún susurra su nombre
    cuando el silencio se hace noche.


    Malania

    Imágenes: Gentileza de A. M. N. y propia

  • Poesía

    LAS ROSAS DE LUISITA

    Para quien florece aún en cada pétalo

    En el rincón callado del jardín,
    donde la luz despierta con ternura,
    brotan las rosas que una vez sus manos
    plantaron con amor y con dulzura.

    Ya no está Luisita entre nosotros,
    y sin embargo, el viento trae su risa
    cuando el pimpollo blanco, tibio y suave,
    se abre al sol con gracia y sin prisa.

    Primero es un susurro amarillento,
    como un recuerdo tímido en la brisa.
    Luego el color se enciende, se transforma,
    rosado pálido, rosado en brisa.

    Algunas guardan tonos matizados,
    como si hablaran de su alma sencilla.
    Cada flor lleva un eco de su paso,
    y en su perfume vive Luisita.

    No hay muerte cuando el amor florece.
    Ella vive en el canto de estas rosas.
    En cada brote nuevo, cada espina,
    su memoria se hace eternamente hermosa.

    Malania

    Imágenes: L.M.R. (Neca) y propias

  • Poesía

    SAPO SOBRE RAMA

    Entre verdes techos de ramas alzadas,
    el sapo se esconde, callado y atento,
    no por temor, sino por la duda,
    que nunca se ausenta y cae con la lluvia.

    No confía en el viento que sopla
    ni en el sol que promete calor,
    pues sabe que todo se muta, se quiebra,
    como cambia el jardín su color.

    Duerme en lo alto, en nidos de sombra,
    donde el ojo no llega a espiar,
    pues la tierra, aunque dulce y fecunda,
    también sabe morder sin avisar.

    Caza con calma, sin prisa ni ruido,
    con ojos que ven más allá del verdor.
    No es solo instinto, es juicio curtido,
    cazar es por vida, no por ardor.

    ¿Y si también guarda la planta que abraza?
    ¿Si su vigilia defiende el jardín?
    Tal vez su duda no sea desconfianza,
    sino un pacto secreto con su raíz.

    Malania

    Imagen: Ramona M. T.

  • Poesía

    LA RANA MOSTAZA

    Se oculta la rana entre hojas altas,
    no por miedo, sino por saber.
    Quien mucho ha visto, poco descansa;
    quien mucho escucha, aprende a no ceder.

    No rehúye el mundo, lo contempla.
    Desde su altura ve sin ser vista.
    Calla, porque el ruido engaña;
    espera, porque la prisa embiste.

    ¿Qué es la duda, sino forma de cuidado?
    ¿Qué es la desconfianza, sino memoria?
    La rana recuerda lo que el agua calla,
    lo que la tierra entierra en su historia.

    Allí, entre tallos, su cuerpo reposa,
    pero su espíritu está despierto.
    Caza, sí, pero no solo por hambre,
    caza para que el jardín siga bello.

    Y si acaso parece distante, huidiza,
    no es por desprecio, ni por desdén,
    es que sabe que a veces la cercanía
    trae sombra en vez de sostén.

    No todo lo que se esconde teme;
    no todo lo que duda se pierde.
    La rana, al dudar, se mantiene viva.
    Y en su silencio, algo protege.

    Así también el alma humana,
    que a veces duda y se repliega,
    no siempre huye: a veces cuida,
    y en la distancia también entrega.

    Malania

    Imagen: Ramona M. T.

  • Prosa Poética

    UN CICLO CUMPLIDO

    UN CICLO CUMPLIDO. OTRO COMIENZA

    Es verdad eso que dicen: “Si una puerta se cierra, otra se abre” O esto: “Si pierdes algo bueno, es para dar lugar a otra mejor”. En la vida se cumplen ciclos; nada es para siempre. Algunos terminan en días, otros duran meses o años. Cuando niños, pensamos que los padres estarán con nosotros toda la vida. Cuando formamos pareja o nos casamos, la ilusión es de una relación eterna. Nada más erróneo. La vida es hoy, es el momento. Del pasado hay que rescatar lo bueno, y no pensar mucho en el futuro porque ni siquiera sabemos si el mañana vendrá.  Por eso vive el hoy, no descuides el mañana pero no te preocupes tanto: canta, tararea, y si puedes, baila. Ríe, no temas a las arrugas. Observa y contempla la belleza que te rodea.  Agradece el simple hecho de poder contemplar la luz del día. Y siempre  di “GRACIAS” y saluda con una sonrisa.

    Malania

    Imagen: de la red

  • Poemas

    CON DOS DE AZÚCAR

    Ella se quedó mirándolo en silencio.
    Esa fotografía que reflejaba,
    su sonrisa y sus lindos ojos
    con sus ojeras de trasnochado.
    Pensó que quizás
    un viraje caótico lo embargaba,
    por eso de él no sabía nada.
    Absorta en sus pensamientos
    en la sala vacía
    se quedó sentada en una silla
    inmóvil
    llena de nostalgia trasnochada
    analizando aquella hipocresía
    aunque lo dudaba
    ¿hubo hipocresía?
    Hacía mucho que no lloraba
    había perdido el instructivo
    ¿Cómo hacerlo?
    ¿Llorar para qué?
    ¿Por qué?
    ¿Acaso valdría la pena?
    ¿Conseguiría algo con el llanto?
    Su amuleto le daba fuerza
    mirar hacia adelante
    era una válida opción
    o es que solo fue un encanto
    versátil o no
    qué más da en este caso.
    Retrotrajo su pensamiento
    a las elipsis poéticas
    en un camino real o imaginario
    que la sostenían viva
    sin olvidar sus cimientos.
    Aun lo recuerda,
    sentado
    frente a la taza de café
    con dos de azúcar.

    Malania

    Imagen propia

  • Poemas

    APRENDÍ

    A ser libre. Pero…
    ¿Qué es sentirse libre?
    Es poder valerse por uno mismo,
    tomar decisiones sin consultar,
    no estar pendiente del “qué dirán”.
    Cuando lo entendí:
    Aprendí a quererme más
    para así querer a los demás.
    A desprenderme de los prejuicios
    para así no juzgar.
    Me sentí libre cuando aprendí a soltar
    a dejar ir, a no retener a nadie.
    A no aferrarme a personas,
    tampoco a un lugar.
    A confiar pero también
    a desconfiar,
    atendiendo a mi sexto sentido.
    Mi interior no me engaña
    y mi intuición raramente falla.
    A brindar ayuda antes que pedir.
    A sentir que lo mío vale
    tanto o más que lo de los demás.
    Que no hace falta tener mucho
    para ser feliz.
    A dar valor a lo que poseo
    y a no ser extremadamente exigente.
    Aprendí a escuchar
    la música de mi interior,
    a escribir sin reparo
    de si al otro le gustará,
    si a mí me agrada lo que hago
    desde mi autenticidad.
    El ruido de mis pensamientos
    ya no me aturden,
    simplemente me hacen
    discernir en qué es importante
    en el camino a seguir,
    en lo poco o mucho
    que me queda por vivir.
    Aprendí a disfrutar el día a día,
    a observar el firmamento
    buscando figuras
    en lo alto del cielo.
    A no hacerme problema
    por aquello que tiene solución
    y tampoco por lo que no tiene.
    Que todo se acomoda.
    A soñar despierta
    aunque eso me cause risa.
    Y a tomar conciencia de que
    “no hay mal que dure cien años”.

    Malania

    Imagen: Gentileza de Gerardo S. V.

  • Poesía

    SUEÑOS

    Sueños de mil colores
    suelen soñar los Morenos
    pero también sueñan los Blancos
    a navegar Mar adentro.

    Tendido en el verde suelo
    está soñando un moreno
    a la sombra gris oscura
    bajo un verde guindero.

    Sueña que a orillas del río
    ve reposar la sirena,
    la sirenita del campo
    muy cubierta por la arena.

    Se acerca para observarla
    y al verla tan, pero tan bella
    se encoge para besarla
    y ella, sonríe y lo besa.

    Despojada de la arena
    luce su cuerpo esbelto,
    ella esboza una sonrisa
    al verlo a él tan erecto.

    Se acerca muy suavemente
    con pasos cortos y lentos,
    él la recibe en sus brazos
    y la estrecha tiernamente.

    De pronto un estrépito trueno
    lo despierta de su sueño
    para dejarlo pensando
    y muy tullido un momento.

    Entonces ¡salta! y erguido
    escucha el relincho atento.
    Es su zaino que lo llama
    desde el río muy adentro.

    Malania

    Imágenes: de la red

  • Poemas

    ENTRE EL VERANO Y EL OTOÑO

    Bajo un cielo azul, sin una nube,
    se extiende el día, claro y sin ruido.
    Verdes los árboles cantan su vida,
    mientras otros, sueñan el otoño, desnudos.

    Un sendero serpentea desde el portón,
    como un susurro que guía los pasos
    hasta la casa que aguarda tranquila
    en la calidez del parque, dando un abrazo.

    Columpios se mecen con risas al viento,
    un tobogán guarda ecos de alegría,
    los niños corren, con algarabía,
    bajo el sol de las cuatro estaciones.

    La brisa juega, la tierra respira,
    la vida se esconde en cada rincón.
    Y aunque el tiempo pinte hojas caídas,
    la alegría florece sin condición.

    Malania

    Imagen: Genoveva M. G.