• General

    MENTE JUGUETONA

    Hay cosas que son porosas al espíritu y se impregnan de él.
    Hacen nacer del corazón versos en cadena
    con eslabones de interminables y estremecidos recuerdos.
    La mente juguetona parece electrizar la pluma
    y las palabras saltan con ligereza por sí mismas
    como si fueran pájaros de rama en rama.
    Pero también se oscurecen en la penumbra
    y desvanecen con desencanto fortuito
    como campanillas y hierbas silvestres
    componiendo un grimorio complejo.
    Entonces, nacen la soledad y el silencio   
    y el poeta se recluye en su descontento.

    Imagen: R. E. CH.

  • Poemas

    EL TREN

    Tus poemas contienen
    entre sus versos,
    el viento cálido
    de una mañana de enero
    y el sol brillante
    del mediodía,
    cuando te acompañaba
    mientras te ibas.

    La taza de café,
    esa en la que bebías
    con dos de azúcar,
    conserva tu mirada color miel
    sobre tus grises ojeras,
    señal de insomnios continuos.

    Tomabas el tren
    con la esperanza de descansar,
    con la visión de cosas diferentes,
    recordando hermosos momentos,
    y te alejabas, respirando
    la atmósfera de nuestros tiempos.

    Imagen: C. J. V.

  • Poemas

    EL NUDO DE LA CORBATA

    Acaricié mi imaginación
    con la vista del mar,
    con el olor de mi habitación,
    la velocidad del viento,
    el deseo de desayunar contigo,
    la incertidumbre de los diversos paseos,
    unido a la sensación de la seda
    de tu corbata gris tornasol,
    al no saber hacer el nudo
    en tu cuello perfumado,
    dando mil vueltas.
    Te reías y me enseñabas
    ¿lo recuerdas?
    Creo que todavía te amo.

    Imágenes de la red.

  • Poemas

    COMO LINTERNA MÁGICA

    ¿Cuán frágil y perecedero es,
    el amor por las grandezas de la tierra?
    Supuestas instantáneas
    tomadas por mi memoria
    del reflejo de la tarde
    con el sol poniente,
    con una brisa suave y envolvente,
    sin vientos fuertes,  
    en proporciones casi iguales
    de relieve y hondonada,
    de recuerdos y olvidos
    que la memoria guarda
    o tal vez ignora.
    Como una linterna mágica y lejana,
    el sol se va escondiendo
    y  mis recuerdos de la infancia
    se mezclan entre luces y sombras.

    Imagen: J. A. T.

  • Minicuentos

    KALINA, LA LOCA

    Doña Irena tuvo tres hijas mujeres y ningún varón. La mayor fue empleada administrativa, la del medio, profesora de tecnología y la menor de todas, no trabajaba porque su discapacidad mental no le permitía. Parecía una niña de menos de 10 años de edad y requería cuidados especiales. Doña Irena era muy selectiva respecto a los novios de sus hijas, y por ese motivo la mayor prefirió quedar soltera. La segunda, llamada Kalina, tuvo varios novios pero ninguno fue aceptado por su madre.
    Pasaron los años, doña Irena enfermó y no pudo recuperarse. Kalina quedó a cargo de su hermana discapacitada, pero a los pocos meses de haber fallecido la madre, también se fue su hermana. La mayor no daba muchas señales de vida. De tanto en tanto visitaba a su hermana y el lugar donde descansaban los restos de su familia. El padre de las tres mujeres había fallecido cuando éstas eran pequeñas.
    Kalina se sentía tan sola, que decidió mirar exageradamente hacia los costados por donde iba, salía a caminar todos los días, se metía en todas las redes sociales, la página de Solos y Solas, hasta que así conoció a Mariano, un poco mayor que ella. La relación entre ambos era fantástica, pero cada uno vivía en su casa, ya que antes no era como actualmente es, que los novios viven bajo el mismo techo ni bien se conocen. (Aunque cabe aclarar, no todos son iguales).  Él la visitaba los sábados y domingos por la tarde, hacían planes en común y pasado un tiempo decidieron unirse en matrimonio. Pero antes debían juntar dinero para comprar algunas cosas que les hacía falta. Todo corría como sobre rieles.
     La semana previa al casamiento cuya fecha habían fijado para el 20 de noviembre, y lo harían en un hermoso lugar al aire libre junto a una playa cercana, Kalina fue a visitar a su modista para ajustar detalles del vestido de bodas. Mientras se lo estaba probando, sonó el teléfono de la casa. La modista atendió y tras breves palabras, palideció, no sabía cómo decir a Kalina la noticia.  Mariano había sido llevado de urgencia al hospital por causa de una caída desde lo alto de un edificio, cuando el andamio en el que trabajaba se desplomó.  Pese a los cuidados médicos, Mariano no se salvó.
    Desde ese día Kalina todos los días 20 de cada mes, y sobre todo el día 20 de noviembre, viste su vestido de novia y vaga por la playa desde el amanecer hasta entrada la noche. En el pueblo la llaman, La Loca Kalina.

  • Poemas

    ESPERANZA Y LIBERTAD

     
    Avanzó desde el sótano oscuro,
    entre objetos de  bordes filosos
    y húmedas esquinas,
    entre espacios vacíos
    y amontonamientos mustios,
    entre maderas de roble
    y fajas de nogal y lino,
    entre cobre y hierro
    y chapas de metal sin brillo,
    entre duelas agujereadas
    mal clavadas y destempladas,
    entre escuerzos sedientos
    y vestigios de anillos,
    atravesando el portal
    con libre albedrío.
    Avanzó y avanzó,
    hasta llegar a un lugar tranquilo,
    en la cima de una montaña
    fría pero con sol
    y así pudo salvar las penas
    y su destino fallido.
    Imagen: C. J. V.
                                    
  • Poemas

    PASEO PLAYERO

    El sol ascendía,
    lentamente sobre el mar,
    por detrás de un lejano camino
    bordeado de hortensias florecidas
    y un sauzal.

    Había olvidado aquellos días
    mezclados con olor a humo
    de una ciudad ruidosa
    lejos de la soledad.

    El amanecer la colmaba
    con el frescor de aroma marino
    y las frases musicales de las olas
    mezcladas con el paseo de aves
    que buscaban temprano
    algún pez desprevenido.

    Imagen propia.

  • Poemas

    DUNAS

    Tu ausencia fue presencia,
    viajabas conmigo,
    caminamos juntos
    por la tibia playa
    y las aguas del río,
    bajo el sol de la tarde
    del fulgente estío.
    Imagen propia.
  • Minicuentos

    ENIGMA FELICIDAD

    Con una actitud tan poco usual, como si hubiera salido sin traje, sin corbata y sin zapatos, saboreaba una tostada untada con manteca y miel, mojada en la taza de café con leche.
    Las dificultades insolubles perdieron importancia, pero no se resignaba a ignorar el porqué de las cosas y de los sucesos.
    Evocaba imágenes con una visión deslumbrante. Todo a su alrededor le recordaba a un azul profundo que le embriagaba sus ojos.
    Mientras saboreaba otra tostada con miel y manteca, recordó la sensación que había sentido cuando era niño; su madre lo regañaba para que se comportara bien en la mesa mientras desayunaba.
    Ahora que era libre, podía disfrutar de la tostada untada con manteca y miel, mojada en café con leche. Hoy día poco le importa ya, si la miel se corre por los costados, le gusta así ¡y qué!  Su madre ya no está para retarlo y aunque estuviera, no le haría caso, es feliz así, libre y haciendo lo que le gusta.
    Ese es el enigma de la felicidad, hacer las cosas bien pero a su manera, disfrutando el momento y el día a día.
    Sin traje y sin corbata pero con zapatos, porque sus pies no le permiten caminar descalzo. Son sensibles a las piedras no alineadas del empedrado. Sin el uniforme que lo acartonó durante muchos años, casi toda su vida, ahora puede gozar de impresiones de frescura y luz deslumbrante, de no solo el azul, sino de muchos otros colores que dan vida a su vida y lo hacen feliz.

    Malania Nashki

  • Poemas

    ACTITUD DE POETA

    Ya no arroja el poeta sus palabras con fuerza
    en versos plasmados en hojas blancas
    y a contratiempo, como olas revueltas.
    Camina, ondeando los pasos bajo la lluvia
    con la vista fija y de a ratos perdida
    en las baldosas sueltas,
    indiferente a las lentejuelas de oro y naranja
    con que el mismo sol salpica
    las ventanas de las casas.
    Un aire agrio y ventoso lo transporta
    al otro lado de la ciudad sombría.
    Reflejos de fuego en los espejados ventanales
    se mezclan con lo plateado de sus cabellos.
    Un resplandor estruendoso lo estremece  
    y una voz casi imperceptible
    le hace cambiar el rumbo.
    ¿Alguien lo sigue, lo vigila o lo cuida?
    ¡Quién sabe! Quizás ni el poeta lo sabe.

    Imagen de la red.