• Poesía

    CAMPO, SOL Y NUBES

    Bajo el campo abierto, el sol danza libre,
    tejiendo sombras en un lienzo de hierba.
    Nubes juguetonas, en el cielo se exhiben,
    pintando el paisaje con su luz dispersa.

    El viento susurra secretos al oído,
    mientras el sol acaricia la tierra con su calor.
    El campo, un poema en verde tejido,
    donde la naturaleza canta su propio clamor.

    Entre los rizos de hierba y las flores,
    se esconde la esencia de la vida misma.
    Un eco eterno en estos campos se alza,
    invitando al alma a una danza infinita.

    En este rincón de paz y serenidad,
    el sol y las nubes danzan en armonía,
    y en cada rayo de luz y sombra proyectada,
    se encuentra la esencia de la poesía.

    Malania

    Imagen propia

  • Poemas

    ÁRBOL

    Hoy, 26 de abril es el Día del Árbol

    Bajo el cielo vasto, el árbol verde se alza,
    sus ramas extendidas como brazos de madre,
    cambia sus vestiduras con el ritmo del tiempo,
    pintando el paisaje con sus colores cambiantes.

    En primavera, brotan hojas como suspiros,
    verde esmeralda que baila con el viento,
    brindando sombra y cobijo a los cansados,
    y flores que embriagan con su dulce aliento.

    En verano, se viste de un verde intenso,
    sus hojas susurran historias al viento caliente,
    mientras sus frutos maduran bajo el sol ardiente,
    llenando el aire con aroma a promesas.

    El otoño llega y el árbol se transforma,
    sus hojas se tornan en un espectáculo de fuego,
    rojos, amarillos, naranjas, como llamas danzantes,
    alfombrando el suelo en un festín de colores.

    Y cuando el invierno cubre la tierra de blanco,
    el árbol se recoge en su silencio paciente,
    desnudo ante el frío, pero guardando la vida,
    en sus raíces, sueños de futuros renacimientos.

    Árbol verde, guardián de tantas estaciones,
    testigo silencioso de la danza de la vida,
    que en cada cambio de hojas, en cada ciclo,
    nos recuerdas la belleza de transformación debida.

    Malania

    Imagen propia


  • Poesía

    NUBES EMPEDRADAS

    Entre nubes empedradas, el sol se esconde,
    en un cielo de plata, su brillo responde.
    La lluvia susurra, en danza se pone,
    y el viento las lleva, donde el horizonte.

    Entre nubes empedradas, el día se duerme,
    y las estrellas brillan, cual luceros eternos.
    La luna sonríe, su luz nos gobierna,
    y en este paisaje, el alma se tierna.

    Entre nubes empedradas, el tiempo se enreda,
    en un juego sin fin, donde el amor se queda.
    Susurros de sueños, en la noche se cuelan,
    y en este universo, la vida se revela.

    Malania

    Imagen propia


  • Poemas

    LA VOZ DE LA TIERRA


    En la corriente del tiempo,
    los humedales se abrazan.
    En cada paso retumba
    una armonía que enlaza.


    La tierra nos habla
    su deterioro retumba.
    Debemos escuchar
    lo que la naturaleza rechaza.


    Tesoros en honor al vuelo
    que en equilibrio nos da la vida
    en alas de esperanza la conciencia
    que despierta noble y redimida.


    La voz de la natura, en cada despedida,
    renace en cada gesto, su eterna melodía.
    Que en estos versos se encuentre,
    la importancia de la tierra que nos da la vida.

    Malania

    Imagen: V.D.S.

  • Poesía

    EN EL JARDÍN DEL ALMA

    Entre el prado danzan flores y campanillas,
    matizadas en colores que la primavera atesora,
    rojas como el ardor de un corazón enamorado,
    amarillas como el sol que ilumina la aurora.

    En el jardín del alma, su esencia se derrama,
    fragancias de sueños y promesas cumplidas,
    en el lienzo de la vida, cada pétalo se reclama,
    un susurro de amor en cada hoja tejida.

    Brotan del suelo, como suspiros de la tierra,
    delicadas y etéreas, su danza es un canto,
    la naturaleza las viste con gracia sincera,
    y en su humilde belleza, revelan su encanto.

    Así, en la poesía de este mundo, tejida,
    flores y campanillas, rojas y amarillas,
    son versos que en el alma quedan grabados,
    testimonio eterno de las alegrías sencillas.

    Malania

    Imágenes: M. J. T.

  • Cuentos

    EN LA TIERRA ROJA

    Había una vez, en un lugar lejano y misterioso, un pequeño pueblo rodeado de campos de tierra fértil, donde los arroyos serpenteaban entre las sierras. En este lugar, la naturaleza parecía bailar al ritmo del viento, y cada amanecer pintaba el cielo con colores que parecían sacados de un lienzo.
    En este lugar nació una criatura especial, un niño que vino al mundo en medio de la magia que envolvía aquel paisaje. Desde su nacimiento, se notaba algo diferente en él. Sus ojos reflejaban la profundidad de los arroyos, y su risa resonaba como el murmullo del viento.
    Este niño creció entre la tierra roja y la frescura de los arroyos, aprendiendo los secretos de la naturaleza que lo rodeaba. Cada día, exploraba los senderos que serpentean entre los árboles del bosque, maravillándose con la diversidad de vida que habitaba aquel lugar.
    Con el paso del tiempo, el niño se convirtió en un joven lleno de sabiduría y curiosidad. Sus pensamientos volaban tan alto como las aves que surcaban el cielo, y su corazón estaba lleno de amor por el lugar que lo vio crecer.
    Un día, mientras caminaba por los senderos que conocía tan bien, encontró una antigua cueva escondida entre las sierras. Con valentía, decidió adentrarse en ella, sin saber qué encontraría en su interior.
    Para su sorpresa, dentro de la cueva descubrió un antiguo libro, cubierto de polvo y lleno de misteriosas inscripciones. Con manos temblorosas, comenzó a hojear sus páginas, dejándose llevar por las historias que relataba.
    El libro hablaba de antiguos guardianes de la tierra, seres mágicos que protegían el equilibrio de la naturaleza. Y en cada página, el joven encontraba la clave para despertar su propia conexión con esa historia y convertirse en uno de esos guardianes.
    Decidido a seguir su destino, el joven se sumergió en el estudio de las enseñanzas del libro, aprendiendo los secretos de la magia que fluía a través de la tierra roja y los arroyos. Con cada día que pasaba, su conexión con la naturaleza se hacía más fuerte, hasta que finalmente se convirtió en un verdadero guardián de la tierra.
    Desde entonces, el joven recorría los campos y los arroyos, protegiendo a los seres que habitaban aquel lugar y velando por el equilibrio de la naturaleza. Su amor por la tierra roja y las sierras nunca menguaba, y su espíritu seguía siendo tan libre como el viento que acariciaba aquel paisaje.
    Y así, la historia de aquel joven se convirtió en una leyenda que perduraría para siempre, recordando a todos la importancia de cuidar y respetar los maravillosos regalos de la naturaleza.

    Malania

    Imagen: Propia

  • Poesía

    PODER AMAR

    En el friso del tiempo,
    brota el deseo.
    Maquillar los días
    con sueños sin rodeo.

    Bajo el sol y la arena,
    el mar nos enseña.
    En la vida, el deseo
    nunca se reseña.


    No quejarse del tiempo,
    en la arena del mar.
    Tratar en la vida,
    siempre poder amar.

    Malania

    Imagen: Propia

  • Poesía

    VIAJE DIFERENTE

    En un colectivo rumbo a cualquier lugar.
    Complicado viaje, repleto de afán.
    Chofer parado, pasajeros apiñados.
    Entre ellos, él, con destinos encontrados.

    Una anciana, sin sitio, exclamó con pesar:
    “¿Dónde están los caballeros?”, al levantarse a mirar.
    Y alguien le respondió, con humor desbordante:
    “Los asientos se acabaron, ¡no el ser galante!”

    Llegaron a aquel lugar, con alivio y sudor.
    Bajar del colectivo, una verdadera labor.
    Se le acercó una gitana, de mirada profunda:
    “¿Quieres conocer tu destino?” dijo sin una segunda.
    Y detrás de ella, un fotógrafo, queriendo ganar la suya.

    “Adivinaré tu futuro”, le ofreció con convicción.
    “Hasta los setenta, serás pobre” fue su predicción.
    “¿Incluso después?”, le preguntó con curiosidad.
    “Te acostumbrarás”, dio su respuesta sin piedad.

    “Un hijo tienes”, le dijo con certeza.
    “¡Tres hijos tengo!”, exclamó con franqueza.
    “Uno es tuyo, los otros, no lo son”.
    Su revelación, ellos son de tu corazón.

    Así fue su viaje, en colectivo complicado.
    Con destinos inciertos, y revelaciones del pasado.
    A destino llegó, con historias para contar.
    En este viaje, la vida le enseñó a aceptar.

    Malania

    Imagen: de la red

    Poesía inspirada en un cuento tucumano.

  • Poesía

    EL MAR AZUL

    Contemplo el mar azul,
    está como dormido,
    calmo y sereno
    pacífico y tranquilo.


    Profundo y misterioso 
    que intriga y asombra, 
    quién sabe qué hay en su lecho,
    enigmático y desconocido.


    Su vasta extensión inspira 
    libertad hacia el infinito, 
    y la capacidad de explorar 
    nuevos horizontes bonitos.


    Es fuente de inspiración, 
    de creatividad e imaginación. 
    La belleza natural desencadena 
    ideas creativas a poner en acción.

    Malania

    Imagen: A. M. N.

  • General

    PAISAJE HÚMEDO

    Hola, te escribo desde Nunca Jamás, donde me relegaste al desaparecer de todos los inviernos. Esta otredad desconoce mi auténtico sentir, es un disfraz de cuerpo ahogado con renacuajos en el corazón, las corrientes han erosionado el origen de mis pasos extraviados y todo semeja una palidez eterna, incapaz de expresar la yuxtaposición de ideas que comparten momento y paladar cuando las aguas son residuales y la sed ahoga el graznar de cristales que me expresa. Mis manos crean historias inconclusas donde a veces solo los puntos suspensivos escapan al sinsentido entrelineado, extrema necesidad de ser en sombras proyectadas. Me veo en otros ojos, pero están todos muertos (parque de atracciones abandonado, quedamos tú y yo en lo alto de la montaña rusa; primeros de abril del año que no fue), aun cuando de tinieblas sean los párpados que adornan estas paredes con humedades que recrean tu despedida. Si tus dedos los rozasen pareciendo pinceladas, resbalarían caprichosos, desentendiéndose del nervio óptico que aferra mi voluntad. A veces duermo en el barro para acercarme al abismo.

    Autor: Joiel
    de su Blog: NEBULOVERSO

    A lo que Eva comentó:

    “Los puntos suspensivos y los entrelineados son las palabras no dichas y lo verdaderamente importante está ahí, si nos atrevemos a mirar al fondo del abismo.”

    Mi aporte:

    Aprendí a no dar importancia a los puntos suspensivos, todo porque si el que escribe prefiere no decir lo que piensa, lo que hay detrás, menos voy a ponerme a pensar qué quiso decir con eso. Lo importante se dice, no se hace entender con puntos suspensivos.
    Simplemente es mi manera de pensar a esta altura de mi vida. Quizás los 70 pesan mucho en las decisiones.


     Y Joiel acotó:

    “Para mí, los puntos suspensivos son una invitación a soñar, como una caja envuelta en papel de regalo donde tú decides qué contiene, si abrirla o no.”

    Excelente acotación.
    Queda demostrado que no todo está dicho y que cada lector interpreta a su manera lo escrito. Gracias a Joiel, he pensado en lo que acotó y puedo cambiar mi forma de ver a esos tres puntos suspensivos.

    Malania

    Imagen propia.