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DETRÁS DE UN CERRO

No recuerdo cuál fue el primer día
que comencé a observar la luna y las estrellas.
Creo que nace ese poder de contemplación
cuando el amor se manifiesta y corre por nuestras venas,
entonces surge la necesidad de ir
más allá de nuestro alrededor,
de buscar nuevos horizontes
y así encontrarnos con la fuente de inspiración,
muy poderosa por cierto, la luz de la luna,
que si bien no es suya propia,
sabe reflejar muy bien al astro rey de la naturaleza,
obra de la creación del universo.

Es por eso que sufro cuando veo y siento que:
Se ha anestesiado el poeta
se han vuelto mudos sus versos
sus palabras se han ahogado
en aguas del manso río
detrás de algún cerro.

Y es por eso que le digo:
Sé como el pájaro, vuela.
Que la tormenta no detenga tu soñar.
No pierdas el tiempo en rencores
o en nostalgias por cosas no realizadas.
Sé un triunfador ante todos
vístete de sonrisas
construye tus días con alegría
y pinta al viento
con tus versos en melodías.
Recuerda que eres poeta en esencia
y ríndele homenaje en emotiva memoria
a aquel día cuando has escrito
tu primer poema de amor.
No dejes que nada ni nadie
te quite el poder de reflejar tus deseos
en el canto alegre de un zorzal.

Imagen: R. E. Ch.

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