POR EL SENDERO
noviembre 11, 2021
Cantaba sin oírse y sin que nadie lo oyera,
llenando las horas vacías de la calma;
regaba el lecho de misteriosas piedras,
un arroyo profundo de aguas pálidas.
Se despojaba de los rumores de almas
esperando la lluvia para limpiar estrellas,
que reflejadas en el crepúsculo cálido
gozaban en laberinto agudo de sus breñas.
El sol improvisaba una sonrisa fresca,
besando con sus rayos lianas y rosaledas,
crespones oscuros y hojas pintorescas,
en un amanecer fragante de la naturaleza.
Mientras camino por orillados senderos,
pienso en ti y en tu sonrisa bella.
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