• Poemas

    LABIOS SIN CARMÍN

    Batió sus tenues alas
    y de mí se alejó.
    Una caricia en una carta
    desde lejos me envió.
    Con palabras de amor
    que nunca me declaró.
    Quisiera estar contigo, dijo
    pero volar eligió.
    En un beso y respirar profundo
    todo el carmín se llevó.
    Sigo sola en esta vida
    preguntando su sentido.
    Pienso en ti y me olvido
    si algo viví contigo.
    La distancia no es apta
    para borrar la cicatriz.
    Las lágrimas enjugadas
    buscaron camino sin ti.

    Malania

    Imagen de la red

  • Poesía

    EN LA SOMBRA DEL TIEMPO

    Tuvo un amor sin mares,
    sin río ni caracolas,
    era de nieves de abril,
    de vientos que todo borran.

    Un amor distraído,
    volandero y sin fuego,
    sin versos, sin raíces,
    solo ramas en invierno.

    Era un amor de juguete,
    frágil, vacío, pequeño;
    y en un otoño temprano
    comprendió su desconsuelo.

    Dejó entre la estepa y los yerbales
    el fracaso, el desaliento,
    y un ramo de mirtos temblando
    sobre el atril del silencio.

    Buscó en las páginas viejas
    de un libro de amor, un consuelo,
    y en esa noche se puso
    collares negros de duelo.

    Porque lo que ya no existe
    vive en la sombra del tiempo.

    Malania

    Imagen: de la red

  • Poemas

    EL DESIERTO DE LA VIDA

    Un día cualquiera,
    ya no recuerdo cuando,
    pregunté a un amigo,
    platense, llamado Carlos,
    -al escucharlo algo extraño-,
    cómo se encontraba, cómo estaba.
    Lo que menos imaginé fue
    que hacía pocos días
    se había ido su amada.
    Y les cuento su respuesta:
    “Te responderé sincero
    lo que quise gritar al mundo entero”:

    “Saqué fuerzas de mi interior
    dando manotazos de ahogado,
    en el desierto de la vida
    me extravié anonadado.
    Estuve entre alas de rosas,
    y pétalos de mariposas.
    Qué más daba,
    si feliz estaba.
    Pero hoy ya no importa:
    Si son hojas de otoño,
    o si es tibio el invierno
    y brotan los sarmientos.
    Qué más da.
    Si hoy su piel no está en la mía,
    y su cielo no me ilumina.
    Si ya no hay amor
    nada importa
    en este universo sin armonía.
    Retroceder el tiempo quisiera;
    sembrar y cosechar amor
    en el desierto de la vida”

    Malania

    Imagen: de la red

  • Minicuentos,  Relatos

    QUERER Y NO QUERER

    Delicia tenía unos veinticinco años y Jacinto cerca de los cuarenta.
    Ella había estudiado letras y su pasión era la escritura.
    Se conocieron en una fiesta de carnaval, a la que asistió con unas amigas. Él estaba solo. Ambos bailaron hasta el cansancio.
    Un día, inspirada en su relación más que especial, escribió, y se lo guardó, a nadie quiso contarle lo que le pasaba.

    “Dices que me quieres, que no quieres perderme.
    Pero tampoco la dejas, sigues a su lado.
    Que soy tu pimpollo, me deseas todo el tiempo, quieres estar conmigo, te gusta mi forma de ser, mis besos, mi pasión.
    Que con ella solo tienes un techo en común y un lugar para dormir, cada uno mirando hacia el lado opuesto.
    Que hace mucho no la tocas ni la besas.
    Que ella está enferma y es por eso que no la dejas.
    Todo esto es verdad. Lo sé.
    Pero también sé que tienes todo a tu alcance y con todo lo que está a tu alcance no te hace feliz.
    Entonces pregunto si vale la pena seguir viviendo de esa manera, por aparentar, por quedar bien delante de los viejos, delante de los hijos ya crecidos, delante de la gente.
    Porque cuando no estoy, desfalleces.
    Y cuando estoy tienes poco tiempo.
    Nos hablamos todos los días.
    Nos vemos solo cuando queda tiempo.
    ¿A muchos les pasará esto o es solamente a mí que la vida me depara migajas?
    Yo lo amo y lo acepto tal cual es con sus limitaciones y reducido tiempo.
    ¿Hasta cuándo podré hacerlo?
    ¿Hasta cuándo la chispa permanecerá encendida?”


    ¿Será verdad? ¿Será mentira? Muchos se preguntarán.
    Solo los corazones de Delicia y de Jacinto podrían responder.

    Malania

    Imagen:   de la red

  • Poemas

    LABERINTO ESPIRALADO

    Mi mente deambuló perdida   
    por la 9 de Julio y otra avenida.
    Caminé como en laberinto espiralado.
    Nada ya me importaba
    si no encontraba lo que yo buscaba.
    La ausencia y lejanía se presentaban
    como un enigma bajo las estrellas
    esas que yo no veía.
    Ni los destellos de los faros
    mis pensamientos iluminaban.
    Hoy las aureolas son más brillantes,
    hacen nacer corrientes
    de inspiración, como vertidas
    de un manantial transparente.
    De aquella locura inquieta y sin sol,
    esa que mi soledad rondaba,
    no quedan vestigios, hoy no existe.
    Ya no pierdo la consciencia por un amor
    que se devuelve en desamor.
    Ya no me pierdo en el laberinto de la nada,
    si el viento sonrisas me regala,
    me divierten la nieve y la escarcha.
    El rocío fresco de la mañana
    me hace respirar profundo
    llenando mis pulmones de aire puro,
    sin recuerdos amargos.
    El sonar de campanas
    los domingos a la mañana,
    o los días entre semana
    anunciando el Ángelus,
    no me traen nostalgia,
    simplemente me alegran.
    Disfruto de los árboles
    sus frutos maduros y sus flores
    porque hay vida en ellos,
    se expresan con todos sus colores.

    Malania

    Imagen: propia

  • Relatos

    POETA DE LOS ÁRBOLES

    A Paulina, de niña no le gustaba dar lecciones orales frente a sus compañeros de clase y prefería los exámenes escritos.
    Pero sí le gustaba estudiar de memoria poesías y declamarlas en los actos escolares.
    Siempre la elegían para eso, y disfrutaba poder decirlas sin cometer errores.
    Amaba las rimas consonantes más que las asonantes.
    Cuando adolescente, más que escribir le gustaba leer. Devoraba cuanto escrito encontraba a su paso. Pero las revistas y diarios, siempre hojeaba todas las páginas antes de empezar a leer, y –nunca supo por qué- siempre comenzaba por las últimas –de atrás hacia adelante-.
    Su madre la solía recriminar porque mientras almorzaba proseguía con la lectura. Luego, cuando ya se había recibido de maestra, abandonó ese hábito por respeto a las personas que compartían la mesa.
    Comenzó a escribir textos para niños, luego de amor y desamor. Pero hoy día le apasiona escribir sobre la naturaleza. Le gusta ilustrar sus escritos con fotografías propias o de personas allegadas, y que conocen su inclinación por ese tema.
    Son fuentes de inspiración, el firmamento en todos sus momentos y colores, con o sin nubes. El mar le apasiona, las flores, los árboles –sobre todos los de constitución rara-. A veces comparte la foto de alguno de esos árboles con su amigo Manuel, que también es un aficionado por ese tipo de imágenes.
    El rocío depositado sobre las hierbas y hojas de los árboles, o la tierra mojada, perfuman el ambiente al igual que las enredaderas de jazmines, eso afirma Paulina.
    Y cuando leyó en algún sitio web que hay una “poeta de los árboles”, se identificó y se sintió su clon. La otra, dice ser amante de las hojas caídas, pero Paulina prefería y prefiere amar las hojas en pie, verdes y coloridas.
    Hoy día descarta escribir poesías tristes, prefiere las bondades naturales y los animales, todo lo que da alegría a sus días.

    Malania

    Imagen propia

  • Poesía

    AMOR Y DESAMOR

    No te extrañes si te digo
    como si fuera un niño
    pues qué cosa es un poeta
    si no un niño perdido,
    solitario entre la muchedumbre,
    inquieto y vulnerable,
    como un pétalo de flor en la tormenta.

    Que aquí, muy dentro de mí
    y a lo lejos sigo siendo
    tu hombre enamorado
    el que se mira en tus ojos
    y se ríe. Feliz.

    Así muy dentro de mí,
    río también
    al entender esta ilusión
    imposible.

    Hoy en silencio me digo
    que la mujer es
    un hondo abismo
    que no puedo entender.

    Una mujer, que si la amamos,
    y si también nos ama
    es el vértigo mismo
    irrefrenable, incansable, brutal
    diosa en plenitud de vida.

    Yo hoy, aun
    sabiendo que es imposible
    solo espero que me quieras
    si tú quieres…

    Creo que cuando
    me doy cuenta que
    soy únicamente un hombre
    -me parece que lo soy-
    nada más que
    por quererte
    y que solo a tu amor,
    contento
    me doblegaría.

    A la distancia hoy
    me recuerdo
    a ese hombre con alma de niño
    que una vez movió sus labios
    para declarar su amor
    que lloró de felicidad
    expresándolo y que
    nunca,
    nunca fue correspondido.

    Ahí, es el preciso instante
    en el cual el hombre
    que finalmente soy
    siente el peso de la verdad
    y guarda silencio
    para no llorar más.

    Aun así, si…aún así,
    te doy gracias, mujer
    ilusión joven de mi vida
    por el milagro infinito
    de saber
    que puedo aun amar así
    aunque vos no me ames.

    Autor: Rubén E. Ch.

    Imagen: Gentileza de R. E. Ch.

  • FRASES,  General

    CEBRAS

    “Los problemas empezaron cuando las cebras de rayas blancas comenzaron a odiar a las de rayas negras”. Es lo que pienso de las personas, si bien todos somos semejantes e iguales ante los ojos de Dios, o simplemente ante el Universo, hay algunos (o tal vez muchos) que odian a vecinos, a sus compañeros de estudio o de trabajo, a la gente que no comparte las mismas ideas, ya sea de política, religión u otro aspecto de la vida. Tratan de hacerles daño de cualquier manera y gozan con la tristeza y el malestar ajeno.
    Nunca los voy a entender ni comprender.
    ¿Seremos como las cebras? Que no podemos ver que todos somos iguales, y que al finalizar nuestra misión en esta vida, no nos llevaremos nada ni siquiera nuestro cuerpo?
    No cuesta nada tratar de entender al que piensa diferente, al que tiene otra visión de la vida. La envidia, el odio, el desamor, y tantas otras cosas malas son las que destruyen el corazón, el alma y la vida misma.
    Gracias querido amigo Patricio por compartir el texto de la fuente.

    Malania
    Imagen de la red.

  • Poemas

    CARICIAS DEL SOL

    He vivido pendiente de ti
    también he sufrido tu ausencia
    pero he gozado con tu presencia
    con tus versos y poemas
    escritos con tus manos
    intercalados con el aroma
    del café y el cigarrillo
    en madrugadas de insomnio
    o en horas trasnochadas
    sin música, sin brillo.
    Letras que eran, son y serán
    caricias al corazón, a la vida
    al amor y al desamor.
    Pese a tu ausencia
    el adiós nunca existió
    solo cartas sin respuestas
    olvidadas en algún rincón.
    En calladas madrugadas
    el tic tac del reloj
    presumido me despierta.
    Hoy me acaricia el sol.

    Malania

    Imagen: J. A. T.

  • Poemas

    HOY, MAÑANA Y SIEMPRE

    ¿Vendrán los Reyes Magos?
    ¿O simplemente pasarán?
    Se irán con la lluvia,
    lluvia de luces y colores
    lluvia de amores y desamores.
    De estrellas fugaces
    de luna tardía
    y sol recién amanecido
    cayendo en sus fauces.
    Lluvia de risas y abundancia
    de hambre y de lágrimas
    de idas y venidas
    por el andén de la vida.
    Me resisto a dejarte ir
    me resisto a olvidarte.
    Quiero tu lluvia de saberes
    colgadas en letras
    en renglones de poemas.
    No quiero quedarme
    con el agua fría de la lluvia
    con la noche oscura
    con el canto solitario de la luna.
    Te quiero a ti.
    Quiero tu cálida lluvia
    hoy, mañana y siempre.
    Quiero que hoy
    los Reyes Magos me traigan eso,
    lo que dije que quiero.
    Imagen: propia