• ANÉCDOTAS

    CAMPANILLA SILVESTRE

    RECUERDOS DE LA INFANCIA

    Muchos son los hechos ocurridos en la infancia y que son recordados con amor, con nostalgia. Algunos con alegría y otros con tristeza. Hechos que a lo largo de nuestras vidas han marcado huellas, profundas o superficiales, pero huellas al fin.
    En una de esas charlas cotidianas, al intercambiar opiniones entre amigos/as, uno de ellos, Ricardo, me relató:
    En aquel tiempo (refiriéndose a cuando era niño), no todas las casas tenían pared medianera y muchas usaban como divisorias un tendido de alambre tejido formando una malla de cuadrados o rombos, que llamábamos  “cerco”.
    Y en la casa donde viví mi niñez, había tramos de pared medianera de ladrillos y parte, de ese tejido divisorio con los vecinos de los laterales.
    Con uno de esos vecinos, en la parte donde existía ese tejido de alambre, había un cierto espacio ocupado por una planta que, hermanada con el tejido, pasaba ida y vuelta de un lado al otro, tal como una enredadera, que no sé si tan así lo era. Y tenía bonitas flores, de pétalos color naranja y con forma perfectamente acampanado… y que siempre la conocí y así la llamábamos: “campanita”. Y tan dentro mí quedó el recuerdo de ella, porque (también lo hacíamos con las flores de algunas otras plantas) separábamos con un tironcito los pétalos en conjunto, de la copilla verde que los contenía y livábamos el néctar, compitiendo con las abejas que hacían lo propio, con la diferencia que las abejas no destruían la flor como nosotros lo hacíamos (ellas clavaban el aguijón a través de los pétalos)…
    Quizás las hay de varios colores en otros lugares y ojalá no se repita con ellas la ignorante depredación que inocentemente cometíamos sin que nuestros padres nos vieran.

    Malania
    Relato gentileza de R. G.

    Imagen propia.

  • General

    ATARDECER DE PRIMAVERA

    Corren los días del mes de noviembre en el litoral argentino.
    Después de una larga jornada de trabajo, regreso a casa como siempre hacia el oeste, donde el sol ofrece sus últimos rayos entre nubes de diferentes formas y matices.
    Aunque un poco cansado, no tanto por el trabajo físico sino mental, estoy feliz de llegar a mi hogar. – No es fácil atender a personas adultas con problemas de salud, consciente de que muchos de ellos están pasando sus últimos días (o tal vez meses) de vida. Solo Dios sabe cuándo se apagará su luz interior -.
    Como casi siempre me esperan Sía, Huma y Gris. Cada una a su manera y desde diferentes lugares. No me piden más que un poco de caricias y mimos. Es fortalecedor ese contacto cariñoso, es como un cable a tierra.
    Me olvido del cansancio al  verlas felices con mi regreso.

    Malania

    Imágenes: M. J. T.

  • Minicuentos

    SOLITARIA Y PERFECTA

    A María Magdalena la llamaban Mary. Era modista y peluquera profesional en un pueblo pequeño donde había nacido. Vivía con sus padres, nunca tuvo pareja y casi no tenía amigos porque su madre era muy celosa y selectiva. Mary era muy insegura y todo lo consultaba con ella. Su padre no aportaba opinión porque si lo hacía, las mujeres igual “siempre salían con la suya”.
    Por esas cosas de la vida, Mary, ya adulta se quedó sola. Sus dos hermanos habían formado cada uno su familia y no vivían cerca.
    Se dedicó de lleno a su profesión pero con la aparición de nuevas peluqueras y modistas, de a poco fue perdiendo clientes a causa de que nunca se había perfeccionado. Como le gustaban las plantas cuando no tenía trabajo en su taller, se dedicaba a la jardinería. Le gustaban todas las plantas, con o sin flores. Les hablaba cuando las regaba y siempre recorría los senderos de su jardín para controlar plagas o insectos que pudieran estar por ahí como intrusos.
    Un día Mary enfermó y tuvieron que internarla en un sanatorio. Una amiga cuidaba de todas plantas, pero  como todo ser vivo, percibían la ausencia de su dueña. Algunas se marchitaron, de otras se secaban las hojas, y otras se negaban a abrir sus pimpollos y se caían sin esperar a que se desplieguen sus pétalos. Así fue una y otra vez, porque Mary mejoraba, regresaba a su casa pero volvía a decaer. La depresión la fue absorbiendo y lo único que la mantenía viva eran esas plantas, sobre todas aquellas que se conservaban lozanas. Una de ellas era esa rosa amarilla que había plantado ante su ventana. Ella no paraba de florecer y alimentaba, por momentos, el buen ánimo. Casi siempre le arrancaba una sonrisa cuando corría la cortina en las mañanas tardías.
    Mary ya no está entre nosotros. La persiana se levanta todos los días para ventilar la casa y permitir la entrada de los rayos del sol. Hoy la casa pertenece a otra familia, y la rosa sigue viviendo como esperando ver a Mary a través de la ventana para escuchar el canto de su cariñosa voz.

    Malania

    Imagen: gentileza de R. E. Ch.

  • Prosa Poética

    COMO TODO HIJO DE DIOS

    Como todo hijo de Dios aprendí amar y me amé.
    Miré a los ojos dejando escapar unas lágrimas de los míos.
    Sentí por dentro algo especial, tendí la mano regalando un “cuenta conmigo”.
    Regalé dulzura en el habla dejando pasar palabras hirientes.
    Hoy disfruto la vida, guardo momentos que se hacen únicos hechos recuerdos.
    Puedo reír y llorar porque aprendí a ser feliz viviendo la tristeza con fortaleza.
    Camino firme por el buen camino, sé que no me perderé, no miro atrás,
    dejando que el tiempo pase sin una queja.

    Autor: Miguel Márquez
    Imagen: de la red

  • Poemas

    EL VIEJO ASCENSOR

    Tus retóricas palabras
    se injertan
    en la melanina de mi cuerpo.
    Sin presión alguna
    la entropía aumenta
    reconoce tus atributos
    de ser endémico.
    Mis lamentos por no tenerte
    se precipitan
    junto al frío aguacero
    corroyendo el recuerdo
    de momentos inolvidables
    junto a aquella ventana
    del bar de la esquina
    y de momentos vividos
    en aquel viejo ascensor
    con besos interminables
    vertidos del corazón.

    Malania

    Imagen propia

     
     
                                      

     

  • FRASES

    FRASES CÉLEBRES IV

    – El sabio no dice nunca todo lo que piensa, pero siempre piensa todo lo que dice (Aristóteles)

    Hay dos cosas que son infinitas: el universo y la estupidez humana; de la primera no estoy muy seguro (Albert Einstein)

    Una irónica frase del gran pensador.

    – El nacimiento y la muerte no son dos estados distintos, sino dos aspectos del mismo estado (Mahatma Gandhi)

    Lo que importa verdaderamente en la vida no son los objetivos que nos marcamos, sino los caminos que seguimos para lograrlo (Peter Bamm)

    La pereza viaja tan despacio que la pobreza no tarda en alcanzarla (Benjamin Franklin)

    – Pienso, luego existo (René Descartes)

    De la red

  • FRASES

    FRASES CÉLEBRES III

    Si das pescado a un hombre hambriento lo nutres durante una jornada. Si le enseñas a pescar, le nutrirás toda su vida (Lao Tsé)

    Ningún hombre es lo bastante bueno para gobernar a otros sin su consentimiento. (Abraham Lincoln)

    Todo lo que se come sin necesidad se roba al estómago de los pobres. (Mahatma Gandhi)

    Vivir sola es como estar en una fiesta donde nadie te hace caso. (Marilyn Monroe)
    Una frase famosa de Marilyn Monroe con cierto toque de ironía.

    El cuerpo humano es el carruaje; el yo, el hombre que lo conduce; el pensamiento son las riendas, y los sentimientos, los caballos. (Platón)

    Estar preparado es importante, saber esperarlo es aún más, pero aprovechar el momento adecuado es la clave de la vida. (Arthur Schnitzler)
    La paciencia es una de las mejores virtudes de los seres humanos.

    De la red

    Imagen propia



  • FRASES

    FRACES CÉLEBRES II

    Aprende a vivir y sabrás morir bien (Confucio)

    La vida hay que disfrutarla en cada momento y no estar muerto en vida.

    -Cada día sabemos más y entendemos menos (Albert Einstein)

    No importa que cada vez haya más conocimiento si no lo sabemos aplicar.

    La medida del amor es amar sin medida (San Agustín)

    Dar el ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás; es la única manera. (Albert Einstein)

    Si es bueno vivir, todavía es mejor soñar, y lo mejor de todo, despertar (Antonio Machado)

    La mayor declaración de amor es la que no se hace; el hombre que siente mucho, habla poco (Platón)

    De la red

    Imagen: Propia (Caacupé, Paraguay)

  • General

    SENTIDO SENTIDO

    Por mirarla desde lejos la grandeza de la luna parece cerca…

    Rarezas de estos tiempos en que las personas acostumbran a ignorar pequeñas cosas teniéndolas al alcance de sus ojos.

    Autor: Patricio Massa

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    Cuando era pequeña o en mi adolescencia, nunca di importancia a la luna ni a otras tantas criaturas de la naturaleza. No me detenía a observar y contemplar paisajes, quizás porque nadie me había enseñado o guiado a hacerlo.
    Pero pasado el tiempo, ya casada, nos sentábamos con mi esposo en la vereda para disfrutar de un buen mate al atardecer o antes de la cena para calmar el calor reinante, con una fresca cerveza. Disponíamos sendas silletas muy cómodas, de esas que hasta podía reclinarme y observar las estrellas. He podido ver caer algún meteorito cansado de estar prendido del cielo, como así también muchos satélites que surcaban el universo. Algunos iban muy rápido otros lentamente. Grupos de estrellas tintineaban acompañando a la luna o sin ella, lucían sus brillantes.
    La luna llena siempre ha sido fuente de inspiración de poetas. Pero muchas personas ignoran la belleza que nos regala la naturaleza: una flor, la sombra de un árbol, el lecho de un río o un angosto arroyo, una cascada o un ave. El canto de los pájaros al amanecer molesta a muchos, pero no nos damos cuenta que ellos alegran la vida. A veces gritan porque tienen hambre o sed. Si observáramos un poco más nuestro entorno, veríamos la vida de diferente manera. Quizás esas pequeñas cosas que ignoramos, podrían cambiar el tono de nuestro día gris para volverlo color rosa, o simplemente, más agradable y tranquilo.

    Malania

    Imágenes: R. S. y N. G.

  • General,  Relatos

    DE ENTRE CASA

    ¡Vamos!
    Hoy empieza un nuevo día.
    ¡Ánimo!
    Ya he dado mil vueltas en la cama antes de poner los pies en el piso.
    Y si no es eso, me pongo a mirar un rato el cielo raso buscando figuras dibujadas en la madera por orden de la naturaleza.
    A veces hablo sola, con las plantas, con las perras, con el perrito del vecino que quiere conquistar a la más chiquita de las mías cuando está en celo. Murmuro dando gracias por las cosas que me rodean, sobre todo por mis seis sentidos, sí, dije bien, seis. El de la intuición es por demás importante para escoger el camino correcto. Cuando desatiendo mi voz interior con seguridad caigo como un chorlito.
    Y pienso que es amargo no estar cerca, no poder verte, pero si desaparecieras sería mucho más dura mi vida. Es pensando en ti todas las mañanas, me doy cuerda y el día comienza con optimismo.
    No entiendo a aquellos que dicen que nada tienen que hacer. Siempre hay algo que hacer, algo útil para dar valor al día en que estamos.
    Mientras escribía escuché aplausos. No, no eran aplausos, era el hijo de otro vecino que llamaba para que le pasara la pelota. Juegan en la calle y de una fuerte patada el objeto redondo como la luna, vino a parar al patio de mi casa. Me pregunto cómo los padres de esos niños les permiten jugar en la calle.
    ¡Ánimo!  Ya comenzó un nuevo día.

    Malania

    Imagen de la red