TU LUGAR, MI LUGAR
Aquel lugar me atraía
algo intenso había
quizás porque allí
habías nacido
y sus calles habías recorrido.El paisaje era diferente al mío
pero me gustaba.Los primeros rayos del sol
irrumpieron en el horizonte
iluminaron los jardines
con un halo multicolor y apacible.Caminé bajo la lluvia
bendición para la tierra
reseca por el sol
y el viento sin frenos.Se animaron rosas y jazmines
abriendo sus pimpollos
y otras tantas beldades
de las que no sé sus nombres.Cesó la lluvia
y el aire esparció vapores
con una sinfonía de aromas
que hicieron zumbar
a abejas y mariposas
revoloteando airosas
entre los frutos y las flores.CÓMO OLVIDAR
Tu presencia en mi vidaha dejado huellas tan profundasque cuando la lluvia arreciala soledad sangra contraída.Los recuerdos laten en cadenami cabeza apoyadasobre tu hombro derechodormitando en viernes tempraneroo en lunes de siestasobre mi amplio y florido lechomis cabellos cosquillean tu caray tus yemas suavemente los separancon caricias y ademanes insinuantes.En días de lluvia o de pleno sol -que más da-quisiera robarle un jueves a Luganoo un martes a Retiroy por qué no un miércolesal acto escolar de primaveraen festejo anticipado y de antemano.En sábados mañaneroste busco entre las letrasde tus bellas poesíasy en el recuerdo de los domingosel olor al rocío de las araucariascortadas a ojo de hombreen verdes galeríasfrente al enorme edificioen la esquina de San Juan y Directorioy así te recuerdo día a díade lunes a domingo.TAN NATURAL
Lucía tan natural como el fluir del aire, los días que no tenía obligaciones laborales.
El cielo estaba vagamente nublado, resultaba imposible distinguir la distancia que separaba el aire de las nubes.
Ese viernes lloviznó desde la primera hora de la mañana y cayó una fría lluvia hasta empaparlo. Lo esperaba.
Cerró la ventana y a través de ella igual se sentía el olor a lluvia recién caída. Pero las gotas eran tan finas que no se distinguían, salvo en el brillo de las hojas del árbol de canela. Parecía que la noche se había precipitado desplazando al día, o que el día se arrepintió y se volvió sobre sí mismo, dando lugar a la oscura noche, pero no, ni siquiera eran las diez de la mañana.
Los faroles de la avenida empezaron a brillar ¿Quién las encendió? Preguntó distraída, quitándole la campera de cuero cubierta de gotitas.
El hombre cabellos de plata, se dejó caer pesadamente sobre la silla, envolvió sus manos con las de ella buscando calor de hogar.
– El café está listo –dijo la mujer- aún sin querer soltarle las manos. Él movió la cabeza como aceptando.
– Te hará bien tomarlo caliente –agregó la anfitriona-.
Su mano temblaba aprisionando la suya y así caminaron juntos hasta el desayunador que separaba la cocina del living.
Sorbo a sorbos muy pequeños, se sucedieron despacio entre el vapor que salía de aquella taza parisina.
Los minutos se transcurrieron y cuando dieron las doce campanadas de la iglesia cercana, se apuró en anunciar que su cliente de la tarde lo esperaba en el bar frente al Hospital Durand.
Tomó su campera y juntos de la mano buscaron el ascensor.
Desde la acera el cielo pintaba multicolores indicando el cese de la lluvia.
Él apresuró el paso, ella lo vio encender un cigarrillo y lo perdió de vista entre los pilares y paredes del edificio vecino.EL DÍA FIJO
Y el día fijo
flotó por el aire
quedó en el proyecto
de una promesa infuturible
pendiente de un hilo
que absorbió la luna.
Y un día cualquiera
se volvió arco iris
y lleno de recuerdos
se precipitó al arroyo.
Sus colores aún alumbran
el cauce transparente
serpenteante entre las rocas
brillando con el sol
después de las lluvias.ARCO IRIS
Las mariposas descalzas
en la noche desnuda
visitan a las rosas
bañadas por la lluvia.
Los caracoles diluyen
una muda historia
y dejan grabados
entre rosas y amapolas
el hermoso colorido
de un arco iris bordado.
En el lecho azul
de un humedal (o bañado)
refleja el poeta
aquel amor aún recordado.RUIDO Y SILENCIO
Al parecer vive en una Josa.Al campesino rudono le agradan las visitases feliz con lo que ha construido:una productiva llosa.Osó por cavar una fosaa la espera de la lluviay el preciado líquidonunca le hace faltaentre otras cosas.Los primeros claroslo encuentran despiertocon el mate en la manorecorriendo el huerto.Dice que las hormigasno duermen de nocheél debe perseguirlaso se comerán los tronchos.Una eterna batallaentre hombre y hormiga.Además de plantas aromáticasromero, menta y albahaca(entre otras)lucen distintas especiescalas, geranios y rosasmuchas de estas sin espinasy una gran pasionaria liosa.Siempre a la siesta gloriosase suman las mariposasazules, blancas y amarillassobre su mano retozandespertando en visita misteriosa.No quiere helicópteros volandoni zumbidos de avionetasque no se molesten los pájaroscuando se orquestan en canto.Prefiere una humilde chozalejos de potentes ruidosatentando con crueldad a sus oídos.Prefiere proteger sus cultivos
de hormigas y malvivientes furtivosque en vez de un trabajo dignoprefieren hurgaren el campo o en la ciudady convivir con el ruido.INCOHERENCIA
En hilo de luna nuevadesperté a mediasUn sonido titilanteavistaba el comienzo del díaVi mis sueños pendientes del techoañicos de jarrón almidonadoBurbujas de perfumes rotosolían a nadaAromas esparcidosde colores ausentesEstornudos heladosen calores volatilizadosSonrisas grisáceascon palabras enmudecidasCorrí bajo la lluviacon sorpresa de regaloMe recibieronun jabón colgado en el percherogrifos invertidos disonantestoallas de polietilenoY mi cuerpo volaba en cuarenta grados.VIAJE SIN REGRESO
Perdurables madrugadas en la acera
respiró sin su presencia
no llevó sus sueños en el viaje
prefirió la dicha en descanso.
Un danzar de lluvia a mediodía
un sendero al final de su viaje
fue el espejo de sus ojos dormidos.DESPUÉS DE LA LLUVIA
Perfumada la rosa
humedecida
sesgada y reverente
me mira
con lágrimas caídas
de sus pétalos incandescentes
sobre la tierra roja
recién amanecida