CUANDO CANTA EL VIENTO
Cuando canta el viento
bailan las ramas al ritmo de las hojas.Cuánto canta el viento
callan las aves,
mientras disfruta el tiempo
esa canción que nos sabe atrapar.Cuando canta el viento
duerme el silencio reinando la paz,
renace la luz
marchando lejos la oscuridad.Cuando canta el viento
reviven los sueños,
envuelto en magia
que jamás olvidaremos.Autor: MIGUEL MÁRQUEZ
Imagen: R. E. Ch.
LA MÁQUINA DEL PENSAR
De Silvia Beatriz Carvallo
Recorre ideas sueltas atando
las que dicen algo a mi vida.
Mientras las voy anidando.
Y como si supiera bordar
me quedo mirando
los dibujos y figuras
que mi pensar disparado
dibuja y respira.
Construyo solitarios con palabras
usando naipes marcados por la vida.
Invento figuras con colores
robados a la paleta
que guardo memoriosa
y llena de sueños compartidos
en mi celosa maleta.
Muchos de ellos olvidados
sin rencor.
Todo lo que puedo pensar
en el tiempo de un semáforo.
Todo lo que se puede imaginar
mientras manejo entre árboles.
Todo lo que puedo sentir
mientras miro las nubes
dibujando formas raras
en el horizonte entre sierras.
La máquina del pensar
solo descansa un ratito.
Mientras suspiro de goce
en caminos de mi tierra
entre el verde, verde azulito
y el morado altanero
de las lejanas alturas
que bordean mi sendero.
El orden no altera el producto,
pensar algo en un ratito,
repensar y pensar en bruto
sin poner ningún filtro.
A veces me asusta y digo:
mejor no pensar en nada.
Pero pensar lindo
da gusto y sigo.
Pensar de a ratos en algo
que se te cruza de golpe.
Desarmar nudos de olvidos.
Destrabar brotes perdidos
enredados en las quejas,
pegajosas y resentidas,
de rencores
como rejas.
Pensar en otras venturas
y desventuras,
prendidas en rumores
de recuerdos,
como manojos suspendidos
en hilitos de memorias,
que enhebramos
con puntadas cuidadosas,
entre pliegues y paños suaves
con las luces preferidas.
Son pajaritos entre flores
las ideas tan livianas.
No se esfuman fácilmente
tampoco perfuman con ganas.
Solo dan color y luces
como hilitos livianos
enredados entre gajos
de una vida ya lejana.
Pensando en hilitos y luces,
momentitos de tu vida.
Recortes o hilachas de sueños
entre pisadas perdidas.
Pasos, poses, gestos, voces,
dedicadas al viento suelto.
Por ahí van solitarias.
Por allá van suspendidas.
Autora: Silvia Beatriz CarvalloImagen: R. E. Ch.
AMOR Y COMIDA
LA IMPORTANCIA DE APRENDER A COCINAR
Cuando terminé mi carrera de Profesora para la Enseñanza Primaria, (Maestra de Grado), comencé a trabajar al año siguiente. Era soltera y vivía con mis padres. Pero a los cuatro años, tuve que escoger y decidirme por alguna escuela lejos de mi casa si quería continuar trabajando. Los cargos se distribuían de acuerdo al Padrón de Valoración y una colega me desplazó. Un primo, hijo del hermano de mi madre, con voluntad incondicional, me acompañó a cada una de las escuelas que me habían ofrecido, fueron tres pero todas estaban en el campo. Como no tenía vehículo lo único que me quedaba era vivir toda la semana en un lugar cercano a la escuela, y a mi casa podría ir solo los fines de semana.
Elegí una escuela en una zona rural llamada Fachinal, porque una tía, esposa del hermano mayor de mi madre, vivía enfrente con una hija soltera. Mi tío ya había fallecido. Ellas no querían dar pensión a nadie porque se pasaban todo el día trabajando con plantaciones y animales (vacas y cabras) y no les daba tiempo para otra cosa. Además ambas eran muy buenas pero muy tercas. Preferían estar solas, levantarse cuando salía el sol y se iban a dormir ni bien entraba la noche. Una vida diferente a la de la ciudad.
Yo no sabía cocinar y mi compañera con la que compartiríamos la casa del docente, -de madera, sin luz eléctrica ni agua potable-, tampoco sabía y no le gustaba hacerlo, menos aún para las dos. Por lo tanto se me complicó el tema de la comida. Mi colega se ofreció a limpiar la casa, lavar la ropa y toda otra actividad doméstica pero menos cocinar.
Al principio contratamos a una señorita, hija de la enfermera del lugar, para la tarea, pero la comida no se parecía en nada a la que preparaba mi madre. Un día nos ofreció papas (patatas) crudas, otro día la carne quemada, muy salada, muy picante, etc. Nada era sabroso. Había que buscar una solución urgente.
El primer fin de semana en casa, conté a mi madre lo sucedido y decidí pedirle que me enseñe.
– Pero la cocina no es fácil, hay que dedicar tiempo y tener paciencia, dijo.
Entonces tomé un cuaderno y un bolígrafo, la senté a mi madre a mi lado y comencé a escribir paso a paso las recetas, primero los ingredientes y luego la forma de preparar las diferentes comidas para los cinco días de la semana. Pero hubo un inconveniente: mi madre no usaba balanza, todo lo hacía a ojo, y la única indicación que me dio fue usar la palma de la mano y medir con puñados por ejemplo el arroz, los fideos para la sopa, etc. Tuve que apelar a mi imaginación y habilidad y de a poco me fui internando con gusto y mucha dedicación al nuevo mundo culinario.
Las recetas fueron aumentando a medida que iba a la casa de mis padres los fines de semana. Mi hermana mayor me ayudaba a veces con algunas de comidas que había aprendido a hacer en la Escuela Profesional de Mujeres, cuando estudiaba. Conservaba en muy buen estado un cuaderno con recetas que no prestaba a nadie. Pero fue una gran ayuda para salir de lo repetitivo que en un momento podría llegar a cansar. Comer siempre lo mismo, cansa y hace perder el apetito.
Así aprendí a preparar desde una sencilla sopa hasta los más exquisitos canelones de verdura y otros rellenos. Por suerte todo eso duró poco más de un año cuando se presentó a la escuela el Director que había sido designado por Concurso de Antecedentes y Oposición y desplazó a mi colega, la que tuvo que ir a atender su grado, y también trajo a su esposa que me desplazó a mí. Así es la docencia, mientras no fui titular, siempre existía esa posibilidad de ser desplazado del cargo. No sé cómo se habrán arreglado con la cocina porque mi compañera pidió su traslado, (ella sí podía porque era titular) en cambio yo tuve que esperar otras suplencias.
Volví a casa de mis padres y aprendí a cocinar más aún, ya con el pretexto de que si me pasara otra vez el ir al campo, necesitaba reforzar mis conocimientos culinarios.
Al año siguiente fui designada a trabajar con un Director, que por suerte manejaba el tema cocina como si fuera un chef profesional. Con él aprendí a elaborar entre otros platos, la polenta guisada, algo que hasta hoy día lo hago y a mi hijo menor le encanta. Tomé tanto amor a la tarea de preparar comidas que las casas que tienen delivery pierden plata conmigo, aunque para suerte de ellas muchas personas lo prefieren.
Pero igual, de tanto querer preparar comida casera, nunca se termina aprendiendo del todo. Como anécdota: Una vez casada, mi suegro se quedó a almorzar. Quise lucirme con ñoquis caseros de mandioca -también llamada yuca-. Tanta cantidad preparé que comimos lo mismo como tres días seguidos. No tenía idea de las cantidades. Eso sí, la salsa alcanzó solo para ese día, por suerte, porque no me gusta la salsa recalentada ya que puede caer mal. Si bien, en casa no se tira nada de comida porque lo reciclo, lo importante es que nadie se queja.
Hoy día prefiero preparar postres, tortas y panes dulces. Alguna vez lo he hecho para ayudar a una cuñada que lo vendía. Aprendí mucho con ella.
El trabajo en la cocina, sirve de complemento ya sea para comer sano y rico, o para aportar a la economía hogareña. A mí hasta me ha servido como terapia anti estrés.
Muchas madres no enseñan a cocinar a sus hijas o hijos, por falta de paciencia, por miedo a que se lastimen con algún utensilio de cocina, que se quemen, o simplemente porque no quieren que pierdan tiempo en eso y se dediquen al estudio (esto último decía mi madre). Pero creo que es importante enseñarles aunque sea lo básico para que sepan desenvolverse en caso de necesitarlo. Es por eso que sugiero a las madres a que no le quiten a sus hijos la posibilidad de aprender a cocinar, sobre todo si ellos demuestran tener interés por hacerlo.
ESO SÍ, LA COMIDA HECHA CON AMOR, ES SABROSA Y SIEMPRE SALE MEJOR.Malania Nashki.
ASÍ NO PUEDES
No puedes pasarte la vida en un encierro, como en una jaula.
No puedes permanecer tanto tiempo bajo el agua ya sea de lluvia, de ducha o de la nada misma.
Ponte algo bonito, y sé tal como eres. Sal a caminar, pasea bajo el sol, la lluvia, enfrenta al viento o al sofocante día hasta quedar sin aliento. Verás que el sudor de tu frente y de tu cuerpo te hará sonreír y recuperarás tantas fuerzas que querrás repetir la hazaña.
Los dorados rayos del sol destiñen y tiñen los visillos blancos de las gruesas cortinas de las ventanas y los visillos rojos desteñidos por el tiempo. No te deprimas, córrelos hacia los costados y deja que el sol penetre hasta los rincones.
El césped está lleno de flores, las malas hierbas han alfombrado los jardines con sus colores matizando la alfombra verde. No temas salir de la casa.
Camina lento y ve cómo pasa la gente presurosa. Pero no dejes que te atropellen, haz que te respeten. MalaniaImagen propia
DESEO LATENTE
Si pudiera ser ellapara contemplarte en la nocheo en horas de siestapara peinar tus cabellosreflejar tu miraday aliviar tus angustiasdecirte que eres únicoque cada línea de tiempono marca vejezsolo traza huellaque indica experiencia.Si pudiera ser ellala que advierte tormentasy alerta ante la lluviapara que no te haga dañoy puedas descansar ocultoen tu lecho al vientobajo nubes grisestras campos desiertosllenos de silencios.Quisiera ser ellala poderosa lunadel brillo de tus ojos, espejode tu sonrisa el reflejo,porque tú has sidoy sigues siendo mi sol.Malania
Imagen: Lua T.
Otras imágenes de la red.
FRASES PARA TENERLAS EN CUENTA
- NUNCA RENUNCIES
SOLO PORQUE LAS COSAS
SE PUSIERON DIFÍCILES.
RECUERDA:
LO QUE VALE LA PENA,
NUNCA ES NI SERÁ FÁCIL.
- SI AYUDAS A ALGUIENNO TIENES QUE CONTARLE
A MEDIO MUNDO QUE LO HICISTE.
DE SER ASÍ, MEJOR NO AYUDES A NADIE.
- NI ANTES NI DESPUÉS.
TODO A SU DEBIDO TIEMPO.
- UNO DE LOS GRANDES PILARES DE LA HUMANIDAD
ES LA ESPERANZA.
SIN ELLA, MUCHOS DE NUESTROS SUEÑOS
SERÍAN INALCANZABLES.
- NO ES LA FELICIDAD LO QUE NOS HACE AGRADECIDOS.
SER AGRADECIDOS ES LO QUE NOS HACE FELICES.
- NO ESCALES LA MONTAÑA PARA QUE TODO EL MUNDO PUEDA VERTE.
SUBE A LA MONTAÑA PARA QUE TÚ PUEDAS VER EL MUNDO.
De la red.
Imagen: P. H.
- NUNCA RENUNCIES
MIRAMAR DE ANSENUZA
Recientemente he visitado Mar Chiquita en la localidad Miramar de Ansenuza.
Algunos comentarios del guía de turismo me llevaron a investigar más sobre el tema.
Él comentó que según versiones de los antiguos habitantes del lugar, en la ciudad se había formado un hoyo profundo del cual brotaba agua. Cada día aumentaba el volumen del preciado líquido, hasta tal punto que comenzó a inundar la región, obligando a los pobladores a abandonar su residencia.
Adjunto una fotografía de una parte de la ciudad sumergida y que ahora, debido a las sequías y bajo caudal de agua, han emergido árboles petrificados y pilares de construcciones antiguas. Y del hotel Viena, muy deteriorado, y que también ha estado bajo agua por mucho tiempo.Miramar de Ansenuza
Es una población ubicada en el noreste de la provincia de Córdoba, Argentina, en el departamento San Justo, sobre la costa sur de la gran laguna de Mar Chiquita (es la única población situada a la vera de “La Mar”, como la llaman sus habitantes.
Su clima es muy agradable, templado cálido con abundante heliofania (brillo solar) casi todo el año. El balneario se desarrolló rápidamente entre los años 1940 y 1960, merced a las propiedades terapéuticas de los barros y aguas saladas de la gigantesca laguna de Mar Chiquita o Mar de Ansenuza (el espejo de agua más grande de la Argentina y segundo de Sudamérica, después del Lago Titicaca). Hacia 1970, Miramar llegó a tener una población estable de unos 4500 habitantes, con 110 hoteles y un casino.
Los primeros residentes fueron cordobeses y santiagueños, que se establecieron de manera espontánea desde, al menos, 1903.
El agua para beber se traía desde Pozo de los Bueyes, a 25 km de la costa, hasta que alrededor de 1910 se descubrieron pozos surgentes con agua potable. A partir de 1912, los turistas podían llegar en tren a la localidad de Balnearia y, tras cruzar 12 km de tierra, arribar a Miramar (el camino recién se pavimentó en 1954). El ferrocarril trajo nuevos habitantes a lo que era una estación balnearia sin caminos, ni electricidad, ni gobierno comunal.
La fecha oficial de fundación fue el 18 de noviembre de 1924.
El hotel de Victorio Rosso, construido en la década del 1920 fue, indudablemente, un hito urbano. Por aquellos años, se ingresaba al pueblo por este hotel y el cartel que anunciaba su nombre: Mira-mar es, para muchos, el origen del nombre a la localidad. Un Ford T carrozado unía a Miramar con Balnearia, desde donde el tren o la empresa de autobuses El Tío, trasladaba a los viajeros de y hacia Córdoba, capital.
La fangoterapia fue uno de los principales atractivos del lugar, ya que se la recomendaba como cura para el reumatismo, entre otras afecciones. A pesar de la sequía que se extendió desde 1944 a 1955, las propiedades curativas del agua eran aún más intensas, pues tenía más de 200 gramos de residuos salinos por litro y el fango era de fácil extracción. En 1948 se construyó el primer canal de un kilómetro y medio de largo y un metro de profundidad para llevar las aguas a las piletas de inmersión.
Más tarde, el desarrollo económico de la población añadió la cría de coipos (llamados localmente “nutrias”) en cautiverio (en 1951, produjo doscientas mil pieles de un centenar de criaderos) y una producción hortícola intensiva. En 1957 la laguna volvió a acercarse a Miramar, avanzando dos años después sobre su costanera, por lo que a fines de 1959 se reforzaron con piedras sus defensas costeras. En 1961 las aguas retrocedieron otra vez anunciando una nueva sequía.
Hasta 1977 hubo más de 100 establecimientos hoteleros en Miramar. El más importante de ellos fue el Gran Hotel Viena, fundado en 1941, en funciones desde 1943 y concluido en 1947.Gran Hotel Viena
Este hotel, situado casi a la vera de la laguna, estaba dotado de los más avanzados servicios de la época; aire acondicionado central, ascensores y generador de electricidad. Se lo consideraba uno de los más importantes de la provincia de Córdoba.
Durante la inundación que comenzó en 1977, fue seriamente afectado en su estructura y quedó abandonado. Desde entonces se han desarrollado leyendas y relatos ficticios alrededor del mismo, incluso relacionándolo, por el origen de la familia Pahlke, (quien construyó ese hotel) con el nazismo. Se trata de narraciones falsas, que sirven como atractivo turístico. En la actualidad se realizan visitas guiadas a sus ruinas.
En 1977, se produjo una gran inundación debido a los excesivos aportes hídricos del río Dulce, el principal tributario de la laguna, el Suquía y el Xanaes. El incremento de agua fue consecuencia de las masivas deforestaciones en las yungas y en los bosques y selvas autóctonas de la región chaqueña, ya que al faltar una importante cobertura arbórea, el agua discurrió superficialmente y laminarmente a gran velocidad en una onda hasta encontrar su nivel de base en la Mar Chiquita.
Esta inundación sumergió la planta original de la población, unas 37 manzanas, quedando numerosas viviendas, hoteles y comercios bajo el agua y significó una emigración masiva de sus pobladores.
Durante todo ese periodo la única alternativa económica casi se redujo a la cría de coipos, con fines peleteros.
Muy lenta y gradualmente el poblado se fue refundando a partir de mediados de los años 1980, tomando como su centro, las manzanas que quedaron a salvo de la invasión de las aguas salobres. Tal relocalización se ha efectuado al sur de la primera, alejada del nivel máximo que puede alcanzar la laguna.
En 2003, nuevamente ingresó un caudal importante de agua amenazando con superar la nueva cota del pueblo, razón por la cual la población de Miramar se mantuvo en vigilia durante algunos meses. A partir de 2005 el nivel del agua comenzó a bajar sostenidamente hasta aproximadamente 2012. En esa oportunidad comenzaron a observarse nuevamente, después de más de 30 años, los ruinosos vestigios del que fuera el antiguo y próspero centro de la localidad. En los primeros meses de 2016, y como consecuencia de las intensas precipitaciones de los dos últimos años, el “Mar de Ansenuza” ha visto incrementado nuevamente su nivel, pero sin presentar riesgo alguno para Miramar.
Tras estas inundaciones y con la inmersión de construcciones completas, incluida una iglesia, el gobierno provincial, ocupado por militares tras el Golpe de Estado de 1976, decidió detonar las estructuras para evitar que, ante una eventual bajante, se derrumbaran.
En el siglo XXI, Miramar se encuentra en un período de florecimiento económico, ayudado por el arribo de una gran cantidad de turistas, procedentes en su mayoría de las provincias de Córdoba y Santa Fe, quienes han elegido esta segura y apacible localidad para vivir durante el período de vacaciones. También, aunque en menor caudal acuden turistas de diversos puntos del país y del extranjero.
En 2008 el área de Mar Chiquita fue declarada, en una votación organizada por el gobierno provincial y el diario La Voz del Interior, primera maravilla natural de Córdoba, distinción que permitió un exponencial crecimiento del número de visitantes.
El municipio ha destinado recursos para remozar las diferentes playas de Miramar, construyendo duchas de agua dulce, plataformas de madera, y escaleras de hormigón, para facilitar el acceso de los turistas a la laguna. Durante los meses de verano, sus playas se colman de visitantes desde horas muy tempranas y hasta la caída del sol, aprovechando las bondades terapéuticas de sus cálidas aguas salobres, que se mantienen así durante todo el período estival.
Cinco kilómetros al este de Miramar se encuentran las ruinas de lo que alguna vez fue la próspera “Colonia Müller”, enclave de inmigrantes alemanes e italianos dedicados a las labores agrícolas.Malania
Información de la red.
Imágenes propias.
LA IMPORTANCIA DEL BUEN FUNCIONAMIENTO DE LOS INTESTINOS
Siempre he sido delgada, con mis 64 kilogramos de acuerdo a mi estatura, es así, el peso es normal. Durante el camino de la vida he tenido sinsabores a causa de enfermedades de familiares directos, a los que he tenido que acompañar por muchos días en hospitales, clínicas y sanatorios. Muchas veces tuve que enfrentarme al personal de salud por diversos motivos que no pasaré a contar porque no viene al caso. Lo importante es que de todas esas experiencias he pasado días enteros con mucho estrés, pero no me daba cuenta de que no estaba comiendo bien, lo hacía a cualquier hora del día, o a veces, ni comía. Sufría de migrañas, dolores en las piernas, ansiedad, etc.
A causa de esa vida con desorden alimentario y otros factores, me enfermé de hipertiroidismo y tuve que someterme a cirugía. Por suerte, y como siempre digo, “Gracias a Dios” el nódulo era benigno. Con el pasar del tiempo comencé a sentirme hinchada, todo lo que comía engrosaba mi abdomen, parecía embarazada. Pero por supuesto que a mi edad eso es imposible. Jubilada, sin muchos compromisos de horarios ni obligaciones laborales, ya no padezco estrés. Comenté con algunos amigos sobre mi problema, y ante algunas sugerencias de investigar el porqué de esa situación, he llegado a la conclusión de que mi problema está en los intestinos. Es probable que tenga intestino permeable.
A sugerencia de un amigo. R. E. Ch., vi un video en YouTube que trata sobre el tema y fue así que aumentó mi interés hasta adquirir el libro “Resetea tus intestinos” del Doctor Facundo Pereyra.
Voy a compartir algunos párrafos del libro, ya que sería muy egoísta de mi parte quedarme con tan valiosa información.“Con el tiempo me fui convenciendo de algo muy real: muchos de los problemas crónicos de salud se relacionan con algún grado de mal funcionamiento del intestino y de la comunidad de microorganismos que habitan dentro de este, más conocida como microbiota, lo escribió el autor del libro.
Reparar los intestinos y potenciar su funcionamiento constituye una herramienta novedosa y útil para aliviar muchas enfermedades crónicas.
Del mal funcionamiento de los intestinos pueden aparecer problemas digestivos varios, colon irritable, gastritis, problemas de la piel, dolencias osteomusculares, cefaleas, fatiga, estrés, ansiedad, depresión, como así también enfermedades autoinmunes, fibromialgia entre otras.
El secreto es poner a descansar al aparato digestivo a través de una correcta alimentación. Puede haber algo funcionando mal en el intestino que afecta al resto del cuerpo. También los afectados por problemas intestinales pueden manifestar síntomas asociados como cefaleas, edemas, hormigueos, fatigas, alergias o artralgias.
El autor del libro dice: “después de mucho investigar encontré algo interesante, la medicina funcional y el naturismo describían el síndrome de intestino permeable” y continúa:
Según esta teoría en personas genéticamente predispuestas el intestino podría ser afectado por el estrés, cambios hormonales, alimentos (gluten, lácteos etcétera) o ciertos medicamentos y en consecuencia aumentar su permeabilidad e incrementar el tráfico de toxinas desde la luz hacia la sangre, irritando en forma continua a las células de defensa (sistema inmunológico).
Muchos deambulamos de médico en médico con síntomas digestivos padeciendo también muchos otros extradigestivos sin encontrar una solución a su problema.
Hipócrates célebre médico griego del año 460 antes de Cristo, considerado el padre de la medicina occidental, sostenía que las enfermedades empezaban en los intestinos.
Su enfoque terapéutico se basaba en el poder curativo de la naturaleza porque según su teoría el cuerpo contiene la forma natural de curarse.
La medicina funcional creada por el doctor Jeffrey Bland, allá por 1960 considerada por algunos como la medicina del futuro, apunta a buscar la raíz de los problemas antes de usar medicamentos.
Considera al individuo en su totalidad: interacción cuerpo, mente y espíritu para un complejo abordaje parte de la premisa de que el origen de los problemas crónicos de salud en su mayoría responde a patrones alimentarios inadecuados y al estrés.
“El síndrome de intestino permeable” trata de la invasión permanente de sustancias que irritan crónicamente las paredes del tubo digestivo y enferman al sistema inmunológico.
Los síntomas de intolerancia al gluten no celiaca no son exclusivos del gluten, se deben, en realidad, al mal funcionamiento del intestino, secundario a los distintos factores que al igual que el gluten, afectarían la permeabilidad intestinal.
El revestimiento del intestino está formado por millones de células. Estas células se unen para crear una barrera hermética que actúa como un sistema de seguridad y decide qué se absorbe en el torrente sanguíneo y qué se queda fuera.
Sin embargo en un intestino enfermo el revestimiento puede debilitarse por lo que se desarrollan agujeros en la barrera. Como resultado, las toxinas y las bacterias pueden filtrarse al cuerpo, lo cual puede desencadenar inflamación y causar una reacción en cadena de problemas.
El intestino representa el órgano principal de nuestro sistema inmunológico ya que el 70% de las células de nuestra defensa vive en sus paredes. Por eso cuando anda mal el intestino anda mal nuestro sistema de defensas.
Siempre supimos que cualquier emoción del cerebro puede afectar nuestros intestinos. Pero ahora, gracias a las últimas investigaciones científicas, sabemos que el asunto es bidireccional: los problemas en el intestino pueden afectar a nuestras emociones y también pueden causar ansiedad y depresión en algunas personas.
Al conjunto de los microorganismos que viven dentro de nuestro intestino se lo denomina microbiota.
Trillones de microorganismos viven en la cavidad o luz del aparato digestivo: hongos, bacterias, virus y parásitos conviven y colaboran con nuestra salud en varios aspectos.
La microbiota funciona como una fábrica de químicos necesarios para nuestro cuerpo, porque sencillamente no podríamos vivir sin ellos. Cada “bichito” es una pequeña usina que produce miles de sustancias a partir de la fibra que nosotros ingerimos. Si bien aún la mayoría de esas sustancias no son reconocidas por la ciencia, se reconocen algunos metabolitos saludables de nuestra microbiota.
La clave para que la microbiota se considere saludable es la variedad. Deben existir al menos 700 especies de microorganismos para que nuestra microbiota funcione adecuadamente fabricando los químicos que necesitamos.
El intestino es nuestro primer órgano de defensa”.
A todo esto debo agregar que cuando todavía estaba en actividad, sufrí un episodio por el que tuve que visitar a mi médico de cabecera, el que me derivó en forma urgente a un especialista en aparato digestivo. No podía comer porque todo devolvía. Tenía vómitos, cólicos muy dolorosos y fiebre. Realizados los estudios pertinentes en un centro especializado se llegó a determinar que había úlcera estomacal. El médico actuante me indicó dieta estricta, por supuesto que también tuve que soportar dos o tres ampollas inyectables para superar el malestar de ese momento. Luego de ese tiempo, concurrí nuevamente al consultorio médico. Me ordenó los mismos estudios que había hecho días atrás, y no por casualidad se demostró que la úlcera había desaparecido. La dieta de comidas saludables, guiada por una nutricionista, fue importante y todavía lo es. No la he abandonado.
Pero como dije al principio, mi problema hoy son los intestinos. Nada me duele, simplemente me noto hinchada después de comer. ¿Debo cambiar de dieta? Seguramente que la respuesta es SÍ.
Este libro me abrió la mente y lo leo con gran alegría, porque creo que he encontrado el motivo de mi malestar y veo que hay un camino por el que debo seguir para lograr mi bienestar general.Malania Nashki.
Imagen de la red.
TESTIGO DE LOS SECRETOS
El sol fulguraba orgulloso
al otro lado del planeta
bronceando pieles de veraneantes
provistos de ropas ligeras.
Ciento ochenta grados
eran suficientes para volar
y encontrar otro paisaje natural.
Al norte se agazapaba una arboleda
de otoñales hojas y flores marchitadas
por heladas invernales
y el pasto sobrevivía a la sequía.
Caprichoso el tiempo navegaba
por el inmenso mar del designio.
Despierto él
debatiéndose con un permanente insomnio
sin conseguir el placentero sueño.
Despierta ella
aspirando el aroma de la noche
aroma de la soledad
de los interrogantes y de los espacios vacíos.
Solo el olor del ayer los regocijaba
con sus entrañables recuerdos.
mientras la insolente luna llena
por los ventanales se filtraba
única testigo de los secretos
de esos inmersos espacios vacíos.
Malania
Imagen propia
CAMINATA MAÑANERA
Hoy no tuve el despertar de pájaros como otros días, pero por suerte escuché la alarma. El amanecer nublado y la brisa fresca invitan, después de un día caluroso como el de ayer, a disfrutar de un rato más en la cama o en el nido.
Salí a caminar antes de que salga el sol, pero hoy también se quedó dormido como los pájaros, porque no asomó su cara.
Me gusta escuchar el canto del gallo desde lejos –porque en el barrio donde vivo no hay ninguno-. Hoy cantó una vez y desde algún lugar, otro respondió dos veces. Me recuerda a mi niñez. Mis padres tenían gallinas y gallos.
El perro blanco y flaco –así es su raza, no es que esté desnutrido- acostado en la vereda de la manzana número dos, me mira, pero no mueve más que su cabeza para seguir durmiendo.
Un suave aroma a madreselvas inunda la esquina. Todavía no están florecidas en todo su esplendor. Seguramente no es época.
El sereno de la obra de la manzana uno, está preparando su mochila como para abandonar su puesto por hoy. Su tarea ya está cumplida.
Me acerco a la ruta y apuro el paso. Justo dio el semáforo verde para poder cruzar y si no me apuro perderé el turno. Un joven en bicicleta cruza la colectora en rojo pero con voz de enojado me grita: -¡Por qué no miras antes de cruzar!
¿Qué debía mirar si el semáforo fue habilitado para mi paso? ¡Hay cada uno!…
Al otro lado de la ruta hoy no está el hombre que siempre toma mate a estas horas en el porch. También se durmió.
El vendedor de chipa se apura para llegar al semáforo y vender a los que esperan el turno para pasar.
La señora de la moto, -que seguramente viene de dejar su trabajo nocturno en algún lugar, quizás cuida algún enfermo- acelera para llegar pronto a su casa. O será que viene de su casa y entra a esta hora a trabajar vaya uno a saber dónde.
Un perro negro olfatea la cola de otro, no sé si es perra o perro, qué más da. Ambos se van juntos por una calle lateral.
Una vez me preguntó la tía de mi nuera si yo no tengo miedo a los perros cuando salgo a caminar al amanecer. Y no, no tengo miedo. Nunca ni siquiera me ladran.
Los acondicionadores de aire funcionan como eslabones en cadena. Todo indica que la mayoría de la gente todavía duerme. Si todos salieran a caminar –pocos lo hacen- se podría economizar energía eléctrica y aumentaría la energía humana. Algunos suelen decir que están cansados, y no saben por qué.
A través de una ventana entreabierta se escucha una música que no puedo distinguir de quién es. No me gustan los temas raperos y menos a estas horas de la mañana. Prefiero un buen chamamé o un valerón, que levanta el ánimo y obliga a saltar de la cama.
Llego a la esquina vértice de las dos avenidas. El sereno que custodia los locales de ese lugar espera el horario para acabar su tarea, mientras un perro negro y otro gris, los que siempre lo escoltan, duermen plácidamente. No son suyos, son del barrio y lo acompañan todas las noches, según dijo a un interlocutor que esperaba el colectivo; justo en esa esquina hay una parada.
La panadería está cerrada, y con más razón, la heladería.
Un conductor espera sentado en el borde de la vereda a que abra la gomería. Debe de tener pinchada la cubierta de auxilio.
Un camión con chapa patente brasileña, largo como si estuviesen unidos dos juntos, con su carrocería totalmente tapada con lona azul, está estacionado esperando el despertar de su chofer para comenzar a mover las ruedas.
Otro camión con su motor encendido, está pronto a salir a descargar los artículos de almacén que lleva en su carrocería.
La señora que hace las tareas de limpieza en una iglesia cristiana, abre los dos candados del portón de frente. Hoy llegó tarde, porque la mayoría de los días cuando cruzo por aquí, hay agua en la vereda, señal de que ya ha limpiado esa parte.
Muchos autos van por la avenida –doble mano separadas por un bulevar con senda peatonal en el medio y muchos árboles- en el mismo sentido que yo, pero por la calle de enfrente. Todos van en dirección a la ciudad. Pocos son los que vienen en sentido opuesto a mí. Algunas motos se adelantan a los automóviles y las bicicletas se desplazan por el sendero que les corresponde.
En la esquina de la carnicería, donde doblo para caminar hasta la colectora y emprender mi regreso, está el perro de color canela. No duerme, está atento a la llegada de su protector, como buen guardián. Al otro perro del mismo color, pero más viejo, hace días que no lo veo. ¿Le habrá pasado algo?
El verdulero hoy también se durmió. Su local está todo cerrado.
El almacén de artículos plásticos, mayorista y minorista, también cerrado. ¡Por supuesto! Si recién son las 6.10 de la mañana. Abrirá a las 8 hs. A quién se le va a ocurrir ir a comprar algo de plástico a esta hora.
Lo mismo ocurre con el que vende maderas. Sólo los dos perros, uno rottweiler y el otro, un cachorro ovejero alemán, duermen en el gran patio de tierra y pasto. Tienen sus respectivas casas pero prefieren estar tendidos al aire libre.
La casa de la planta de mangos, también tiene dos perros, pero son de tamaño pequeño. Son blancos con ojeras negras. Nunca ladran cuando paso.
Mientras camino, pienso: ¿Será que el hombre que cuida la casa de fin de semana, la que tiene un gran parque a su alrededor, estará sentado tomando mate al costado de la mansión? Me acerco y lo único que veo son flores y plantas muy bien cuidadas, y dos perros enormes –antes no había mascotas- que corretean y ladran a otros dos pequeños que salen de la casita de enfrente. El hombre del mate también se durmió.
En la esquina hay un kiosco que nunca está abierto, tampoco tenía perro. Pero hoy me ladró, es la primera vez que escucho un ladrido hacia mí. Es que me agaché para arrancar una hoja de “paico, kaahé” o ka’a he’ê”, hierba medicinal muy perfumada que sirve para mezclar con la yerba del mate, (Las hojas con o sin el tallo se utilizan para el tratamiento de problemas digestivos. También en los niños para las diarreas, enfermedades estomacales y hepáticas. La yerba de lucero combinada con hojas de ka’a he’ê son muy efectivas para calmar la acidez estomacal) ¡Claro! La planta está en su vereda, ¡Cómo no me va a ladrar!.
Continúo mi camino con la esperanza de encontrar al herrero, que a esta hora suele estar acomodando chapas y hierros para exponerlas al público, también para liberar espacio y poder trabajar cómodamente. Quiero pedirle que construya un armazón de sombrilla a modo de pérgola para el jazmín del patio de casa. Pero no está. ¿Se habrá quedado dormido?. Sigo caminando por la vereda, saludo al dueño de otro kiosco –este sí, siempre está abierto- y su señora, ellos siempre están tomando mate sentados en el patio detrás de la verja. Antes se sentaban en la vereda, pero hace bastante tiempo que no lo hacen. Les preguntaré un día de estos, con discreción, qué pasó, el antes y el ahora. El barrio es seguro, pero ellos viven por la colectora de la ruta, quizás hayan sufrido algún acto vandálico.
Diviso a un hombre en bicicleta. Es el herrero que ha salido a pedalear. No sé cómo lo hace, porque en su pierna derecha tiene una prótesis ortopédica. Saludó con un Buenos Días y siguió su camino. Otro día le diré lo de la pérgola.
Casi estoy llegando a la ruta, el semáforo habilitó el paso más largo en tiempo, pero no sé si llego para cuando me toque el turno. Así que mejor, espero al próximo.
El vendedor de chipas sigue firme en su puesto callejero. ¿Habrá vendido algo? No lo sé ni se lo preguntaré, porque después no me lo quitaré de encima. Los vendedores ambulantes son “muy pesados”.
Cruzo la ruta y veo al mendigo, el mismo que hace días está en esa esquina, sucio y muy flaco. Algo tengo que hacer –pienso- alguien debe que asistirlo.
El gato blanco y gris –hoy no se me cruzó el gato negro, que según las creencias trae mala suerte, pero se me cruzó ayer y no me trajo nada- espiaba a los pajaritos que a esta hora, casi las 7 de la mañana, empezaron a cantar.
Una casa frente a la avenida, casi al final de mi recorrido, baja, amplia, de barrio, la han pintado en dos tonos de verde y el piso lo han esmaltado de rojo. Quedó preciosa. Qué lindo es ver casas bien pintadas y con jardines.
En el destacamento de policía ya han izado la bandera argentina y también la de la provincia. Todos los días la arrían antes del ocaso y la vuelven a izar temprano, al salir el sol.
Llego a casa. Me reciben no solo mis perras con sus colas de plumero sino también los pajaritos que piden comida con sus trinos. ¡Vaya recibimiento!
Y así, día a día siempre que el estado del tiempo y mis actividades de jubilada me lo permiten, realizo la caminata diaria. Es una forma de sentirme bien, feliz de poder hacerlo y me olvido de cualquier dolencia que pude haber tenido antes de salir, si me dolía una pierna o cualquier otra parte del cuerpo.
CAMINAR HACE BIEN A LA SALUD.Malania.
Imágenes propias.