• Poesía

    SIN UNA BRECHA

    ¿Me ayudas?
    Sin que exista una brecha.

    A escribir en el agua
    con una pluma estrecha.

    A pintar en el cielo
    con el ala de un pájaro en vuelo.

    Tú en una nube azul
    vestida con brocado y tul.

    Yo en una blanca
    con burbujas matizadas.

    O bien en una sola
    unidas por una estola.

    O con algodón y juncos
    los dos en uno,  los dos juntos.  


    Malania.

    Imagen:  de la red.

  • Poemas

    JANGADA

    No quería retroceder,
    aunque lo atacara una pertinaz jaqueca
    y sus ideas estuvieran desparramadas
    en una envolvente ensenada vieja.
    Ya no era un zagal,
    había pasado  hacía varias décadas
    desde aquel amor
    al que nunca pudo olvidar.
    Sus lágrimas eran torrente
    cada vez que la recordaba
    en sus paseos por salinas desoladas
    los verdes bosques o los jardines floridos
    en veraniegas alboradas.
    Hoy solo quedan
    cataratas de aguas oscuras
    y con ellas una incipiente idea
    la de dejarse oxidar por la humedad
    y convertir la fe en un rayo de luna.
    Malania

    Imagen: M. J. T.

  • Poesía

    DE ABUELAS

    La abuela Victoria
    parece una reina
    se viste y se peina
    usando una hebilla.

    Es muy coqueta
    igual que Violeta.
    Con zapatos de charol
    y vestidos de seda
    pasean por la alameda
    y nunca les falta
    un labial en la cartera.

    La abuela Florencia
    no tiene paciencia
    cocina muy poco
    y come a lo loco.

    La abuela Sofía
    pasea a su perra Tina
    y los otros días
    se la olvidó en la esquina.


    La abuela Roberta
    se queja y se queja
    no quiere estar sola
    quiere ir a las fiestas.

    La abuela Petrona
    es la más glotona
    se roba los dulces
    de doña Ramona.

    La abuela Ramona
    le tiene paciencia
    siente mucha pena
    porque está enferma.

    La abuela Renata
    luce de escarlata
    se come de todo
    lo que viene en lata.

    Pero la más sencilla
    es la abuela Guillermina
    hasta con sus alpargatas
    siempre luce linda.

    Malania

    Imagen: de “album.es”

  • General

    ASÍ ESTÁ…

    Cegado en su quietud
    sin ánimo de proeza
    dormita bajo el alpendre
    el  guardián prodigioso,
    junto a su amo rabioso
    porque sufre en la pobreza.
    Y no es que le falte comida
    ni tampoco las monedas.
    Lo que le falta es cariño
    a quién decir “te quiero”
    y tener a quién amar
    para poderla besar
    en madrugadas de invierno.
    Sin amor vive hace tiempo
    y su mascota lo siente
    cuando lo escucha llorar
    en madrugadas de soledad
    o cuando ve el sol poniente.

    Malania

    Imagen: J. G. T.

  • Poemas

    BORDADO ESPEJO

    El silencio se resbala lento, 
    sin intentar desenredar
    los hilos del tiempo.
    La pereza se instala
    con el gris de la mañana
    bajo las sábanas floreadas.
    Hasta las piedras se encarnan
    para soñar
    en penumbra de alborada.
    Lejos del esmog
    de la gran ciudad
    salgo a caminar.
    Lleno mis bolsillos de colores,
    me identifico con el naranja
    -es mi preferido-
    con el espejo del agua,
    con el celeste del cielo
    y su reflejo en el río.
    Con las plantas silvestres
    recién amanecidas
    con el sol en despunte
    cuando no arrecia el frío.
    Malania
    Imagen  propia
  • Haikus

    RÍO Y LAGO

    Entre palmeras
    río y lago se funden.
    Bailan bajo el sol.

    Enamoradas
    las cuerdas de guitarra
    nunca se callan.

    Sin perder tiempo
    los mosquitos en coro
    pican y cantan.

    Malania

    Imagen: N. G.





  • Minicuentos

    EL VIAJE DE LA CEBOLLA

    Miguel es un productor y vendedor de frutas y verduras. Vive desde que nació en la localidad de Olegario Víctor Andrade, de la provincia de Misiones en el Litoral de la República Argentina. Estudió y obtuvo el título terciario en una Escuela Agrónoma cercana a su lugar de origen, pero no quiso continuar estudios universitarios. Prefirió quedarse para ayudar a sus padres en tareas de la chacra y así aprendió a cuidar y a querer cada una de las plantas y los productos que cosecha. Pero la superficie del terreno que trabajan no es de gran extensión, por lo que a veces es necesario reponer algunos comprando del Mercado Central. Su padre ya no vive y su madre es de edad avanzada por lo que el trabajo lo realizan Miguel, su esposa y un ayudante.
    Cada semana llevan sus productos en camioneta, a la Feria de un lugar llamado Santa Helena.
    Todo fue aumentando su costo, pero algunos productos subieron hasta el doble, como las cebollas.
    Me acerqué al cajón de las blancas y de las coloradas. Casi todas diminutas y algunas con pequeños brotes verdes en señal de que deberían ser usadas para una nueva planta.
    Le pregunté por qué traía esas para vender.
    – Son más económicas –me respondió.
    Y la esposa agregó: – Hay una en particular que la traigo y la llevo en un rincón del cajón y así por varios fines de semana, viaja de ida y de vuelta porque nadie la quiere. Parece estar podrida pero no lo está.
    Entonces le pedí que me la vendiera.  Me la dio y no me quiso cobrar por ella.
    Llegué a casa y no me animé a utilizarla en la comida ya que no sabía si estaba buena o no. En cambio María, la chica que me ayuda con la limpieza en casa, a la que le relaté lo sucedido, me pidió para llevarla.
    Viajó la cebolla, esta vez en colectivo, envuelta tímidamente en un papel de diario y una bolsita de polietileno para evitar que soltara olor en el bolso de María. Llegó a su casa para la hora de cocinar y no dudó en cortar la cebolla por la mitad. No estaba podrida, tenía brotes muy verdes, por lo que María utilizó el pedazo superior para preparar el almuerzo y la otra parte dejó en agua por dos días.
    Como ese día no trabajaba fuera de la casa, procedió a preparar la tierra y colocar el pedazo de cebolla en tierra fértil junto a otras plantas de verdes hortalizas. Seguramente en breve, dará una nueva planta y nuevos bulbos comestibles.
    Ahora, la cebolla viajera, está plantada en la localidad de Candelaria, de la misma provincia y país, lugar donde vive María.

    Malania

    Imagen: R. M. T.

  • Poemas

    FRUTOS MULTICOLORES

    Te embriagaron las lunas,
    las albahacas perfumadas
    y algunas palabras perdidas
    en poemas dedicados a nadie
    que te han llenado de nostalgia.
    Pero quizás más tarde
    podrás cosechar los frutos
    esos que hoy has sembrado.
    Te llenarás de alegría
    con el aire entrecortado
    por el viento vagabundo
    y el agua de lluvia derramada
    desde una nube envidiosa.
    Pero a la vez ríe airosa
    por haber colaborado
    para que surjan bellas frutas
    bajo la luz de la luna
    o del sol a mediodía
    para llevar a la mesa
    multicolores manjares.

    Malania

    Imagen: R. E. Ch.