PROYECCIÓN LUMINOSA
Las siluetas de los árboles,
se reflejaban sobre la nieve,
bajo la cara poco iluminada
de la luna llena.
Una alfombra tejida
con pétalos de lapacho blanco
hace una aparición sin consistencia.
Surge entre tinieblas impalpables
como de proyección luminosa,
una liana con hojas rojas.
No hay penumbra dorada
como en otros días.
El sol se ha recluido
con encanto misterioso y velado,
mientras las estrellas en silencio
dan un monótono paseo rústico
acariciando las nubes.Imagen: R. E. Ch.
LLAMA ENCENDIDA
Junto a la tenue llamade una vela naranja,quiso encenizar sus recuerdospero no pudo.Encendió el fuego,llenó una marmita con aguay la colocó sobre la red de hierros,que pronto se tornó candente.Mientras tanto,tomó la tralla y espantó a los perros,atravesó el patio de tierray llegó al portón,allí lo esperaba su amigo.Se instalaron frente al chacmol,que descansabasobre una repisa de madera,iluminado por la fogata.Imploraroncon diversos rezos y cánticos,por una humanidadmás solidaria y bondadosa.Con sus ojos lacrimosos,rogaronpor sus hijos desaparecidos,en La noche de los lápices.Los días pasarony ellos no pudieron vera aquellos jóvenesrecibidos de profesionales.La crueldad en la ciudadles robó la viday a los padresla ilusión y la esperanza.Ahora rueganpor un presente mejor,alejados de ilusivas promesas,esas que se discurrenen algunos púlpitos,aún estando en democracia,descuidando las expectativasde un futuro cercano.El agua de la marmita hervía a borbotones,los choclos, estaban a punto,las humitas sobre las brasas, tambiénasí como les gustaba a sus hijos,con los que ya nunca podrán compartir.Imagen: M. J. T.ILUSORIA MAGIA
Las olas se coronan de espuma,
y las gaviotas se precipitan
para ganar espacio.
Ondulan bajo el viento
los melancólicos ratos libres
y al ritmo de los impulsos
solloza el canto monótono del mar.
Quizás ella buscaba lo inalcanzable
y lo que ha sido,
permanece a lo lejos sumergido
en el silencio escondido
entre hierbas y ramas secas.
Con aventurada e ilusoria magia
fluctúan adormilados
los colores de un cielo azul
aun no estrellado.
Ella se arropa en la nostalgia de su ausencia.Imagen: J. A. T.
HASTA EL FIN
Nunca se sabeadónde se esconde lo peor,si en las barbas rojas del atardecero en las lágrimas grises de un día sin sol.Se clavan aguijones en todo el cuerpoy amanece en esa casa oscuracon olor a triste,coleccionando un caudal de música:el chirriar de las desvencijadas puertas,los crujidos del piso de madera de antañoy el borboteo de una olla,donde hierve manzanilla y canela,nadie sabe qué otros yuyospara su mal de amor.Cuando lo vio flaco como hojitas de tomillo,sintió el ritmo seco y profundoque galopaba en su corazón.Él no quiso que se fueray ambos contemplaroncómo las hojas, el polvo y las nubesse desplazaban con el viento.No miraron hacia atrásy pensaron en el futuro.Ella preparó manjaresy los más deliciosos postres frutales,iluminada por las estrellas.Él cambió su aspecto y se volviócariñoso, elegante y varonil.Era la más fea de la ciudad, ella,pero su corazón demostró su belleza interior.Ambos disfrutaron en compañía
hasta el fin de sus días.HORIZONTE NARANJA
Hendido el cierzo,tomó partidaelogiando su sendero,hacia el sur se fue en caída,los caminos fue nutriendoy el sol se quedó mirando,como acompasando al viento.Las nubes se matizarony el páramo fue encubierto,embellecido,tornasoladopor el calor, sonrojadoy a su merced los asnillos,se perdieron bajo el lumendel horizonte naranja,reposado en blanca nube.Imagen: M. J. T.Malania NashkiEL ARTE DE PINTAR
El color negro solo le gustaba,
para algunas prendas de vestir,
pero no para cortinas, sábanas ni alfombras.
Prefería mantener el encanto de las alondras
sobre ramas finas de azabache pinceladas,
sin luces, detrás de las sombras.
Tras un fastidioso bostezo,
parecía adormilada,
contemplando el amarillo y el naranja,
de sus impecables sábanas,
y en el lejano horizonte enfocada.
Maylén, al arte se dedicaba,
prefería el silencio y la soledad
y así, muy concentrada, pintaba.Imagen: Maylén V. V.
CIELO SIN LUNA
Y mientras dormitaba,
recitó esta estrofa de:ENTRE PROA Y POPA
Las velas se mecen
al compás del viento
y entre proa y popa
te pienso a lo lejos.
De repente se volvió una niña, la niña mora, en una casa vacía donde flotaba inseguro el aire húmedo, entre el calor y el frío de un suelo sin piso, descubierta y sin techo bajo el cielo sin luna iluminado solo por algunas estrellas.
De pronto irrumpió en la Bahía desierta, una pequeña nave y después otra un poco mayor, ubicándose sigilosamente proa contra proa, como amantes que hubieran aprendido juntos todos los trucos de la nocturnidad
La niña aguzó sus sentidos para distinguir aquella voz áspera que se entremezclaba con el vaivén de las olas.
¬ Dejaremos el elemento inventado en aquella casona abandonada ¬escuchó detrás de una montaña de escombros para no ser vista¬
Prefirió no moverse en esa noche desapacible, hasta quedarse dormida.
Cuando despertó no pudo más que llorar de alegría, él estaba allí con la voz cambiada por el mal tiempo, y consigo, el
elemento inventado, esta vez descubierto bajo una gran manta.
Era su regalo de cumpleaños.Imagen: E. P. L.NARANJA AMARGA
Ana se despertó sobresaltada. Su pequeña de cinco años volaba de fiebre.
A la una de la madrugada en el pueblo no se escuchaba más que el volar de los mosquitos hambrientos. Menos se podía esperar que haya una farmacia de turno, ya que el farmacéutico vivía en una casa al fondo del terreno, y el timbre, menos el portero eléctrico, no existían, por lo que sería una pérdida de tiempo pensar en conseguir un medicamento.
Recordó algunos remedios caseros que su abuela preparaba y sin pensar más se calzó las alpargatas, se vistió un abrigo y salió corriendo hacia la casa de una vecina que distaba unos 200 metros. Por suerte, Sofía era de esas vecinas solidarias que no se negaban a nada. Linterna en mano para alumbrar la huerta, arrancó unas plantas de perejil, las lavó con agua de pozo (no era aljibe, era agua de vertiente), envolvió en papel de diario viejo y entregó a Ana, quien sin siquiera agradecer (dicen que es de mala suerte agradecer por los remedios) dio media vuelta y volvió corriendo a su casa. En ella la esperaba Guido, con el fueguito encendido en la cocina a leña y el agua hirviente en una pava ennegrecida por el fuego y el pasar del tiempo, para preparar la infusión de raíces de perejil. No tardó mucho en estar listo el té, que fue paseado entre dos tazas como para que se enfríe un poco antes de dar de beber a la niña. Paulita era la menor, y si bien los padres no acostumbraban a las demostraciones de cariño, ambos la amaban con toda el alma. Paulita tomó de a sorbos el té caliente y al rato comenzó a transpirar hasta quedar empapada, por lo que su madre procedió a desvestirla de a poco como para evitar el cambio brusco de temperatura, lo que podría resultar fatal. Cambió su ropa y la cubrió con una frazada. La niña durmió sin nuevo sobresalto.
El día amaneció lluvioso y frío. Paulita mostraba un cuadro gripal sin fiebre intensa, pero la febrícula continuaba. Ana recordó que el médico en oportunidad anterior con un cuadro semejante con otro de sus hijos, le había dicho que la gripe se cura sobre todo con reposo y té caliente. Además había que evitar el cambio brusco de temperatura.
Ese día iba a preparar pan casero, el dinero escaseaba y había que ajustar gastos. Era un lujo comprar en la panadería. A media mañana, escuchó a Paulita que despertó con tos. Pensó en lo que podía darle de tomar. Recordó el té de naranja amarga a la que llamaban “apepú”, la planta que tenían en la quinta rebosaba de frutas, no servía para tomar el jugo, pero sí la pulpa blanca o segunda corteza, era utilizada para preparar dulce en almíbar. Arrancó tres, o cuatro o quizás más hojas del árbol, las lavó y colocó en un jarro de aluminio, agregó unas cuantas cucharadas de azúcar blanco, varios carbones hecho brazas en el horno, donde luego iba a cocer el pan, lo revolvió hasta salir humito aromático, agregó las hojas de naranjo, revolvió y sobre ellas agua hirviente. Dejó hervir unos minutos más, dos o tres, y retiró del fuego. Esperó a que enfríe un poquito, no mucho, tomó una bombilla y se lo llevó a la cama de Paulita, quien esperaba despierta a su mamá. Llegó la noche y hasta ese momento bastaron no más de tres tazas de esta infusión para que la niña recupere la respiración normal.
Pasaron algunos días, y todo el malestar y el susto habían quedado atrás, gracias a la buena vecina y a la receta del té de la abuela.Imagen de la red.LÍNEAS Y RAÍCES
Hoy, solo soy,capaz de escribiren líneas torcidas,esas que en retóricallaman ironía,siguiendo las curvasque ni el sol se anima,diseñando sueñosen tus rizos montesinos
hasta llegar a tu dulce río,
a través de las raíces
tumbadas sobre el suelo
entre hojas cubiertas de rocío.Imagen: M. J. T.INTERROGANTES
Hay interrogantes sin retorno,
algunos se tumban en el mar
y duermen en el fondo,
otros rebalsan aturdidos
en los restos de una historia.
Otros acompañan la soledad
y se transforman en suspiros.
Mientras sin formal despedida,
caen lentamente al vacío,
en el misterio de la vida misma.Imagen: E. P. L.