• Poesía

    NATURALEZA EN COLORES

    Con atuendos de esperanza se viste la vida
    cuando la primavera pinta con rojos y lilas.

    La naturaleza generosa, fragante y sabia
    nos regala colores que nos hablan.

    Con matices y sombras se extiende la tarde
    el amarillo se funde con un rojo suave.

    En naranja dorado revive el alba
    despidiendo a la luna vestida de blanco.

    Bailan las flores con colores de fuego,
    canta el viento a las nubes del cielo.

    La paz del paisaje en lienzo sin igual
    nos invita a soñar en hermoso desvelo.

    Malania

    Imagen: Propia

  • Poemas

    SENTADO

    Dedicado al adulto mayor

    Sentado dejando pasar el tiempo,
    mirando a lo lejos lo que se fue,
    lo que la vida dejo atrás.

    Sentado hablando con el olvido
    sin entender las respuestas que me sabe dar
    mientras sigo tan pensativo.

    Sentado dejando me acompañe la soledad
    con su silencio guardando algunos recuerdos.

    Sentado viendo el viento llevarse sueños,
    alejar esperanzas de aquello que ya no viene. 

    Sentado atrapando paz, vistiendo tranquilidad
    mientras los años viejos pintan mi cuerpo
    sin apagar mi satisfacción de sentirme alegre.

    Autor: Miguel Márquez

    Imagen de la red

  • Prosa Poética

    LA LUNA VIENE ASOMANDO

    La luna viene dejando su magia mientras las aves buscan su nido,
    para echarse a descansar.

    El cielo guarda su azul, para dar lugar a la noche llena de encanto.

    La luna viene asomando para llenarnos de sueños,
    cargados de fantasía que traen mucha ilusión.

    La luna viene asomando, con ella toda su belleza que trae tanta esperanza.

    Brilla con elegancia que me es difícil poder olvidarla
    por eso, sentado la espero bajo este viejo árbol en el banco de siempre.

    Autor: Miguel Márquez

    Imagen: de la red

  • Cuentos,  Relatos

    EL DINERO NO ES TODO

    Continuación de la Primera parte publicada el día 29-09-2024……

    “No quiero volver a la pudrición de vivir sólo por el dinero”…

    Segunda parte

    No quiero pasar lo que pasé cuando estuve en Norte América, comentó Rubén. Necesito volver a la luz, a la verdad, volver a vivir como cualquier ser de luz (que no he vuelto a ser por casi 20 años).
    Entendí que me había sacado una capa de encima, -como si fuese una cebolla-.  Pero no tengo en claro cuántas capas más debo retirar de mi caparazón de tristezas para volver a ser lo que una vez creía que era, sin darme cuenta de en qué me estaba convirtiendo -con el paso del tiempo- que simplemente era en otra cosa que nunca quise ser, ni siquiera entendí por qué llegué aún muy confundido, a ciertas situaciones terribles de mi vida, sólo intentando que no me hagan más daño, y cuidando de no hacer daño a nadie. Toda una vida loca.
    Quizás, la lectura de ayer (sobre “Anatomía de un ataque Arcóntico” de Patrick Herbert) del sitio “Biblioteca Pléyades”, me acercó ciertos conceptos importantes para poder entender mejor la verdad de las cosas y “qué es lo que está pasando” en el mundo, realmente.
    Desde hace cierto tiempo, unos 12 a 15 años atrás, sentí como que algo o alguien definió que yo ya estaba “como maduro” para aprovechar mis sentimientos, y desde allí empezó una campaña de terror sobre mí, para cosechar/ordeñar mis sentimientos de miedo y angustia. Era una cosa que intentaba catalogar de loca, de que no podía ser, de que un Dios bueno (épocas que creía que un dios bueno nos cuidaba) no podía dejar hacer tales cosas con la gente que Él cuida, ni dejar que seres malvados tomen posesión de uno de “sus hijos”. Pensaba: “Si yo, a los cachorritos de mi perra de raza doberman, no los vendía a la gente que me parecía que no tenía amor por los perros (y eso que me darían buena cantidad de dinero por ellos), y se los regalaba a aquellos que no tenían dinero, pero los veía con tanto amor por los animales… ¿Cómo Dios no haría mucho más por mí?
    Después… vi que eso no pasaba.
    Que mis miedos y angustia eran cada vez más fuertes. Y no era sólo una sensación, sino que la vida, aun teniendo en ese tiempo buenos ingresos económicos, se me presentaba angustiante, terrible y esquiva. Finalmente terminó en lo que terminó en 2012.
    Al volver a Argentina pensé que era el designio de Dios. Que aquí Dios me cuidaría mejor, quizás. Que como aquel país del norte es el paraíso del mal, no debí haber pensado en ir allá, como lo había intentado siempre, desde adolescente. Que ahora, estando en mi país, adonde yo pertenecía, un dios bueno me cuidaría de nuevo. Pero me equivoqué una vez más. El juez que me tocó en el reclamo sobre mí por denuncias mentirosas hizo –porque no pude pagar una fianza de mucho dinero, que es lo que me pidió- lo necesario para que vuelva al infierno, donde me torturaron hasta que entendí que sólo los delincuentes salen libres. Acepté convertirme en falso delincuente, para que me soltaran, me liberaran del suplicio, y así poder volver a Argentina, mi país de origen.
    Para este momento, ya Dios no era ninguna entidad para mí. No queda nada de esas ideas. Con todo lo que me pasó, pienso que a este mundo lo controlan los demonios. Y que la única posibilidad de estar alejado de ellos es que no te identifiquen como una probable “vaca lechera” de emociones negativas. Yo perdí. Ya estoy catalogado. Todo ocurrió en aquel país, donde los sentimientos de envidia, angustia, y todo tipo de tensiones emocionales negativas son las reglas que manejan la vida de los habitantes. Por eso hay tantas muertes, tanta delincuencia. Por eso también hay tantas historias de gente que pasa de “millonario” a vagabundo, o “linyera”, y también al revés. Hay tantas almas dando vueltas con tantos sentimientos negativos para “colectar” que, a veces, los diablos  se olvidan de los anteriores, o bien les permiten volver a su vida para luego poder “ordeñarlos” de sentimientos negativos mucho mejores, más fuertes, después de haberles permitido tener esperanzas en una vida mejor. En eso caí yo. Pero siempre creo que todas las cosas tienen alguna salida, y tengo que encontrarla.
    Lo bueno es que ya sé que no hay un dios que nos cuide, o al menos a las almas como la mía, que ya cayó en manos de los demonios que controlan esta parte del universo donde estoy. Y también sé que estos entes tratarán de hacerme todo el daño posible –a través de cualquiera- para hacerme generar miedos, angustias, y todo tipo de sentimientos negativos de los que ellos se alimentan. Y finalmente sé que es probable que lo consigan, porque aún no estoy dispuesto a morirme y abandonar este sector del universo donde estoy puesto a prueba, pero, a la vez, estoy trabajando en evitar mi sentimiento de odio, que supongo es lo más delicioso para alguien que se alimenta del mal. Quizás pueda alejarles con mi voluntad de no hacer daño a nadie, ni pensar en ganar mucho dinero.
    Hoy el ataque de estos demonios viene a través del indio que vive en la misma propiedad que habito, en el departamento que está adelante del mío, de esta casa donde vivo mi miseria actual. Siendo una persona tan primitiva este indio (no creo que lea nada más fuera del Whatsafpp en su teléfono), entiendo que lo podrán manipular con facilidad. Y por eso hoy está atacándome con lo que puede. Ahora que lo entendí, voy a operar contra eso, tratándolo de la mejor forma posible, y no haciendo caso a las provocaciones de él. Será “uno fuera”.
    Ahora decido que vuelvo a mi vida. Estoy despierto. El sueño del amanecer ya pasó. Una vez más, pude esclarecer dónde está el mal, y lo que hace. Ya no me volveré a dormir por hoy, creo.

    Continuará el domingo 13 próximo.

    Malania

    Imagen: Propia y de la red

  • Poesía

    TESTIGO ENTRE FLORES

    En la vereda del tiempo
    donde nada se detiene
    sobre la verja de hierro
    se cuelga un buzón de acero.
    Quién sabe qué esconde adentro.

    Es testigo de los sueños
    bajo la lluvia y el viento
    guarda muchos misterios
    con esperanzas que vienen
    quizás desde muy lejos.

    Detrás del buzón, las azaleas
    son cómplices, tal vez espías,
    imaginan dolores y risas,
    cartas que a veces tienen prisa
    y otras que no desearían ser vistas.

    Las flores bailan con la brisa
    brillando como en sonrisas,
    sus pétalos susurran secretos
    celebrando en fucsia la vida
    pintando historias infinitas.

    Malania

    Imagen: Gentileza de Rubén E. Ch.

  • Poemas

    BORDANDO ESPERANZAS

    Susurra el silencio entre las sombras,
    los destellos de luz se destacan
    bajo el manto de la bruma nocturna.
    Suspiros del viento como sueños anhelados
    en la penumbra bajo un cielo estrellado,
    van  tejiendo y bordando esperanzas sin miedo.
    Los sueños vuelan alto en ecos compartidos
    entre muros, detrás de montañas y mares
    latiendo en hilos de un destino no resuelto.
    Son sueños, son deseos infinitos
    que nacen en las noches con estrellas
    o en las tempestuosas y sin ellas.

    Malania

    Imagen: Javier A. T.

  • Minicuentos

    COMO CONO TRUNCADO

    En el corazón de una ciudad futurista, se alzaba un edificio que llamaba la atención de todos los que pasaban por allí. Era una estructura moderna, con una forma de cono truncado que reflejaba el sol en sus paredes y ventanas. Sus pisos se iban reduciendo en tamaño a medida que ascendían, dando la impresión de que el edificio estaba a punto de ser lanzado hacia el cielo.
    Este edificio, no solo era una obra arquitectónica, sino también un símbolo de la innovación. Los habitantes de la ciudad y los turistas habían aprendido a apreciar la singularidad del cono truncado, que era mucho más que una simple edificación: era un punto de encuentro para la comunidad, un centro de atracción artística y un lugar de reflexión y meditación.
    En su punto máximo de altura, había una terraza abierta al público. Desde allí, se podía observar toda la ciudad con una vista panorámica impresionante. En una tarde despejada, la joven artista Amalia subió a la terraza con una misión: capturar la esencia del lugar en su lienzo.
    Mientras pintaba, Amalia no pudo evitar sentir una conexión especial con el edificio, que no solo parecía un faro de progreso, sino también un guardián de los sueños y aspiraciones de quienes vivían a sus pies. La forma truncada del cono representaba, para ella, los desafíos que se enfrentan al alcanzar grandes alturas, pero también la promesa de que siempre había un horizonte nuevo por descubrir.
    Amalia concluyó su pintura justo cuando el sol comenzaba a ponerse, y el edificio reflejaba una gama de colores cálidos que parecían fundirse con el cielo. Con una sonrisa satisfecha, miró su obra y supo que había capturado algo más que una imagen. Había capturado el espíritu de la ciudad y la esperanza que emanaba de aquel monumento moderno.
    La artista grabó un recordatorio tangible: de que los sueños, aunque desafiantes, siempre encontraban su camino hacia el cielo.

    Malania

    Imagen de la red.

  • Poesía

    CAMINO SINIGUAL

    El polvo y el sol son compañeros,
    en el camino de tierra roja,
    cada huella revela los senderos
    de un viaje profundo hacia el hogar.

    Lento y firme, se abre y se queda
    para esperarte con fe y con esperanza,
    la tierra que pisas en tus suelas avanza
    con la huella de quien busca y labra.

    Entre campos y selvas, la jornada
    es un canto al valor y a la entrega,
    la misión de un alma iluminada
    que casi nunca se posterga.

    Por caminos de tierra, se despega
    el espíritu libre y sin medida,
    hacia el horizonte de la vida,
    donde ha encontrado a su prometida.

    Malania

    Imagen: Gentileza de Ninet

  • Poemas

    SÉ QUE NO PUEDO OLVIDARTE

    Quisiera echarte a un lado,
    dejar pasar el tiempo y seguir andando.
    Estás en mis pensamientos,
    mi voz te llama mientras la mirada te busca.
    Sé que no puedo olvidarte,
    nunca podré, porque quedó muy dentro
    un gran dolor que dejó tanta tristeza.
    Camino en la soledad con un vacío
    guardando nostalgia,
    siento irse las palabras llenas de silencio.
    Sé que no puedo olvidarte,
    jamás sabrás tanto te extraño,
    a través de los años no pierdo la esperanza
    aunque sé que no habrá regreso.

    Autor: Miguel Márquez

    Imagen: Propia (Malania)

  • Poemas

    SILENCIO

    Así como del fondo de la música
    brota una nota,
    que mientras vibra crece
    y se adelgaza
    hasta que en otra música enmudece,
    brota del fondo del silencio
    otro silencio, aguda torre, espada,
    y sube y crece y nos suspende,
    y mientras sube, caen
    recuerdos, esperanzas,
    las pequeñas mentiras y las grandes,
    y  queremos gritar y en la garganta,
    se desvanece el grito:
    desembocamos al silencio,
    en donde los silencios enmudecen.

    De Octavio Paz.

    Imagen: M. Julián T.