• General

    EL SENDERO DEL SOL

    El sol se abre camino al atardecer entre árboles,
    mientras el viento ayuda a pintar
    el horizonte de colores diferentes.
    Es como si bajara del cielo al mismo suelo
    queriendo caer al pasto para dormirse
    bajo la luna llena que no tardará en salir.
    Las nubes, coronando montañas y las ramas,
    aplauden su paso y se admiran de tanta belleza
    que el sol en su recorrido traza.

    Malania

    Imagen: Roxana E. S.

  • Poemas

    MONTAÑAS

    Montañas nevadas
    montañas muy altas
    picos puntiagudos
    nieve derretida.
    Árboles petrificados
    se bañan en el lago
    imágenes invertidas
    siluetas congeladas.
    Multicolores figuras
    sumergidas y doradas
    nubes protectoras
    velan y atestiguan.

    Malania

    Imagen: Gentileza de Ricardo G.

  • Prosa Poética

    ATARDECER FOGOSO

    En el último suspiro del día, cuando el sol todavía alumbraba el horizonte en un atardecer fogoso, los árboles del bosque parecían sombras dormidas bajo una aureola dorada. Las nubes, como enormes montañas nevadas, navegaban lentamente por el cielo teñido de tonos rosados y naranjas.
    En medio de ese espectáculo celestial, dos amigos se encontraban en el claro del bosque. Ella, con brillo en sus ojos y el cabello iluminado por los últimos rayos del sol, miraba maravillada el juego de luces y sombras. Él, con una sonrisa cómplice, extendió la mano hacia ella, atrapando un momento que parecía suspendido en el tiempo.
    “¿Ves cómo todo cobra vida al caer el sol?”, susurró él, mientras el cielo se oscurecía lentamente y las estrellas comenzaban a despertar. Ella asintió, sin apartar la mirada del cielo encendido. En ese momento, supieron que aquella tarde les había regalado algo más que un atardecer fugaz: habían descubierto la magia de estar juntos en un mundo donde hasta las sombras de los árboles parecían bailar al compás del sol que se despedía.

    Malania

    Imagen: R. G. B.

  • Cuentos

    EL DUENDE Y LOS CLAVOS DE OLOR

    En un pequeño pueblo rodeado de verdes praderas y altas montañas, vivía un duende travieso llamado Tilo. Tilo era conocido en todo el pueblo por sus travesuras y aventuras, pero sobre todo por su amor por el clavo de olor.
    El clavo de olor, una especia muy especial para los habitantes del pueblo. No solo le daba un sabor delicioso a sus comidas, sino que también tenía propiedades curativas para el dolor de muelas y las de ahuyentar insectos, como las polillas. Además se decía que tenía poderes mágicos que traían buena suerte y alejaban a los malos espíritus.
    Un día, mientras los habitantes del pueblo estaban ocupados con sus quehaceres diarios, Tilo aprovechó la oportunidad para meterse en la cocina de algunas casas y encontrar la tan preciada especia. Con sus pequeñas manos ágiles, abrió latas y bolsitas y comenzó a devorar todo el clavo de olor que encontró dentro.
    El aroma característico de los botones de girofles llenó la cocina mientras Tilo disfrutaba de su festín. Pero lo que el duende travieso no sabía era que al comerse todo el clavo de olor, también estaba liberando su magia.
    Cuando los habitantes del pueblo regresaron a sus hogares y descubrieron lo que había sucedido, se llenaron de preocupación. Sin esa especia, ¿cómo podrían cocinar sus comidas? ¿Y qué pasaría con la protección mágica que les ofrecía? ¿Con qué ahuyentarían a los insectos y malos espíritus? ¿Con qué se curarían el dolor de muelas?
    Pero mientras discutían qué hacer, algo increíble comenzó a suceder. Las plantas en los campos comenzaron a crecer más rápido y más fuertes que nunca. Las cosechas eran abundantes y las enfermedades de las plantas parecían desaparecer milagrosamente.
    Resultó que al devorar todo el clavo de olor, Tilo había liberado su magia en el aire, fertilizando la tierra y bendiciendo al pueblo con abundancia y prosperidad.
    Desde ese día en adelante, los habitantes del pueblo no volvieron a ver a Tilo como solo un duende travieso, sino como un héroe que les había traído bendiciones inesperadas. Y aunque el clavo de olor nunca volvió a aparecer en las bolsitas o latas de los armarios, pero sí en miles de plantas por los campos. Por eso su magia permaneció en el pueblo para siempre.

    Malania

    Imágenes de la red

  • Haikus

    SOL NACIENTE

    El sol asoma
    otro día despierta
    reluce el cielo.


    Las aves cantan
    se desvanecen sombras
    las nubes danzan.


    Desde lo lejos
    se perfilan montañas
    la vida avanza.

    Malania

    Imagen propia

  • Poesía

    PIEDRAS DE COLORES

    Entre las sierras y la playa,
    donde el sol besa el cielo claro,
    el turismo aventura se despliega,
    en un paisaje vibrante y raro.

    Juntamos piedras de colores,
    como joyas de la naturaleza,
    cada una cuenta historias,
    de tiempos de gloria y grandeza.

    En esta tierra de contrastes,
    donde las montañas tocan el mar,
    la aventura es nuestro destino,
    en cada paso, un nuevo lugar.

    Exploramos valles y cimas altas,
    descubrimos secretos ancestrales,
    bajo un cielo despejado y amplio,
    donde los sueños son reales.

    En este viaje sin igual,
    entre la calma y la emoción,
    encontramos la verdadera riqueza,
    y en la naturaleza, nuestra canción.

    Malania

    Imagen propia

  • General

    MI TIERRA NATAL

    En las profundidades del valle, donde el sol besa la tierra y las montañas parecen tocar el cielo, se encuentra mi tierra natal, -comentó el joven a un grupo de amigos- un lugar impregnado de magia y misterio, entre arbustos y palmeras. Desde mi más tierna infancia, he sido testigo del encanto que emana de cada rincón de este lugar.
    Las mañanas comienzan con el canto de los pájaros que dan la bienvenida al nuevo día, mientras el aroma a tierra mojada se mezcla con el dulce perfume de las flores silvestres. El río serpentea entre los campos verdes, como una vena vital que alimenta la tierra y el alma de quienes la habitan.
    En los días cálidos de verano, el sol brilla con intensidad, pintando de dorado los limonares y los campos de trigo y maíz que se mecen suavemente con la brisa. Las tardes se vuelven cómplices de secretos compartidos entre amigos, bajo la sombra de los viejos árboles que guardan historias de generaciones pasadas.
    Pero es en el otoño cuando la tierra se viste de colores vibrantes, como si fuera un lienzo que el mismísimo pintor celestial ha decidido adornar. Los tonos rojizos, dorados y ocres pintan un paisaje digno de admiración, mientras el aroma a tierra húmeda y hojas secas llena el aire.
    El invierno llega con su manto blanco, cubriendo todo a su paso con una capa de nieve que transforma la tierra en un paisaje de ensueño. Las noches se vuelven más largas y frías, pero el calor de los hogares y el espíritu solidario de la comunidad mantienen viva la llama de la esperanza y la alegría.
    Y así, en este lugar donde el tiempo parece detenerse para permitirnos saborear cada momento, se encuentra mi tierra natal. Un refugio para el alma, donde los recuerdos se entrelazan con los sueños y el amor, por esta tierra perdura más allá de las palabras.

    Malania

    Imagen propia y de la red.

  • General

    TEJER EN NATURAL

    Aventura sus patas como escalando montañas
    aumenta el entretejido con destino incierto.
    El hilo tenue va dando forma a la inmensa figura geométrica.
    El clima subtropical acompaña su acometido.
    Abanica el cantar de pájaros que alegran al vecindario,
    mientras los reflejos del amanecer intensifican
    el aroma de jazmines, que tiñen de blanco el bulevar del pueblo.
    La fibra proteica hilada con empeño lleva incluido un parapente.
    Atrapados en su vuelo los insectos truncan su destino y
    las tejedoras sienten la vibración de la red 
    cuando los paseantes caen en ella 
    los atacan rápidamente y los devoran exitosas.

    Malania

    Imagen: M. J. T.

     
     
     
     
     
  • General

    CON MÚSICA TODO ES MEJOR

     
     

    El mundo no es una descabellada fantasía
    cabalga formando una aleccionadora historia
    de zonas y vínculos heterogéneos.
    En oriente
    copos de nieve vagabundos devanean
    con centelleantes estrellas
    al compás de la brisa nocturna.
    En occidente
    las flores dan rienda suelta
    a los colores de primavera.
    Mientras en otros lugares
    aludes apocalípticos
    montaña abajo ruedan;
    verdes y grises con diferentes tonalidades
    se confunden en cadenas
    de montañas montadas unas sobre otras;
    la orografía heterogénea
    se modifica ondulada, fracturada.
    En la travesía el agua rasga
    cicatrices profundas de playas y riberas
    mientras los  artistas imitan
    rasgando las cuerdas
    alegrando al mundo
    con sus guitarras de madera.

    Malania

    Imagen propia.

     


                                                                                                                  
  • General

    FLOR OLVIDADA

    Ilustración de la red: obra artística de Mari Luz Vindel Benito 

    Entre la llanura nevada
    y la luna menguante
    flotaba el silencio y acechaba.  
    En efecto crispante  
    una alianza se enzarzaba
    esperando que el sol
    desparrame su calidez brillante
    sobre la cima de las montañas heladas.
    Pero ya nada era igual
    y aunque ella no era Némesis
    quizás él eligió ser Epicúreo.
    La simbiosis se había acabado
    desde la supernova de una noche ajena
    la estrella dejó de brillar
    ante el déspota que la cobijaba.
     
    Malania
     
    Imagen propia: