• Minicuentos

    DE BRILLANTE A RUDO

    Y viceversa.

    Hay cosas que suceden inesperadamente, nos toman por sorpresa y ocurren por casualidad. Pero están los que dicen que nada es casual pero sí, causal. Todo tiene un porqué.
    Él era brillante, tanto en su aspecto personal, en su trabajo, en el amor. Pero de un día para otro su rostro se volvió rudo y curtido. Comenzó a tener dificultades en la vida. Una ráfaga trágica lo envolvió desmoronándolo como un bloque de dureza escultural.
    Inmerso en un mapa modificado, con una negrura aterradora y profética, se convirtió en una roca en medio de la tempestad familiar. Nadie lo entendía, nadie lo apoyaba.
    Azotado por las olas del sufrimiento, respondía lleno de cólera.
    Hasta que decidió mudarse a otro país, convencido de que allí algo lo salvaría.
    Y fue así que encontró, luego de vagar por muchos días seguidos, sin conocer demasiado de donde estaba, a un indio, que se dedicaba a curar todo aquello que los médicos no hallaban solución. Obedeciendo al pedido de “El indio” –así lo llamaban en la región- concurrió al lugar citado, una hermosa montaña con vista al mar. Fueron nueve días entre martes y viernes. Luego de un breve tiempo de haber seguido las indicaciones del “médico (no médico) curandero”, volvió a ser aquel hombre brillante y activo como  lo era antes. No quiso volver a su país.
    Conoció en una de las sesiones de “El indio” a una mujer encantadora, que lo ayudó a conseguir un trabajo digno de acuerdo a su profesión, abogado, escritor y poeta.
    Al enterarse de lo sucedido, sus familiares le pidieron que volviera. Pero él prefirió hacer caso a su corazón, se quedaría allí donde le devolvieron la vida.

    Malania



  • General

    SIMPLEMENTE HOY

    “me deleito en el placer de no pensar, ni formular preguntas ni esperar respuestas” lo escribió mi querida amiga Marina Collado Prieto en su presentación de la página Escritores y Letras, “Dormir o despertar”.

    Y es así,
    muchas veces cierro los ojos, no veo, no pienso, no hay nadie a mi alrededor, por lo tanto no habrá preguntas, ni tampoco  me pregunto nada, simplemente existo, disfruto del estar. Pero a la par nacen cosas maravillosas: una paz enorme que me envuelve, una música suave que viene desde no sé dónde, el canto de un grillo que busca a su pareja en la oscuridad de la noche o el trino de pájaros que me avisan que ya amaneció.
    Y me vuelvo a dormir, aunque sea por unos minutos más. Y sueño, algo que luego no recuerdo, pero que fue lindo, porque me despierto con una sonrisa.
    Y pienso en la postal que me enviaste, ilustración del crepúsculo en diagonal y en declive, en ese corazón que parece el agujero bajo un puente formado por un árbol caído, y el agua del río que refleja las copas multicolores de los árboles. Pienso y sonrío, sola con mi soledad pero feliz por vivir un día más. Y no pregunto nada, ni siquiera para saber por qué me enviaste esa postal con una cascada.
    Es hermosa y ya, ahí termina la cuestión. Porque no quiero pensar en el ayer, el presente es un hermoso regalo y no vale la pena desperdiciarlo.

    Malania.

    Imagen de la red. Gentileza de R. G.

  • Poemas

    LETRAS Y ROSAS

    Los versos ingenuos
    que escriben las rosas
    con sus finos pistilos
    cuando se posan
    las mariposas.
    Son versos tiernos
    que brotan en racimos
    que nacen del aroma
    de pimpollos amarillos
    cuando al amanecer
    cae el fresco rocío.
    En silencio injusto
    tus letras de hombre,
    enamorado de la muralla
    de piedra y hongos
    de un amor embalsamado
    y de la soledad sin alas,
    las plasmas con calidad vana.
    Porque al verdadero amor
    también se lo lleva el viento
    cuando el hombre,
    quedo en su confort,
    prefiere dejarlo ir
    sin luchar por retenerlo.
    Murallas que impiden soñar,
    aunque sueñas en letras
    preciosos y fulgurantes versos
    que escribes con tus manos,
    esas manos que un día
    hicieron florecer
    pétalos de rosas rosas
    en mi vientre blanco.                                 

    Malania

  • Poemas

    MARIPOSA SENCILLA

    Sin esfuerzo aletea,
    sobre el follaje florecido
    de lantanas, zinnias,
    claveles, lavandas  
    y campanillas amarillas,
    una mariposa resplandeciente
    de alas transparentes.
    La brisa perfumada  
    contrasta en la tarde
    con las nubes neblinosas
    de polen pigmentado
    que las abejas han dejado  
    como queriendo arrasar
    con todo lo más rico y provechoso
    de las flores, a pleno sol
    en horas de mediodía..  

    Imagen: R. E. Ch.

  • Haikus

    DÍA GRIS

    (Haykus)

    Neblina baja
    entre el verde y grisáceo
    frío amanecer.

    Fuertes, erguidos
    los árboles cansados
    esperan al sol.

    Colchón de helechos
    húmedos permanecen
    por vida plena.

    Duermen los duendes
    con oídos atentos
    cuidan su entorno.

    Flota un misterio
    árboles custodiados
    duendes sin miedo.

    Imagen: R. E. Ch.



  • General

    ASUSTADA

    No gruñe
    no muge
    no brama
    tampoco clama.
    No grita
    no llora
    quizás
    solo se agita.
    Sus ojos se desorbitan
    está muy asustada
    pero no habla,
    no puede decir nada.
    Afuera llueve
    decidió guarecerse
    pero fue descubierta
    escondida en una frutera
    con manzanas y peras.
    Nunca la lastimaría
    es inofensiva
    limpia los rincones
    de mosquitos
    y otros bichitos.
    Afuera llueve
    a ella la dejé quieta
    en la frutera
    cerca de la alacena.

    Imagen M.J.T y E.P.L.

  • General

    ES EL SOL

    Las calles se pusieron enteramente negras en horas de siesta.
    Desde el cielo se precipitaban avalanchas retorcidas por el viento, un viento helado como si fuéramos a estar en pleno invierno.
    ¿Un fenómeno natural diferente cada día? Un otoño distinto, a veces con sol, otras, sin él y sin luna.
    Pasaron las horas y desapareció la tempestad cuando el sol con su poderosa luz salió detrás de las nubes de algodón.

    Imagen: M.J.T.

  • General

    NUBES DE HUMO

    Sintió cómo el orgullo humano,
    se proclamaba
    entre las nubes de la envidia,
    provocando sentimientos encontrados,
    como si fueran imanes de un mismo polo.
    Desaparecieron con el viento
    las notas musicales
    y la tristeza se expandió
    sobre las olas
    de un océano de aguas turbulentas.
    Ya no percibió el perfume de flores
    solamente vio un grimorio
    molesto y lastimero.
    No importa la apariencia
    sino la profundidad del hecho,
    para suscitar sentimientos encontrados
    como vectores opuestos.

    Imagen propia

  • Relatos

    POR UN CAMINO NEVADO

    Con cierta expresión confusa pero tierna, ella, con la mirada y el corazón, seguía buscando por el camino de la vida un nombre que no encontraba.
    Cerraba los ojos y lo veía con todos los rasgos característicos que no se le borraban. Sentía un mundo demasiado distante, demasiado elevado. Él era doctor en leyes muy destacado.
    Aunque pensaba, que “el resto” también puede estar presente aquí o allá, al final del recorrido.
    El camino y los campos estaban cubiertos de nieve. Las montañas parecían vestidas con bonetes blancos. Si hacía frío ella no lo sentía en la piel, pero sí en el corazón.
    A veces duele más el alma que el cuerpo, -pensaba- y no hay remedio para curar eso. O sí, pero de esos que dopan y emborrachan. No sirve, porque cuando pasa su efecto el dolor se vuelve más grande aun.
    Quizás el pasado no muy lejano,  que recordaba casi a diario y en cualquier momento, marcó aquellas horas solemnes que pasaron juntos.
    Al final del camino nevado reflexionó y pronunció como en susurro:
    Cada cual puede rehacer la obra de su vida a su manera, con topetazos desordenados o en armonía. Depende de cada uno.

    Imagen: C. J. V.

  • General

    NO PREGUNTES…

    “No busques la razón, ni mires alrededor”. Dijo Gustavo Gracía (Gus.) Del grupo “Escritores y Letras” en uno de sus poemas.
    Fue lo que me inspiró, más la imagen recibida hoy muy temprano, para escribir esto:



    Miro a lo lejos y lo veo.
    -¿A quién?
    -No me lo preguntes
    Contemplo el amanecer hasta que salga el sol,
    mientras camino por la avenida
    o cuando viajo antes de mi partida,
    para salir de paseo o ir al trabajo.
    Amo el alba y los atardeceres
    cuando el sol se despide del mar
    al teñir las nubes de dorado
    antes de pintar la noche.
    -¿Por qué lo hago? No lo sé.
    Quizás porque soy humana
    y hacer eso me genera placer.
    Camino y la imaginación
    vuela en derredor y me envuelve.
    Surgen frases que viajan al compás del viento,
    unas se quedan y otras desaparecen,
    viajan a otros lares o simplemente mueren.
    Puede que de ahí nazca una obra poética
    sin razón alguna o por muchas razones.
    Miro mi alrededor y escojo palabras
    de cosas que veo,
    o al azar invento sin mirar y sin razón.

    Autora del poema: Malania Nashki.

    Imagen: R. M. T.