EN ESPERA DE SU FIEL COMPAÑERO
El silencio era absoluto.
Faltaba un poco de aire
en esa calle,
donde hoy cantan los pájaros.
Una pluma incierta
en mano temblorosa de algún poeta,
de cuya imaginación brotan versos,
bajo el cielo de luna llena
y el hilo nebuloso
de un cigarro recién encendido.
Un gato lleno de vida
emite suaves maullidos,
mientras observa la lluvia
desde la ventana de un primer piso,
en espera de su fiel compañero.Imagen: M.J.T.
EL BANCO VACÍO
Algo no se ha ido aún,
ni el sonido del incendio lo devora.
Se instaló en la intemperie de tu ausencia,
en un banco vacío que te espera.
Las flores amarillas se expresan
a través de su dulce perfume,
y el viento lo transporta en caricias,
a través de la distancia,
salvando errores,
desatando nudos,
soltando el silencio,
para anclar en la sombra de un gran puerto.
La lluvia revive
la esperanza de nuevas flores.Imagen: A.M.N.
CAMPANILLAS ROSAS
A campo abierto,donde la inspiración brota,revive en ellascampanillas rosas;las amas tú, las amo yo.Porque me has enseñadoa contemplar en silencio,y acariciar como las flores,hablar con la mirada sosegada,a disfrutar del ambiente.Me preguntabas mil vecescómo me encuentro,a lo que respondí siempreahora bien, siempre bien,
con una sonrisa latente.Mientras los insectos amarillosesperan que la lluvialave sus abyectos ocelos,las campanillas rosasgozarán bellas.Meciéndose en el vientolucirán orgullosos pétalos,albergarán mariposas,cuidarán celosamente sus nodos
aún bailando a campo abierto.Imagen: R.E.Ch.ALBOR DE OTOÑO
Mi vida ha comenzado al amanecer,en un universo teñido de alegres colores,rodeada de muchos árboles.Unos melancólicos, por haber perdido sus hojas,otros festejaban la lluvia fresca de otoño,envueltos en aromas de rosas recién florecidas,de violetas y jazmines, de fresias naranjas y rojas.Mi cuerpo pequeño acurrucado junto a mi madre,esperaba a la partera que había ido a buscar mi padre.La viejecita llegó, mi cordón umbilical cortó,y a partir de ese momento una etapa se acabó.SOL Y LLUVIA
En el tren de medianoche,
las sombras se opacan y se aligeran azuladas.
Algunos instantes se vuelven ventosos y grises.
Al amanecer, aparecen gotas gruesas y frías
humedeciendo las mañanas.
A mediodía, el sol ofrece con escasos trazos
una cruda iluminación.
Las tardes se vuelven poesía
con toda su dimensión,
y a través de mi ventana
contemplo, con nostálgica alegría,
las capotas, invertidas
con felpillas de color,
sin conocer su origen ni su sabor,
si son plantas o algas marinas
persiguiendo algún extraviado camaleón.Imagen: R.E.Ch.
QUÉ NOCHE!
Se han instalado en mi alcobala serenidad del silencio,la amargura de tu ausencia,la crudeza de la lluvia.Y en vigilia la pacienciaquiere celebrar una fiesta.Invitará al rosedalde tu inconfundible perfume,al positivismo de tu ciencia,a la suavidad de tus manos,y a la fortaleza de tus piernas.Para que en conjunto me regalen:besos interminables,sonrisas cálidas, tentadorasmiradas excitantes, insinuadoras,muchísimas caricias tiernas,acogedores e infinitos abrazos.ACUERDO
Parecía existir un singular acuerdo entre la lluvia y el sol, acuerdo tácito al que nunca hicieron alusión, vaya uno a saber cuál era la decisiva finalidad. No era frecuente el encuentro. Por entre el acero de los nubarrones aparecía de vez en cuando un resplandor pálido de laxos brazos. A ras de tierra el mezquino correr del viento del que aprovechaban, pretenciosos por secarse, los charcos rojizos. En las alturas los nubarrones crecían, se multiplicaban.
Al fin la luna irrumpió impetuosamente.
Él, que ansioso esperaba el cambio a buen tiempo, entornando sus ojos, apuntó una mirada lejana, bajo el sombreado de venturosos árboles que sacudían sus hojas, desparramando gotas que se prendían a su pelo, llenándose de una cercana dicha, regocijado por los frescos perfumes de un recuerdo reciente. Respiraba su presencia tan ligera como la suave brisa que indicaba un buen presagio.
Los nubarrones desaparecieron, el sol tímidamente se internó tras ellos y la luna llena reinó en la galaxia regalando sueños.Imagen: Sergio D. V.
ARRECIAR
TORMENTA PINCELADALa lluvia tararea una canción.Tamborilean los cristales.Tembladeral, hojas ávidas,se confunden en la oscuridad.Silencio y quietud visten al alba.Remanso de tierra profunda,cálida y húmedaElla espera ansiosa,las horas trepan el aire,el puntal se desploma,la esperanza desvanece.Sus ojos color bronce,humedecen parpadeos.Noche galardonada de añil,vestido de gris el díay ella plagada de negroEl sol se sumió en silencio.Ausencia de caricias y besos.CREPÚSCULO EN FLOR
Algo distinto, eso quería, y el crepúsculo se subió a una goleta. No le bastaron los mares, eligió las nubes y recorrió el mundo. Vagó por los aires cálidos y fríos, divisó solfataras, prados y ríos, hasta que lo derrumbó el cansancio. Una nube acogedora que en silencio lo observaba le ofreció cobija y cariño y desde allí el crepúsculo meditó varios días. Hastiado y disconforme con su ociosidad, volvió a su mundo. Encontró una nube transparente y la eligió como posada, desde allí podría ver todo lo que lo rodeaba. No muy lejos y en descenso vio un gran árbol cubierto de flores rosa violáceo. Sus despertares eran alegres al verlo tan elegante y perfumado, tanto así que con su aroma atrajo a los pájaros, quienes se resistían a dejarlo. Sus nidos tenían su propio jardín, las flores del lapacho, esas que sin saberlo, embarcaban un destino. El crepúsculo, intuyendo lo que avenía, soltó su voz: -¡No se vayan, yo las quiero! La nube transparente despertó y al unísono lo acompañó:-¡Cuidado!-. El alerta llegó a destiempo. La ráfaga no se apiadó y llena de envidia por tanta belleza se hizo cargo de destruir aquel paisaje esplendoroso. El crepúsculo se durmió, triste y adolorido, impotente, exhausto por sus gritos. Pero los pétalos altruistas descansaron unidos en el suelo, se secaron las lágrimas provocadas por la lluvia y alfombraron el camino de la ciudad sin truenos. Atesoraron su sueño y su destino, el de brindar a los lugareños su belleza montesina. Cuando el crepúsculo despertó, sonrió contento al ver adornado y enaltecido su sueño.Imagen: Manu C. R.LA LLUVIA
No son copos de nieve
ni cabezas de alfileres
son gotas menudas de lluvia
que de alguna nube se desprenden.
Caen unas sobre otras
sus huellas no se notan
van embebiendo la tierra
sin formar charcos siquiera.
Es la lluvia necesaria
para amenguar el calor
para regar los sembrados
y los campos cultivados.