DOMINGOS DIFERENTES
Notablemente no recuerdo ningún pasaje en día domingo durante mi niñez.
Sí de mi adolescencia y juventud.
Mis mejores recuerdos de la tercera etapa de mi vida, los domingos en época de vacaciones de verano. Me levantaba muy temprano para ir a la Capilla San José Obrero, donde nos reuníamos a participar de la Santa Misa. Asistían muy pocos niños, solo los que acompañaban a sus padres y abuelos. Los demás iban a Misa más tarde, si mal no recuerdo, a las 9 hs.
Volvía a casa, desayunaba y luego ayudaba a mi madre y hermana a preparar el almuerzo. Aunque mucho no me permitía hacer porque, según ella, los tradicionales perogui o también llamados varenekis, con relleno de ricota, si se cerraban mal, se abrían en el agua hirviendo y salía el relleno.
Después del almuerzo mis amigas me pasaban a buscar para ir al campo, donde pasábamos toda la tarde disfrutando de una gran pileta natural de un colegio religioso.
Los demás miembros de mi familia se quedaban a dormir siesta.
Mientras ellos tomaban su mate al atardecer, nosotras lo hacíamos con un rico tereré y pan dulce.
No teníamos que pensar en lo que haríamos al día siguiente, lo importante era vivir el día a full. Estábamos de vacaciones.Malania
Imagen propia
CAMPOS AMARILLOS
Despierta el sol con cálidas caricias
al campo de girasoles maduros,
susurrando con su lenguaje mudo
pintando de dorado en danza que abanica.Con su fulgor, en cada rincón terreno,
cubre el horizonte tranquilo y sereno.
Un manto celeste que nunca se cansa
el brillo del sol se extiende y avanza.El calor se mezcla con los girasoles
pintando una estampa con brisa de verano
y se funde con los colores de otras flores
bajo el cielo cálido, celeste y calmo.Malania
Imagen: Propia6 DE ENERO
Cabalgan los Reyes Magos
hacia la estrella indicada,
para adorar al niño
que ha nacido en madrugada.Melchor, Gaspar y Baltasar
así se llamaban ellos.
Llegaron desde Oriente
hasta Belén en camellos.Cabalgaron muchos días
por los campos y poblados
portando bolsas y cajas
y para el niño, regalos.El seis de enero llegaron
al establo no adornado
para celebrar su nacimiento
y también para adorarlo.Malania
Imagen: de la red
DURANTE EL VIAJE
HAIKUS
La nube blanca
Desciende para besar
Al árbol verde.El sauce llorón
Sin derramar lágrimas
Saluda al pasar.Espejo de agua
Refleja una palmera
Media mañana.
El sol a pleno
Penetra en los árboles
Dándoles calor.Verano o invierno
Navegan blancas nubes
Buen tiempo anuncian.Las maquinarias
Hacen surcos en campos
Siembra y cosecha.Malania
Imágenes propias.
TORMENTAS
En “algo más que palabras” su autor Patricio escribió:
“Donde las palabras se llaman a silencio y en el alma refugian su sentir”
Al leer la frase y ver la imagen con la que ilustró, recordé a mi tía Irene, hermana de mi padre. La llamaban “Irena”, descendiente de ucranianos y así era el nombre en su país.
Cuando el tiempo estaba feo, con truenos y relámpagos, tenía tanto miedo que se quedaba muda y hasta su alma temblaba. Me gustaba ir a visitarla cuando vivía en el campo con mi tío Miguel (Mijailo). Él trabajaba todo el día como jefe de cocineros en un colegio religioso de pupilos. Sabía cocinar muy bien y ella también. Cuando sabía que yo iría a pasar el fin de semana en su casa, preparaba ricota casera y con eso, varenikes o varenekis (perogui o perohé) y los cubría con crema de leche. Además hacía budín de pan y crema pastelera con caramelo, porque sabía que me gustaba todo eso. Ella misma ordeñaba las vacas muy temprano, antes de la salida del sol. Mientras cocinaba me contaba historias de su vida. Lo quería mucho a mi tío y él a ella. Entre otras cosas me contó que sus padres no hubiesen permitido casarse si los padres de Miguel no hubieran autorizado que Ana, mi madre, se casara con el hermano de Irena, también llamado Miguel. Entonces se realizó el “matrimonio cruzado”, hermano y hermana casados con hermana y hermano. Mi madre tenía 16 años y mi padre 22.
La tía le contó a mi madre que cuando llovía, tronaba y había muchos relámpagos, era tanto su miedo que hasta llegaba a esconderse debajo de la cama. Por supuesto, eso hacía cuando todavía era joven y soltera. No podía pronunciar palabras, su miedo la dejaba petrificada pero el corazón le latía tanto que temía, le saltara por la boca. Decía que no le daba vergüenza recordarlo, le daba risa y era una de sus anécdotas de la vida.Malania
Tomado de la vida real.Imagen propia y de la red.
INCENDIO
Era una tarde calurosa, con el sol brillando con intensidad sobre los campos en parte verdes, en otras, dorados. En una pequeña aldea, las familias se dedicaban a sus tareas diarias, disfrutando de la tranquilidad que ofrecía el entorno rural. Sin embargo, esa calma estaba a punto de ser interrumpida de una manera inesperada.
Como lo hacía habitualmente, Pedro, un joven granjero, estaba trabajando en su huerto. Mientras plantaba verduras, vio una columna de humo elevándose a lo lejos. Al principio pensó que era una fogata de algún vecino, pero pronto se dio cuenta de que el humo se estaba volviendo más denso y se extendía rápidamente.
Pedro dejó sus herramientas y corrió hacia la colina que le ofrecía una mejor vista. Lo que vio le heló la sangre: un incendio se había desatado en la ladera opuesta, y el fuego se estaba extendiendo rápidamente hacia su dirección. El viento norte soplaba fuerte, empujando las llamas hacia los campos que había trabajado tan duro para cuidar.
Sin perder tiempo, Pedro comenzó a alertar a sus vecinos. Con su voz resonando en la tarde calurosa, corría de casa en casa, llamando a todos a la acción. – ¡Hay un incendio en el campo! ¡Tenemos que ayudar a apagar el fuego! ¡Llamemos a los Bomberos!
Los aldeanos se apresuraron a salir de sus casas, algunos en estado de pánico y otros con una determinación feroz. Las familias se reunieron, recogieron a sus animales y se dirigieron al punto más alto de la aldea, lejos del fuego. Mientras tanto, Pedro y un grupo de hombres comenzaron a organizarse para luchar contra el incendio.
El fuego avanzaba rápidamente, y pronto las llamas comenzaron a devorar los campos de trigo y las zonas boscosas. Pedro sabía que necesitaban una estrategia para frenar el avance del fuego. Decidió dividir a los aldeanos en equipos para trabajar en varios frentes. Algunos usaban cubos de agua y mangueras para intentar controlar las llamas, otros cortaban ramas de árboles y con eso golpeaban los pastos más cortos para apagarlo.
A medida que avanzaba la tarde, la lucha contra el incendio se volvía cada vez más difícil. Los hombres estaban agotados, y las mujeres se turnaban para llevar agua y aliento a los que estaban en el frente de batalla. A pesar de sus esfuerzos, el fuego seguía avanzando, consumiendo todo a su paso.
Justo cuando parecía que todo estaba perdido, llegó una brigada de bomberos de la ciudad vecina. Habían escuchado las noticias del incendio, alguien dio aviso de lo que estaba sucediendo, y acudieron en ayuda. Equipados con camiones de agua y mangueras de alta presión, se unieron a la lucha y, finalmente, lograron controlar el fuego.
La noche cayó, y el incendio se extinguió, dejando tras de sí una extensión considerable de campo quemado. Los aldeanos, aunque cansados y tristes por la pérdida, estaban agradecidos por la ayuda recibida. Se reunieron en la plaza de la aldea para celebrar su valentía y el esfuerzo colectivo que les permitió salvar vidas y propiedades.
Pedro, exhausto pero satisfecho, miró los campos quemados y su huerto intacto, porque gracias al riego artificial que hacía poco había instalado, el agua no permitió que el fuego avance en ese sector y en otros cercanos. Agradeció a Dios por la comunidad que estaba unida y que juntos podrían superar cualquier desafío.
Así, aunque el incendio dejó cicatrices en el campo, también fortaleció los lazos entre los aldeanos y demostró el poder de la solidaridad en tiempos de adversidad.
En el aire flotaron preguntas y hasta hoy quedan recuerdos: ¿Cómo se produjo el incendio? ¿Una botella de vidrio que alguien tiró y quedó expuesta al sol? ¿Una colilla de cigarrillo?
Sobre todo en días de calor intenso, se deben tomar precauciones para evitar este tipo de accidentes.Malania
Imagen: Bomberos
EL TERO TICO
En un vasto campo de verdes praderas y colinas suaves, vivía un tero llamado Tico. Era conocido por su elegante plumaje gris oscuro, negro y blanco y su característico grito agudo que resonaba a gran distancia. Cada mañana, al alba, Tico se levantaba temprano para recorrer su territorio y asegurarse de que todo estuviera en orden.
Un día, mientras exploraba cerca de un arroyo, Tico vio algo inusual: una bandada de aves desconocidas había llegado al campo. Eran aves grandes con plumaje brillante y un comportamiento algo extraño. Tico, siendo el guardián del campo, decidió investigar. Voló hacia ellas con su característico vuelo enérgico y les preguntó qué hacían allí.
Las aves le respondieron que estaban buscando un lugar seguro para anidar. Tico, siempre dispuesto, les ofreció su ayuda para encontrar el lugar perfecto. Juntos exploraron el campo, y Tico les mostró los mejores lugares para construir sus nidos, asegurándose de que estuvieran alejadas de los depredadores y con suficiente comida cerca.
Con el tiempo, las aves nuevas se establecieron allí y, bajo la guía de Tico, el campo se llenó de vida y color. Él se convirtió en un amigo querido para las nuevas aves, y su grito ya no solo resonaba en ese lugar, sino que también se mezclaba con los nuevos cantos que llenaban el aire.
Así, el tero demostró que ser un buen guardián no solo significa proteger tu hogar, sino también ayudar a otros y hacer nuevos amigos. Y así, el campo se convirtió en un sitio amplio, aún más alegre y armonioso gracias al espíritu generoso de Tico.Malania
Imagen: Roxana E. S.
CAMINO SINIGUAL
El polvo y el sol son compañeros,
en el camino de tierra roja,
cada huella revela los senderos
de un viaje profundo hacia el hogar.Lento y firme, se abre y se queda
para esperarte con fe y con esperanza,
la tierra que pisas en tus suelas avanza
con la huella de quien busca y labra.Entre campos y selvas, la jornada
es un canto al valor y a la entrega,
la misión de un alma iluminada
que casi nunca se posterga.Por caminos de tierra, se despega
el espíritu libre y sin medida,
hacia el horizonte de la vida,
donde ha encontrado a su prometida.Malania
Imagen: Gentileza de Ninet
A MI PUEBLO NATAL
Oh, mi pueblo, tierra de mis raíces,
donde el tiempo parece detenido,
en tus calles guardo tantos recuerdos felices,
en mi alma, preservados.En tus plazas, bajo el sol radiante,
se congregan los sueños y anhelos,
y en cada esquina, un rincón amante
que acoge los suspiros más sinceros.Tus campos verdes, tus sierras altas,
testigos de mi infancia y juventud,
guardan secretos de historias exaltas,
en cada brisa, una eterna virtud.A ti, mi pueblo, te dedico versos,
como tributo a tu eterna belleza,
en cada letra, mis más fieles esfuerzos
por capturar tu esencia con destreza.Que aunque me aleje, siempre en mi corazón,
tu imagen perdurará, firme y serena,
pues eres tú, mi eterna inspiración,
mi refugio, mi hogar, mi querida tierra.Malania
Imagen: Propia
PÉTALOS DEL DESEO
En el jardín del tiempo, nacen las flores,
Con sus pétalos suaves, susurran al viento,
mientras cada estación del año
desparrama aromas en su aliento.Entre el verde y el sol, su quietud se esconde,
en la brisa ligera, su esencia responde.
Es la flor que despierta los sueños dormidos,
pintando colores en campos y jardines.Sus tallos erguidos, con gracia se inclinan,
bajo el cielo azul, su danza se adivina.
Las mariposas les rinden homenaje,
y las abejas las buscan en sus viajes.Flores con su esplendor sereno,
representan la esperanza, el anhelo pleno.
Su belleza efímera, como un suspiro,
es un canto a la vida, al eterno giro.A cada una de las flores:
Que en cada pétalo lleves un deseo,
en cada aroma un dulce anhelo.
Y que, al desvanecerte en el tiempo,
dejes tu magia en cada momento.Malania
Imagen: Gentileza Rubén E. Ch.