UN ANTES Y UN DESPUÉS
Cuando se dio cuenta que lo que estaba tomando a diario eran cápsulas de efecto placebo, pensó en explorar otros destinos.
Vivió largos días, separada por el éter incoloro de dos años interminables. No solo separada, sino diferente de lo que había sido hasta antes de que todo se parara, de que todo se cerrara. Pero ahora despertó y sintió que sus sueños pintaban otros colores.
El gris se convirtió en azul plateado, el marrón en anaranjado, y así la paleta creció y se extendió ante sus ojos, adornada con los sueños del antes y el ahora. Los tiempos eran distintos y el planeta tierra surgía más lindo aún, con una flora particular, después del descanso y crecimiento en libertad.
Parecía estar viviendo en otro mundo cuando observó el precioso paisaje, como si estuviese iluminado por muchas lámparas de diferentes colores.
Vio en el espejo del agua los árboles reflejados y bañados en el perfume de los espinos dorados.
Sus días cambiaron y ya no necesitó más píldoras para vivir con alegría.
La naturaleza transformó su visión del tiempo y del espacio. Bastaba contemplar su entorno y contagiarse con la energía que vibraba a su alrededor.
Imagen: R. E. Ch.