• Prosa Poética

    DEJA LAS QUEJAS DE LADO

    No pienses solo en lo malo,
    guarda las quejas que no te dejan
    ver lo bueno y te hacen daño.

    No busques el mal donde no existe
    y tú lo creas a través de tu imaginación
    de manera errónea.

    Ten fe que Dios te iluminará
    y te hará entender al mundo.
    Solo pídele y sabrás diferenciar
    el bien del mal.

    Escúchale susurrarte:
    – Antes de una queja pídeme entendimiento
    y podrás entender mejor la vida.

    Autor: Miguel Márquez
    Imagen: Imagen de la red.

  • Prosa Poética

    DISFRUTA

    Cuando un pájaro cante en tu ventana al amanecer escúchalo,
    sentirás la belleza que regala.

    Cuando el sol ilumine tus días deja que su luz te bañe,
    sigue andando por cada camino que te lleve en acierto y errores. 

    Disfruta lo que en tu vida está y no desanimes si algo sale mal,
    algo mejor vendrá después. 

    Déjate llevar por la alegría del momento,
    de andar sin tener miedo y disfruta, sé feliz.

    Autor: Miguel Márquez

    Imagen: Gentileza de M. Julián. T.

  • Relatos

    MORETONES

    25 de noviembre: Día Internacional de la lucha contra la violencia de género.

    A Celia Raquel la llamaban Cera. Ella atribuía ese apodo a las dos primeras sílabas de sus nombres, pero los compañeros de la escuela lo asociaban con el color de la piel pálida y mustia y se lo decían sin piedad. Siempre fue de perfil bajo y muy buena en los estudios. Pero a los padres no les importaba eso, eran humildes al extremo y necesitaban que su hija trabaje a la par de ellos. Asistió a la escuela solamente hasta segundo grado, pero a pesar de eso nadie la podía engañar en cuentas de matemáticas ni en ortografía. O quizás la enseñanza de antes ¿era mejor que la de hoy día? Es algo que siempre me pregunto.
    Cera tenía 15 años y cuidaba de sus hermanos menores cuando sus padres se ausentaban para vender sus productos de la chacra.
    Un día sábado llegaron a su casa los padres de la novia de su hermano Mikel. Venían en son de hacer un trato entre las dos familias. Mikel quería casarse con Irena, pero los padres de la chica aceptarían esa unión únicamente a cambio de Cera, la que debía casarse con el hijo de ellos y hermano de Irena, llamado Mejailo. Como los jóvenes “no tenían ni voz ni voto”, al poco tiempo se llevaron a cabo las bodas, el mismo día para ambos. La fiesta de Irena y Mikel duró una semana completa en la casa de Mikel, mientras que la de Cera y Mejailo se realizó en la casa de este último. Como no quedaba lejos una de otra participaban en cada una en diferentes horarios. Las fiestas se caracterizaban por la música, el baile y la comida típica y casera.
    Irena tuvo tres hijas mujeres mientras Cera, quien tuvo a su primer hijo al año de casada, después tuvo cuatro hijos más. Nunca contó si se casó por amor o por obligación. Nunca se vio que la pareja se diera un beso o un abrazo, ni siquiera se tomaban de la mano.
    La hija menor de Cera, María Eulalia, vivía aterrorizada por el comportamiento de su padre. Cuando llegaba a su casa alcoholizado, golpeaba a su madre dejándole moretones en sus piernas, rompía lo que encontraba a su paso y la destrataba con palabras obscenas. Nunca supo por qué su padre se comportaba de esa manera con su madre, porque a sus hijos no los tocaba, nunca les hizo daño. Ella consideraba a su madre una santa, porque trabajaba todo el día en su casa para que no le faltara el pan en la mesa diaria.
    Nunca contó nada a sus hijos, del tema no se hablaba en la casa. Pero sí los uniformados venían y se lo llevaban. Muchas veces fue preso por darle golpes a su madre, los vecinos se encargaban de denunciarlo ante las autoridades policiales. Pasado el día, la mujer le llevaba ropa limpia y comida, y luego lo dejaban en libertad. Quizás ella misma por lástima, pedía que lo liberaran.
    María Eulalia nunca le tuvo rencor, respetaba a sus padres, aunque él haya sido un golpeador. Cuando enfermó, la madre lo cuidaba día y noche, hasta el momento de su muerte. La mujer, a pesar de haber podido reconstruir su vida con otro hombre, prefirió vivir sola el resto de su vida, por más de diez años.
    María Eulalia recuerda con mucha  tristeza los moretones en las piernas de su madre y el jarrito de aluminio todo magullado, sobre el brocal del pozo, colgado de un grueso clavo,  con el que tomaban el agua pura del pozo de vertiente. 

    Malania

    Imagen de la red

  • Poesía

    COLINAS

    Las colinas del amor
    son colinas de vida.
    Están en las estrellas
    o en el calor del sol.

    Trepa la colina de la vida,
    llénalas como quieras
    con pasión o con caricias,
    has que sean albricias.

    Cúbrelas con flores
    riégalas con miel
    que las colinas sientan
    amor al amanecer.


    Malania

    Imágenes propias

  • Cuentos

    COLIBRÍ TORNASOL

    En un atardecer tranquilo, el sol iba desapareciendo dejando prolongadas sombras sobre el patio y el jardín. El aroma de los jazmines se expandía por todo el cálido ambiente de primavera. En un rincón del patio, cercano adonde la joven estaba sentada, rompió la calma el suave ruido como si fuese de un diminuto ventilador. Era un pequeño colibrí que la visitaba.
    Tal vez cansado por la intensidad de su ajetreo, escogió ese lugar para descansar. Un cable y una rama le sirvieron de posada.
    Pero no le bastó posarse solamente sino que se le acercó para pedir mimos.
    Quizás estaba asustado, y la paz del lugar lo acogió en ese instante.
    Como si supiera que ella no le haría daño el colibrí permitió que lo tocara.
    Ella le acarició son suavidad el lomo y la pancita del pequeño y frágil pajarito. Su pecho brillaba como una joya mientras sus alas descansaban por un momento.  El colibrí en agradecimiento y con expresión tranquila y soñolienta, cerraba los ojitos al ser acariciado. Su pequeñez parecía ser un milagro de la naturaleza. El aire alrededor se llenó de una quietud especial.
    De pronto un leve estremecimiento recorrió sus alas pero no voló.
    En ese instante ella sintió una conexión profunda y especial como si el pequeño colibrí estuviera agradeciendo por ese momento de descanso.
    Un rayo de luz se filtró por entre las ramas del naranjo e iluminó su cuerpito, abrió los ojos, la miró con una expresión que contenía miles de historias.
    Luego, con un delicado batir de alas, se alejó, zumbando de nuevo por el jardín, como si nunca hubiera hecho una pausa.
    La joven mujer sintió una sensación de calma en el corazón. El patio y jardín volvían a su ritmo, pero el colibrí, aunque ya no estuviera, en su pequeño descanso había dejado una huella en el aire, un recordatorio de que, a veces, la belleza y la paz se encuentran en los momentos más simples y sencillos de la vida.

    Malania

    Imagen: Rosana M. B.

  • Poesía

    NATURALEZA EN COLORES

    Con atuendos de esperanza se viste la vida
    cuando la primavera pinta con rojos y lilas.

    La naturaleza generosa, fragante y sabia
    nos regala colores que nos hablan.

    Con matices y sombras se extiende la tarde
    el amarillo se funde con un rojo suave.

    En naranja dorado revive el alba
    despidiendo a la luna vestida de blanco.

    Bailan las flores con colores de fuego,
    canta el viento a las nubes del cielo.

    La paz del paisaje en lienzo sin igual
    nos invita a soñar en hermoso desvelo.

    Malania

    Imagen: Propia

  • General

    VISITA DE COLIBRÍ

    Estas coloridas y delicadas aves, además de ser muy bellas y llamar nuestra atención por ser la más pequeña del mundo y por su vuelo peculiar, encierra varios misterios. Los colibríes son protagonistas de muchas leyendas e historias con gran cuota de mística y encanto. Según distintas creencias a lo largo de la historia, la presencia de un colibrí tiene varios significados para la humanidad.

    Cultura maya: ‘la leyenda del colibrí de Jade’
    La leyenda dice que los dioses, tras crear todas las cosas que se encuentran en la Tierra, como piedras, árboles y animales, le asignan a cada una de ellas un trabajo o misión. Sin embargo, cuando terminaron de crear el universo, se dieron cuenta de que habían olvidado algo imprescindible: un ser que tuviera la tarea de llevar de un lado a otro sus deseos y pensamientos, un mensajero.
    Para los mayas, los colibríes son los mensajeros que llevan de un lugar a otro los deseos y pensamientos de los hombres y los dioses. También representan alegría, sanación y adaptabilidad.
    Los dioses se dieron cuenta, de que ya no tenían maíz ni barro, materiales con los que habían creado a todos los demás seres. Fue entonces cuando encontraron un pedazo de jade (un tipo de roca ornamental), y lo tallaron en forma de una pequeña flecha. Luego, soplaron sobre ella, y algo salió volando a toda velocidad. El pequeño trozo de jade cobró vida y se convirtió en un colibrí.
    Desde entonces, se dice que la cercanía de un colibrí es de buena suerte. Pero no solo eso, su presencia también indica que alguien te ha deseado el bien, y que el ave llevará tus pensamientos y deseos, tan ligeros como el, de un lugar a otro.

    El colibrí en la cultura inca
    Para esta civilización prehispánica, los colibríes no solo eran mensajeros de los dioses, sino que también llevaban los buenos deseos y pensamientos de otros hombres. Si alguien te deseaba bien, el colibrí tomaba ese deseo y lo llevaba hacia ti.

    Cultura guaraní y el colibrí
    La leyenda guaraní sostiene que es la guía de los santos difuntos. Según los guaraníes, el colibrí es el encargado de elevar al cielo a las almas que posan en una flor. Ellos sostienen que cuando un ser querido deja el plano terrestre, su alma se desprende de su cuerpo y se posa en una flor, donde se purifica, se perfuma y se conecta con la tierra.
    Allí espera a un colibrí, que es el encargado de conducir hacia el paraíso. Pero de vez en cuando la guía de los santos difuntos hace una parada para que las almas puedan ver una vez más a sus seres queridos.

    El colibrí en la Biblia
    En Génesis, el primer libro de la Biblia, relata que en el quinto día Dios crea los animales que pueblan las aguas y el aire, mientras que en el sexto día, antes del hombre, los animales habitan tierra firme. Entre ellos el colibrí, que es considerado el mensajero del cielo que nos llama a seguir adelante y dejar el pasado atrás.

    Cultura azteca: el “Mito de Huitzilopochtli y los colibríes”
    Para esta cultura, los colibríes eran valientes guerreros en la vida, debido a su tamaño pequeño pero enorme fuerza y energía para volar. Así es como se convirtió en el símbolo de Huitzilopochtli, dios de la guerra, advocación solar y patrono de los mexicas, llamado también ‘Colibrí Zurdo’.

    Colibrí: “espina de turquesa o espina preciosa”, fue una de las aves más sagradas de los antiguos mexicanos, ya que representaba al dios Huitzilopochtli, quien lo llevaba en su tocado, siempre prendido de una flor que representaba el corazón.
    Por esto, la representación del ave en vida se debe al llamado para las personas que deben ser fuertes ante la adversidad y confiar en las capacidades personales. Dicen que los guerreros aztecas usaban amuletos con la figura de un colibrí para atraer energía y fuerza.

    Imagen destacada: Rosana G. B.

    Otras imágenes: de la red

  • Poesía

    SUSPIROS

    Con el viento viajan los suspiros
    y la música, entre ecos,
    se esconde entre las montañas.
    En el desierto la arena hace silencio
    y duerme bajo la noche calma.
    Pero a veces comparte los suspiros con el viento
    y vuelan abrazados por todo el universo.
    Quizás buscan el reflejo de incumplidos sueños,
    pidiendo a la lluvia que lave cicatrices,
    y que haga brotar semillas en cualquier superficie.
    Porque la naturaleza es luz y vida
    en desiertos, en montañas o en planicies.

    Malania

    Imagen: propia

  • Relatos

    DESPUÉS DE LA LECTURA DEL POEMA DE LEONARDO

    BREVE RESEÑA Y APRECIACIÓN PERSONAL.

    Desde muy joven me ha atrapado la lectura. He “devorado” letras de todos los tamaños,  todo tipo de contenido de revistas, diarios, libros. Y lo sigo haciendo. La pasión por la escritura llegó luego, por añadidura.
    Sobre todo la poesía con su correspondiente métrica y rima me ha cautivado. Pero luego entendí que no solamente ese tipo de poesía era relevante sino la poesía libre y los poemas. Así como en el año 2005 me ayudó a salir a flote luego de la pérdida de mi querido esposo, hasta hoy día, leer y escribir para mí, – como estoy segura que para muchos-, sirve de terapia alternativa para vivir mejor y sentirme feliz.
    Esta vez ha llegado a mis manos el Poemario de Leonardo Pereira Meléndez.

    El contenido de este Poemario me hace afirmar una vez más que las realidades de cada poeta son diferentes así como sus fuentes de inspiración, eso creo que lo sabemos todos.
    Entiendo que hay un emisor y un receptor en cada mensaje, en cada obra, y la forma de plasmarlo muchas veces puede depender de la intención que tenga el emisor. Y los diferentes receptores pueden recibirlo con interés o con indiferencia. Puede o no impactar de una u otra forma en el corazón y hasta en la razón.
    Cuando comencé a leer el Poemario, pensé en su manera de expresar a corazón abierto quizás su historia de vida, algo que le ha pasado. Pero después me llevó a pensar en el contenido profundamente sensual y sexual y me pregunté: ¿Hay necesidad de expresar por escrito en un Poemario todas esas cosas?
    Doy ejemplos:

    • “me sumerjo en medio de tus piernas

    a lamer lo que extraño”.

    – “
    donde tú puedas alzar tus pezones

    sin pasos ausentes.

    No más noches sin ti

    Tócame

    Aquí, justo aquí”…

    Ya iba a dejar de lado el Poemario porque no soy de las que gusta exteriorizar sentimientos, – para mí esas cosas de alcoba o de otros sitios, son íntimas y muy privadas y no necesitan ser compartidas- pero “algo, un no se qué” me instó a continuar leyendo. Y ahí encontré algo que me identifica en su escrito, y es esa forma de soñar y de sentir…
    Ejemplo: En esta tarde de lluvias, en silencio y no – silencio, silenciosamente, eres tú la que me acompañas.
    Pese a la distancia aquí estás conmigo.
    El viento que golpea mi rostro es tan fuerte como tu recuerdo.
    Mientras febo se oculta y el olvido me circunda,
    en silencio yo hago burbujas de destiempo”.
    Y esta otra:
    – “Adán no conoció el paraíso /de tus labios.

    Nunca más diré que Dios no existe”.

    Y pese al poco tiempo que contaba para continuar leyendo, no me arrepiento, porque me ha gustado tanto el resto del contenido que hasta me llevó a buscar la biografía del autor para saber a ciencia cierta quién era y quién es Leonardo Pereira Meléndez, un  destacado Escritor venezolano.
    Pude sacar una vez más la conclusión de que nunca hay que juzgar nada ni a nadie a la primera vista, sino darse el tiempo de ver las cosas con más detenimiento y precisión. Este bello Poemario lo merece.
    Gracias Sira Vargas de Biheller por enviarme tan valioso y preciado documento como lo es el Poemario de Leonardo Pereira Meléndez.  

    Imagen de la red.

    Malania Nashki

  • Poesía

    AMOR Y DESAMOR

    No te extrañes si te digo
    como si fuera un niño
    pues qué cosa es un poeta
    si no un niño perdido,
    solitario entre la muchedumbre,
    inquieto y vulnerable,
    como un pétalo de flor en la tormenta.

    Que aquí, muy dentro de mí
    y a lo lejos sigo siendo
    tu hombre enamorado
    el que se mira en tus ojos
    y se ríe. Feliz.

    Así muy dentro de mí,
    río también
    al entender esta ilusión
    imposible.

    Hoy en silencio me digo
    que la mujer es
    un hondo abismo
    que no puedo entender.

    Una mujer, que si la amamos,
    y si también nos ama
    es el vértigo mismo
    irrefrenable, incansable, brutal
    diosa en plenitud de vida.

    Yo hoy, aun
    sabiendo que es imposible
    solo espero que me quieras
    si tú quieres…

    Creo que cuando
    me doy cuenta que
    soy únicamente un hombre
    -me parece que lo soy-
    nada más que
    por quererte
    y que solo a tu amor,
    contento
    me doblegaría.

    A la distancia hoy
    me recuerdo
    a ese hombre con alma de niño
    que una vez movió sus labios
    para declarar su amor
    que lloró de felicidad
    expresándolo y que
    nunca,
    nunca fue correspondido.

    Ahí, es el preciso instante
    en el cual el hombre
    que finalmente soy
    siente el peso de la verdad
    y guarda silencio
    para no llorar más.

    Aun así, si…aún así,
    te doy gracias, mujer
    ilusión joven de mi vida
    por el milagro infinito
    de saber
    que puedo aun amar así
    aunque vos no me ames.

    Autor: Rubén E. Ch.

    Imagen: Gentileza de R. E. Ch.