• Poesía

    TODO AMARILLO

    Un camino muy largo,
    parecía ser un túnel,
    algo así como el túnel del tiempo.

    A lo lejos, ya casi al final
    se divisaba un inmenso faro.
    La luz era tan intensa
    que hasta en sus ojos se reflejaba.

    Se encendía fuertemente,
    y de a ratos, entre nubes titilaba.

    Muy despacito se consumía
    hasta que en lucecita
    muy pequeña, se convertía.

    Pero nunca se apagaba.
    Su corazón fuertemente latía,
    a que la siguiera, la empujaba.

    Entonces,
    corrió la niña, ligera, en la brisa
    por el camino hacia la playa,
    los pies descalzos, el alma tranquila,
    el sol la abraza, el mundo calla.

    A los lados, aromitos –espinillos-,
    como guardianes dorados del día,
    todo reluce, todo amarillo,
    también su vestido, también su alegría.

    A lo lejos, se encuentra el destino:
    entre espuma salada y reflejos fríos,
    el corazón duda entre dos caminos:
    se une en un beso el mar y el río.

    Y ella corre, danza, no se detiene,
    como si un sueño es lo que persigue,
    como si supiera que el tiempo viene
    a llevarse eso que el alma abriga.

    Malania

    Imágenes: Gentileza de Antonio M. N. y propia

  • Poesía

    TU MAR MI RÍO

    Tus ojos muy asombrados
    han fijado su mirada
    en el agua de la oleada
    de un mar embravecido.

    Que en día refulgente
    y actitud inexplicable
    borraba huellas adorables
    de pisadas en la arena.

    Tu cuerpo tendido a pleno
    sin contar labor alguna
    se tiñó dorado y bello
    borrando rastros del tiempo.

    En el otro extremo del Globo
    mis ojos muy absortos
    penetraron su mirada
    en muy apacible río.

    La brisa lo acariciaba
    meciéndolo en tierno lecho
    como mezquinando al tiempo
    para olvidar al frío invierno.

    Manaban miles burbujas
    de su cálido interior
    lo besaban y acariciaban
    con timidez y fulgor.

    Soñoliento y agobiado
    se extendía al fin el día
    tú, en la lejana España
    yo, en esta tierra querida.

    Si se unieran algún día
    mar y río, río y mar
    la bravura dormiría
    en brazos del río en paz.

    Malania

    Imágenes: propias

  • Poesía

    PUESTA DE SOL

    Sentada junto a un banco solitario,
    contemplaba la puesta de sol.
    Quizás un alma perdida,
    en una embarcación sin guía,
    acunada por el río,
    miraba pasar la vida.
    Detrás de mí las casas,
    en un tranquilo barrio, esparcidas,
    sin ruido alguno, parecían dormidas.
    Las aguas muy despacio corrían,
    como cauce estancado parecía.
    A lo lejos el ladrido de perros
    el silencio rompía.
    Comenzó a mover las hojas
    una suave brisa.
    El aroma a bizcocho recién horneado
    me abría el apetito sin prisa.
    Los cristales de mis anteojos
    ya no me ayudaban,
    no tenía un panorama nítido.
    Era hora de dejar el lugar,
    mi piel sentía frío.
    El sol se había escondido, tras el mismo río.
    Sentí que ese instante me envolvía
    en un otoñal y agradable rocío.
    En casa me esperaban para la cena,
    creían que me había perdido.

    Malania

    Imagen: Noe G.

  • Poemas

    CUANDO SIENTE FRÍO

    Después de más de treinta grados
    la temperatura ambiente ha bajado,
    a veinte, y menos aún por las noches,
    cuando el rocío cubre calles y porches.
    La mascota peluda siente frío
    mira pidiendo cobijo a su estilo.
    Se sube a un banco cubierto con manta
    y esconde sus patas bajo su tibia panza.
    Sus ojos azules, como cielo en verano,
    brillantes, curiosos, saludan temprano.
    No dice palabra, pero sabe hablar,
    con un solo gesto me enseña a amar.

    Malania

    Imágenes: M. Julián T.

  • Poesía

    UNIENDO DESTINOS

    Un puente viejo cruza el arroyo Mboi Ka´é
    testigo eterno de sueños de ayer.
    El sol se alza con destellos dorados,
    pintando de luz los rincones olvidados.

    La ciudad despierta, bullicio y risa,
    bajo el hechizo que el día desliza.
    Sus calles murmuran historias pasadas,
    mientras el puente vigila, sereno, las aguas.

    Arroyo que canta, arroyo que llora,
    llevando secretos de horas y auroras.
    El puente respira, un gigante de piedra,
    uniendo destinos en su noble entrega.

    Malania

    Imagen: Roxana E. S.

  • Poesía

    AMANECER CON ESTILO

    El sol imponente asoma, dorado y sereno,
    despierta la tierra con su luz temprana,
    y el cielo se tiñe de un claro profundo y pleno,
    en el amanecer del primer día de semana.

    El lunes llega, con su ritmo y su calma,
    como un puente colgante entre sueños y realidad,
    cruzando un río de pensamientos y de alma,
    donde las nubes grises se desvanecen con suavidad.

    Pero hay nubes oscuras que amenazan al sol,
    como presagio de sombras en la vida que llega,
    sin embargo, el abrazo de la luz es un farol,
    guiándonos a través de un día más que se despliega.

    Bajo ese puente, el río sigue su curso fiel,
    y cada gota de agua refleja la esperanza,
    en el amanecer del lunes, todo es posible,
    como un abrazo de sol, viento y confianza.

    Malania

    Imagen: Lua Tenaschuk

  • Poemas

    ATARDECER DE MARZO

    Como margarita invertida
    de centro blanco y pétalos amarillos,
    besa el río y se mira en su espejo
    y como si fuera poco
    se atreve, y con su brillo
    penetra aguas adentro
    hasta perderse en el fondo,
    silenciosa, haciendo eco.
    ¿Permanecerá allí hasta el alba?
    ¿O se irá detrás del horizonte?
    para coquetear con la noche
    hasta dormirse en sus brazos
    envuelta en su enorme manto.

    Malania

    Imagen: Rox E. S.

  • Relatos

    MASCOTA OBSERVADORA

    El aire del ambiente me transmite una sensación de calma y curiosidad. La mascota de mis nietas, Kiara, como una especie de guardiana, observa en silencio las luces del otro lado del río. Tal vez se siente atraída por el brillo distante, pero también mantiene una distancia tranquila, como si estuviera reflexionando sobre lo que ve.
    Con sus ojos fijos en una lancha, parece captar cada pequeño movimiento del agua, como si pudiera predecir lo que sucederá a continuación. Su concentración es total, y su aguda percepción la hace estar siempre un paso adelante. Al seguir la lancha con interés, parece como si quisiera entender su destino, como si fuera parte de un misterio que ella sola debe resolver.
    La lancha comienza a alejarse lentamente, y la mascota, que nunca se equivoca, intuye que hay algo más en esa travesía. Tal vez siente que la lancha se dirige hacia un lugar desconocido, o quizás presiente un cambio en el viento, una alteración en el agua… Algo está por suceder, pero, ¿qué será? ¿La lancha llegará a su destino sin contratiempos, o algo la hará detenerse?
    La perra sigue observando, y en ese instante, podría ocurrir algo que cambiará todo: tal vez un giro inesperado en el río, o una luz que parpadea y alerta a la mascota de que no todo es lo que parece. ¿Qué crees que ocurrirá?

    Malania

    Imágenes: Rox E. S.

  • Poesía

    SI PUDIERA

    SI PUDIERA

    Si pudiera regresar el tiempo
    y brincar al compás del viento,
    habitar al borde del mar
    y del alba aspirar el aire fresco.
    Si pudiera hoy tomar tus manos
    acariciar tus suaves dedos,
    caminar por frescos senderos
    al ritmo joven de nuestros cuerpos.
    Hoy todo sería distinto,
    los susurros del amor serían más claros,
    el eco de tus palabras resonaría eterno,
    y en tus ojos vería el reflejo
    de un “para siempre” compartido.
    Pero el tiempo, como río, no vuelve,
    y solo nos queda un hermoso recuerdo.

    Malania

    Imagen: propia y de la red

    Parque Centenario. Fotos Andres Perez Moreno / prensa Ambiente y Espacio Publico
  • Relatos

    TARDES DE DOMINGO

    ¿El mal tiempo nubla los recuerdos?
    ¿De quién? ¿De qué? ¿De cuándo?
    Quizás nuble los suyos pero no los míos.
    Las cosas son como tienen que ser
    y lo que pasó, ya fue.
    Lo recuerdo con una sonrisa en los labios,
    con un corazón alegre por haberlo conocido.
    O no. Y sonrío por no haber tenido la oportunidad
    de continuar viéndolo,
    porque a veces la trastienda no es buena.
    Con lo que fue, fui feliz.
    Y no es que tenga la mente adormecida,
    la tengo lúcida como aquel primer día
    que me acompañó al salir del café hasta la puerta de mi casa,
    un edificio de departamentos de catorce pisos.
    No hubo indecencias, no fue un mal tiempo. 
    Y es por eso que  quedan hermosos recuerdos
    sin llantos ni arrepentimientos.

    Malania

    Imagen: Gentileza de Mariana