TODO AMARILLO
Un camino muy largo,
parecía ser un túnel,
algo así como el túnel del tiempo.
A lo lejos, ya casi al final
se divisaba un inmenso faro.
La luz era tan intensa
que hasta en sus ojos se reflejaba.
Se encendía fuertemente,
y de a ratos, entre nubes titilaba.
Muy despacito se consumía
hasta que en lucecita
muy pequeña, se convertía.
Pero nunca se apagaba.
Su corazón fuertemente latía,
a que la siguiera, la empujaba.Entonces,
corrió la niña, ligera, en la brisa
por el camino hacia la playa,
los pies descalzos, el alma tranquila,
el sol la abraza, el mundo calla.A los lados, aromitos –espinillos-,
como guardianes dorados del día,
todo reluce, todo amarillo,
también su vestido, también su alegría.A lo lejos, se encuentra el destino:
entre espuma salada y reflejos fríos,
el corazón duda entre dos caminos:
se une en un beso el mar y el río.Y ella corre, danza, no se detiene,
como si un sueño es lo que persigue,
como si supiera que el tiempo viene
a llevarse eso que el alma abriga.Malania
Imágenes: Gentileza de Antonio M. N. y propia
DÍA DE AYUNO Y ABSTINENCIA
Durante mi infancia, en casa de mis padres, la Semana Santa tenía un silencio especial, como si el tiempo caminara más despacio, sin apuro.
El día Viernes Santo nos despertábamos temprano, como casi todos los días, ya que dormir hasta tarde era de haraganes.
Nos levantábamos y casi sin hablar, nos higienizábamos y uno a uno nos íbamos peinando sin mirarnos al espejo. El espejo, de hecho, estaba dado vuelta contra la pared desde la noche anterior. No era una prohibición explícita, pero sabíamos, mis dos hermanos y yo, que así tenía que ser. Mirarse era una forma de distraerse, de entrar en la vanidad, y ese día no era para eso.
El desayuno era sencillo y calmo: té negro, fuerte y con muy poco azúcar, acompañado de galletas sin grasa y tostadas. Nos sentábamos juntos, pero no hablábamos. Cada uno tomaba el calor de la taza como si fuera algo sagrado.
Durante el día comíamos solo si teníamos hambre, y lo hacíamos con un respeto casi ritual. Nada de carne, y ningún alimento de origen animal, ni siquiera caldo, porque ese día se encendía el fuego en la cocina a leña solamente para el té y el mate de la mañana. Las batatas al horno hechas la noche del Jueves Santo, llenaban la casa de un olor dulce y terroso, y la mandioca hervida también el día anterior—con apenas un poquito de sal— nos recordaba que la sencillez también puede ser abundancia. A veces, le poníamos un hilo de miel de caña, como un gesto pequeño de dulzura.
Por la tarde, el maní tostado rompía un poco la quietud, con ese crujido que parecía más fuerte de lo que era. Y la palta, con azúcar por encima, tenía algo de postre secreto, aunque sabíamos que no era para celebrar, sino para acompañar el recogimiento.
No se escuchaba música. Estaba prohibido, aunque nadie lo decía en voz alta. Y tampoco hablábamos fuerte. Las palabras eran pocas y suaves, como si alzarlas demasiado pudiera romper algo que no veíamos, pero sentíamos.
Así pasaba el día. Con un ritmo distinto, casi suspendido. No era tristeza, tampoco alegría. Era otra cosa, un día de duelo. Una forma de respeto. Una manera de habitar el tiempo con cuidado.Malania
Imagen: de la red
TIERRA FÉRTIL Y MANOS HACENDOSAS
En el huerto de Doña Cata,
se esconde un secreto de la tierra,
donde las verduras bailan al viento,
y el sol acaricia su verde esencia.Zapallos grandes como el sol,
reposan junto a un tronco en calma,
mientras morrones coloridos, brillantes,
se alzan con fuerza, llenando su alma.Jalapeños picantes, ardientes,
guardan su fuego en cada rincón,
y las calabazas, doradas y sabias,
sueñan con el otoño y su canción.En su chacra, Doña Cata cuida,
el jardín que canta en su corazón,
cada verdura es un tesoro,
que florece en un abrazo de pasión.Así, con amor y mucha paciencia,
cultiva en su tierra el mejor sabor,
y sus manos, llenas de alegría,
ofrecen al mundo su más dulce labor.Malania
Imágenes: Cata B.
POETA DE LOS ÁRBOLES
A Paulina, de niña no le gustaba dar lecciones orales frente a sus compañeros de clase y prefería los exámenes escritos.
Pero sí le gustaba estudiar de memoria poesías y declamarlas en los actos escolares.
Siempre la elegían para eso, y disfrutaba poder decirlas sin cometer errores.
Amaba las rimas consonantes más que las asonantes.
Cuando adolescente, más que escribir le gustaba leer. Devoraba cuanto escrito encontraba a su paso. Pero las revistas y diarios, siempre hojeaba todas las páginas antes de empezar a leer, y –nunca supo por qué- siempre comenzaba por las últimas –de atrás hacia adelante-.
Su madre la solía recriminar porque mientras almorzaba proseguía con la lectura. Luego, cuando ya se había recibido de maestra, abandonó ese hábito por respeto a las personas que compartían la mesa.
Comenzó a escribir textos para niños, luego de amor y desamor. Pero hoy día le apasiona escribir sobre la naturaleza. Le gusta ilustrar sus escritos con fotografías propias o de personas allegadas, y que conocen su inclinación por ese tema.
Son fuentes de inspiración, el firmamento en todos sus momentos y colores, con o sin nubes. El mar le apasiona, las flores, los árboles –sobre todos los de constitución rara-. A veces comparte la foto de alguno de esos árboles con su amigo Manuel, que también es un aficionado por ese tipo de imágenes.
El rocío depositado sobre las hierbas y hojas de los árboles, o la tierra mojada, perfuman el ambiente al igual que las enredaderas de jazmines, eso afirma Paulina.
Y cuando leyó en algún sitio web que hay una “poeta de los árboles”, se identificó y se sintió su clon. La otra, dice ser amante de las hojas caídas, pero Paulina prefería y prefiere amar las hojas en pie, verdes y coloridas.
Hoy día descarta escribir poesías tristes, prefiere las bondades naturales y los animales, todo lo que da alegría a sus días.
MalaniaImagen propia
ANDALUZA
Soy miembro del Grupo “El vuelo del Fénix la esencia del arte”
Su administradora, Milagros Ríos, ha publicado el siguiente texto y esta hermosa poesía. Me identifico con sus palabras por eso comparto en este sitio.
“Entre las letras de mi sentir, se despliegan emociones como aves en vuelo, danzando en el sutil cielo de la vida. Cada palabra es un susurro del alma, un destello de alegría o una sombra de tristeza que dibuja un retrato profundo de lo humano. Escribiendo momentos, encuentro la esencia de nuestra existencia, donde cada rayo de sol y cada lágrima se entrelazan en una danza sublime, convirtiéndose en los versos de una poesía interminable.La alegría, esa chispa que ilumina nuestros días, se manifiesta en las risas compartidas, en los abrazos que calman las tempestades internas. Es en esos instantes fugaces, donde el tiempo se detiene, que capturo la magia de lo cotidiano. Con cada letra que plasmo en el papel, celebro la euforia de estar viva, de sentir que cada latido es un recordatorio de que hay belleza incluso en los momentos más simples.
Por otro lado, la tristeza se desliza como un río silencioso, recordándonos que también forma parte de nuestro viaje. También escribo sobre ella; la tristeza tiene su propia voz, su propia historia que relatar. En mis palabras, la melancolía se convierte en un refugio, un lugar seguro donde podemos explorar nuestras vulnerabilidades sin miedo a ser juzgados. Al expresar el dolor, encontramos consuelo en la conexión con otros, porque todos compartimos el peso de la vida.
El camino de la vida es un laberinto de experiencias, un sendero lleno de curvas, subidas y bajadas. En cada paso, las letras fluyen como hojas arrastradas por el viento, llevándome hacia nuevos horizontes. La escritura se convierte en una brújula que guía mi andar, permitiéndome reflexionar sobre lo vivido y lo que está por venir. A través de la pluma, encuentro sentido y propósito, revelando la belleza de cada etapa en este viaje inigualable.
Así, entre letras y sentimientos, construyo un puente hacia el corazón de quienes leen estas palabras. Mi propósito es tocar esas fibras sensibles que nos unen como seres humanos, recordando que estamos todos interconectados en esta travesía llamada vida. Cada párrafo es un eco de emociones, un canto de experiencias compartidas que invitan a la reflexión y al abrazo de la empatía. La escritura se convierte así en un abrazo cálido, una invitación a sumergirse en el universo de lo que significamos, tanto en nuestra luz como en nuestra sombra”.
Autora: Escritora española Milagros Ríos
Imagen: Milagros Ríos.
ABRÁZAME
Mi corazón se enternece cuando me abrazas,
me hace más llevadera la vida,
me da la bienvenida a un nuevo día
lleno de esperanza y alegría.
Si el día se presenta triste
un abrazo puede arrancarme lágrimas.
Pero siempre reconforta el alma.
Un abrazo no se lo da a cualquiera
se lo damos a quien de verdad queremos.
Es algo grandioso, es un gesto sobreentendido
porque no hacen falta palabras para decir:
“te quiero”, “gracias por estar”.Malania
Imagen de la red.
VIVIR EL HOY
El destino es desconocido
también el futuro.
Por eso que lo importante es
vivir el momento.
Hoy mi alma se llena de belleza,
alegría, fortaleza
y humana entereza.
Se estabilizan mis emociones,
recargo de nuevo mi energía.
La belleza me acompaña,
me eleva y me anima.
Me conecta con la naturaleza
con la madre tierra divina.Malania
Imagen propia
CONEXIÓN
La belleza del paisaje se tiñó de bruma y de lluvia en una mañana de febrero. El agua dejó solamente la humedad en las plantas y la fresca fragancia de las hierbas mojadas. Se fue a otros lares para dejarnos un precioso día de sol.
Con alegría los pájaros nos ofrecieron una melodía rítmica y difusa, tal vez monótona, pero nada molesta. Sentí que era una forma de agradecer a la naturaleza misma por sus bondades.
Mientras tanto el agua del mar, a veces calma, nos transmitía paz y con sus olas danzantes nos emocionaba, cuando veíamos los reflejos del sol brillando y penetrando en el gran caudal.Malania
Imagen propia
LUNA LLENA RODEADA DE AGUA
Miro las vías del tren y veo como los rieles se alejan y se juntan (o no), y se pierden entre el verde bosque. Y a ese tren que carga muchas alegrías, sonrisas que nunca se olvidan. Lo he vivido.
Pero también están aquellas facciones endurecidas con sonrisas de hielo, con muecas de desprecio, al ver a los que están felices. Tienen latente en su interior sueños destruidos quizá por una vulgar rutina o por falta de tiempo para hacer lo que quieren, en una ciudad gris a sus ojos repleta de almas que lo condenan. Y así destruyen sus sueños viviendo en una jungla de lamentos, lucha enfermiza, que por envidia hacia los demás, no le dejan ver ni siquiera la belleza del paisaje por la que está atravesando el tren de la vida. Tiñen los días de sol con la amarga bruma de una tormenta. Y no ven ni siquiera esa hermosa luna llena rodeada de agua que anuncia una lluvia refrescante para los que tanto la esperan.Malania
Imagen: Propia
AMOR SIN FRONTERAS
Allá por el año 2007 leí este artículo, y fue tan grande mi alegría y mi emoción, que decidí compartirla.
“Amor sin fronteras”
“Esta escena apenas representa un sector teñido de celeste y blanco. Pero la imagen se repitió por todo el estadio Camp Nou, que registró una multitudinaria presencia de simpatizantes argentinos que desde distintas ciudades de Europa se trasladaron hasta Barcelona para seguir al equipo de Pekerman. No faltaron banderas ni camisetas, por ejemplo de River, Boca, Estudiantes, Banfield, Newell´s y Rosario Central, que hasta tiene una peña en la ciudad condal denominada Club Central de Catalunya”.
Info e imagen de la red.